CONFESIONES
DE UN SOLDADO ISRAELÍ: "TRATAMOS A LOS PALESTINOS COMO
ANIMALES"
"Todo
es una locura: la ocupación, la forma inhumana en que tratamos a
los palestinos. En Israel entras al ejército con 18 años porque
quieres luchar contra el enemigo de tu país, porque quieres dejar
tu marca en la historia, y haces lo que te dicen, sin pensar. Y
allí todo te ayuda para que no pienses. Misiones que cumplir, órdenes
que seguir".
"Y
no ves a los palestinos como seres humanos, los ves como animales.
Entras a su casa durante la noche, los despiertas, les gritas, las
mujeres allí, los hombres allí, y rompes todo. Son cosas que no
harías aquí en Israel, pero las haces allí. Y, para poder
hacerlo, niegas la realidad. Es la única forma. Creas entre tú y
la realidad un muro de silencio".
"Te
pongo otro ejemplo: si encuentras en la noche un paquete
sospechoso que puede ser una bomba, llamas al primer mohamed que
encuentras en la calle y le dices que lo abra. Podrías llamar a
un experto que lo desactivase, tardaría diez minutos en venir,
pero mejor hacer que un palestino se juegue la vida, ya que para
ti es lo mismo, no lo ves como un ser humano. Yo hacía eso con
mis soldados en Hebrón".
"Y
también en Nablus, cuando quería entrar a una casa, si pensaba
que podía haber una bomba trampa, cogía al mohamed de turno y lo
obligaba a que abriera la puerta. Es parte de la rutina del ejército:
usar a los palestinos como escudos humanos".
"Lo
mismo cuando estás en un check point, los obligas esperar mucho más
de los necesario, a veces durante horas, y coges a un palestino al
azar y le das una paliza, de cada quince o veinte que pasan, para
que el resto tenga miedo y esté tranquilo. Sólo así, tú que
estás con cuatro soldados más los dominas a ellos que son
miles".
"Y
cuando entras a Gaza con el carro de combate y ves un coche nuevo,
aunque tengas espacio en la carretera, pasas por encima. Y también
disparas a los tanques de agua. Para meterles miedo, para que te
respeten, porque esa es la lógica de lo que nos enseñan a los
soldados israelíes".
"Además,
eres joven y empiezas a disfrutar de ese poder, de que la gente
haga todo lo que les digas. Es como un video juego. Estás en un
check point en medio de la ruta, tienes a veinte coches esperando,
y con sólo mover el dedo hacen lo que tú quieras. Juegas con
ellos. Los haces avanzar, retroceder. Los vuelves locos. Tienes 18
años y te sientes poderoso".
"Tres
meses antes de abandonar el ejército, dirigía una unidad en Hebrón,
había hecho una buena carrera, así que tenía tiempo libre. Una
mañana me miré ante el espejo y comprendí que todo aquello era
un error y supe que no podría seguir adelante con mi vida si no
hacía algo. Por eso, apenas salí, junto a los soldados de mi
unidad, montamos una exposición con nuestras fotos, se llamaba
Traer Hebrón a Tel Aviv".
"Cayó
como una bomba en la sociedad. Vinieron parlamentarios,
periodistas. Pasaron siete mil personas. Entonces creamos Breaking
the silence, donde damos espacio para que los soldados
cuenten los abusos que cometen sistemáticamente. Más de 350 lo
han hecho. Ahora tenemos exposiciones y vídeos en Europa, en
Israel".
"Alguna
gente dice que son casos aislados. Las madres dicen: mi hijo, que
está ahora en el ejército es bueno, no hace estas cosas, esto sólo
lo hacen los soldados beduinos o los etíopes. Pero no es cierto.
Todos las hacemos, porque es la lógica de la ocupación israelí:
aterrorizar a los palestinos".
"Los
check points no sirven para detener a los palestinos de entrar a
Israel, es para que la realidad no entre a Israel. Porque esta es
una sociedad de soldados, todos pasamos por el ejército tres años
cuando somos jóvenes y luego un mes al año. Y todos hacemos eso.
Por eso existe el muro de silencio, de negación, porque todos
somos responsables y no lo queremos admitir".
"Ellos
son las víctimas, nosotros los victimarios. Pero como
victimarios, también pagamos un precio. Esta es una sociedad que
no se anima a mirar a los ojos a la verdad, a sus propios actos.
Es una sociedad, como consecuencia, moralmente enferma".
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fundador de la ONG Breaking the Silence
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