Los Papeles de Palestina han acabado con la poca credibilidad que la "Autoridad", que tiene su sede en Ramala, aún disfrutaba entre los palestinos. Los Papeles de Palestina, los 1.300 documentos que Al Yasira empezó a publicar el 23 de enero, son la respuesta palestina a la “generosa oferta” israelí, a la artimaña diplomática israelí, que perseguía desacreditar al dirigente palestino Yaser Arafat tras el colapso de las conversaciones de Camp David el 25 de julio de 2000. ENTREGANDO PALESTINA
Pero,
a diferencia del carácter ficticio de la “generosa oferta” israelí,
la oferta palestina, como revelaba Al Yasira, no era un testimonio del espíritu
de la famosa generosidad árabe, sino más bien una serie de decididas y
vergonzosas concesiones que, en ocasiones, cogían por sorpresa incluso a
los israelíes. Ha
transcurrido más de una década desde que el Primer Ministro Ehud Barak
hiciera su tan “generosa oferta” sólo para encontrarse con la
“obstinación de Arafat” (editorial de The Angeles Times, 8 de abril
de 2002) y con el “rechazo palestino” (Mortimer Zuckerman, U.S. News
& World Report, 22 de marzo de 2002, como recogió Seth Ackerman en
Fair.org). La
oferta inventada, que se convirtió en un término acuñado por las
autoridades israelíes únicamente para desacreditar a Arafat y absolver a
Israel de cualquier compromiso adquirido en función de los acuerdos
previamente firmados, aparece descrita en los principales periódicos
estadounidenses como “extraordinaria y de largo alcance”. Cada intento
de disipar ese mito fracasó en gran medida ante los inamovibles discursos
oficiales israelíes y estadounidenses, que a menudo, cuando no siempre,
son quienes definen las narrativas dominantes. Pero
ahora Al Yasira ha seguido valientemente las huellas de WikiLeaks,
verificando y revelando cientos de documentos que abarcan la etapa de 1999
a 2010, mostrando el alcance de la “generosidad” palestina, realmente
extraordinaria y de largo alcance y causa de vergüenza absoluta para
muchos de los implicados, junto con sus acérrimos seguidores. Lo
que revelan los documentos… Los
Papeles de Palestina son demasiados y representan una acusación
definitiva contra la Autoridad Palestina y su disposición a cumplir, y en
ocasiones exceder, las expectativas del gobierno israelí a expensas del
pueblo palestino. Los
Papeles de Palestina revelan bastante acerca de la naturaleza asimétrica
de la relación entre las dos partes –Israel y la Autoridad Palestina-
que supuestamente están en estado de conflicto cuando no guerra. Pero,
como se ha averiguado, el liderazgo palestino parecía negociar y ofrecer
todo lo contrario de lo que el pueblo palestino realmente quiere, incluido
el derecho al retorno para los refugiados palestinos, tal como se consagra
en el Derecho Internacional, fronteras contiguas para el propuesto estado
palestino, desmantelamiento de todos los ilegales asentamientos judíos,
etc. El alcance de los compromisos palestinos superaba de hecho la más cínica
de las estimaciones. Por
ejemplo, según uno de los documentos filtrados, Saeb Erekat, que ostenta
el rimbombante título de “Negociador-Jefe”, cedió la mayor parte de
la Jerusalén Oriental Ocupada sin dudarlo siquiera. El 30 de junio de
2008, en una reunión que incluía a Tzipi Livni, la entonces ministra de
asuntos exteriores israelí, y a Ahmed Qurei, alto funcionario de Fatah y
ex primer ministro de la AP, Erekat declaró: “No es ningún secreto que
en nuestro mapa le estamos ofreciendo la mayor Yerushalayim (el término
hebreo para al-Quds o Jerusalén) de la historia”. La
oferta personal de Erekat era una ampliación de la propuesta hecha por el
mismo Qurei en un encuentro que tuvo lugar dos semanas antes, el 15 de
junio. Qurei “proponía que Israel se anexionara todos los territorios
ocupados con asentamientos en Jerusalén, excepto el Yabal Abu Ghneim (Har
Homa). Esta es la primera vez en la historia que hacemos tal proposición;
en Camp David nos negamos a hacerla”. Para
que no quedaran dudas en las mentes de las autoridades israelíes de que
los palestinos querían realmente referirse a “todos los
asentamientos”, Erekat “siguió adelante enumerando algunos de los
asentamientos que la AP estaba dispuesta a conceder”, informaba Gregg
Carlstrom en Al Yasira. Eran: “la Colina Francesa, Ramat Alon, Ramat
Shlomo, Gilo, Talpiot y el Barrio Judío en la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Esas áreas contienen unos 120.000 colonos judíos. (Erekat no mencionó
el destino de otros importantes asentamientos en Jerusalén Oriental, como
Pisgat Ze’ev y Neve Ya’akov, pero el lenguaje de Qurei indica que iban
también a seguir formando parte de Israel.)” En
cuanto a Haram al-Sharif, o el Noble Santuario (el tercero de los
santuarios más sagrados del Islam en el mundo y un lugar que ha tenido
que ser testigo de infinita violencia como consecuencia de los
desesperados intentos palestinos por defender el lugar sagrado frente a
los fundamentalistas israelíes apoyados por el ejército y la policía
israelí), Erekat ofreció soluciones “creativas”, tales como colocar
el santuario musulmán palestino bajo supervisión internacional, cediendo
así casi por completo el control sobre la ocupada ciudad. Esta
es apenas la punta del iceberg. Los compromisos ofrecidos son abundantes y
contradicen descaradamente el Derecho Internacional, las aspiraciones
nacionales palestinas, el consenso árabe e incluso la posición oficial
declarada de la misma Autoridad Palestina. Vendiendo
a los refugiados Los
Papeles de Palestina confirman también que ambas partes están de acuerdo
en lo que respecta al derecho al retorno del pueblo palestino, es decir,
que va a ser, más o menos, un derecho que no se va a cumplir. Un resumen
de una reunión celebrada en agosto de 2008 indicaba que Israel había
hecho una oferta de intercambio de tierras que garantizaba que la mayoría
de los ilegales colonos judíos permanecieran en la ocupada Cisjordania.
