EL
ESTABLECIMIENTO DEL ESTADO DE ISRAEL
por Palestinalibre.org
"Matar a un hombre es un crimen, acabar con todo un pueblo, es
un asunto a discutir..."
(Ibrahim Tuqam, poeta
palestino)
Desde sus comienzos, el conflicto Israel-Palestino se intentó explicar
como fenómeno de dos religiones diferentes e irreconciliables: la
judía y la musulmana. El establecimiento del Estado de Israel (más
conocido como Al Nakba)fue la máxima expresión del problema, y al
mismo tiempo fue el punto culminante donde salieron a flote las
verdades ocultas y las causas reales de las diferencias entre las dos
naciones: el Estado de Israel no es más que una política imperialista
en Medio Oriente. Las principales justificaciones de esta afirmación
son el hecho de que Israel se formó colonizando un pueblo y una tierra
(Palestina), la relación inmediata y estrecha de los judíos con los
Estados Unidos, y los actuales métodos de mantenimiento y
sostenimiento del Estado que lleva a cabo el gobierno israelí.
Fue
una colonización
El principal argumento de la ocupación de Palestina por parte de los
judíos, pueblo vagante durante toda la historia, es la certeza de que
su divinidad (Yahvéh) les prometió mediante el patriarca Abraham una
“tierra prometida” y que justamente estaba allí: en tierra palestina.
Robert Allen Warrior, compara dicha ocupación con la colonización de
América por parte de los europeos, explicando como Yahvéh comanda la
aniquilación de la población indígena de la zona: los cananeos, cuyos
descendientes son los palestinos. En las narraciones de el Antiguo
Testamento, se relata con respecto a las tierras que se les
prometieron al pueblo judío :“(...)cuando Yahvéh, tu dios, te las
entregue, y tu las derrotes, las destruirás y no harás ningún pacto
con ellas y no tendrás piedad con ellas (Deut.7:1-2)”. La promesas del
dios ya están dichas, lo que queda es entrar a la tierra y expulsar a
los que viven allí.
Se pretende mediante esta explicación simplista e irracional que toda
la gente de los demás países (y religiones) aceptemos esta profecía,
aún no siendo pertenecientes al judaísmo. ¿De que forma es admisible
reconocer los mandatos de una religión la cual no profesamos y más si
estos llaman a invadir una tierra que no le pertenece, que le es ajena?
Se pueden hallar similitudes con la misión de los jesuitas durante los
siglos XVII y XVIII, que “en nombre de Dios” debían “civilizar” a la
población indígena americana bajo la doctrina cristiana. Otra vez más
en la historia de la humanidad algunos poderosos deciden lo “mejor”
para un pueblo, sin preguntarle al mismo si cree que es lo conveniente
para sí.
Palestina es una tierra invadida a lo largo de toda su historia. En
1516 fueron los otomanos, en 1914 entra la ocupación británica. En ese
momento la población árabe constaba de 604.000 personas, mientras que
los judíos solo eran 85.000. Cuando Gran Bretaña decide abandonar
Palestina, deja a la comunidad internacional la decisión. El 29 de
Noviembre de 1947, sin el consentimiento del pueblo palestino, la
Organización de Naciones Unidas (ONU) lanza la resolución 181 con la
cual decide partir Palestina en dos, una parte árabe y otra parte
judía. De esta manera Europa introduce una cómoda reparación moral por
el sufrimiento judío producido por el Holocausto.
El Estado judío junto a una conspiración internacional hicieron el
recambio de un pueblo por otro, convirtiendo una presunta
descolonización inglesa en una nueva colonización cualitativamente
diferente, mediante el surgimiento de un Estado basado en la
inmigración judía, vieja aspiración de origen sionista. Shimón Peres,
líder político israelí afirmó que "cuando Theodor Hertzl, fundador del
sionismo, se refería a `un pueblo sin tierra que busca una tierra sin
pueblo` no era consiente de la existencia de una población árabe en
Palestina".
