AYOHUMA
- EL
NACIONALISMO NUNCA MUERE Ediciones BANDERA DE MACHA TUCUMAN
– ARGENTINA EL
OCASO DE LOS VALORES Por
José Stoppini Hoy
en día hemos dejado demasiado marchitar en las jóvenes mentes. La
decadencia y la crisis no es una crisis hoy día ni de organización ni de
dirección ni de unidad, la
crisis es debido a la decadencia de los valores morales. Desgraciadamente
a tantos jóvenes la palabra organización y unidad le suenan extrañas.
Se han entumecido con la corrupción y la miseria de una vida vacía con
pocas esperanzas en este mundo liberal y traicionero del sálvese quien
pueda. La
gran duda existencial que nos quita el sueño y hace casa en las mentes débiles.
Esa pregunta que nos sobresalta como la de una vida sin sentido si
no encuentro el placer antes de morir, ha hecho dormirse los
ideales más nobles. Los malos ejemplos que vidas licenciosas que vemos a
día avivan esta tendencia decadente y repugnante, los que usan drogas y
escuchan música insípida pretendiendo que es glamoroso y los corrompidos
que le han vendido sus almas al dinero. Camaradas
que me escuchan; no olviden que la vida es sacrificio, que los hombres
pasan, pero las organizaciones y las comunidades quedan, no olviden que
nosotros viviremos siempre en la sangre y en los corazones de los que
vendrán. No cambiemos el
cielo por unas monedas más. Somos soldados todos, camaradas, luchando por
la libertad. Han visto ustedes que noble es ser soldado porque el soldado
no muere, se hace inmortal en su día de la gloria. Hay un bronce para
cada soldado, incluso hay un bronce para el soldado desconocido. Pero no
hay bronce ni gloria para el mercenario, para el que tiene precio. El
mercenario muere y con el toda su gesta interesada al servicio de su
majestad Dinero. No
nos contaminemos camaradas, nosotros guardamos la llama sagrada que no se
debe apagar. Los que no tienen la fuerza son solo una frágil flama en el
viento y no duraran. Carguemos con orgullo la cruz y vamos a la batalla
cantando, camaradas que me escuchan. No hagamos un ocaso de lo que puede
ser un gran amanecer. Yo,
camaradas, cada vez que pienso en mi ideal mi corazón golpea como un
tambor antes de batalla y no pienso en otra cosa porque se que El Creador
sabe de sobra lo que necesito y entonces miro los “lirios del campo”,
siempre presto a tender la mano a mi camarada, mi hermano. Que
el creador los bendiga a todos. No suelten la bandera que Argentina vencerá.
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