CHÁVEZ EN CHILE

 

por Pedro Godoy P. - Centro de Estudios Chilenos CEDECh

 

 

 

En diversos medios -emisoras y canales de TV-  me entrevistan sobre nuestro nexo con el hoy fallecido comandante Presidente. Es un interés generado por la noticia. Debo anotar que       su presencia en el país  se logra por la intermediación de la periodista Ximena Ortùzar. Los anfitriones son el Instituto de Estudios  Sociopolíticos   que presidiera    el historiador   Luis Vitale   y el Centro de Estudios Chilenos CEDECh cuya conducción ejerzo.

 

Una amalgama de marxistas trotskizantes, de nacionalistas de todo pelaje, de adscritos al  socialcristianismo y de militares en retiro son quienes -apenas una veintena-  dan la bienvenida a un Chávez con apenas 39 años y que venía -como expresa- todavía "con olor a calabozo". Ello porque al fracasar su intento de cuartelazo a Carlos Andrés Pérez lo sumergen en la cárcel durante un bienio. Con otros tres oficiales también dados de baja emprende la gira suramericana.


En Guemes 110 (La Reina Baja) - donde funciona la entidad que manejaba el Dr. Vitale- se efectúa el coloquio. Chávez expone sus enfoques. Lo retratan como un nacionalista. Insiste en complementar nuestra América y en la urgencia de coordinar grupos afines. No explicita afanes presidenciales,   Era notorio su carisma. Sintonizamos con  temas como Malvinas  y el encierro de Bolivia y, en general, en la integraciòn como estrategia para superar el subdesarrollo y la dependencia.

 

Observo a un Chávez  siempre preguntado datos de historia y sociología. Quería saber el origen y trayectoria de esta república andina que visualiza aislada. Manifestó interés por dos personajes de nuestro siglo XIX,  Bernardo O´Higgins -a la sazón nuestro primer bolivariano- y por José Manuel Balmaceda que intenta, sin éxito, nacionalizar el salitre, las ferrovías y la banca y es tumbado por la oligarquía anglochilena.


Es necesario añadir que expresa admiración por dos suramericanos de vigencia recientísima Juan Domingo Perón y Juan Velasco Alvarado. No recuerdo en tan fugaces horas de coloquio y después en charla nocturna que hubiese mencionado la experiencia cubana emblematizada en Fidel. Quizás por cálculo evitó ese tema contingente así como no se refiriera a la Unidad Popular y tampoco al 11 de septiembre de 1973.


En lo personal aquella noche en que pernocta en mi casa, charlamos hasta tarde, revisa mi biblioteca y continúa preguntando, una y otra vez. sobre asuntos chilenos. Se notaba que anhelaba cubrir vacíos de su formación casi exclusivamente castrense con excepción de sus estudios de politología en la Universidad Central de Venezuela que no llegara a culminar. Desde el Instituto presidido por Vitale se hacen los contactos con la bancada de diputados peronistas y con la IN de Buenos Aires. 


Esa intimidad hogareña es muy fugaz. Se reactiva, si no equivoco fecha, el 2000 en la casa-museo de Neruda ubicada a orilla de mar en Isla Negra. Allí ya Jefe de Estado recita estrofas del Canto General relativas al Libertador y otras también sobre Bolívar que escribiera Miguel Angel Asturias. Tanto en esa ocasión, así como en la breve gira de 1995, enarbola, enriquecido, el discurso integrador. Me agradecerà, a posteriori, mi "7 ensayos suramericanos" que, en la ocasiòn, le obsequiara.


Es importante poner de relieve que R-P (1) había ya encendido nuestro interés por esa  figura emergente cuyo deceso hoy lamentamos. No recuerdo cual de los colaboradores habituales, lo señalan como un soldado en cierne de la Patria Grande aquella de Bolívar, Ugarte, Haya y Ramos. De ese perìodico saltan chispas que alertan. Es preciso decir que Chávez, en aquel momento, en Chile, es un "golpista carapintada" que intenta destruir la democracia.


En nuestro suelo, durante aquella fugaz estadía es un Don Nadie para "tirios y troyanos". Incluso los partidos de raíz marxista -PS y PC- están con Carlos Andrés por "milicofobia" y por la acogida que  brinda aquel mandatario a los damnificados por el pinochetismo. Corresponde  a las dos instituciones ya nombradas el galardón de superar prejuicios y darle tribuna y hospitalidad a aquellos militares, encabezados, por el hoy Presidente difunto, que visita el  país en 1995.


Lo ocurrido al subir -por voto universal- el comandante a la Presidencia comienzan, de la noche a la mañana, el chavismo se convierte en epidemia. Copan la banca los discípulos de Corvalán y  Gladys Marín. Excluyen a quienes aplaudimos al insurrecto militar en la hora prima. Hicimosle presente que nuestro desagrado por la supuesta asesoría que le estaría brindando Marta Harnecker, -sacerdotisa del marxismo libresco y exòtico en la época de la UP.


En nuestro fuero interno queríamos que ese socialismo del siglo XXI fuese expresión del "árbol de las 3  raìces" y, por ende, ajeno a doctrinas forasteras y no imitación de praxis fracasadas. De esa aprensión hay constancia en  libro mìo (2). Antes habíamos deplorado el quiebre entre Miraflores y Arturo Oslar Pietri. Se abrigaba el anhelo de una entente cordiale entre el filósofo y el soldado. Hasta hoy no hay claridad de los motivos de la ruptura.


Disentimos del comandante Presidente -si, disentimos, porque no somos fetichistas- de su forcejeo con el Episcopado y, especìficamente, con el cardenal venezolano. Indicamos que debía inspirarse la saludable relación entre Allende y la Iglesia. Tambièn le hicimos presente que no compartíamos su indigenismo delirante que empalmaba con la hispanofobia. Recuérdese que suprime el l2 de octubre como Dìa de la Hispanidad o Fiesta de la Raza. Eramos -y somos- mestizofìlicos.


Màs allá de estas observaciones crìticas  se debe reconocer que bajo su  gobierno -pese a los nexos con Fidel- jamás intenta calcar el modelo cubano. Quierase o no Venezuela conserva la democracia con justicia social y celosa de su soberanìa, pero con comicios eleccionarios, sin presos polìticos y nunca con policia omnipresente como Cuba. Logra influir en la escena suramericana y enhebra no menos de cinco regìmenes en el ALBA.


Sin duda -y la prensa lo analiza- hay problemas: inflación, desabastecimiento, deuda externa, torrencial delincuencia, paternalismo exagerado, incertidumbre sobre continuidad gubernativa, pero la figura a 20 años de su visita a Chile -cuando era un expresidiario-  hoy se presenta en un primer balance como un estadista de estatura continental. Logra actualizar la bandera de Bolìvar que los modernistas chilenos juzgaron siempre trasnochada y anacrònica.


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(1) R-P es Reconquista Popular, periodico de grupos nacionalistas populares ligados al justicialismo. 

(2) Godoy, P.: "Socialismo del siglo XXI y otras páginas"