Para mantener la colonización vigente y debido a la poca población
judía en tierra Palestina, el Estado de Israel tuvo que establecer en
1950 la “Ley de Retorno” que permite que todos los judíos del mundo
pueden obtener la ciudadanía asentándose en el país y el servicio
militar obligatorio, creando cuadros combativos que defiendan la
tierra invadida, transformando a la sociedad israelí en una sociedad
militarizada. Los palestinos desean recuperar su territorio y no van a
dar por finalizada su lucha hasta conseguirlo. Israel se convirtió en
una zona de peligro inminente, de disputa, donde entre los ciudadanos
israelíes lo único que sobrevive es el miedo. ¿El miedo a los
conflictos o el miedo a represalias palestinas? Todo el que invade una
tierra jamás va a estar tranquilo viviendo en ella y en Israel aquel
sentimiento es verdaderamente notorio.
Israel y los Estados Unidos: una profunda relación
“Estados Unidos y el Estado Sionista “Israel” constituyen las únicas
superpotencias, que debido a su poder militar, poseen el control
mundial, y ya han implantado una Dictadura Terrorista Militar Mundial
destinada a esclavizar el conjunto de los países “normales”.
El apoyo de los Estados Unidos a Israel nos remite directamente a un
doble interés estratégico de los dos países, que desemboca en una
cadena de favores que se resumiría en la compleja formula de
protección-seguridad israelí, y de aniquilamiento de focos de
“conflicto” árabes (mundialmente llamados “terroristas”). No debe
tambalear el poderío mundial-imperialista de la potencia del Norte,
siendo Israel un “baluarte contra el terrorismo fundamentalista
islámico” , neutralizando países árabes vendedores de petróleo y
proporcionándole también tecnología de avanzada. A cambió EEUU le
ofrece a su aliado ayuda económica para el crecimiento del mismo,
esconder sus engaños y ambigüedades; y armarlo de manera militar y
bélica, convirtiéndolo en la sexta potencia del mundo en dicha materia,
igualada en número y calidad con británicos, franceses y chinos.
Washington sigue otorgando 3.000 millones de dólares a Israel en
concepto de ayuda, a pesar del Acuerdo Symington, que impide conceder
ayudas a países que desarrollan armas nucleares fuera del control y
los tratados internacionales. No es difícil entender que tanto EEUU
como Israel desean mantener este secreto, con el cual el primero se
evita el problema de justificar su ayuda militar y económica a Israel,
y este último puede seguir recibiendo cómodamente asistencia
norteamericana. Así, en un informe del Pentágono de 2001, Israel no
aparecía en la lista de estados con armas nucleares, a pesar de las
evidencias y de informes de la Agencia Central de Inteligencia de
Estados Unidos (CIA) que afirman lo contrario, como un documento de
1968 que concluye que dicho país había comenzado a producir armas
nucleares, pero no critica el descubrimiento, al mismo tiempo que
persigue por estas razones a otras naciones del Medio Oriente como
Irak, Irán y Siria.
El gobierno Israelí no reconoce ni desmiente la existencia de
armamento nuclear, y en el parlamento, el Knesset, nunca había
debatido el tema en sesión abierta hasta que el 2 de febrero de 2002
un congresista llamado Issam Makhoul rompió el silencio y fue
expulsado de la sala. Luego Makhoul declaró: "Hoy la llamada
ambigüedad nuclear se aplica solamente a los ciudadanos de Israel. No
pueden participar como críticos democráticos de su gobierno porque
este les oculta la verdad sobre un tema del que dependen sus vidas".
Además, Israel jamás firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear
(como si lo hicieron Irán y Corea del Norte ), creado para evitar la
diseminación de armas nucleares a nivel mundial. Debido a esto, los
israelíes no han estado sujetos a inspecciones ni a la amenaza de
sanciones por parte del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA),
dependiente de la Organización de las Naciones Unidas.
