EL PADRE OSCAR BELLI, EL CURA "NAZI" DE CONCORDIA
por OdeRotterdam - El Klan Destino
No voy a mentir ni a andar con vueltas, soy creyente, de formación católica, he sido bautizada, he tomado la primera comunión, he sido confirmada, pero no voy a misa. Años hace que no lo hago. Por eso, me sorprende sobremanera leer en el diario Clarín, ver en TN, a una señora de Concordia, Entre Ríos, Rita Arcusin, judía, denunciar al cura de la Iglesia Nuestra Señora de Lourdes, el Padre Belli, por haber hablado “mal” de los judíos en el sermón del pasado viernes, misa en donde esta señora judía, Rita, estaba participando. El cura dijo que los judíos eran tan pero tan mentirosos que tenían el alma podrida hasta los huesos. Algo así. A esta devota “católica” judía, le cayó tan mal lo dicho por Belli que se tomó el trabajo de denunciarlo en el Inadi y en la Secretaría de Derechos Humanos de Concordia, la capital de las naranjas.
Lo más curioso de todo es que el día sábado era el Día del Perdón, para la fe de los hebreos, fin del ciclo de su principal festival junto con la Pascua, iniciado días antes con el Año Nuevo. Sí, qué hace una judía en una iglesia católica en tiempos de guardar de su credo es más que llamativo. Eso sí, la única que se retiró ofendida fue ella, el resto, los 200 nazis que siguieron escuchando el sermón, nada tienen que declarar.
Clarín
siguió poniéndole color a la nota, al informarnos que en la plaza
España de la ciudad entrerriana aparecieron svásticas, así como en
una Iglesia Católica. Vamos a tener que empezar a preocuparnos en
serio, porque da la sensación de que los 400.000 judíos que viven en
la Argentina tienen en sus planes meternos presos a los 40 millones de
más menos cristianos que somos dueños de este país soberano, por
tradición y raigambre, si se nos da por pensar mal de ellos, mucho
peor, si lo hacemos en voz alta y en público. Es más, ni qué decir
si se nos ocurre subrayar que han clavado en la cruz al Mesías, el
Hijo de Dios vivo. Mi alma, ahí sí que terminamos con cadena
perpetua.
Una vez más levanto la voz y le pido a
los compañeros desde esta barricada clandestina que le den parte a
Cristina, los más jóvenes, sí, con una pancarta en una acto, ahora
que hay varios, para que ponga coto a esta banda sionista que va a
terminar haciéndole la vida muy difícil. A ella y a nosotros. La
traición de los judíos es proverbial, su cinismo y corta memoria,
ejemplares. Que hayan designado a una especialista en Hezbollah como
embajadora habla a las claras de lo que se traen entre manos. A ver si
soy más clara, una especialista en plantar falsas células de
Hezbollah. Al compañero Chávez le hizo la vida imposible en
Venezuela durante años, hasta que la propia comunidad judía caraqueña
terminó expulsándola, priorizando la sana convivencia con sus
hermanos venezolanos, antes que con la pérfida Israel y el
imperialismo sionista.
A mi me parece de terror que un organismo estatal acepte una denuncia contra un sacerdote católico por un sermón pronunciado en la Santa Misa, denuncia presentada por una señora que se presenta como judía declarando que ella escuchó tal y cual cosa, sólo ella, para agregar, según su "idea" de la religión, cómo se debe de predicar sobre el amor de Dios. Es inaudito. Poco y nada sabe esta señora judeo "católica" de la Historia Sagrada de los Cristianos, de su principal misterio, la Pasión de Cristo, se lo olvidó o no se lo enseñaron nunca, si, de más está decir que eso no se predica en una sinagoga. Es más, ella sabe más que el Padre Belli sobre el punto, cura muy seguido por el pueblo cristiano de Concordia, según ella, porque es una cura “sanador”. Sí, además de nazi, milagrero. Sólo le falta ser peronista al cura para ser de lo peor. Ojo, en una de esas el cura es peronista, es el principal promotor de la festividad de San Cayetano en Concordia. Cayetano, Santo Peronista si lo hay.
Insisto con que la infiltración de los judíos en todos los estamentos de poder e influencia de nuestra querida patria es más que preocupante. Ahora que se infiltren también en la Iglesia Católica para escrachar a un cura que no les chupa las medias y cuenta las cosas sagradas como son, sí, habla de una audacia y peligrosidad no tiene límites. Sobre todo cuando son denuncias propiciadas por un diario con capital accionario de uno de los pulpos judíos de las finanzas internacionales, Goldman Sachs.