UN CLAMOR BISOÑO POR LA SOLIDARIDAD CON PALESTINA

Por Luis Luque Alvarez

 

Isis vive en Gaza; Muaz, en Siria, pero ambos estudiantes sufren los efectos de la misma ocupacion militar: la de Israel sobre las areas palestinas.

La joven palestina Isis Abdel Hamid el Ghannam, pasa dias sin ver a su papa, y cuando este llega a casa, trae ensangrentada la ropa. El es medico cirujano en el hospital de Rafah, en la Franja de Gaza.

«Es mucha la gente que muere, atacada por los soldados israelies», explica ella. Sus propias experiencias bajo la ocupacion sionista han sido duras: «A una niña, en el colegio de mi hermana, una bala le dio en la cabeza mientras estaba sentada en su pupitre. Y cuando yo estaba en primaria, lanzaron una bomba sobre nuestra escuela, que era una instalacion de la ONU. Gracias a Dios, no llego a explotar por un error tecnico. ¡Eramos 3 000 alumnos alli!».

Desde otro punto de vista, el de aquel a quien expulsaron de su tierra, de sus arboles, de su aire, Muaz Jamal Mussa explica como lo afecta el injusto despojo: «En Siria —donde nacio y donde vive como refugiado— las condiciones son mejores que en Gaza, Cisjordania, y el Libano. Pero en los campos de refugiados palestinos hay pobreza, mucha pobreza. Es muy difícil estudiar. Sin embargo, ves a los jovenes estudiando, trabajando, y colaborando con nuestra causa».

Tanto la de Isis (quien estudiara Estomatologia en Cuba) como la de Muaz (que hoy cursa entre nosotros su primer año de Licenciatura en Farmacia), son realidades extrañas a las de muchos jovenes en este mundo. Sus vidas han estado signadas por la ocupacion militar de su suelo por una potencia extranjera.

—¿Como puede un joven palestino, refugiado en Siria, amar una tierra en la que nunca estuvo?

—Desde mi experiencia, responde Muaz, te digo que los muchachos palestinos escuchan las historias contadas por sus abuelos, que si vivieron en la tierra de la que fueron desplazados. Asi crece el amor. Aunque nunca he entrado a Palestina, tengo deseos de ir alla, por los cuentos que me hacian mis padres y abuelos.

—Y en Gaza, ¿como es la vida?

—Verdaderamente dificil, afirma Isis. Es como un campamento de refugiados, pero gigante. Las personas sufren muchas penurias. La situacion economica es muy mala, y en la calle, cuando miras las caras de los niños, se les ve lo que estan viviendo.

«Por ejemplo, nunca tienes la certeza de si al siguiente dia podras ir a la escuela o no, porque no sabes como va a amanecer. Todas las noches los aviones bombardean, hay tiros, y los israelies dividen la Franja en tres partes, como si fueran tres paises diferentes. Les impiden a los palestinos moverse de un sitio a otro, a veces dentro de la misma ciudad. O estas en el centro de trabajo, y no sabes si podras entrar a tu casa, porque de repente los tanques rodean tu vecindario».

—¿Como afrontan los jovenes de Gaza esta realidad?

—Los varones siempre estan pensando como terminar con esta situación. Con las muchachas es diferente, estan mas dedicadas al estudio. Pero ellos siempre piensan en la lucha, en como poder acabar con la ocupacion de Palestina. No se habla de distraccion. Hay quiza dos o tres bibliotecas, pero otras opciones son muy reducidas.

«Todos se concentran en lo que esta ocurriendo. Si esta semana hay calma, si no hay ataques, a la semana siguiente sucede lo contrario. Asi es dificil tener otros pensamientos.

«Y cada familia tiene una desgracia. No hay una sola en que no haya un muerto, un herido, un preso. Mi papa fue herido una vez; a un primo lo mataron, a otro lo hirieron y la bala se le alojo en el higado, y a otro le faltan dos piernas y una mano, por un ataque con bomba. Son muchas las tragedias».

—¿Has estado alguna vez cerca de los soldados israelies?

—No, solo los he visto de lejos. Si te les acercas, te matan. No te les puedes aproximar.

—Nosotros, explica Muaz, en la primavera de 2002, cuando ocurrio la masacre ordenada por Ariel Sharon en el campamento de refugiados de Jenin, en Cisjordania, intentamos acercarnos a la frontera con Israel, para hacer sentir nuestra protesta por la barbarie, pero la policia siria nos lo impidio.

—¿Que pedirian ustedes a los jovenes del mundo?

—Les pediria solidaridad. Que esten a nuestro lado, y aprecien la justeza de nuestra causa, que es alcanzar una Palestina libre, y que los refugiados regresen a sus tierras. Lo que queremos es vivir en paz, desarrollarnos en libertad, como los otros pueblos. 

—Yo, afirma Isis, quisiera que se pusieran en nuestro lugar por un momento nada mas. Creo que harian lo mismo que nosotros. Se sentirian como nosotros. Quiero que sean solidarios con Palestina, que sientan nuestra causa, y que hablen un poco mas al mundo para que la situacion pueda cambiar.