La
construcción de estereotipos dan cuenta de lo visto cotidiana y
masivamente, lo que no quiere decir que todas las mujeres sean de
una u otra manera, sino que éstas son las formas propuestas por
el modelo, y dado su recursividad no es de extrañar que algunos
de sus modos sean permeados......
Por
otro lado, no es nuestra intención sindicar a la mujer, sino
detallar lo que ocurre en la sociedad, por eso anunciamos la
segunda parte de este articulo titulado, MANIQUÍ el nuevo
“profile” masculino ........... y sí, también hay una
tercera parte............ adivinen de quienes hablará.............
No
es coincidencia que la aparición de nuevos marcos económicos y
la ampliación de los mercados sean fenómenos que vayan acompañados
de la inclusión de la mujer en los nuevos procesos productivos,
es que la necesidad imperiosa de mano de obra ha requerido la
inclusión de sectores de la sociedad antes a salvo del régimen
“demoliberal”, así también, la propia naturaleza del
postmodernismo que rigió este desarrollo contribuyó a acentuar
una preeminencia de lo intelectual y lo cognitivo sobre lo físico.
La
inclusión de la mujer en el mundo laboral es hoy una realidad
incuestionable, pero ¿hasta dónde es esta realidad un proceso
espontáneo o una vía predeterminada? El modelo de desarrollo
económico preconcebido y no desinteresado, configura roles y
estereotipos para las personas explicitando, por un lado, lo que
el modelo desea y, por otro, lo que proporciona como medio para la
canalización de las identidades personales, una meta difusa y
siempre escurridiza; la “realización individual”, quimera
momentánea basada en la satisfacción de apetitos e impulsos
sensitivos. De esta forma la narrativa cultural al servicio del
supremo interés productivo configura un cuadro social nuevo, en
el que las antiguas funciones sociales que fortificaban aquellas
estructuras espirituales en desmedro de lo productivo, pasan a
ocupar la categoría de ocupaciones menores, sin la importancia de
la profesionalizada labor actual.
Se
acentúa la conformación de una identidad de género en
detrimento de una identidad comunitaria compuesta por hombres y
mujeres, distintos y equivalentes, contribuyendo al proceso de
atomización social, prolífico para el sistema productivo y para
la consolidación integral del modelo.
LA
AMAZONAS Apología de una mujer despampanante
Notoria
preeminencia de lo físico sobre otros aspectos, la amazonas es la
clásica mujer objeto; recauchada y brillante dueña de una
perfecta sonrisa perpetua, conciente que su presencia genera gran
atención por parte de todos los hombres, ya que apela a lo más básico,
pero a la vez lo más notorio y atrayente que puede tener una
mujer.................
Sus
modos de socialización son superficiales y construyen una falsa
imagen de alegría eterna, acostumbrada a abrirse camino por medio
de su presencia y del constante guiño de ojos, sus profesiones
son aquellas propias en las que su exposición física les puede
brindar dividendos.
Marilyn
Monroe
Enredada
con las altas esferas del poder en EE.UU., su muerte aún
sigue siendo un misterio que se debate entre el
asesinato y el suicidio
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La
ignorancia de una forma de canalización integral para su
afectividad, la restringieron a una explosiva y seductiva arma con
la cual conseguir atención y una desformada concepción de afecto,
el sexo. Esto último conllevó que el hombre sea sólo un apéndice
de su brillantez, incapaz de mantener una relación duradera o
verdaderamente entregada. Sus bases están dictadas por las máximas
de una mujer liberada sin hijos ni matrimonio que opaquen a su
persona, una vida llena de contrastes ya que por lo general
ascienden rápidamente de status social, codeándose con la
“socialité” e incluso acceden a los grandes círculos de
poder, sin embargo, esta relación de comensalismo social concluye
con la despampanante y bella, desechada como papel higiénico
luego de su uso, o apagándose lenta y patéticamente, ya que, a
medida que se desgasta nuevas suripantas toman su lugar y ellas ya
viejas y usadas no representan atracción para nadie.
LA
FRIA EJECUTIVA
Absolutamente
distinta del estereotipo anterior y ajena a la luminiscencia de la
amazona, de carácter mas reposado y siempre pendiente del trabajo,
es una mujer pulcra de hablar claro, con una femineidad reprimida,
ya que su función profesional la obligan a mostrarse parca y
distante en un mundo frío en el que la emotividad es un signo de
debilidad y en donde la cercanía puede ser fácilmente desformada
a acoso.
La
existencia de un quehacer definido dentro de la sociedad, le
otorgan a este estereotipo una legitimidad frente al resto de las
mujeres, sin embargo, está fuertemente determinada por el respeto
que obtienen dentro del mundo de los hombres, siendo entonces la
asimilación de conductas masculinas su mejor presea, de esta
forma su vestimenta, aunque guarda formas femeninas, se enmarca
bajo esquemas masculinos: pantalones de corte recto con caída en
línea, chaqueta con solapa y pañuelo en lugar de corbata.
Su
vida está bajo un riguroso control, dando pie a la maternidad,
pero bajo paradigmas difusos en los que su responsabilidad como
madre es menor que su responsabilidad profesional, auto conformándose
con premisas en las que justifica su dedicación laboral en nombre
de sus hijos, aunque pase más tiempo con sus compañeros de
trabajo que con sus progenies. El matrimonio es algo planeado bajo
cánones de reciprocidad profesional, convirtiéndose en un
mutualismo en el que dos personas se sacan provecho sin llegar a
conformar un núcleo con vida propia, que concebimos como familia.
Su
emotividad es ocultada definiendo un nuevo modo de comportamiento;
una fémina masculinizada e inocua.
LA
MUJER
La
mujer posee características conductuales definidas
primigeniamente por su naturaleza, que la condiciona a cumplir
roles y a definir aspectos esenciales de su propia existencia,
siendo el desarrollo de una parte emotiva profunda su principal
cualidad y característica, que en el hombre no se alcanza a
desarrollar de la misma forma, primero por aspectos fisiológicos
que determinan de manera determinante la relación de los seres
con el medio ambiente y, segundo, por un factor de creación, la
mujer no solamente puede tener bebés, sino que es la
transformadora de lo inmaterial a lo material, es capaz de generar
vida....
Al
igual como la vida se conforma de un plano material y otro
inmaterial la naturaleza del Hombre como especie, se concreta por
medio de la realización de estos planos en forma de acción y
contemplación, simultánea o alternada. En la mujer la
contemplación se expresa bajo la figura de la madre formadora y
amorosa, mientras que la acción se concreta bajo la figura de la
amante apasionada....
El
hombre penetra físicamente a la mujer y la mujer penetra
emocionalmente al hombre, ésta es la conjunción y el equilibrio
perfecto dictado por nuestra esencia más profunda.
La
actual construcción de una mujer masculinizada atenta contra la
familia ya que la mujer no desarrolla a través de la crianza su
afectividad emotiva, pervirtiéndose su rol comunitario...... en
cambio vivimos en un mundo donde el hombre se ve alentado a
penetrar a otros hombres y las mujeres más que emocionalidad,
desarrollan una afectividad meramente sensitiva incapaz de formar
integralmente a su progenie, en suma sólo seres sin esencia
prestos a entregar sus vidas a corporaciones sin cara, en desmedro
de sus propios hijos e hijas, las que carentes de atención se
convertirán en las nuevas amazonas o ejecutivas que el modelo
requiere.........
Extractado
de TERCERA
LINEA