EL ALCAZAR DE TOLEDO

  Quien al oir VIVA ESPAÑA !  
  con un VIVA ! no responde  
  si es hombre, no es español  
  si es español, no es hombre.  

     Producida la Revolución bolchevique en Rusia y consolidada ésta en 1923, era de esperar que se utilizaría la magnífica posición geopolítica euroasiática de la vieja Rusia para que los ideólogos del bolcheviquismo expandiesen su Revolución Mundial desde la flamante Unión Soviética. Esa Unión Soviética que era ya un proyecto de Gobierno Mundial, que comienza inmediatamente a exportar su "revolución" al resto del mundo, en particular, Europa Occidental.    

     Vemos experimentos soviéticos fructificar con éxito provisorio en Hungría bajo el régimen terrorista de Bela Kuhn y en Baviera bajo Kurt Eisner. Ambos, sin embargo, fracasaron debido a la reacción de las instituciones armadas y el rechazo de vastos sectores de sus Pueblos, como así también debido a que la Unión Soviética no pudo brindarles el apoyo necesario por estar ella misma sumida en la Guerra civil que enfrentó a los bolcheviques con su Ejército Rojo de Trotzky contra las Fuerzas Leales Blancas al mando de los Generales Deniken y Wrangel.

    De la experiencia recogida, la Revolución Mundial Marxista fue sacando sus conclusiones. Fue aprendiendo sus lecciones. Se fue perfeccionando por un lado lo estratégico de la infiltración de los regímenes "democráticos" de Europa Occidental y por el otro lado se fue consolidadndo la estrecha colaboración con las fuerzas del capitalismo internacional con su poder financiero y su control sobre los medios de difusión masiva que le darian la "cobertura" que requeririan.

     Era de esperarse, entonces, que esta revolución o, llamemosla por su verdadero nombre, esta subversión se propagara tras la Primera Guerra Mundial por toda Europa. Una de sus más lamentables víctimas fue España. La infiltración de los sindicatos obreros españoles y la creciente agitación popular fueron acorralando a las fuerzas tradicionales que no supieron enfrentarlas y mucho menos contrarestarlas, llegandose así al mes de abril de 1931 en que el Rey de España, Alfonso XIII abdica al trono y abandona el país. Al mes siguiente se inicia una campaña generalizada de todas las fuerzas subversivas que se exterioriza en la quema de iglesias y ataques a militares y civiles. Esta guerrilla podía proceder impunemente gracias a la permisividad del Primer Ministro Alcalá Zamora, sefardita de larga trayectoria en la izquierda revolucionaria.

     Dos años más tarde, en 1934 el Ministro de Gobierno Español, Francisco Largo Caballero pacta con el embajador soviético, Rosenberg, el envío de "asesores y consultores" rojos a España. Entre éstos se destacan el famoso Ilya Ehrenburg, Leo Jacobson y Bela Kuhn de cuya actuación en Hungría ya hemos hablado. Simultáneamente, en octubre de 1934 se produce un levantamiento pro-comunista en Asturias que es sofocado. La España sana y tradicional iba reaccionando. Gil Robles organiza el sector Anticomunista de la Confederación Española de Derechas Autónomas y José Antonio Primo de Rivera pone en pié a las juventudes españolas contra el bolcheviquismo, estructurando la Falange. En febrero de 1935 el diputado Carlos Lopez denuncia en las Cortes como la Masonería iba reblandeciendo la disciplina en el Ejército y propiciaba desordenes pro-comunistas. La violencia, el terror y el desorden, iban en una cresciente incendiaria que llevaría a la catástrofe.

     Ya en 1936, en apenas 4 meses se producen incendios en 170 templos, 70 clubes, 10 periódicos con 300 muertos y 1400 heridos. José Calvo Sotelo, el famoso político español, denuncia al comunismo, diciendo que el país está siendo llevado a éste y el gobierno lo prende y fusila poco tiempo después. La subversión generalizada recibe enorme apoyo de Francia, al asumir al gobierno frances el Frente Popular, bajo la dirección de Leon Blum (alias Karfulkstein) el 4 de junio de 1936. Su gobierno, eminentemente integrado por comunistas, socialistas y anarquistas era el fiel reflejo de lo que en aquella época los conservadores ingleses llamaban "las fuerzas del judeo-marxismo".

