LA GUERRA EN MEDIO ORIENTE: UN ALERTA PARA LA ARGENTINA

Investigación y redacción: Adrian Salbuchi

 

El trágico conflicto en Medio Oriente está lejos de ser resuelto a pesar del momentáneo cese de fuego vigente. La mayoría de los observadores internacionales coinciden en que la invasión israelí al Líbano de las últimas semanas conforma apenas una batalla previa dentro de una guerra mucho más amplia, que tiende a agudizarse y extenderse por todo el Medio Oriente, y esa batalla la ha ganado Hizbollah. Según el impactante titular en la portada de “The Economist” de Londres, “Nasrallah ganó la guerra”([1]), previendo que “hay días negros por delante en el Medio Oriente”.

La encrucijada que se ha planteado es que el Ejército Israelí ya no sabe cómo ganar esta guerra, y el pueblo israelí ya no sabe cómo perderla.

Hoy, El Traductor Grafico traza algunos lineamientos que ayudan a comprender los orígenes de este conflicto; su posible desarrollo en las semanas y meses por venir; y su creciente y potencialmente peligroso impacto sobre la Argentina.  Queda así complementado lo que expusimos en nuestra edición No. 39 de fecha 9 de mayo de 2006 bajo el título “Israel atacará a Irán” (www.eltraductorradial.com.ar) ya que en estos momento Irán es – insistimos – el principal blanco geopolítico anglo-estadounidense-israelí en esa región.

Israel pasó el “punto de no retorno”

La Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidos propiciado por Estados Unidos fue absolutamente necesario para el Estado de Israel, por cuanto sus fuerzas armadas estaban perdiendo rápidamente su guerra contra Hizbollah, y necesitaban un urgente respiro que les permitiera reconstruir sus fuerzas, rediseñar su claramente fallida estrategia militar y diplomática, reponer el cuantioso material bélico destruido, y – en general - lamer sus heridas. 

Los efectos políticos de la derrota israelí y la victoria de Hezbollah son de gran trascendencia.  Todo indica que Israel se ha disparado un tiro en el pie ya que la torpeza e impericia del gobierno de Ehud Olmert han debilitado significativamente la defensa del interés nacional israelí, probablemente de manera irreversible. 

Al histórico odio y encono de los pueblos musulmanes hacia Israel – que perciben como un Estado intruso en su región, martirizador de palestinos y libaneses – hoy se suma la abrumadora condena de la opinión publica mundial ante la flagrante barbarie israelí que no titubeó en asesinar indiscriminadamente a hombres, mujeres y niños en el Líbano y Palestina. 

Contradictoriamente, Israel se ufanó de contar con bombas de precisión y armamento “inteligente” al tiempo que bombardeó caravanas de refugiados, viviendas, escuelas, hospitales, y refugios repletos de civiles, llegando a atacar puestos de la ONU, asesinando su personal a plena luz del día. 

Israel ha destruido al Líbano.  Al hacerlo no titubeó en asesinar a miles de sus ciudadanos con la excusa de rescatar a dos de sus soldados que, para colmo, tras la desmedida carnicería desatada por sus militares, hoy permanecen en manos de Hezbollah.  Un verdadero absurdo que lleva al mundo a preguntarse algo por demás evidente: ¿Valen igual la vida de un israelí y la de un libanés o palestino?  Ya la opinión pública mundial se viene planteando similar pregunta en torno a los cientos de miles de civiles iraquíes asesinados y heridos por las tropas estadounidenses y británicas desde la escandalosa invasión de Irak en marzo 2003, en cumplimiento de objetivos estratégicos sionistas ([2]).  La insolente hipocresía y los “dobles estándares” del imperio anglo-estadounidense-israelí han quedado al descubierto.

En verdad, pareciera que a partir de esta guerra de rapiña desatada por el sionismo internacional, el Estado de Israel ha pasado un punto de no retorno en su breve y azarosa vida.  Pareciera que Israel ha dejado de ser un Estado viable, dado que su existencia pacífica se ha tornado imposible, lo que de ahora en más lo obliga a vivir en un estado de guerra permanente con sus cientos de millones de vecinos musulmanes.  Una perspectiva claramente aterradora para sus ciudadanos. 

Para poner este análisis en su justa perspectiva, es preciso recordar que desde hace varios siglos los pueblos musulmanes vienen siendo sistemáticamente agredidos, invadidos y expoliados por Occidente: primero fueron Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética; hoy, es Estados Unidos, las grandes empresas petroleras occidentales y el minúsculo mas muy poderoso Estado de Israel con sus 7 millones de habitantes, nefasto “regalo” que aquellas potencias coloniales dejaron en las milenarias tierras musulmanas antes de replegarse a Europa.

En los años cuarenta del siglo pasado, Israel fue impuesta por la diplomacia occidental al tiempo que la guerrilla sionista se abría paso utilizando las peores tácticas terroristas, a sabiendas que sus títulos para reclamar una porción territorial en Tierra Santa eran sumamente débiles, sino abiertamente insostenibles.  Se recurrió entonces a milenarias tradiciones y a textos antiguo-testamentarios que relatan una vaga “promesa de Dios” que hace de los hebreos “Su pueblo elegido”, a fin de justificar la entrega de Palestina a judíos mayormente europeos y estadounidenses, cuya descendencia de los bíblicos hebreos está muy lejos de haber sido comprobada. 

