Al
menos 21 localidades palestinas de Cisjordania que albergan a unos 250.000
palestinos han quedado asilados del resto de Cisjordania por el muro de
separación (valla en algunos puntos) construido por Israel, según recoge
un informe elaborado por la organización de defensa de Derechos Humanos
israelí 'Bimkom'.
Además, el documento constata que más de 8.000 ciudadanos palestinos de
estos enclaves viven en "enclaves veta" encajados entre la Línea Verde y
la valla de separación, según recoge el diario hebreo 'Yediot Ahronot'.
"Esta población está viviendo entre vallas, bajo un régimen de permisos y
prohibiciones, en una zona separada del resto de los residentes de
Cisjordania, incluidos sus amigos y parientes de primer grado", constata
el documento de Bimkom.
En algunas zonas concretas, los habitantes están vallados por tres o
cuatro ángulos, quedando aislados de los centros urbanos, las fuentes de
recursos, y los servicios básicos, lo que daña "severamente" sus vida
diaria hasta "el punto de la desintegración" de la sociedad palestina de
la zona, establece el informe publicado hoy.
Así, el documento revela que en algunos casos una casa queda aislada de la
ciudad a la que pertenece, convirtiendo a sus habitantes en "invitados" en
sus propios hogares. "Esto crea una situación horrible en la que un hombre
ha estado viviendo durante décadas en una casa y se ve forzado a obtener
un permiso periódico con objeto de permanecer en la zona donde vive",
constata el documento, recordando que "sin este permiso, está sujeto a
penalizaciones por ley, incluso de cinco años de prisión o fuertes
multas".
En cuanto a la atención sanitaria, el documento muestra que para poder
alcanzar los hospitales en las localidades cercanas "los residentes de los
enclaves deben pasar a través de puertas en la valla, lo que no es posible
durante la noche, lo que significa que el tiempo que pasa hasta que los
soldados son avisados de una emergencia puede ser el tiempo que diferencia
la vida de la muerte".
A continuación el informe denuncia que, pese a las órdenes del Tribunal
Superior de Justicia israelí sobre la ruta que recorre la valla o muro,
dicha ruta está dictada más bien por las necesidades de los asentamientos.
Por ejemplo, en la localidad palestina de Bartaa, la ruta de la valla se
ha desplazado tres kilómetros más allá de la Línea Verde, principalmente
para dejar espacio a la expansión del asentamiento judío de Rihan, y para
la construcción de un nuevo asentamiento llamado 'Rihanit'.