PERIODISTA DECANA DE LA CASA BLANCA RENUNCIA TRAS CRITICAR A ISRAEL

Era conocida por sus comentarios mordaces y fue la corresponsal de la Casa Blanca que trabajó con mayor número de presidentes.

Helen Thomas se vio obligada a dejar su puesto; su costumbre de hablar sin pelos en la lengua  pusieron fin a su carrera.

Todo después de 50 años en los que hostigó, provocó, puso nerviosos y llegó a enfadar realmente a todos los presidentes estadounidenses, desde John F. Kennedy, con sus agresivas preguntas, y así se convirtió en una verdadera leyenda de los corresponsales para los estadounidenses.

La mujer de 89 años dio esta vez  unas declaraciones sobre Israel que desataron la indignación en la comunidad judía, la casa Blanca: la disculpa por los mismos pareció poco entusiasta, y el lunes tuvo que dejar por la fuerza el escenario periodístico: Thomas se encuentra desde ya jubilada, anunció su empresa Hearst News Services.

El 27 de mayo, Thomas dijo espontáneamente en una entrevista con un rabino, que era hora de que Israel se retirara "de una vez" de Palestina, ya que la tierra pertenecía a los palestinos y no a Israel.

Los judíos debían, en lugar de quedarse, volver a Alemania, Polonia o Estados Unidos. Las declaraciones aparecieron en la web RabbiLive.com, a las que organizaciones judías reaccionaron con horror e incluso la Casa Blanca las consideró "insultantes".

Thomas  ya había dejado entrever anteriormente su hostilidad frente a Israel. Helen Thomas era un rostro muy conocido en todo Estados Unidos.

Se sentaba en las ruedas de prensa en la Casa Blanca siempre en el centro de la primera fila y su signo distintivo era su color de labios rojo intenso.

Su carrera periodística comenzó en 1943 en United Press International, que empezó a informar desde la Casa Blanca en 1961.

Fue la primera mujer en convertirse en presidente de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca e incluso después se la seguía considerando implícitamente como la "jefa" del personal de prensa, manteniendo su lugar en primera final cuando hace diez años se convirtió en columnista para los diarios del grupo Hearst.

Su sitio fue el único que llevaba un cartel con su nombre. Pero no era esa la única excepción destacable la que a Helen Tomas se le reconocía entre el personal de prensa: ningún otro corresponsal escondía tan poco sus propios puntos de vista políticos y mezclaba tanto la información con su propia opinión.

Eso se vio especialmente durante el mandato del presidente George W. Bush, al que Thomas no dejaba de atacar por la guerra de Irak. Un ejemplo: a una dura pregunta de la periodista, la entonces portavoz de Bush, Dana Perino, respondió que el presidente lamentaba la muerte de civiles. Pero Thomas volvió a la carga: "Lamentar no devuelve vidas".

La hija de inmigrantes libaneses dejó claro, una y otra vez, que su corazón latía por los palestinos y con la edad ganó también agresividad.

Con su marcha algo está claro: que sin ella, las ruedas de prensa en la Casa Blanca no volverán a ser lo mismo. Y que no se deben hacer declaración en contra del Estado Genocida de Israel.