De forma tal que, al confundir una promesa teológica con una praxis política, el sionismo obliga a plantear la legitimidad de tal “promesa de Dios”.  Incluso, si se aceptara la legitimidad de dicha “promesa” como un acto de Fe, debemos entonces como ciudadanos del siglo XXI preguntarnos para qué fue “elegido” dicho pueblo… 

Si nos circunscribimos estrictamente al plano político que, en nuestra opinión, no debe confundirse con la religión, entonces puede entenderse la lógica que movilizó a los “padres fundadores” de Israel - Chaim Weizman, David Ben-Gurion, Menahem Beghin, Yitzakh Shamir, Levi Eshkol, Menahem Beghin, Golda Meir, Moshe Dayan y otros sionistas - quienes tras la segunda guerra mundial percibieron una excelente oportunidad para forzar la mano y torcerle el brazo al mundo, imponiendo la creación del “Estado de Israel” en Palestina, pasando por alto el descalabro geopolítico que ello implicaba para el Medio Oriente de la posguerra. 

La oportunidad parecía excelente.  A fines de los años cuarenta del siglo pasado acababa de terminar la segunda guerra; los ingleses que se habían adueñado de Palestina en 1919 estaban cansados de la guerrilla sionista y terminaron lavándose las manos transfiriéndole el problema a la flamante ONU - Organización de las Naciones Unidas ([3]); la ONU, a su vez, no supo bien qué hacer y cuando mandó su mediador el Conde de Bernadotte con una propuesta razonable de partición territorial entre judíos y palestinos, el grupo terrorista sionista Stern liderado por Yitzakh Shamir lo asesino; y, por último, la persecución de los judíos en Europa estaba muy fresca en la mente publica lo que generaba una gran corriente de simpatía a favor de la causa sionista. 

Los fundadores del Estado Sionista vieron aquella “ventana de oportunidad” y dieron un audaz golpe de mano, logrando imponer su Estado en 1948, utilizando el terrorismo como arma principal para expulsar a más de un millón de palestinos (la matanza de civiles palestinos a manos de la los grupos terroristas sionistas Stern e Irgun en el pueblo de Deir Yassin es apenas un símbolo de aquella barbarie). 

Con semejante “certificado de nacimiento”, era obvio que la  guerra con los vecinos árabes sería inevitable; de la misma manera como el inicuo y miope Tratado de Versalles de 1919 impuesto a Alemania, garantizó una posterior y más sangrienta guerra mundial al crear una situación política europea insostenible para Alemania, lo que le vino como anillo al dedo a Adolf Hitler.

 

¿Quo vadis, Israel?

Los próximos meses serán cruciales para el sionismo.  En Israel, los soldados reservistas se mantienen en alerta por cuanto se sienten traicionados por los altos mandos militares del gobierno de Ehud Olmert, que los mandó a combatir en el Líbano sin los pertrechos y la logística adecuada.  Las últimas encuestas indican que el 63% de la opinión publica israelí ([4]) está en contra de la manera cómo su gobierno manejó la guerra contra el Líbano, y el anuncio de que el gobierno realizará una investigación sobre los errores militares cometidos por Israel carece de credibilidad al quedar en manos del propio padre de la criatura, el ministro de defensa Amir Peretz ([5]).

Se prevé, entonces, la inminente caída del gobierno Olmert, con el consiguiente llamado a elecciones generales, las que seguramente encumbrarán nuevamente en el poder al partido Likud y su jefe, el radicalizado ex-primer ministro Benjamín Netanyahu quien previsiblemente promoverá un nuevo, más vasto, violento y ambicioso expansionismo militar israelí en la región, corrigiendo, desde luego, los errores cometidos en el Líbano.  Es posible que este recambio gubernamental se demore hasta después de las elecciones legislativas en los Estados Unidos previstas para el próximo 7 de noviembre aunque, por más que se produzca una probable derrota de los Republicanos, el irrestricto apoyo norteamericano a Israel no decaerá por cuánto si los Demócratas ganan terreno, sus políticas son tan pro-Israel como las de los Republicanos.

De manera que en los próximos 60 o 70 días, veremos la probable caída del gobierno Olmert, elecciones en Israel y Estados Unidos y, salvo un insólito triunfo del laborismo israelí moderado – lo que es muy improbable en un país que vive un ambiente radicalizado por la guerra – seguramente habrá un nuevo gobierno de ultraderecha del Likud aliado al Kadima, el partido fundado por Ariel Sharon y Ehud Olmert, junto a otros partidos favorables al expansionismo militar de la ultra-derecha fundamentalista sionista tendientes a recrear el sueño imperial del Eretz Israel.

Ello permite también prever renovada violencia entre Israel y sus vecinos, ya no solo en Palestina y el Líbano sino también respecto de Siria y, muy especialmente, Irán que hoy conforma el objetivo central de la geopolítica sionista, para lo cual cuentan con el total apoyo de Estados Unidos.  En nuestro ya citado artículo “Israel atacará a Irán” de mayo pasado, desarrollamos un probable escenario bélico en el que Israel iniciaría una acción bélica contra Irán arrastrando a los Estados Unidos a la contienda con resultados imprevisibles, por cuánto se utilizarán armas muy poderosas – del tipo bunker busters e, incluso, artefactos nucleares –, lo que acarreará consecuencias imponderables. 

