Mensaje Presidencial de Isabel Martinez de Perón pronunciado en
el Teatro Colón durante la ceremonia de entrega de sables y espadas a
los nuevos subtenientes, guardiamarinas y alféres, egresados en 1975
del colegio Militar de la Nación, de la Escuela Naval Militar y de la
Escuela de Aviación Militar, respectivamente.
Entre
otras autoridades estuvieron presentes en dicho acto el Ministro de
Defensa, Tomás Vottero; el Intendente Municipal de la ciudad de
Buenos Aires, José Embrioni; los Comandantes Generales del Ejército,
Teniente General Jorge R. Videla; de la Armada , Almirante Emilio E.
Massera, y de la Fuerza Aérea , Brigadier Mayor Orlando Agosti, junto
al Vicario Castrense, Monseñor Adolfo S. Tortolo.
El
mensaje:
"Jóvenes Oficiales: en mi carácter de Comandante en Jefe de
la Fuerzas Armadas cumplo con el trascendente deber de haceros entrega
del arma que os confiere los atributos del mando.
Iniciaréis un camino difícil, lleno de sacrificios, pero con una
meta honrosa que justifica cada uno de los tramos y los resume a
todos: la Defensa de la Patria.
T al vez, como pocas veces en la gloriosa historia argentina, estos
conceptos dejan de ser un formalismo protocolar, para convertirse en
norma y consigna, en cuyo acabado cumplimiento habéis empeñado el
honor y la vida.
El arma que os entrego es, a la vez, símbolo y realidad.
Símbolo del mando, del coraje y de la lucha; realidad acuciante del
enfrentamiento y de la victoria contra los enemigos de la patria.
Os sumáis a un combate en el que defenderéis el acervo cultural que
todos los argentinos han forjado a través de la historia; combate en
el que se deciden en definitiva la persistencia de la doctrina de
Cristo, la vigencia de los valores y, principios por los que dieron su
sangre muchas generaciones de argentinos".
En esta hora de lucha, es preciso que tengamos bien claro cuál es la
realidad que enfrenta nuestra patria.
Estamos siendo atacados y el ataque al que somos sometidos, en
diversos frentes, va dirigido esencialmente a los cimientos de nuestra
nacionalidad.
Existe un frente económico en el que se intenta destruir nuestra
capacidad de decisión para someternos a los dictados de grupos de
intereses internos y sectarios aliados a los centros de poder económico
y financiero internacional.
Existe un frente político en el que se persigue quebrar los
principios de unidad nacional con los que éste gobierno accedió al
poder.
Existe un frente moral en el que se pretende por la exaltación de un
materialismo desenfrenado, socavar los valores éticos de conducta
para con la sociedad y con la familia.
Existe un frente psicológico en el que se busca confundir,
desorientar y engañar al pueblo argentino, para quebrar el temple de
su espíritu y la fe en su propio destino.
Campañas sistemáticas con claros fines agresivos atacan la majestad
de las instituciones del Estado y lesionan el sentimiento de seguridad
de los habitantes de la Nación.
P ar a ello se han usado todos los recursos, desde los medios de
comunicación hasta el rumor sibilino e insidioso.
Finalmente, existe un frente terrorista, ateo, mercenario, inhumano y
delirante, empeñado en trastocar nuestros principios y valores más
esenciales, regando con sangre inocente nuestro suelo patrio.
Es ésta la realidad subversiva en la que tendréis que desarrollar
vuestra acción.
Vosotros habéis elegido el camino de las armas.
Por ello combatiréis al enemigo en uno de sus frentes fundamentales y
allí tendréis el honor de cumplir acabadamente con la misión que
habéis decidido asumir.
Pero es también mi misión, en mi carácter de Presidente de la Nación
y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, aseguraros que no estaréis
solos en esta lucha.
Vosotros actuaréis en el frente militar con la eficiencia y valentía
que siempre han distinguido en el mundo a las armas argentinas.
El gobierno por su parte, actuará con firmeza y decisión en los
restantes frentes, en los que el enemigo quiere destruirnos .
Tenemos detrás nuestro, un pasado de gloria que defender, tenemos
también un presente convulsionado que encauzar, y un futuro venturoso
que realizar.
Vosotros escucháis ahora mis palabras.
Cuando en el futuro alcancéis la jerarquía que en vuestra carrera
demuestre que os habéis dotado de experiencia y formación necesarias
para los más altos niveles de la conducción militar podréis
entonces discernir, con elevado criterio, si hemos sabido cumplir con
el compromiso que contraemos con la historia.
Este mensaje no es sólo para vosotros, sino para todos los
argentinos, pues cada uno debe sentirse, en su ámbito de
responsabilidad, un soldado de la Patria.
Soldad os, cuyas armas deben ser la claridad ideológica, la
insobornable honestidad, la prudencia de no escuchar provocaciones, la
inteligencia de desoír los señuelos del enemigo, el coraje de
colaborar con quienes, día a día, ofrendan sus vidas por la
libertad, seguridad y el porvenir de nuestros hijos.
A todos nos incumbe esta lucha.
Solo cambia el campo de combate: para unos será el monte, para otros
el aula, la fábrica o la oficina, pero nadie tiene derecho a sentirse
ajeno o incrédulo.
Y si así fuera, las jóvenes vidas de argentinos tronchadas resultarían
un sacrificio estéril, un infame anatema sobre la conciencia de todos
los argentinos.
Vosotros sois el brazo armado de la Nación , pero todas las manos
argentinas deben robustecer el poder de éste brazo para conferirle la
fuerza del pueblo que es la fuerza de la historia.
Jóvenes Oficiales: cada uno de vosotros sabe, con el alto grado de
lucidez que la nación reclama, que defiende verdades sólidas como
muros.
Ante esas verdades no temblará jamás la mano que empuñe el arma que
hoy recibiréis.
El sacrificio y la entrega por el destino de la Patria constituyen una
ofrenda sagrada que el pueblo argentino jamás olvidará.
Marchad hacia la victoria con la protección de Dios, nuestro Señor,
que pido para todos vosotros..
Muchas Gracias"
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