LA
COLONIZACIÓN ISRAELÍ DEL AGUA EN PALESTINA
Fuente:
www.ecoportal.net
La distribución desigual se refleja en discrepancias muy
marcadas en la utilización del agua entre israelíes y palestinos. La
población israelí no alcanza a ser dos veces más grande que la de
palestina, pero su uso total de agua es siete veces y media más alto.
"La distribución desigual se refleja en discrepancias muy marcadas en
la utilización del agua entre israelíes y palestinos. La población
israelí no alcanza a ser dos veces más grande que la palestina, pero
su uso total de agua es siete veces y media más alto (figura 1). En
Cisjordania, los colonos israelíes utilizan mucha más agua por persona
que los palestinos y más que los israelíes en Israel (figura 2):
consumen casi nueve veces más agua por persona que los palestinos.
Desde cualquier punto de vista, las disparidades son amplias."
La gestión de las aguas transfronterizas puede influir también de
otras maneras sobre la disponibilidad del agua. Israel, Jordania y los
Territorios Palestinos Ocupados están ubicados en una de las áreas con
mayor escasez de agua del mundo y comparten una gran parte de su agua.
La población palestina depende casi totalmente de las aguas
transfronterizas, la mayoría de ellas compartidas con Israel (recuadro
6.2). Pero los recursos comunes son compartidos de manera desigual.
La población palestina es la mitad de la de Israel, sin embargo, en
comparación, consume apenas entre un 10% y un 15% del agua. En
Cisjordania, los colonos israelíes consumen un promedio de 620 metros
cúbicos por persona al año y los palestinos, menos de 100 metros
cúbicos. La escasez de agua en los Territorios Palestinos Ocupados,
una importante barrera para el desarrollo agrícola y los medios de
sustento, causa también una percepción de injusticia, ya que las
actuales normas de utilización del agua los mantienen en un acceso
desigual a los acuíferos compartidos.
Derechos relativos al agua en los Territorios Palestinos
Ocupados
Recuadro 6.2 En ningún lugar se demuestran de manera tan
contundente los problemas de la gobernabilidad del agua como en los
Territorios Palestinos Ocupados. Los palestinos sufren uno de los
mayores niveles de escasez de agua en el mundo. Tanto la
disponibilidad física como la gobernabilidad política de las aguas
compartidas contribuyen a esta escasez.
Si se considera la cifra por persona, quienes viven en los Territorios
Palestinos Ocupados tienen acceso a 320 metros cúbicos de agua por año,
uno de los niveles de disponibilidad de agua más bajos del planeta,
muy por debajo del umbral de escasez absoluta. La distribución
desigual del agua de los acuíferos compartidos con Israel, un reflejo
de las relaciones de poder asimétricas en la gestión del agua, forma
parte del problema. Con un rápido crecimiento demográfico, la
disminución de la disponibilidad del agua impone limitaciones cada vez
mayores a la agricultura y el uso humano.
La distribución desigual se refleja en discrepancias muy marcadas en
la utilización del agua entre israelíes y palestinos. La población
israelí no alcanza a ser dos veces más grande que la palestina, pero
su uso total de agua es siete y media veces más alto
(figura 1). En Cisjordania, los colonos israelíes utilizan
mucha más agua por persona que los palestinos y más que los israelíes
en Israel (figura 2): consumen casi nueve
veces más agua por persona que los palestinos. Desde cualquier punto
de vista, las disparidades son amplias.
¿Cómo se explican estas desigualdades? Los palestinos no tienen
derechos establecidos con respecto a las aguas del río Jordán,
principal fuente de aguas superficiales. Esto significa que las napas
freáticas suplen casi todas las necesidades de agua en los Territorios
Palestinos Ocupados. Las normas que regulan la extracción de estas
napas influye considerablemente sobre el acceso al agua.