Un ataque de este tipo y magnitud contra Irán ya no será una mera acción contra poblaciones con baja capacidad de defensa y contra-ataque como son los casos de Palestina y el Líbano.  Irán es una nación orgullosa y organizada, que dispone de poderosas Fuerzas Armadas y que ha forjado sólidas alianzas geoestratégicas con Rusia y China, entre otras naciones.

Resulta significativo lo que publica el prestigioso diario británico, London Sunday Telegraph (27-Ago-06), dando  cuenta que “Israel ha nombrado a un general de alto rango para supervisar los planes para una eventual guerra contra Irán, lo que ha disparado especulación de que Israel prepara una posible acción militar contra el programa nuclear de Teherán.  El Mayor General Elyezer Shkedy, jefe de la fuerza aérea israelí, será el comandante supremo para el “Frente Iraní”, informaron fuentes militares al London Sunday Telegraph.  Esta noticia fue conocida pocos días antes del vencimiento del plazo dado por las Naciones Unidas a Irán para que abandone su plan nuclear”.  Según este periódico, “El Gral. Shkedy, quién fuera nombrado hace dos meses, coordinará toda la inteligencia reunida por la agencia de espionaje israelí, Mossad y por fuentes militares, a fin de preparar los planes de guerra…. Todos están especulando con fechas y plazos pero la lista de opciones es cada vez más corta….”.  Concluye este análisis diciendo que, “Oficialmente, Israel enfatiza que no quiere tomar la iniciativa en atacar a Irán, y que una campaña masiva de ataques aéreos seria mejor si fuera liderada por los Estados Unidos que ya tiene fuerzas en Irak que se encuentran mucho más cerca a blancos en Irán”.

Probablemente hoy sea inevitable este enfrentamiento entre, por un lado, Israel, Estados Unidos y Gran Bretaña atacando desde Israel, Irak y posiblemente Afganistán (con Israel actuando como disparador) y, por el otro lado, Irán, Siria y varios países musulmanes.  Como dijéramos, el Estado de Israel ha pasado el punto de no retorno, y se ha tornado en un país inviable al que sólo le queda la opción de huir hacia adelante, aunque esa “huida” implique grandes sacrificios en términos de vidas humanas y bienes materiales de su parte. 

¿Qué harán los demás países musulmanes?  Egipto, Arabia Saudita, Jordania, Libia…? No solo en el plano militar, sino también a través de acciones de terrorismo global contra Estados Unidos, Europa, Australia, incluso Argentina, Colombia, Chile…?  Más importante aún, ¿qué harán Rusia y China?   Y, la Unión Europea…?

Claramente, tenemos todos los ingredientes para una devastadora guerra de alcance mundial.  Puede que nos encontremos a pocos meses de una gran hecatombe - ¿la mayor de la historia de la humanidad? - en Medio Oriente, que podría dividir a la sociedad israelí de manera tajante y como jamás ha ocurrido en toda su historia. 

Una fractura dentro del Estado de Israel

Cuando estalle esa nueva guerra en Medio Oriente, veremos agudizarse la gran fractura política y social dentro de Israel que se viene incubando desde hace décadas, y que mostrará que, en realidad, existen dos Israel: una militarizada y en permanente guerra o “defensa ofensiva”, y otra que desea vivir en paz con sus vecinos. 

La Israel Guerrera la conforman los fanatizados grupos de colonos; la ultra-derecha religiosa; los militantes de los partidos Likud y Kadima; los seguidores de Sharon y Netanyaju apoyados por combatientes inspirados por el espíritu de Baruj Goldstein ([6]) que provienen de diversas partes del mundo y que se dan cita en Israel; los modernos celotes que creen revivir la epopeya de Massada ante Roma pero que hoy cuentan con los tanques, misiles, cazabombarderos F16, helicópteros Blackhawk y la artillería de las Fuerzas de Defensa Israelí; los operativos del Mossad; del Shin-Beth y de las fuerzas de seguridad.  Seguramente, hasta desde la Argentina irán muchos jóvenes judíos a combatir por Israel, como ya lo hicieran en los años 60 y 70 con motivo de las guerras de los Seis Días y de Yom Kippur..

Pero la vida en Israel se transformará en un infierno.  Habrá otra parte de su población – la mitad, quizás - que conforma la Israel Pacífica y que no soportará vivir en un estado de guerra permanente.  Esa parte de la población preferirá buscar otros rumbos.  Se trata de sectores moderados, amantes de la paz, hombres y mujeres cosmopolitas y cultos que rechazan las políticas agresivas de sus dirigentes sionistas.  Esos dos o tres  millones de ciudadanos israelíes que desean vivir en paz ya no podrán hacerlo en Israel, y si se les ofrece la dolorosa opción de abandonar físicamente Israel o permanecer en un país signado por la guerra - incluso atómica – con sus ciudades bajo permanente ataque, entonces seguramente sentirán que esa urgencia de vivir tranquilos será aún mayor que el mandato bíblico de permanecer en Palestina. 

