Perú al borde de la insurrección popular |
jj |
Toda la tierra de José Carlos Mariategui se encuentra inestable. De norte
a sur y de este a oeste, los bloqueos, paros, huelgas de hambre, toma de
universidades y de empresas, rebeliones y movilizaciones de trabajadores y
estudiantes se encuentran a la orden del día. Ante esto, la caótica
administración Toledo a respondido tratando de exacerbar los ánimos chauvinistas contra Chile con el objetivo de evitar una movilización
“forajida” como en Ecuador y que termine derrocándolo. Sin embargo,
esta jugada le puede costar caro si no soluciona los problemas sociales. Hay que recordar que la
revolución boliviana comenzó con un sentimiento nacionalista. Un gobierno que flota en el aire y que apela al sentimiento antichileno para sostenerse en el poder es un gobierno inmundo. Esta inestabilidad se debe a que el gobierno Toledo a continuado construyendo el segundo piso de lo que hizo Fujimori. Es decir, seguir aplicando el modelo neoliberal-capitalista. En este sentido a privatizado nuestro gas de Camisea y las Bambas, el seguro social sigue en manos privadas. Se continua con la erradicación forzosa de la hoja de coca sin proponer algo alternativo. Se mantiene la inestabilidad laboral, no hay plata para los sectores de educación y salud por el pago de la fraudulenta deuda externa, etc. A esto, hay que sumar la corrupción que corroe al gobierno de pies a cabeza. Varios de sus hermanos se encuentran con detención domiciliaria y la primera dama esta siendo investigada por malversación de fondos. El propio Alejandro Toledo esta siendo investigado por haber formado una fábrica de falsificación de firmas para la inscripción de su partido y poder postular en las elecciones presidenciales. Los indicios de su participación en la fábrica de firmas saltan a la vista. Esto a provocado una crisis en el propio partido (renuncia de varios de sus congresistas) y en todos los niveles de la política peruana. Los asesores del “cholo” de Harvard, como le llaman algunos, no pudieron ver mejor táctica que la de aprovechar el caso de Lan Perú (empresa chilena que difundió un video denigrante sobre la capital peruana) y revivir el caso de la venta de armas chilenas al Ecuador durante la guerra del Cenepa en 1995 (siendo Chile garante de las conversaciones de “paz”), para enfrentarse al gobierno de Lagos pidiéndoles disculpas públicas y así poder crear una cortina de humo y desviar la atención del informe de la Comisión de Investigación de las Firmas Falsas que lidera el Congreso y que sindican al presidente como participe de los actos de falsificación.
Si bien es cierto que hasta ahora le ha dado resultados positivos, el gobierno
esta jugando con fuego. Por un lado porque la administración chilena no
le va a aguantar tantas imprudencias ahora que dirigen la OEA.
Ya un funcionario de gobierno acaba de declarar que “Toledo es un
irresponsable” y por otro, porque al exacerbar los ánimos antichilenos
en los trabajadores peruanos, estos van a esperar una política más
consecuente (acordémonos que la insurrección boliviana tuvo uno connotación
antichilena). Al final, el movimiento político de los trabajadores va a
continuar cada vez mas radicalizado y incendiando toda la
institucionalidad burguesa ante la irresolución de sus demandas democráticas.
Así las cosas, los partidos del sistema tratan de desligarse del gobierno
planteando varias alternativas como la vacancia presidencial o la suspensión
por incapacidad moral. Algunos sectores de derecha proponen que se le
enjuicie después de culminado su mandato en orden al calendario “democrático”
que para ellos es muy importante. Todo esto con el objetivo de no
incendiarse junto al gobierno. Pero, infelizmente para ellos, las cifras
económicas no los van ayudar. En este sentido, la población económicamente activa –PEA- crece a 300 mil cada año sin tener un empleo para satisfacer sus necesidades. En Lima, la capital de la república capitalista, el desempleo a crecido de 7.8 % de la PEA en el 2001 al 8.8% en el 2004. Es por esta razón que a pesar del crecimiento económico, más del 54% de la población se encuentran en situación de pobreza. De ésta, cinco millones se ubican en la extrema pobreza. Y el presupuesto para la educación ha disminuido del 5.6 % en los años sesenta a menos del 3 % en el 2004 (INEI).
