INFORME QUINCENAL DE LA AGENCIA INFORMATIVA KALI-YUGA (OCTUBRE 2009) Analogías históricas AFGANISTÁN Y VIETNAM por Walter Preziosi
Mucho se ha hablado -y en especial en nuestros días tras hacerse cada vez más ostensible el fracaso de la larga guerra que desde hace ocho años viene llevando a cabo EEUU en Afganistán, con un resultado a todas luces catastrófico- de la grandes analogías que han existido con una contienda similar de la que participara activamente la fuerza norteamericana en el Extremo Oriente, en Vietnam, durante unos 11 años y que le resultara también desfavorable en sus resultados con secuelas que aun en estos días se están viviendo. Sin embargo es bueno resaltar aquí ciertas diferencias esenciales entre ambas contiendas, por lo que a nuestro entender resulta a todas luces imposible asimilarlas. En primer lugar habría que decir que si bien en la guerra de Vietnam EEUU luchó en contra de una fuerza irregular llamada el Vietcong, detrás de ésta había una nación organizada que la sostenía abiertamente, el régimen comunista de Vietnam del Norte, el que no solamente enviaba material bélico hacia el sur, sino que también derivaba tropas enteras que endosaban el uniforme de los vietcongs, siendo imposible distinguirlas y además, por si fuera ello poco, dos importantes potencias, China y la URSS, con un conjunto de Estados satélites, apoyaban abiertamente, con material bélico y otros medios, a la causa de los comunistas del Vietnam del Sur. Es de destacar que nada de todo esto es lo que está sucediendo en la actual guerra de Afganistán. Aquí el talibán no solamente no cuenta con el respaldo de dos superpotencias como en el caso de los vietcongs, sino que ni siquiera de Estado nacional alguno. Si bien en algún momento pudo decirse que los talibanes recibían el respaldo secreto del ejército pakistaní, hace un par años en el poder de ese Estado, en la actualidad tal mito se ha disipado totalmente en la medida que tal fuerza está llevando a cabo una virulenta ofensiva en contra de tal movimiento dentro de su propio territorio, resultando así un indispensable aliado de los norteamericanos. Otra diferencia significativa es aquí la siguiente. Debido al vasto apoyo brindado por los regímenes marxistas a la causa de los vietcong en el mundo entero, se desarrolló un vasto movimiento en contra de tal guerra, lo cual, especialmente en el seno de la sociedad norteamericana, tuvo un gran efecto logrando así convertirla en sumamente impopular obteniendo con el tiempo que el gobierno de tal país, cuando no había habido verdaderas derrotas militares de su parte en tal contienda, y en la cual gran parte de la sociedad vietnamita estaba en contra de vivir bajo un régimen comunista, decidiera retirarse de la guerra de manera por demás abrupta (1). Acá en cambio tenemos todo lo contrario. No solamente no hay movimientos en el mundo a favor de los talibanes, obviamente porque la izquierda no los apoya y por lo tanto nuestra sensiblera burguesía no se conmueve entonces por las matanzas de civiles inocentes, sino por el contrario hay una corriente de opinión abiertamente contraria a los mismos. Por un lado la izquierda derechohumanista repudia sus acciones de sumisión de las mujeres a las que tal movimiento habría obligado a vivir en situación de gran postergación (2) cuando estaba en el poder y por otro una corriente pretendidamente de derecha alternativa, pero en gran medida movilizada por el sistema, que los acusa de agentes encubiertos de los norteamericanos e ingleses (3). Por lo cual tenemos así un paralelismo de situaciones. En tanto no existen hoy en día en el mundo Estados nacionales que apoyen al movimiento talibán, tal como había sucedido antes en abundancia con los vietcong, tampoco hay como antes una opinión pública que se movilice a favor de los primeros. Pero hay una diferencia aun más significativa entre ambas situaciones que acaba de conocerse hoy gracias a un informe publicado por la agencia Associated Press. En la guerra de Vietnam EEUU llegó a movilizar un millón doscientos mil hombres que respaldaban a un ejército vietnamita de 200.000, mientras que en la actualidad dicha cantidad no alcanza a ser aun más de 70.000 soldados norteamericanos, los que junto a la suma de los contingentes de los 41 países extranjeros presentes en Afganistán no superan los 100.000, y que, sumados a los 200.000 efectivos del ejército afgano, llegan a ser un total de 300.000. Pero la gran diferencia estriba en que el Vietcong, gracias a los aportes efectuados por Vietnam del Norte movilizaba una fuerza de 400.000 hombres, mientras que se calcula que los talibanes no llegan a ser 25.000. Por lo cual, mientras que en la guerra de Vietnam la