La opción para ellos será, entonces, la de emigrar, pero la gran pregunta entonces es: ¿adónde?  Una parte de esos millones de ciudadanos israelíes seguramente podrá elegir retornar con sus familiares en Estados Unidos, Europa y otras partes; pero sólo se trata de una parte menor.  Para la mayoría de esos dos o tres millones de ciudadanos israelíes, la solución emigratoria deberá orientarse hacia otras tierras.   La vasta red mundial de organizaciones sionistas tiene hoy la tarea de planificar cómo habrá de resolverse esta encrucijada, al igual que hicieron con otras crisis de los judíos en el pasado.

Hablando de Irán, Giora Eiland, ex asesor de seguridad nacional de Israel declaró hace poco a la prensa que “el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad estaría dispuesto a sacrificar la mitad de Irán para poder eliminar a Israel”. ([7])   Interesante concepto que quizás sirva de ayuda para entender la mentalidad sionista que a menudo parece proyectar inconscientemente sobre sus enemigos – hoy los satanizados iraníes - sentimientos e ideas que anidan en su propio ser y que empiezan a despertar entre la dirigencia sionista, como es la de desplazar a mitad de la población israelí para salvar al Estado de Israel, el que subsistirá como una suerte de gran cuartel militarizado poblado de ciudadanos muy aguerridos.

La prioridad absoluta del sionismo internacional es la supervivencia del Estado de Israel en Tierra Santa; es su raison d’etre.  Sin Israel, desaparece el sionismo, y – en un caóticamente “democratizado” siglo XXI – si desapareciera el sionismo internacional y se dejara a las comunidades judías de la Diáspora a la deriva, entonces se corre el riesgo de que las mismas sean absorbidas por las naciones gentiles en las que habitan.  ¡¡La temida asimilación  tan odiada por las dirigencias sionistas!!  

De manera que, aunque más no sea como símbolo planetario, el Estado de Israel debe mantenerse en pie a cualquier precio, contra quién sea, y caiga quien caiga.  La bandera azul y blanca con el Mogen David habrá de flamear por siempre sobre Palestina como un mensaje perenne para el mundo entero, reiterado día tras día, urbi et orbi.

El sueño de Theodor Herzl: crear DOS  Estados sionistas: uno en Palestina y otro en Argentina

¿Habrá entonces llegado el momento de activar un antiguo y adormecido - mas no abandonado - proyecto de conformar un segundo Estado judío, el de las “posibilidades prácticas”, según lo definiera alguna vez el sionista ruso Leon Pinsker en el siglo XIX, y propuesto por el fundador y padre del sionismo, el abogado vienés Theodor Herzl?

Ese segundo Estado judío podría ubicarse en la Argentina tal como lo propone explícitamente el propio Herzl en su libro fundacional del sionismo, Un Estado Judio publicado en 1896, uno de cuyos capítulos lleva el significativo título ¿Palestina o Argentina? y que dice textualmente:

“¿Palestina o Argentina?

¿Hemos de elegir Palestina o Argentina?  Tomaremos lo que se nos dé y lo que elija la opinión pública judía.  La Jewish Society (con sede en Londres) determinará sobre ambos puntos.  Argentina es uno de los países más fértiles del mundo, tiene una vasta extensión, una baja densidad poblacional y un clima templado.  La República Argentina derivaría considerable beneficio si cediera una porción de su territorio a nosotros.  La actual infiltración de judíos ha generado indudable descontento, y sería necesario esclarecer a la República (Argentina) respecto de la diferencia intrínseca de nuestro nuevo movimiento.  Palestina es nuestro hogar histórico, siempre en nuestra memoria.  El solo nombre de Palestina atraería a nuestra gente con una fuerza de maravilloso poder.  Si Su Majestad el Sultán (de Turquía) nos entregara Palestina, nosotros a cambio asumiríamos regular todas las finanzas de Turquía.” ([8]) 

La creación de un segundo Estado israelita conformaría un objetivo a largo plazo del sionismo internacional aún por realizar.  Su propósito sería el de dar refugio a aquella parte de la población pacífica israelí cuando llegue el momento de huir de los horrores de las guerras sionistas en Medio Oriente.  ¿Una suerte de “Estado de Judea”Nueva Judea / Nai Judea – hermanado al Estado de Israel, como reflejo contemporáneo de la milenaria historia bíblica de los dos reinos hebreos: Israel y Judea?    ¿Estarán maduros los tiempos para dar a luz a ese nuevo Estado israelita en la Patagonia – tanto argentina como chilena – siguiendo el centenario consejo de Herzl? 

Este marco nos permite comprender mejor algunos fenómenos que señalarían la existencia de una suerte de amplia ingeniería geopolítica aplicada a nuestro territorio nacional, centrada en la Patagonia, que incluye:

·         la pérdida del control militar sobre la Patagonia tras la Guerra de Malvinas (1982), luego sellado por los tratados de rendición ante Gran Bretaña firmados por el ex-presidente Carlos Menem y su entonces canciller Domingo Cavallo en Madrid y Londres en 1990 ([9]);

·         la quimera alfonsinista de mudar la Capital de la Nación a Viedma/Carmen de Patagones (1985), que pretendió plantear en el imaginario colectivo la idea de “dos capitales” para la Argentina, como paso previo a la conformación lisa y llana de dos Argentinas;

·         las sucesivas y cada vez más graves crisis de deuda externa de los últimos años, que tienden a desembocar en una ulterior exigencia de “canjear deuda por territorio”;

·         la venta irrestricta y sin controles de enormes extensiones de tierras - tanto en Argentina como en Chile - a “inversores” externos y supuestos “filántropos ecologistas”;

·         la total omisión e incapacidad de los gobiernos de turno de promover la ocupación efectiva de la Patagonia, y de impulsar políticas demográficas y de crecimiento poblacional mínimamente efectivas y coherentes ([10]),

·         los “movimientos separatistas” en el sur argentino, sospechosamente promovidos desde los grandes centros de poder  del Nuevo Orden Mundial ([11]).