     La eclosión se produce el 17 de julio de 1936 cuando surge una rebelión anticomunista en el ejército español. La revolución es liderada por el Gral. José Sanjurjo quien muere al poco tiempo, quedando el liderazgo consolidado en el Gral. Francisco Franco. El jefe de los Falangistas, Jose Antonio Primo de Rivera, quien había sido arrestado pocos meses antes en Madrid, era transladado a Alicante y fusilado por órden del Presidente Manuel Azaña. En Barcelona, el cónsul soviético, Antonoff Avscelko siguiendo directivas del embajador Rosenberg, distribuye cuantiosas armas entre los rojos y los agentes moscovitas para eliminar toda oposición. Se asesinan a más siete mil sacerdotes, 12 obispos y millares de jóvenes nacionalistas. Mientras tanto, la prensa internacional se vuelca sospechosamente y al unísono a favor de las fuerzas comunistas. El famoso periodista judeo-americano, Herbert Matthews del New York Times propaga alabanzas a los comunistas españoles. Y estos, siguiendo la usual táctica subversiva son identificados como "democráticos". En los Estados Unidos el rabino Louis Mann y Albert Einstein, fundan el Comité Norteamericano para ayudar a la Democracia en España" En medio de una verdadera orgía de sangre estos buenos demócratas aprovechan, el 25 de octubre de 1936, para transladar la totalidad del tesoro del Banco de España a Odessa en la Unión Soviética, un total de 510.079 kilogramos del más fino oro ! Evidentemente estos "revolucionarios" volvían a manifestar su milenaria pasión y sed por el oro....

     Esta Guerra Civil Española habria de durar más de tres años. Y España pudo salvarse de caer en el abismo bolchevique gracias a la ayuda prestada por los gobiernos nacionalrevolucionarios de Alemania e Italia: el Nacionalsocialismo y el Fascismo. Igualmente, cuando tras la Segunda Guerra Mundial los aliados de la Plutocracia y del marxismo quisieron matar a España con el hambre, fue el gobierno nacionalrevolucionario argentino, por medio del Justicialismo del Gral. Juan Domingo Perón, el que ayudó a España a sobrevivir el ataque.

     Pero dentro de esta lucha titánica -que representa tan sólo un capítulo más de la Gran Lucha del siglo 20 entre los Pueblos del mundo y la Sinarquía liberal-marxista-, la Guerra Civil Española nos dejó un símbolo que brillará por los siglos. Ese símbolo se concentra en el Alcázar de la ciudad de Toledo.

     Toledo, poca distancia al sur de Madrid es sitiado por los rojos que -sin embargo- no pueden tomar su fortaleza, el Alcázar. Ahí está el Coronel José Moscardó con mil hombres nacionales y leales, dispuestos a morir hasta el último hombre con tal de salvar, no sólo el Honor de cada uno, sino el Honor Nacional. La muchedumbre armada que sitia el Alcázar, en número de más de 12.000 exigen la rendición del Alcázar. Moscardó se niega.

     Pero los sitiadores no conocen ni Honor ni les importa la Dignidad. El jefe rojo aprovecha que se ha capturado a un hijo del Cnel. Moscardó de tan sólo 17 años y le comunica (por una línea telefónica de emergencia con el Alcázar) a Moscardó que si no rinde el Alcázar dentro de un plazo de diez minutos, hará fusilar a su hijo, Luis. A continuación le agrega que para que vea que lo que dice es verdad, pondrá a Luis en el teléfono. Se inicia entonces un emotivo diálogo -entre el padre y el hijo- que en su austeridad, en su varonil emotividad ha quedado grabado como ejemplo de Voluntad de Servicio y Sacrificio por una Causa Digna en todos los corazones auténticamente Nacionales.

Al escuchar la voz de su hijo, Luis, el Cnel. Moscardó le pregunta:  "Qué hay hijo ?"

Luis le responde: "Que dicen que me van a fusilar si no rindes el Alcázar".

El viejo coronel le responde: "Pues, encarga tu alma a Dios, da un grito de VIVA ESPAÑA !  y muere como un Patriota"

Luis apenas responde: "Un beso muy fuerte, papá...."

Y dirigiendose nuevamente al jefe bolchevique, el Coronel le grita: "Puede ahorrarse el plazo que me ha dado, pues EL ALCAZAR NO SE RENDIRA JAMAS !"

     Y así fue. Pues los sitiados siguieron resistiendo durante dos meses y seis días hasta que finalmente fueron liberados por las Fuerzas Nacionales del General Varela el 27 de setiembre. Y ahí la frase célebre del Coronel  a su jefe: "Sin novedad en el Alcázar mi general". Al día siguiente aparecía Franco, que fue saludado por el coronel con estas palabras: "Mi general, le entrego el Alcázar destruído, pero el honor queda intacto". A lo cual contestó el caudillo: "Héroes del Alcázar, vuestro ejemplo perdurará a traves de las generaciones. Yo os saludo y abrazo en nombre del Patria. La história será pequeña para la grandeza de vuestros hechos". 

     Esa voluntad de resistir de los sitiados, ese ejemplo de abnegación y servicio del Cnel. Moscardó se convirtieron en un símbolo que sirvió de inspiración, no tan sólo a los españoles en su lucha contra el bolcheviquismo, sino también a todos los Pueblos Occidentales que aun hoy prefieren morir luchando contra las fuerzas coaligadas del supercapitalismo internacional y del marxismo internacional, antes de sucumbir cobardemente, traicionando a las futuras generaciones.

     Para los Nacionalrevolucionarios de todo el mundo, el ALCAZAR DE TOLEDO es y será un símbolo viviente de nuestra lucha.

Colaboración de Adrian Salbuchi para la revista Historia NR número 4 (Diciembre de 1985)