Un ejemplo claro de este secreto de Estado es el caso del científico
israelí Mordejai Vanunu, quien estuvo 18 años preso en una celda
aislada por haber revelado a un periódico británico numerosos secretos
relacionados con el poder nuclear de Israel. Vanunu trabajaba en la
ultrasecreta central nuclear de Dimona, en el desierto del Neguev y al
ser despedido reveló que Israel es una potencia nuclear con unas 200
bombas atómicas. Los servicios secretos israelíes, el Mossad, le
tendieron una trampa al científico mediante una agente llamada Cindy,
que sirvió de anzuelo para detenerlo y llevarlo ante la justicia
israelí. ¿No es demasiada casualidad que esta agente, cuyo verdadero
nombre es Sheryl Bentov, viva en la actualidad justamente en Florida,
Estados Unidos?
Vanunu, luego de salir de prisión declaró en televisión: que “no hace
falta ningún Estado judío; debe existir un Estado palestino y los
judíos pueden vivir en cualquier lugar del mundo”. Vanunu había nacido
en una familia judía sefardí de clase obrera en el árido Negev y había
testimoniado la persecución de los palestinos autóctonos, sintiendo
compasión por ellos.
Concluyendo, es interesarte notar el hecho de que únicamente poco
después de su creación el Estado de Israel mostró interés en la
adquisición de armas nucleares. ¿Acaso estaba intentando armarse para
demostrarle poderío al pueblo a quien sometió, sabiendo que el mismo
iba (en un futuro cercano) intentar recuperar su tierra?
Por otro lado, el Estado Israelí fue creado de manera unilateral por
parte de las organizaciones sionistas. Es interesante investigar de
donde provienen las mismas y como su existencia tiene estrecha
relación con los intereses económicos de la potencia del Norte.
El sionismo es el movimiento nacionalista y colonialista judío que,
desde finales del siglo XIX, se propuso la creación del Estado de
Israel y promovió y promueve la migración de judíos a Palestina, la
ancestral "tierra prometida", arraigado sentimiento de que su "destino
histórico" se encuentra en esa tierra. Este movimiento adquirió
alcance político gracias a Teodor Herzl, un periodista austríaco que
pensaba que potencias europeas apoyarían el ideal sionista para:
librarse de los judíos y del antisemitismo (evitando el influjo de
inmigrantes judíos desde Europa oriental) y utilizar la influencia
judía organizada para combatir a los movimientos revolucionarios y
otros factores internos. Herzl explicaba que “Palestina debía ser
colonizada ya que ocupaba una posición estratégica y Europa,
permitiría más pronto el asentamiento de los judíos".
Sin lugar a dudas, el sionismo es una ideología imperialista porque
“seleccionó” el lugar más conveniente para la instalación del Estado
judío, sin importarle quien habitaba dicha zona, desplazando un pueblo
y apropiándose de sus bienes, su tierra, su identidad.
En 1897, Herzl organizó el primer congreso sionista en Basilea, Suiza,
cuyo programa decía: "el sionismo quiere crear un hogar para los
judíos en Palestina, al amparo de la ley pública". Cuando el gobierno
otomano rechazó la propuesta de Herzl de otorgar la autonomía a
Palestina, los sionistas buscaron el apoyo de Gran Bretaña. En 1903 el
gobierno británico ofreció a los judíos 6 mil millas cuadradas
deshabitadas en Uganda para que se establecieran, pero los sionistas
rechazaron esta oferta e insistieron en Palestina.
Con el estallido de la primera Guerra Mundial los sionistas
promovieron la Declaración de Balfour, donde los británicos prometían
apoyar a los judíos en la creación de un estado nacional judío en
Palestina. Esta declaración fue incluida en el mandato británico de la
Liga de las Naciones sobre Palestina (1922). Así, a lo largo del
tiempo, fueron logrando el apoyo de la ONU quien le entregó la tierra
palestina en 1947.