 

Este conjunto de factores políticos, militares, económicos, financieros y demográficos en torno a nuestro territorio patagónico se integra perfectamente dentro de la propuesta de Herzl de hace más de un siglo, según la cual la Argentina podría verse forzada por un complejo conjunto de factores a “ceder una parte de su territorio a cambio de una compensación financiera” – por ej., una quita o waiver en nuestra deuda externa….

No olvidemos que por más que el tema de la deuda externa argentina, haya desaparecido sospechosamente de los multimedios de difusión locales, esa enorme deuda pública sigue absolutamente intacta y pende sobre nuestras cabezas como la fatídica espada de Damocles.  Sigue siendo estructuralmente impagable, especialmente después del fatídico Mega-Canje de Bonos de Deuda realizado por el presidente Néstor Kirchner y su ministro de economía Roberto Lavagna a principios de 2005.  Todo esto queda sólidamente detallado y demostrado en el libro de reciente publicación, “Problemática de la Deuda Pública Externa: I - la Deuda bajo la Administración Kirchner”([12]),  del especialita en deuda pública, Lic. Héctor Giuliano.

Así, cobran nuevo significado las diversas incursiones realizadas desde hace décadas por supuestos “mochileros” israelíes por toda la Patagonia, con el propósito declarado de realizar amplios relevamientos en esa región.  Este tema de larga data fue descripto hace más de veinte años por el matutino “La Nación” de Buenos Aires al informar sobre contingentes de “varios cientos de mochileros judíos (en Santa Cruz) quienes según sus propias manifestaciones realizan un relevamiento de la zona para estudiar el clima, la flora, la fauna y las riquezas potenciales del lugar”, aclarando que, “según opiniones …de los mochileros el relevamiento habría llegado a su fin con resultados favorables como para establecer un asentamiento”, y concluyendo los “mochileros” que “podemos considerar que El Calafate tiene condiciones diez veces mejores que las que poseía Israel en sus comienzos.  Aquí tenemos gas, petróleo, una tierra feraz, abundante agua y un clima adecuado para nuestras necesidades, salvo en invierno, pero esto no es un problema mayor”. ([13])   Casualmente, en 2001 se inauguró un moderno aeropuerto en El Calafate desde cuya pista de aterrizaje pueden operar vuelos intercontinentales con aeronaves de gran porte del tipo Boeing 747…

En un capítulo de su obra fundacional aptamente titulado “La ocupación del país”, Theodor Herzl recomendaba a los sionistas “que toman posesión del país, cumplir tres tareas: 1º, la investigación exacta, científica de la naturaleza de todo el país; 2º, la organización de una administración rigurosa centralizada; 3º, la repartición del país. Estas tareas se encadenan entre sí y han de llevarse a cabo con arreglo al fin, ya bastante conocido....Todo esto será establecido de antemano y conforme a un plan." ([14])

Complementariamente, desde hace unos veinte años se vienen realizado adquisiciones de enormes estancias, montes, montañas, ríos, lagos, bosques, lagunas y extensiones en el sur argentino y chileno por parte de extranjeros, muchos de ellos sionistas declarados o magnates alineados con el sionismo.  Tales son los casos de los auto-denominados “filántropos” y “ecologistas” Douglas Tomkins, Ted Turner, Benetton, George Soros, y Eduardo Elzstain, quienes hoy se encuentran entre los mayores terratenientes de la Argentina.  

Referimos al lector al último capítulo de nuestro libro “El Cerebro del Mundo: la cara oculta de la globalización”, titulado “Argentina privatizada o el canje de deuda por territorio” en el que se describen los posibles mecanismos que permitirán el copamiento y ocupación de hecho – aunque por ahora no necesariamente de derecho – de la Patagonia argentina y chilena ([15])  

Naturalmente, el éxito de este proceso de lento copamiento territorial requiere del imprescindible apoyo y acompañamiento de gobiernos locales que han de subordinarse a estas políticas, ejecutándolas desde los máximos cargos institucionales de la Nación, sea voluntariamente como lo hicieron los presidentes Raúl Alfonsín y Carlos Menem; sea por supina ignorancia como lo hizo el Régimen Cívico-Militar que usurpó el poder entre 1976 y 1983, y el presidente Fernando De la Rúa;  sea por mezquinos y burdos intereses personales y sectoriales como es el caso del actual presidente Néstor Kirchner. 

Sea como sea, siempre se necesitará que algún “presidente-gerenciador” de turno cumpla la función de operador local para promover la creciente disolución y eventual fractura territorial de la República Argentina que hemos descripto, cuyo principal eje corre por el paralelo 40º. 

