"En materia de revoluciones somos partidarios de las revoluciones verdaderas; pero si se trata de elecciones queremos elecciones limpias" (Julio Irazusta) DECLARACIÓN
PÚBLICA: FUERZA PATRIÓTICA Y LA DEMOCRACIA La conducción del partido Fuerza Patriótica hace publico este documento a los efectos de responder a las objeciones planteadas a su inserción en el sistema democrático; dejando sentada de paso su postura doctrinal al respecto. En primer lugar aclaramos que nuestra intención no es polemizar con aquellos nacionalistas que se oponen a la formación de partidos políticos, argumentando que hacerlo implica aceptar el principio herético de la Soberanía Popular así como convalidar perversas practicas regiminosas. Sabemos que muchos de estos camaradas hicieron -y hacen- mucho por el restauración de la Patria en Cristo. También sabemos que otros solo balbucean los argumentos de los primeros para justificar su indolente inacción o su culposa ineficacia. Lo que pretende Fuerza Patriótica aquí, es sencillamente dar un testimonio de su compromiso con la Verdad y el Bien Común; explicando las razones que la obligan a adoptar una estrategia de lucha que incluye una praxis electoral y democrática. Para evitar equívocos en esta cuestión, creemos necesario precisar que el termino democracia, así a secas, sin adjetivación alguna, no es una forma de gobierno que pueda ser considerada intrínsecamente perversa; siempre que con ella se pretenda servir al Bien Común y se respete el orden natural querido por Dios. Y aunque ciertamente en los hechos esto no sucede; sin embargo no podemos soslayar que, al menos teóricamente, la democracia puede ser considerada como una forma legitima mas de gobierno. De ahí entonces que para entender nuestra posición debamos distinguir sobre el tipo de democracia de la cual; si hablamos de ella en su acepción clásica o si hablamos de ella en su configuración moderna. En su primera acepción, se entiende por democracia simplemente a una forma de gobierno en la cual el pueblo participa en forma orgánica en la elección de sus gobernantes y en el dictado de la ley. Este régimen en la medida que se practique conforme al derecho natural, no tiene nada de condenable y en ese sentido nuestro partido puede ser considerado democrático. Precisamente, el Papa León XIII decía, “los que han de gobernar el Estado pueden ser elegidos en determinados casos por la voluntad y el juicio de la multitud, sin que la doctrina católica se oponga o contradiga esta elección” agregando que “ tal elección no delega el poder sino que simplemente designa”. Ahora bien, la democracia moderna, liberal o marxista, fundada en el falso dogma de la Soberanía Popular, es decir en el principio según el cual la Soberanía proviene del Pueblo y no de Dios; y por ende este puede subvertir el orden natural; es una forma de gobierno impura condenada por el magisterio de la Iglesia. En consecuencia Fuerza Patriotica no reconoce legitimidad a este sistema y se propone su modificación por las vías legales que correspondan. Queda en claro entonces que Fuerza Patriótica es un partido que hace expresa aceptación de los principios de la doctrina católica tradicional; y que al insertarse en el sistema democrático liberal lo hace no para convalidarlo sino con el objeto de modificarlo y sustituirlo por una democracia orgánica, en la cual la participación política se de principalmente a través de los cuerpos intermedios y en la que la autoridad reconozca los derechos de Dios. Por ello podemos decir que nuestra aceptación de la democracia se limita solo a su acepción clásica y no a la moderna y que nos avenimos a la participación en las contiendas electorales solo para no descartar ningún medio de lucha en pos de nuestros objetivos. Dicho esto, consideramos que nadie puede poner en tela de juicio nuestro repudio a los principios de la democracia liberal que atentan contra el orden natural y la ley divina; así como a los mecanismos y practicas perversas del Régimen partidocratico. Proclamamos pues solemnemente que el Poder viene de Dios y no del pueblo; el cual solo puede participar en la designación de los gobernantes sin que ello implique arrogarse ser la fuente de la soberanía de tal modo de subvertir el orden natural querido por el Creador. Nos proponemos reformar la Constitución Nacional, por las vías que ella prevé, a los efectos de borrar de ella todo vestigio de liberalismo y marxismo y así poder instaurar en nuestra Patria una democracia orgánica y respetuosa del derecho natural. En este afán de restaurar un orden