Es por este motivo que la nación oprimida de trabajadores del campo y la
ciudad identifican su fracaso social y económico no solo con Toledo sino
con todos los partidos políticos liberales llegando a rechazar toda la
“democracia” pro-imperialista. Ante esta crítica situación de la institucionalidad capitalista, los lideres de la derecha han salido a proponer la necesidad de refundar el Estado o de aplicar reformas. Lo que hay que decir es que la política de reformas o de refundación del Estado son respuestas de forma. El problema de fondo es que este Estado bajo las bases capitalistas no sirve para solucionar las demandas del pueblo pobre y trabajador peruano. El Perú ha tenido innumerables políticas de reforma y 13 constituciones desde 1821. El Estado burgués peruano no es mas que un grupo que administra los negocios de los capitalistas extranjeros y nacionales. Y para la defensa de los intereses de estos tienen a las FFAA y las policiales. Es por esta razón que las empresas mineras hacen lo que les da la gana y no pagan las regalías, es decir sus impuestos por la exploración y explotación de nuestros recursos naturales. Al contrario, se limpian el trasero con las demandas de todo nuestro pueblo campesino. Tampoco es cierto lo que dicen los intelectuales y analistas políticos burgueses cuando se refieren a que en los lugares donde ha habido estallidos o rebeliones sociales hay ausencia o crisis de Estado. ¡Esta es una vil mentira!. ¿Acaso durante la insurrección de Ilave no estaban presentes las fuerzas policiales, la fiscalía, la municipalidad y otras instituciones? Claro que si. Lo que demuestra la rebelión popular de Ilave es justamente el fracaso del Estado capitalista peruano para poder resolver las tareas fundamentales, como la corrupción, porque este mismo se alimenta y vive de la corrupción. Es ante estos problemas, como los de Ilave, que los partidos han comenzado a realizar reuniones entre los diversos grupúsculos políticos de derecha y de izquierda con perspectivas electorales. Los partidos pro-capitalistas tratan de construir Frentes Políticos para llegar con alguna base social al gobierno. En este sentido se han realizado varias conversaciones entre Acción Popular (AP), el Partido Popular Cristiano (PPC), Solidaridad Nacional (SN), el Partido Humanista del Perú (PHP), el Partido por la Democracia Social (PDS), etc. para poder constituir frentes políticos y así poder asegurarse la victoria en las elecciones presidenciales del 2006.
Por su lado, el Partido Aprista Peruano (fundado por Víctor R. Haya de la
Torre) y su líder Alan García declaran “...que lo mas importante es
comenzar a reunirse con las organizaciones sociales que son las que tienen
representación popular en el país..”. Y esto es cierto. Ninguno de los
partidos de derecha tienen bases mínimamente significativas. Lo mas
probable es que todos estos partidos pro-patronales queden rezagados en
las próximas lides electorales debido a su mala administración de los
gobiernos regionales y las municipalidades que tienen en sus manos.
Esto lo sabe muy bien el APRA y es por eso que de manera mas astuta ha
empezado a conversar con los diversos gremios del movimiento de los
trabajadores con miras a erigir un Frente Social que le pueda dar una base
social en un futuro gobierno. Esto le puede dar algunos frutos, pero les
será muy difícil deslindar con lo pésimo administradores que han sido
sus presidentes regionales y alcaldes. Tanto la derecha como la izquierda no entiende que lo que se necesita es una organización que defienda a los trabajadores, pero que también defienda a los microempresarios y sea capaz de establecer un dialogo firme con los empresarios nacionales alrededor de objetivos de reconstrucción económica y bienestar social. Hay que dar la batalla en el terreno electoral pero, sobre todo, construir poder, mas allá de la coyuntura, para el presente y para el futuro. Un futuro que deje de lado el chauvinismo idiota y que se siente en la mesa de negociaciones con nuestros hermanos chilenos para resolver pacificamente nuestros problemas. Mientras tanto, todo el país se encuentra sitiado por los conflictos. Nuestros compañeros campesinos agricultores están en pie de lucha demandando atención a su sector. En el Cusco estan tomando la mina Tintaya; El Colca en Arequipa y los UROS en Puno se encuentran en movilización exigiendo el control popular de los recursos económicos generados por el Turismo; los trabajadores de salud y los obreros de Construcción Civil lo hacen por mejores salarios; los azucareros y las regiones por mas presupuesto, porque las transnacionales mineras paguen las regalías y contra las privatizaciones; los estudiantes de San Marcos y el Cusco por sus reivindicaciones y más presupuesto, etc. En realidad, todas estas acciones y levantamientos como los de Ilave, Ayacucho, Yurimaguas, Andahuaylas, pueblos indígenas, Espinar o El Colca no son más que los pequeños temblores que avizoran el gran terremoto que va a sacudir a todo el Perú, la región andina, latinoamericana y mundial. Ante toda esta situación de luchas dispersas los dirigentes de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) prefieren seguir en el Acuerdo Nacional del gobierno (financiado por el imperialismo). Carneros ! Por este motivo, la organización de una Fuerza Nacionalista que sea Popular y Revolucionaria es de necesidad urgente. Hay que plantear la necesidad de coordinar con los dirigentes de todos los sectores sociales, Frentes Regionales, Federaciones-Centros de Estudiantes y demás agrupaciones la organización de una fuerza nueva que se estructure para derrocar a este gobierno miserable y lacayo del imperialismo, para luego tomar el poder e instaurar un gobierno fuerte con el apoyo de la mayoria del pueblo peruano. Frente a las teorías políticas de los que dicen de que nuestro pueblo no esta preparado para gobernarse, nosotros les respondemos que el movimiento de los trabajadores a demostrado en infinidad de veces, que lo que menos le falta es ganas para dirigir su destino. |
Cesar Zelada |