Quizás un ejemplo particularmente elocuente de todo esto lo hallemos en la figura del financista sionista Eduardo Elsztain, socio en la Argentina del magnate sionista húngaro-estadounidense George Soros.  Nuevamente, el diario "La Nación" en un notable artículo a toda página publicado en su edición dominical del 3 de julio de 2005 bajo el elocuente título Eduardo Elsztain: el dueño de la tierra([16]) describe las actividades inmobiliarias de su Holding IRSA, brindando un amplio perfil de Elsztain, a quién identifica como socio de Edgar Bronfman, presidente del Consejo Mundial Judío (World Jewish Congress - www.worldjewishcongress.org), poderosa institución supranacional pro-sionista en cuyo sitio en Internet aparece un gran icono promoviendo “Apoyar a Israel”. 

Recordemos que a principios de los años noventa, George Soros desembarcó en la Argentina de la mano de Elsztain y, tras “hacer buenos negocios” durante la Segunda Década Infame del menemato, se retiró no sin antes llevarse unos u$s 500 millones en ganancias de nuestro generoso país.  Edgar Bronfman, a su vez, lo nombró a Elsztain tesorero del Consejo Mundial Judío([17]). 

Existen claras y crecientes semejanzas entre este proceso de avance gradual que estamos divisando sobre nuestro país en las últimas décadas, y el proceso impulsado contra Palestina en los años veinte, treinta y cuarenta del siglo pasado, que en 1948 derivó en la vejación del pueblo palestino y el robo de sus tierras por parte del sionismo internacional.  

¿Experimentaremos en un futuro cercano una suerte de “palestinización de la Argentina” con los consiguientes enormes peligros para toda nuestra población, que resultará en futuros conflictos?

Armando el “show”

1) Los dos atentados de Buenos Aires de 1992 y 1994

Dentro de este marco, debemos abordar otro tema muy cercano a nosotros y que permanece abierto como una herida sangrante en nuestra sociedad, como son los dos terribles atentados con bomba contra las sedes de la Embajada de Israel en marzo 1992 y de la AMIA-DAIA en julio 1994. 

Las investigaciones y los juicios en torno a ambos atentados terroristas han sido tortuosos, complejos y falseados.  En el caso de la AMIA, el juez federal Juan José Galeano llegó al colmo de pagar una coima de u$s 400.000 al procesado Carlos Telleldín para que diera falso testimonio que permitiera armar una inexistente “pista iraní” que se alineara con las exigencias provenientes de las embajadas de Estados Unidos e Israel.  Desde hace más de una década las mismas vienen exigiendo que se culpe por ambos atentados al grupo palestino Hamas, al partido libanés Hezbollah, al fundamentalismo islámico en general, y a Siria e Irán en particular.  Si se lograra “probar” algo así, entonces la Argentina le estaría aportando un importante elemento al sionismo para armar un nuevo cassus belli que justifique un ataque de Estados Unidos e Israel contra Irán.  Sin embargo, en lugar de buscar esa inexistente “pista iraní”, debiera investigarse una mucho más plausible pista israelí.

Claramente, hay un operativo en marcha que pretende arrastrar a la Argentina dentro del bando estadounidense e israelí en un próximo conflicto contra Irán, Siria y otros países musulmanes anti-sionistas.   

 

2) La Triple Frontera

Recientemente pudimos comprobar la manera en que, por enésima vez, el matutino "La Nación" desinforma burdamente a la opinión pública para favorecer los intereses de los Estados Unidos e Israel, al publicar un titular en primera página el 18 de agosto de 2006 dando cuenta que "Hezbollah dice que recibe dinero desde la Argentina: Uno de los cabecillas del grupo dijo a LA NACION que el dinero es enviado por musulmanes y cristianos libaneses, pero no dio cifras”. 

En la histeria hoy reinante entre los sionistas de todo el mundo, con este titular "La Nación" claramente pretende dar a entender que la importante comunidad sirio-libanesa residente en nuestro país (tanto musulmana como cristiana) estaría financiando los misiles Katiushka con los que Hezbollah ataca a los  israelíes...  La realidad es, sin embargo, que sectores de la comunidad sirio-libanesa en la Argentina aportan fondos para ayudar a reconstruir el Libano - la Patria de sus padres – devastado en las últimas terribles semanas por las bombas de Israel.

El presidente de la AMIA ha solicitado que se informe sobre estas remesas de dineros realizados por la colectividad sirio-libanesa en la Argentina para ayudar en la reconstrucción del Líbano.  Con igual criterio deben solicitarse informes sobre los montos de dineros girados al Estado de Israel y a la amplia red de organizaciones sionistas en todo el mundo por judíos residentes en la Argentina, y por las propias organizaciones judías locales, como la AMIA, la DAIA, la OSA, Bet-El, Centro Simon Wiesenthal y otras.  Indudablemente los miles de millones de dólares que las mismas han aportado directa o indirectamente al estado de Israel a lo largo de los últimos años han sido utilizados – en parte al menos – para financiar la maquinaria de guerra israelí.