social cristiano no vemos otro remedio, en esta coyuntura histórica, que respetar las normas y leyes vigentes que nos obligan a constituirnos en partido político y concurrir a elecciones. Llamamos a esto, sin temor a equivocarnos, realismo y prudencia política. Por otro lado estamos también convencidos que en el orden prudencial obramos conforme al magisterio tradicional de la Iglesia. No hacemos mas que tener en cuenta lo que Pio XII dijo en su discurso de Navidad del año 44: '¿Es de extrañar que la tendencia democrática se apodere de los pueblos y obtenga por todas partes la aprobación y el consentimiento de quienes aspiran a colaborar con mayor eficacia en los destinos de los individuos y de la sociedad? Casi no es necesario recordar que, según las enseñanzas de la Iglesia 'no está prohibido en sí mismo preferir para el Estado una forma de gobierno moderada de carácter popular, salva siempre la doctrina católica acerca del origen y ejercicio del poder público'. Nuestra postura, como se ve, es coherente tanto en el orden de los principios, al sostener la Soberanía de Nuestro Señor en contra del dogma rousseauniano; como en el prudencial, al consentir actuar dentro de un sistema democrático dejando a salvo la doctrina enseñada por el Magisterio tradicional de la Iglesia. Los hombres de Fuerza Patriótica queremos hacer política catolica y nacionalista. Buscamos el Reinado Social de Jesucristo y el Bien Común integro, es decir aquel que tiene presente a la salvación de las almas. Pretendemos así mismo defender los intereses de nuestra Nación, su identidad y la justicia social. Para ello propugnamos un sistema de participación y de representatividad orgánica que ponga al Estado al servicio de la Nación. Aceptamos participar en las contiendas electorales, no por que tengamos animo electoralista, sino por que si bien esta no es la única forma de hacer política, si es en cambio la única forma legal de llegar al Poder y no se puede alcanzar el fin de la política, es decir el Bien Común completo, sin detentarlo. Sabemos que existen otras formas de ejercer poder o de hacer política y no las desdeñamos, pues todo aporta a la causa que defendemos, pero sin poner el Estado al servicio de la Nación no podemos hacer la revolución que anunciamos, por ende nos vemos obligados a no descartar los medios electorales. Por otro lado queremos resaltar que cuando Fuerza Patriótica concurre a las urnas no lo hace callando parte de su programa, ni con espíritu quebrado, ni sometida ni dócilmente; concurre combativamente dar a conocer las propuestas del nacionalismo y a expresar su repudio a la tiranía democrática. Se dirá que abstenerse de las contiendas electorales es una opción revolucionaria, sin embargo ya esta comprobado que ello en nada afecta a la perdurabilidad del Régimen. Ya la realidad nos demostró que a pesar de los altos porcentajes de abstención y de desinterés del electorado, los gobiernos inicuos se perpetúan en nuestra Patria. Tal vez lo que podamos hacer, confrontando en el terreno del enemigo no sea mucho, pero tenemos la esperanza que así como Dios no priva de los frutos de su esfuerzos ni aun a los perversos, si dejamos todo en el patriada algo al menos podremos salvar, hasta tanto llegue la hora del triunfo definitivo, que será de Dios y no de nosotros. Consideramos que esto para nada es avalar la democracia liberal, al contrario es una clara declaración de guerra a ella que hace nuestra organización, la cual, si bien adopto la forma de un partido político, tiene espíritu de cruzada y nuestros enemigos lo saben bien. Por supuesto que sabemos que los partidos políticos son instrumentos creados para el ejercicio de la democracia liberal, sin embargo no dejan de ser instrumentos, y los instrumentos no son ni buenos ni malos en si, sino que dependen del uso que se les de; nosotros queremos usarlos para oponernos al sistema desde adentro y evitar males mayores. Fuerza Patriótica por ello nada tiene que ver con la partidocracia corrupta y entreguista, lejos estamos de ella, nuestro sitio esta afuera -como decía joseantonio- nos constituimos en partido sin fe y sin respeto por el sistema, para reemplazarlo, para desplazar del poder a una clase política corrupta, y así salvar a la Patria.
De modo entonces que dicho todo esto (que entre otras cosas nos podría
restar posibilidades en las contiendas electorales) jamás admitiremos que
por haber constituido un partido político, se ponga en duda nuestra
pertenencia a la Iglesia de Cristo, así como nuestra rectitud de
intenciones y patriotismo |