LA INFANCIA DE CRISTO por el Ing. Fernando M. Fluguerto Martí Ayer, jueves 6 de diciembre de 2007, tuve el placer y el privilegio de asistir al estreno en la Argentina del oratorio del compositor francés Hector Berlioz : "La infancia de Cristo". No creo exagerar si afirmo que - en el Teatro Coliseo, de Buenos Aires - estuve un rato en el paraíso. Pero un detalle que me llamó la atención y que comparto con ustedes es el siguiente: El narrador del Oratorio menciona que la Virgen María al huir a Egipto llebaba al Niño Jesús , "con su rubia cabellera, apoyada sobre su corazón". Y esta frase me recordó otra, que figura en una obra divina también del poeta provenzal Federico Mistral , llamada "Mireille", donde en su capítulo XI menciona también "Jerusalem extrañaba aún los pasos del carpintero rubio" haciendo mención a Jesús, que ya había partido a encontrarse con su Padre. Y también me trajo a la memoria cuando en el Libro de los Reyes, del Antiguo Testamento, el profeta Samuel encuentra finalmente a David, el "pastorcito rubio y lindo" que sería por él designado Rey de Israel. Y no puedo menos que asociarlo con la estatua de David, hecha por Miguel Angel Buonarotti, que puede hoy verse en Florencia donde la figura de David, joven todavía no muestra signos de la circuncisión. Iluminando así el mensaje del Iniciado que decorara con frescos inolvidables la Capilla Sixtina y la Basílica de San Pedro. No en vano Nuestro Señor nunca, en ninguno de los cuatro Evangelios, hace mención a sí mismo como judío, en primera persona- "yo, judío" o "nosotros, los judíos". Y se refiere siempre al pueblo elegido - que lo traicionara e hiciera crucificar - en tercera persona - "ustedes los judíos" o "vuestra Ley" - . Porque Jesús era Galileo y no Judío, y como "galileo" pertenecía a la etnia CELTA, como los galos, los gallegos, y los galeses, entre otros. Misterio profundo este, pero que no debe evitarse: el del carácter NO JUDÍO de Jesús. Los lectores de este mensaje podrán, seguramente, seguir haciendo elucubraciones a este respecto y sacar sus propias conclusiones, que, si lo consideraren conveniente les ruego compartan con el suscripto.
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