Para concluir, señalemos que lo que hoy ocurre en el Medio Oriente tiene una trascendencia plantearía, por cuanto la lucha de una pequeñísima minoría de la humanidad que apenas representa numéricamente el 0,2% de los seres humanos que vivimos en el mundo, amenaza con arrastrar al mundo entero hacia una hecatombe sin precedentes.  Este insólito fenómeno es de características profundamente antidemocráticas, por cuanto parece imponer los intereses de dicha minoría a la vasta mayoría del resto de los habitantes del mundo que somos el 99,8% de la humanidad.  Este fenómeno también impactará sobre la Argentina.

Nuestra dirigencia política, dentro y fuera del Gobierno, pareciera no entender lo qué está ocurriendo e ignora, casi por completo, cuáles medidas debiera adoptar la República Argentina en defensa de su Interés Nacional ante los previsibles embates venideros que hemos señalado en este breve análisis.

Parte del problema radica en que los multimedios monopólicos locales están controlados por los intereses financieros de las estructuras de poder del Nuevo Orden Mundial y, consecuentemente, se hallan alineados con los intereses y objetivos del sionismo internacional.  De forma tal que, en lugar de ayudar a esclarecer estos hechos, comprobamos que o bien guardan cauto silencio, o brindan una visión distorsionada e interesada, sino abiertamente falsa de los mismos.

Consecuentemente, la única opción que hoy le queda al Pueblo Argentino consiste en despertar a esta realidad, pensar con el cerebro propio, llamar a las cosas por su nombre y comenzar a tomar las riendas sobre nuestro Destino Nacional.

Por último y como corolario de nuestro enfoque, planteamos a continuación algunas preguntas fundamentales que permiten inaugurar un muy necesario y saludable Debate Abierto Nacional sobre esta compleja problemática.

 

[1]) “Nasrallah wins the war” dice el cartel que sostiene un joven libanés parado sobre los escombros de Beirut que aparece en la portada de The Economist  del 19/25 de agosto de 2006.  En su análisis, este prestigioso semanario de política británico dice que “tanto Hassan Nasrallah como Ehud Olmert dicen haber ganado.  Pero en la guerra asimétrica, la prueba de la victoria también es asimétrica.  El primer ministro israelí se propuso la meta absurda de demoler completamente el poder de Hezbollah en el Líbano, y fracasó en el intento.  El más astuto Sr. Nasrallah declaró que para él, la victoria radicaba meramente en sobrevivir y Hizbollah, aunque golpeada, ha sobrevivido.  El ultimo día de la guerra no solo siguió en pie, sino que disparó un record de 246 misiles contra Israel”  

([2]) A través del Project for a New American Century, plan geopolítico que prioriza el interés nacional israelí por encima del estadounidense, y que se transformó en la política oficial de los Estados Unidos, según lo describimos en nuestro libro “Bienvenidos a la Jungla: Dominio y Supervivencia en el Nuevo Orden Mundial” (Editorial Anábasis, Córdoba, 2005, 252 págs.), Cap. V (“El Imperio: Estados Unidos, Reino Unido y Estado de Israel”)

([3]) En 1918, al finalizar la primera guerra mundial en la que los Aliados derrotaron, junto a Alemania y Austria-Hungría, también al Imperio Otomano Turco, Gran Bretaña se apoderó de Egipto, Palestina y Jordania como su “Protectorado” en Medio Oriente.  Ya en 1917, el gobierno británico había emitido su conocida Declaración Balfour, entregada a Lord Rothschild, mediante la cuál el Gobierno de SM se comprometía a promover la creación de un Estado judío en Palestina, propiciando la emigración de judíos europeos hacia Palestina, lo que fue ampliamente financiado desde la Jewish Agency de Londres.  Resulta innecesario aclarar que Gran Bretaña no tenía derecho ni título alguno para entregar a Palestina a los sionistas europeos, aunque siglos de historia nos demuestra muchos ejemplos de este tipo de estrategia de divide et impera impulsada por la geopolítica británica imperial.

([4]) Informe de la televisión BBC World en noticiero del 29-Ago-06.

([5]) Ver The Wall Street Journal, 22-Ago-06, artículo “Israeli Reservists Lead Growing Protest Movement”.

([6]) Médico judío-estadounidense de la ultraderecha fundamentalista quien el 25 de febrero de 1994 abrió fuego con una ametralladora contra los fieles que oraban en la mezquita La Cueva de los Patriarcas en Hebrón, asesinando a más de 40 civiles.  Resulta inexplicable cómo este hombre fuertemente armado pudo atravesar los controles de seguridad del Ejército Israelí en el lugar.  En ese ataque Goldstein se inmolo cual terrorista suicida; hoy su tumba es un lugar de peregrinaje de la ultraderecha sionista.

([7]) The London Sunday Telegraph, 27-Ago-06.