El problema queda demostrado con la gestión de los acuíferos
occidental y costero. El acuífero occidental, que forma parte de la
cuenca del Jordán, es la más importante fuente de agua renovable para
los Territorios Palestinos Ocupados. Cerca de tres cuartos del
acuífero se suplen de nuevo dentro de Cisjordania y fluyen desde ésta
hacia la costa de Israel. Buena parte de esta agua no es utilizada por
los palestinos. ¿La razón? Los representantes israelíes del Comité
Mixto de Recursos Hídricos regulan severamente la cantidad y
profundidad de los pozos operados por los palestinos. Para los colonos
israelíes se aplican reglas menos estrictas, lo que les permite cavar
pozos más profundos. Con apenas el 13% de todos los pozos situados en
Cisjordania, los colonos son responsables de cerca del 53% de la
extracción de agua subterránea. El agua que no es utilizada en los
Territorios Palestinos Ocupados fluye finalmente bajo el territorio
israelí y es extraída por medio de pozos en la parte israelí (véase el
mapa).
Con las aguas de la cuenca costera se presentan problemas similares.
Estas aguas escasamente llegan hasta la Franja de Gaza, debido a las
altas tasas de extracción en la parte israelí. El resultado es el
siguiente: las tasas de extracción de los acuífe-ros poco profundos
ubicados en la Franja de Gaza sobrepasan mucho las tasas de recarga,
lo que conlleva una salinización creciente de los recursos hídricos.
Las limitaciones en el acceso al agua están impidiendo el desarrollo
de la agricultura palestina. Si bien este sector representa una parte
cada vez menor de la economía palestina (estimada aproximadamente en
el 15% de los ingresos y el empleo, en 2002), se trata de un sector
crucial para los medios de sustento de algunas de las personas más
pobres. Actualmente, el desarrollo del riego es bajo y menos de un
tercio del área potencial está cubierta debido a la falta de agua.
El bajo desarrollo de los recursos hídricos significa que muchos
palestinos dependen de la liberación de agua por parte de compañías
israelíes. Esta es una fuente de vulnerabilidad e incertidumbre ya que
los suministros son frecuentemente interrumpidos durante los períodos
de tensión.
La construcción del controvertido muro de separación (sic) amenaza con
exacerbar la inseguridad de agua. La construcción del muro ha tenido
como consecuencia la pérdida de algunos pozos palestinos y el
alejamiento de los agricultores de sus campos, en particular en zonas
de secano altamente productivas alrededor de las provincias de Belén,
Jenin, Nablus, Qalqilya, Ramala y Tulkarem.
Las condiciones en los Territorios Palestinos Ocupados contrastan con
los acuerdos de mayor cooperación que han surgido en otros lugares.
Desde el acuerdo de paz de 1994, Israel y Jordania han colaborado en
la construcción de instalaciones de almacenamiento de agua en el lago
de Tiberíades, lo que ha mejorado la asignación de agua para los
agricultores jordanos. La estructura institucional también ha
contribuido al arbitraje de las disputas originadas por las
variaciones anuales y estacionales del flujo de agua, a pesar de que
esto no estaba contemplado inicialmente por el acuerdo. Ya en otro
lugar, el Centro de Investigación para la Desalinización en Oriente
Medio, con sede en Mascate, Omán, ha venido promoviendo con éxito,
desde hace más de una década, la investigación multilateral sobre
técnicas efectivas de desalinización. Su consejo cuenta con
re-presentantes de la Comisión Europea, Israel, Japón, Jordania, la
República de Corea, los Países Bajos, la Autoridad Nacional Palestina
y Estados Unidos.
Tal vez más que en cualquier otro caso, la seguridad del agua en las
relaciones entre Israel y los Territorios Palestinos Ocupados se
enmarca en problemas de conflicto más amplios y en las visiones de
seguridad nacional. Con todo, el agua es también un fuerte símbolo de
un sistema más amplio de interdependencia del agua que vincula a todas
las partes. La gestión de dicha interdependencia con el fin de
incrementar la equidad podría ser muy favorable para la seguridad de
los seres humano. www.ecoportal.net
Extracto del Informe del Desarrollo Humano 2006 del PNUD realizado por
CSCAweb: 24-11-06 - Fuentes: Elmusa 1996; Feitelson 2002; Jägerskog y
Phillips 2006; MEDRC 2005; Nicol, Ariyabandu y Mtisi 2006; Phillips y
otros 2004; Rinat 2005; SUSMAQ 2004; SIWI, Tropp y Jägerskog 2006;
Weinthal y otros 2005.