Incluía una propuesta del entonces Primer Ministro Ehud Olmert para
permitir que un total de 5.000 refugiados palestinos (de los casi seis
millones) regresaran a sus hogares en el transcurso de cinco años. En
una reunión del 21 de octubre de 2009 con el diplomático y Enviado
Especial de EEUU a Oriente Medio, George Mitchell, el Negociador-Jefe
palestino, Erekat, parecía no tener reparos a la propuesta: “Los
palestinos necesitan saber que no van a poder volver cinco millones de
refugiados. La cifra se acordará como una opción más. En cuanto a los
que vuelvan a su propio estado dependerá de la capacidad de absorción
anual que haya”. En otro de los documentos filtrados de fecha 15 de
enero de 2010, Erekat dijo al diplomático estadounidense David Hale que
la AP ofreció a Israel el retorno de “un número simbólico” de
refugiados. Hasta entonces, los refugiados, según Erekat, no tendrían
derecho de voto en ningún acuerdo de paz con Israel. Al Yasira citaba
también a Ziyad Clot, un asesor jurídico de los negociadores palestinos
para las cuestiones de los refugiados, diciendo: “El Presidente Abbas
ofreció a Israel una propuesta con una cifra extremadamente baja de
refugiados que podrían volver a Israel tan sólo pocas semanas después
de que empezara el proceso”. Los
Papeles de Palestina son tantos que representan la acusación definitiva
de la AP, así como su voluntad de cumplir, y en ocasiones superar, las
expectativas del gobierno israelí a expensas del pueblo palestino. ¿Fuera
de contexto? Una
vez que Al Yasira publicó varios de los documentos, los funcionarios de
la AP pasaron a la ofensiva atacando la red de noticias en lugar de
enfrentarse al mensaje condenatorio. Algunas de sus acusaciones se
contradecían las unas con las otras, las mismas contradicciones que están
dañando asimismo la narrativa oficial palestina. “Fabricación…
mentiras”, gritaba Erekat; “fuera de contexto”, decía Abbas. En
cuanto al alto dirigente de la OLP Yaser Abd Rabbo, se pasó casi media
hora en una conferencia de prensa ofrecida en Ramala el lunes 24 de enero
amontonando insultos y acusaciones contra Al Yasira. Teniendo en cuenta
todo esto, no es de extrañar que unos 200 seguidores de Fatah (entre los
que se encontraban al parecer muchas fuerzas de seguridad de la AP
vestidos de civil) atacaran y arrasaran las oficinas de Al Yasira en
Ramala al grito de, en el colmo de las ironías, “¡Al Yasira es un
canal sionista!” Otra
ironía es que, pocos días antes, el miércoles 20 de enero, la AP se negó,
según se ha sabido, a conceder permiso para que se organizara un mitin
para celebrar el derrocamiento del autoritario presidente de Túnez y en
solidaridad con el pueblo tunecino. Es
difícil creer que haya muchos palestinos –además de los que se
benefician directamente del actual régimen- que crean verdaderamente que
la Autoridad de Mahmud Abbas tiene en la cabeza los intereses palestinos.
Los Papeles Palestinos han dañado la poca credibilidad que la autoridad
con sede en Ramala podía aún tener entre los palestinos. Apuntalada
con fondos estadounidenses, sostenida por la validación política
estadounidense y europea y asegurada por la ocupación militar israelí en
Cisjordania, no está muy claro cuánto tiempo seguirá la AP cumpliendo
su papel en Cisjordania. Sin embargo, es bien cierto que ese papel no es
el de exigir los derechos palestinos o preservar la integridad nacional
del pueblo palestino y la integridad territorial de un estado palestino.
Los Papeles de Palestina lo han dejado muy claro y arremeter contra Al
Yasira no va a cambiar nada.
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