([8]) Originalmente publicado en alemán en Viena bajo el título “Der Judenstaat”, luego traducido a decenas de idiomas.  Para este ensayo hemos utilizado la versión en inglés “The Jewish State”, publicado por el American Zionist Emergenuy Council, Nueva York, Doubleday Publications, 1988.  También hay versión en castellano del año 1944, edición oficial de la Juventud Sionista Argentina, que según informa el copyright fue traducida por Sigifredo Krebs y cuenta con prólogo del Dr. Chaim Weizmann, primer presidente del Estado de Israel

([9]) Descriptos detallada y magistralmente por el Dr. Julio C. González en su obra “Los tratados de paz por la guerra de las Malvinas: desocupación y hambre para los Argentinos” (Ediciones del Copista, Córdoba, 2004)

([10]) Las cinco enormes provincias patagónicas – Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego – tienen una población conjunta de apenas 1.600.000 habitantes; en comparación el diminuto Partido de La Matanza en el Gran Buenos Aires – apenas un punto en el mapa de la Patria – también tiene una población de 1.600.000 almas.  No puede imaginarse una mayor asimetría demográfica, producto de la carencia de un Proyecto Nacional auténticamente integrador.

([11]) Ver artículo “Some in Argentina See Secession as the Answer to Economic Peril” de Larry Rohter aparecido en el matutino estadounidense, The New York Times del 27 de agosto de 2002.  Ver www.eltraductorradial.com.ar donde también hemos colocado una traducción de este importante artículo bajo el título “Algunos en la Argentina ven la secesión como respuesta al peligro económico”

([12]) Grupo Editor del Encuentro, Buenos Aires, 2006, 347 pags..

([13])  Ver “La Nación”, 5 de enero de 1986, Secc. 3, Provincias, Pag. 6. 

([14])  Herzl, The Jewish State, op. Cit., pags. 141 y 142

([15]) También puede consultarse en www.eltraductorradial.com.ar o solicitarselo a eltraductorradial@fibertel.com.ar.

([16]) “La Nación, 03-Jul-2005, Sección 7, "Enfoques", pág. 6; artículo escrito por Alfreodo Sainz.

([17]) Brindamos algunos detalles sobre estos personajes y algunas de sus organizaciones:

·       Edgar Bronfman - presidente del World Jewish Congress, miembro del Council on Foreign Relations; miembro de la organización de choque sionista Anti-Difamation League operada por la logia masónica hebrea B´Nai B´Rith.  Chairman & CEO de Warner Music Group, ex-chairman hasta 1994  y principal accionista de The Seagram Company (bebidas alcohólicas), Vivendi Music, Metro-Goldwyn-Meyer y Universal Studios.

·       George Soros - miembro del Council on Foreign Relations, la Trilateral Commission; fundador de los gigantescos fondos de inversión The Quantum Fund, The Soros Fund, The Dolphin Fund (junto con Marcelo Midlin), protector de Domingo Felipe Cavallo (ver "El Traductor Grafico" No. 26).

·       IRSA - Empresa inmobiliaria fundada de la flia. Elsztain en 1943.  PresidenteEduardo ElsztainGerente Ggeneral: Alejandro Elsztain; Director de Centros ComercialesDaniel ElzstainDirector Negocios Inmobiliarios: Fernando ElsztainAbogado: Saúl Zang; Vicepresidente hasta 2003: Marcelo Midlin (hoy presidente del Dolphin Fund fundado por George Soros, accionistas en Edenor). 

·       Banco HipotecarioControlado por IRSA a través de la socia de Elsztain, Clarisa Lifsic de Estol presidenta del Banco del que Elsztain es vicepresidente.  Entre sus directores hallamos a Jacobo J. Dreizzen (co-artífice junto a Domingo Cavallo del fraudulento Mega-Canje de Junio 2001 que condujo al colapso nacional del 2001/2002) y Daniel Marx (socio de Nicholas Brady –ex secretario del tesoro de EEUU y creador de los "Bonos" homónimos). 

·       Fundacion Endeavour - Presidente en la Argentina: Eduardo Elsztain - Presidenta en EEUU: Linda Rottenberg (miembra del Council on Foreign Relations).  Junto a Elsztain en la Argentina lo acompañan Woods Staton (Vicepresidente y representante de McDonalds), Lisandro Bril (Tesorero, miembro del Grupo de los Cincuenta), Oscar Toppelberg (Secretario y ex-director del Dolphin Fund), María Eugenia Estenssoro (vocal), Santiago Bilinkis (vocal).    Elsztain también reviste en el Consejo Asesor Global de The Endeavour Foundation de Nueva York junto a Ariel Aisiks (Director Ejecutivo de la banca Morgan Stanley), Edward Misrahi (Director de la banca Goldman, Sachs & Co. - Area Latinoamerica), Francisco de Narvaez (CEO,. Next International), Juan Peirano (Grupo VeloxAlvaro Saieh (empresario chileno presidente de Corp Group International Ltd; y miembro de la Americas Society); Susan L. Segal (Chase Capital Partners Lat.Am.Division y presidente de la Americas Society), Fredrick E. Steck (director gerente de Goldman, Sachs & Co.) y Martin Varsavsky (ubicuo "inversor"/especulador argentino; financista de la narco-línea aérea Southern Winds y del portal Educ.ar de Antonito de la Rúa).

·       The Dolphin Fund Management - Fundada en 1990 por Elsztain para administrar carteras de inversiones en mercados emergentes y, en especial, en América Latina. Dolphin maneja Dolphin Latin America, un fondo común de inversiones para el mercado argentino y Dolphin Fund, un vehículo de inversión para inversores internacionales, hoy a cargo de Marcelo Mindlin, socio de Elsztain en IRSA.   Describimos estas organizaciones como muestra de la nutrida red de negocios e intereses locales e internacionales que involucra.