CHILE
Y ARGENTINA, PERON, MALVINAS...
por
Pedro Godoy
P. - Centro de Estudios Chilenos CEDECH
El primer canciller de la Concertación -Enrique Silva Cimma- sostiene
que el litigio por las Malvinas es un asunto bilateral, dicho de otro
modo, recomienda que Santiago se margine de la pugna de Buenos Aires con
Londres por rescatar los archipiélagos australes usurpados por el Reino
Unido. Sin explicitarlo suscribe la añosa vocación de aislamiento de
Chile respecto al contexto del Cono Sur. Ello sostuvimos legitima -de pe
a pa- la tesis británica, se contrapone a dictámenes de organismos
como la ONU y sella -sin develarlo- aquella argentinofobia que abarca
todo nuestro mundo sociopolítico. Este excepcionalismo chilensis se
condensa en frases como "los chilenos somos los ingleses de
América del Sur", "Chile es mansión elegante edificada en
barrio ordinario", "Good by Latinoamerica".En el ADN
del chileno está la convicción que somos "distintos,
distantes y superiores". En el imaginario colectivo figura la
creencia de ser una república europeoide rodeada de indios y
macacos. Como los rioplanteses son menos morochos que nuestra
población y estimados prósperos imposible encasillarlos como tales.
Entonces se les tacha de"fanfarrones" y
"expansionistas". El dogma es que nuestras tres fronteras
están amagadas por enemigos de ayer, de hoy, de mañana y de siempre.
En la opinión del ex titular de RREE -capitoste del Partido Radical-
coagula ese particularismo insular. Lo implanta la oligarquía
encabezada por Portales y es tan contrabolivariano como eurocéntrico.
Esta doctrina se impone desde la agresión a la Confederación Perú-Boliviana
(1835-1839). Luego se refuerza con la Guerra del Guano y el Salitre
(1879-1883) y con los forcejeos por motivos limítrofes que se registran
con Buenos Aires (1843 a 1978) Sin embargo, es importante
manifestar que con tal tesis no es sólo la oligarquía la que defiende
sus intereses también permea a todas las clases sociales y campea en el
ámbito a las diversas tiendas incluyendo a las de izquierda. En el
Partido Radical el senador Exequiel González Madariaga publica dos
gruesos volúmenes contra Argentina. Son un eco de viejo ensayo "La
tempestad se avecina" de Víctor Domingo Silva que juzga como
inexorable la confrontación armada con la república trasandina. En la
Democracia Cristiana mientras Eduardo Frei Montalva y su canciller
Gabriel Valdés posan de iberoamericanistas -antes de adherir a la
Alianza para el Progreso- gravita Alejandro Magnet. Este publica en las
prensas de la edtorial de esa tienda "Nuestros vecinos
justicialistas" y luego, para sentar doctrina menos efímera,
"Nuestros vecinos argentinos".
Ni que hablar del antiperonismo del PC muy en la línea de Vittorio
Codovilla y, por ende rabiosamente, adversario del ABC. Incluso cuando
el Presidente González Videla y su canciller Horacio Garretón propone
el corredor para que Bolivia tenga un puerto sobre el Pacífico lo
tachan de "vendepatria". Recientemente, en las postrimerías
del régimen de Alán García, la menguada hueste staliniana acude a La
Moneda para hacer presente a Piñera su apoyo ante un eventual ataque...
peruano. Lo asombroso es que un sector del PS que cogobierna con
Ibánez conserva el iberoamericanismo fundacional de impronta aprista.
No obstante, sin el coraje que la circunstancia lo ameritaba esquiva
sostener el ABC. Sin embargo, el otro socialismo que apoya la
candidatura de Allende es tan adverso a Ibánez como enemigo de la
integración andinoaplatense entonces propuesta por la Casa Rosada.
Tanto así que el diputado Florencio Galeguillos de filiación
socialista preside -después de 1955- la Comisión de
Actividades Peronistas que igual que Mac Carthy se empeñara en
una caza de brujas de todo aquel que hubiese manifestado simpatías por
el proyecto integrador del justicialialismo. Pequeño detalle -no
insignificante, sino significativo- cada 8 de marzo en el Día
Internacional de la Mujer se excluye la sugerencia de citar como figura
paradigmática a Eva Perón. Se prefiere a... Rosa Luxemburgo.
En aquellos mil días de allendismo en La Moneda (1970 a 1973) se efectúan
varíos esfuerzos destinados a resolver problemas con
las patrias vecinas. El más serio se registra al proponer al Presidente
Allende la armaduría de un trapecio antimperialista incluyendo al Perú
de Velasco Alvarado, a la Bolivia del general Torrez y a la Argentina de
Campora-Perón . Se impone de nuevo la postura excepcionalista
-equivalente, con las diferencias obvias del caso, a Costa Rica en
Centroamérica y a Uruguay en el Río de la Plata- y, en consecuencia,
la Cancillería no opera con la velocidad necesaria. A quienes desde la
platea exigimos un golpe de timón de nuestras RREE se nos responde
"las condiciones no están dadas". Si nos permitíamos
insistir se finaliza denunciadonos como "provocadores" y,
a veces, hasta como"infiltrados". Esto lo informo para
insistir, como en otras oportunidades, cuán resistente al cambio son
nuestras burocracias diplomáticas. Apenas ayer en la avant
premier del film "La dama de hierro", concurren
Luciano Cruz Coke, ministro de Cultura y Lawrence Golborne, titular
de Energía, acompañados de representantes de la tiliguería
santiaguina. Los encabeza el.. embajador del Reino Unido, Jon Benjamín,
quien exhibe -como trofeo- a su polola... embarazada. La opinión de
Enrique Silva Cimma que motiva la presente nota es funcional a
ese contexto anglófilo, siutico y petrocefálico.