LOS DESNUTRIDORES

por Carlos del Frade

enviado por la Agencia de noticias Pelota de Trapo

(APe).- La desnutrición está definida como una enfermedad pero, en realidad, se trata de la consecuencia física, existencial, de un sistema económico que concentra riquezas en pocas manos y multiplica pobreza entre millones.

En el medio, se supone, debería estar el Estado para paliar los efectos o, en el mejor de los casos, transformar la realidad para que miles y miles de pibas y pibes no sean condenados aún antes de pronunciar la palabra mamá.

Sin embargo, las noticias que llegan desde una de las provincias más ricas de la Argentina, Entre Ríos, comienzan a descubrir que así como hay desocupadores y desaparecedores, habrá que comenzar a pronunciar la palabra que informa sobre los desnutridores.

Aquellos funcionarios que sin marcar un solo rastro de vergüenza llevan adelante supuestos planes para pelear contra el hambre y que garantizan comida para menos de una semana.

¿Cómo será el alma de los desnutridores?

¿Qué tipo de pensamientos tendrán a la hora de constatar la cifra que destinan para gambetear los efectos de la pobreza y el precio de los alimentos que se supone debe comprar la gente?

Hay un programa llamado Refuerzo Familiar. Desde hace tres años se reparte en forma de bonos que por medio de troqueles se cambian por comida.

La indecencia del papel tiene distintas dimensiones, pero el mayor nivel de hipocresía está en los montos.

Cuarenta y siete pesos por mes es el total de la ayuda.

Doce pesos para carnes, cuando el kilogramo de asado está por encima de los diez pesos; cuatro pesos para huevos, cuando la media docena está por arriba de esos valores y cinco pesos para aceites, grasas y manteca que no alcanzan ni para cubrir los costos de una unidad por rubro de esos alimentos.

¿Cuánto tiempo duran esos 47 pesos para las familias desesperadas?

¿Qué refuerzo familiar suponen esos 47 pesos mensuales?

La cifra, una vez más, desnuda el tamaño del desprecio para con los sectores populares, el nivel de falsedad cuando se habla de preocupación o “lucha permanente” contra la pobreza, porque con esas cifras -en realidad- hay una consagración de la desnutrición como variable cotidiana.

El Programa es una decisión del gobierno nacional, una clara señal que demuestra qué entiende la administración de Cristina Fernández cuando habla de distribución de la riqueza. Con esos montos, en concreto, se multiplica la pobreza y crecen los génesis de nuevas existencias desnutridas.

La información sostiene que ya el denominado Centro de Almaceneros de Paraná “decidió no recibir los bonos este mes por atrasos en los pagos” y que muchos comerciantes desde hace tiempo no aceptan los troqueles.

Algunos de los consultados por los medios de comunicación regionales calificaron el monto y la demora en pagar esos bonos como una “verdadera vergüenza porque son para evitar la desnutrición”.

Una verdadera vergüenza que es el resultado de la impunidad de un nuevo actor político social en la historia argentina, los desnutridores.

Fuente de datos:
Diario Uno - Paraná 13-05-08