AYOHUMA - EL NACIONALISMO NUNCA MUERE

Ediciones BANDERA DE MACHA

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TUCUMAN – ARGENTINA  - 1 de Julio de 2006

 

EL OCASO DE LOS VALORES

Por José Stoppini

Hoy en día hemos dejado demasiado marchitar en las jóvenes mentes. La decadencia y la crisis no es una crisis hoy día ni de organización ni de dirección  ni de unidad, la crisis es debido a la decadencia de los valores morales. Desgraciadamente a tantos jóvenes la palabra organización y unidad le suenan extrañas. Se han entumecido con la corrupción y la miseria de una vida vacía con pocas esperanzas en este mundo liberal y traicionero del sálvese quien pueda.

La gran duda existencial que nos quita el sueño y hace casa en las mentes débiles. Esa pregunta que nos sobresalta como la de una vida sin sentido si  no encuentro el placer antes de morir, ha hecho dormirse los ideales más nobles. Los malos ejemplos que vidas licenciosas que vemos a día avivan esta tendencia decadente y repugnante, los que usan drogas y escuchan música insípida pretendiendo que es glamoroso y los corrompidos que le han vendido sus almas al dinero.

Camaradas que me escuchan; no olviden que la vida es sacrificio, que los hombres pasan, pero las organizaciones y las comunidades quedan, no olviden que nosotros viviremos siempre en la sangre y en los corazones de los que vendrán.  No cambiemos el cielo por unas monedas más. Somos soldados todos, camaradas, luchando por la libertad. Han visto ustedes que noble es ser soldado porque el soldado no muere, se hace inmortal en su día de la gloria. Hay un bronce para cada soldado, incluso hay un bronce para el soldado desconocido. Pero no hay bronce ni gloria para el mercenario, para el que tiene precio. El mercenario muere y con el toda su gesta interesada al servicio de su majestad Dinero.

No nos contaminemos camaradas, nosotros guardamos la llama sagrada que no se debe apagar. Los que no tienen la fuerza son solo una frágil flama en el viento y no duraran. Carguemos con orgullo la cruz y vamos a la batalla cantando, camaradas que me escuchan. No hagamos un ocaso de lo que puede ser un gran amanecer.

Yo, camaradas, cada vez que pienso en mi ideal mi corazón golpea como un tambor antes de batalla y no pienso en otra cosa porque se que El Creador sabe de sobra lo que necesito y entonces miro los “lirios del campo”, siempre presto a tender la mano a mi camarada, mi hermano.

Que el creador los bendiga a todos. No suelten la bandera que Argentina vencerá.