Actualmente existen en EE:UU. poderosos grupos pro israelíes y
sionistas que tienen poder sobre los medios de comunicación más
influyentes, sobre sectores estratégicos de la economía estadounidense,
sobre partidos políticos, sobre miembros del Congreso y del Poder
Ejecutivo. Son ellos quienes determinan indefectiblemente quién
accederá a la presidencia de los Estados Unidos. Según palabras del
intelectual norteamericano James Petras:"Estos grupos de presión gozan
de una considerable influencia en los medios, en la Casa Blanca y
entre los líderes de opinión. En otras palabras: no es el voto judío,
que apenas representa el 5% en todo el país, sino el poder económico y
político de los judíos alineados con Israel lo que explica por qué los
principales candidatos presidenciales se resisten a condenar la
matanza israelí de palestinos”. En un artículo del 2001, Petras
analiza a hegemónica posición israelí en los Estados Unidos, que ha
perdurado bajo las presidencias republicana y demócratas, una relación
que no se basa ni en personalidades ni en configuraciones transitorias
de política de partido. “La segunda administración de George Bush está
completamente controlada por los extremistas
neo-conservadores-sionistas”.
Además, estos influyentes sionistas de EE.UU. alcanzaron altos puestos
en el Pentágono y el Departamento de Estado y desde allí promueven
guerras contra países árabes, demonizando a los mismos y fabricando
historias de amenazas inminentes como: armas de destrucción masiva (paradójicamente
siendo Israel la 6ta potencia del mundo en esa categoría),
“terrorismo” y fundamentalismo Musulmán. Un ejemplo clave de estas
políticas es la invasión estadounidense a Irak, donde el único otro
país que resulta beneficiado es el Estado de Israel (el único en Medio
Oriente que apoyó la ocupación) ya la guerra destruyó a un importante
contingente humano de la Intifada Palestina, el levantamiento-lucha de
resistencia del pueblo palestino.
El Estado de Israel tiene métodos de mantenimiento y sostén represivos.
En la actualidad, y gracias al anti-democrático gobierno de derecha de
Ariel Sharon los métodos de mantenimiento del Estado de Israel son
técnicas represivas que dan cuenta de un Estado obligado a subsistir
del miedo a ser recuperado por sus antiguos habitantes. ¿Acaso que
otra razón tendría un Estado imperialista para poner cárceles con
torturas legalizadas y no reconocidas, un muro que aísla a los
palestinos similar al del apartheid sudafricano, programas y
tratativas de fomentar la inmigración y visita judía de todo el mundo?
Algunas de estas políticas “de defensa” (según argumentan los
israelíes) son:
Cárceles.Israel tienen más de 7500 prisioneros
palestinos que están detenidos sin cargo y sufriendo condiciones
terribles como: palizas indiscriminadas, lanzamiento de gases
lacrimógenos, aislamiento durante períodos largos de tiempo,
prohibición al derecho a la visita, retención de medicamentos y
tratamiento médico a enfermos detenidos, dietas estrictas y abusos
sexuales a niños por parte de los carceleros.
Durante los interrogatorios el uso de prácticas con torturas han sido
legalizadas en el sistema judicial israelí y permitida en casos
individuales en los que se considere a un detenido una amenaza contra
la seguridad del estado En algunos casos los detenidos han muerto
mientras estaban custodiados como resultado de las torturas.
Existe además una cárcel clandestina en el centro de Israel llamada
Establecimiento 1391, erigida sobre una colina que domina un kibutz,
totalmente oculta por los altos muros e hileras de pinos. No figura en
los mapas, fue borrado de las fotos aéreas y el cartel que indicaría
su número fue eliminado. Los censores extirparon de los medios de
comunicación israelíes toda mención a su situación geográfica en
nombre del secreto que (según el gobierno) es esencial para “impedir
que se atente contra la seguridad del país”. El propio Servicio de
Seguridad Interna de Israel, Shim Bet, reconoció en junio de 2003
tener Centros de Detención Secretos. A pesar de los esfuerzos del
gobierno israelí para bloquear esta información, hechos horribles allí
cometidos comenzaron a salir a la superficie. Según la Asociación
Cultural Siria: “lo que ocurre tras los muros del establecimiento
constituye una violación del derecho internacional flagrante”.
Esta cárcel se puede asemejar en horror a la que construyeron los
norteamericanos en Guantánamo, Cuba.