relación de fuerzas entre vietcong y norteamericanos con sus aliados era de casi 4 a 1, en la actual de Afganistán es en cambio de 12 a 1. Esto según todos los analistas bélicos resulta un hecho inédito en la historia militar, más aun si se llegara a aprobar el plan Mc Crystall (el general yanqui que dirige las fuerzas en el país) de incrementar los efectivos yanquis en unos 40.000 hombres, lo cual podría llegar a la inédita suma de 20 a 1. Esta desproporción de fuerzas sería única en toda la historia y superaría aun a la que existiera en la segunda guerra greco-persa de la antigüedad. Pero además debe sumarse a esto un detalle significativo que no había acontecido antes. En la guerra de Irak EEUU logró disminuir los efectos de su derrota militar y consolidar el gobierno títere de Maliki en tanto que logró sobornar por un sueldo de 300 dólares mensuales a unos 100.000 combatientes sunitas que pasaron a formar parte de la milicia colaboracionista de los Despertados, los que lucharon así en contra de Al Qaeda. Acá en Afganistán en su reciente informe Mc Crystall ha hecho este cálculo. Si un soldado norteamericano puesto en combate le cuesta a su país más de 2000 dólares diarios, se podría destinar esa suma para pagársela mensualmente a todos los talibanes que resuelvan desertar. Sin embargo ello no dará resultado, como tampoco lo ha dado en Pakistán, por lo siguiente. Los iraquíes sobornados eran seguidores en su gran mayoría del régimen laico socialista de Saddam Hussein, es decir de adeptos a una ideología en la cual el dinero y la economía representan el valor principal, el talibán en cambio es un movimiento que, además de político, es religioso y por lo tanto ni el dinero, ni la vida representan lo principal. Esto es lo que explica también que puedan ser tan pocos en proporción los talibanes que hacen la guerra. Si bien son 25.000 se tratan casi todos de kamikaze dispuestos a inmolarse por un ideal trascendente, por la guerra santa, la jihad y esto no sucedía en cambio con los vietcong. Por ello no cambiará en nada la situación de la guerra que EEUU envíe más tropas, ni que intente sobornarlos por dinero: todo lo contrario incrementará el repudio hacia tal nación.
Conclusión Anticipamos ahora lo que va a suceder este fin de semana cuando Obama se reúna con sus fuerzas armadas. A pesar de ‘haberlo pensado mucho’ el negro, gracias a que no hay aun una vasta opinión pública en contra de la guerra, debido en gran medida a la interesante labor efectuada por la izquierda en contra de los oscurantistas talibanes, resolverá hacerle caso a Mc Crystall e incrementará las tropas en lo pedido por lo que la proporción se elevará así a 20 a 1. La reciente muerte de 22 norteamericanos en apenas dos días de combate así lo exige, pero la derrota yanqui no se evitará en manera alguna con tales medidas. Habrá que esperar todavía algunos años más hasta que caiga, luego de la URSS, esa otra sigla que es USA. A todo esto digamos que los argentinos tenemos mucho que aprender de los talibanes. 1) No fue correcto rendirse en Malvinas alegando que el enemigo tenía armas superiores a las nuestras. Los talibanes demuestran que lo principal en la guerra son los principios que se sustenten. 2) Hace poco murió un militar que capitaneó varias rebeliones en contra del régimen de opresión que padecemos, pero no se animó a tomar el poder alegando que no existían Estados que nos pudiesen apoyar. Los talibanes nos están demostrando que no es necesario que nos apoye nadie de afuera para vencer. Lo esencial es la concepción del mundo que se sustente. (1) Es de recordar y está reseñado en varias investigaciones que fue tan abrupta la fuga de los norteamericanos de Saigón que ni siquiera se tomaron el trabajo de destruir la lista de personas que habían colaborado con ellos durante su estancia en el país. Resultó así verdaderamente canallesca la manera como entregaron a la merced de los comunistas del norte a miles de vietnamitas que lucharon honestamente en contra del comunismo. (2) La izquierda feminoide defensora de los ‘derechos de la mujer’ no puede sin embargo explicarnos por qué en la actualidad haya tantas mujeres afganas que se inmolan como kamikaze renunciando así a la ‘libertad’ y ‘emancipación’ que les han traído los ‘occidentales’. (3) Esta derecha ‘alternativa’ y canalla que se califica muchas veces como de ‘tercera posición’ u otros términos similares, es abiertamente agente de los rusos, que son a su vez aliados de los norteamericanos, ya sin ningún disimulo y por lo tanto comparte con éstos el resentimiento que les tienen a los talibanes por haberlos derrotado estrepitosamente en 1989.
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