Sr.
Ministro de Justicia, Cdor. Aníbal Fernández
De
mi consideración
Desde hace algunos años, observo con atención
que viene Ud. intentando denodadamente lograr que se despenalice
la tenencia de drogas para consumo personal. Debo confesarle que,
más allá de sus falaces argumentos, me mueve a la suspicacia
semejante insistencia para con este tema de su parte.
Primeramente, me sorprende cómo confunde usted al incauto y
eventual ciudadano, ya que en su diatriba no aclara que la
despenalización del consumo de drogas está vigente desde hace
veinte años y que, lo que usted suspicazmente busca, es no
penalizar la tenencia personal de estupefacientes, esto es, la
posibilidad de que las personas puedan portar de un lugar a otro
pequeñas dosis de narcóticos.
Voy a decirle, con el respeto que me merece su investidura, que la
despenalización de drogas ha fracasado a nivel internacional,
incluso en países que oportunamente se jactaron de haber tomado
esa medida. Tal es el caso de Holanda, nación que está reviendo
su histórica decisión despenalizadora y ha disminuido la dosis
de narcóticos permitida para consumo personal. En tal sentido, el
gobierno holandés ha anticipado que de manera inminente volverá
a la política de la penalización y admitió que la política de
"permisividad" ha sido un rotundo fracaso. Lo mismo
aseguró hace pocos meses Jaime Bermúdez, ex embajador colombiano
en la Argentina, quien admitió que en su país, gracias a la
despenalización, no sólo no se redujeron los índices de consumo
de drogas, sino que crecieron los carteles y las mafias (1). Este
ejemplo, Sr. Ministro, no es antojadizo, ya que Bermúdez es un
funcionario más que preparado en este tipo de temas y representa
a un país que tiene vínculos estrechos con las drogas y el
narcotráfico.
Se que uno no debe ser autorreferencial ante ciertos tópicos de
gran complejidad como son los estupefacientes, pero voy a hacerlo,
si Ud. me permite. Desde hace años, doy charlas en colegios
primarios y secundarios -tanto públicos como privados- sobre la
problemática de las drogas.
Explico en mis periódicas exposiciones qué es cada droga, cómo
se elabora y los efectos que produce en el organismo, todo acompañado
con gráficos esclarecedores y cifras puntuales. Una vez terminada
mi alocución, los alumnos tienen la posibilidad de preguntar todo
aquello que deseen y se da uno de los momentos más interesantes
de la charla, ya que aparecen en escena los conocidos mitos sobre
la supuesta "inocuidad" de los estupefacientes y los jóvenes
concurrentes muestran sus verdaderos temores e interrogantes. Por
caso, la mayoría de los púberes desconoce que la marihuana es
altamente adictiva gracias a la acción de uno de sus componentes,
el tetra-hydro-cannabinol (THC). (2)
Sin embargo, Sr. Ministro, más interesante aún es lo que sucede
cuando finalizo mi exposición, ya que algunos alumnos se acercan
a hablarme con gran timidez y me confiesan que son adictos a
diversos estupefacientes. A medida que pasan los años, los que se
aproximan son más. La mayoría fuma marihuana -y admite que no
puede dejarla-, pero muchos consumen cocaína, éxtasis, paco y
hasta psicofármacos.
En el 90% de los casos de alumnos que me consultan, hay un
preocupante patrón común: ninguno sabía nada sobre drogas antes
de empezar a consumirlas. "Si sabía la pesadilla que iba a
ser, nunca hubiera empezado a consumir", me dijo hace poco
una pequeña de 13 años, concurrente a un oneroso colegio privado
y visiblemente deteriorada.
Por lo antedicho, Sr. Ministro, es evidente que
no disminuirá la oferta de droga en nuestro país si esta se
despenaliza, lo hará en la medida que baje la demanda. Y esto
sucederá toda vez que se explique a los jóvenes qué son los
estupefacientes y qué efectos producen a futuro en sus
organismos.
Me permito darle un humilde consejo: no gaste más dinero del
Estado en comisiones inservibles o propaganda ineficiente. Haga
una campaña para esclarecer qué son las drogas y muestre los
estragos que están produciendo narcóticos como el paco, no sólo
en la clase social más humilde, sino también en los estratos
medios de la sociedad (3).
Sr. Ministro, esta carta es un desesperado llamado a su cordura.
Créame que aún se está a tiempo de revertir el desmadre que
sufre la Argentina por la creciente oferta de drogas. Nuestros
hijos y nietos nos lo agradecerán, no lo dude.
Todo depende de Ud. Atte. lo saludo.
Christian Sanz
(1)
Ver http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1099326
(2)
Según estadísticas de la Sedronar, uno de cada cuatro
consultantes lo hacen por adicción a la marihuana.
(3)
Ver http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1122152