Muro del apartheid. La construcción de este
muro tiene una dimensión principalmente política, no esta vinculado a
la seguridad, como argumenta el gobierno israelí. “Si fuese por motivo
de seguridad lo hubiesen construido sobre la línea de marcación
fronteriza y no seis kilómetros dentro del actual territorio
palestino” explica el Alcalde la ciudad autónoma palestina de
Qalquilia, Maa´rouf Zahran. El muro está destinado exclusivamente a
servir para anexar unilateralmente una parte importante de Cisjordania
y reforzar el control militar en las ciudades palestinas, manteniendo
a sus habitantes encerrados. ¿O es entendible que un muro de
“seguridad” esté fortificado con paredes de cemento armado de 8 metros
de espesor, torres de control cada 300 metros, fosas de 2 metros de
profundidad, alambres de púa y rutas de circunvalación?
Una vez que el muro este concluido, el Estado judío habrá anexado el
7% de la Banda Occidental, incluyendo 39 colonias y unos 290.000
palestinos, 70.000 de los cuales no tienen derecho de residir en
Israel, ni de viajar, ni de los servicios sociales, padeciendo una
extrema vulnerabilidad ya que seguramente serán forzados a emigrar.
Las pérdidas mayores que sufrió con este muro el pueblo palestino es
aislamiento de los pozos más importantes de agua subterránea, como
también así las conexiones a las redes eléctricas, destrucción de
campos de cultivo de olivo, cierre de fábricas, comercios y tiendas.
También se ha multiplicado la distancia entre la ciudad y los pueblos.
Cada vez que se atraviesa el muro hay que enfrentarse con los
controles militares llamados cheek points, donde la arbitrariedad de
los soldados de turno decide la posibilidad del paso o no. “Con esto
se esta acabando la interacción humana y comercial que había entre los
palestinos y los israelíes” relata el Administrativo del Ayuntamiento
de Qalquilia, Nidal Sheikah Ahmed.
Programa de visita al país. Se promueve un
programa educativo gratuito de visita a Israel por 20 días, para
jóvenes judíos de 18 a 26 años de diferentes países. Se intenta así
revitalizar un nacionalismo que jamás existió y del cual depende el
mantenimiento del Estado de Israel. Los viajes son financiados de
manera completa (estadía, comida, actividades, traslados, excursiones
y demás) por el gobierno de Israel, comunidades judías (la Unión de
Comunidades judías, el Keren Hayesod, la Agencia judía) y un grupo de
filántropos. En Argentina, uno de los contingentes que realizan este
tipo de viajes es BirthRight (BRIA), quien anuncia el programa desde
su página web (dirigiéndose a los judíos argentinos) como: “Tu
aventura. Tu derecho de nacimiento. Nuestro regalo”.
Ley del Retorno. Nombre falso si los hay de
llamar “retorno” a una ley que promueve el ingreso de judíos de todas
partes del mundo a una tierra que se apropiaron en 1948. Esta Ley da
la ciudadanía automática a todo inmigrante judío al llegar a Israel,
ejemplo evidente de la necesidad de poblar una tierra con habitantes
que nunca hubo, del mismo paralelismo que la Ley de conversión, con la
cual cualquier persona convertida al judaísmo y que tenga relaciones
de afecto con el Estado de Israel puede obtener la ciudadanía.
Torturas al pueblo palestino. No solo denunciadas por el pueblo
palestino, sino también por el diario israelí Ha'aretz, quien declaró
que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han estado estudiando las
tácticas que las tropas de la SS nazi emplearon en 1943 contra
resistencia judía en el gueto de Varsovia, y que actualmente las
aplican contra los palestinos en la Ribera Occidental y en la Franja
de Gaza.
El propio ministro Ariel Sharon, miembro de un partido de derecha,
reconoció abiertamente admiración por las prácticas ejecutadas por el
nazismo, al manifestar en una entrevista realizada por Amos Oz, (periodista
y escritor israelí de izquierda, publicada en el periódico israelí
Davar el 17 diciembre de 1982): “todos me reprochan que sea un nazi,
pues bien, yo lo reivindico en voz alta y clara, porque eso es lo
único verdadero y justo que hay en este mundo y este método ha
demostrado su eficacia desde Hitler.”. Luego, Sharon declaró que su
voluntad de aplicar a los palestinos lo que Hitler hizo a los judíos
durante la Segunda Guerra Mundial. ¿No es un hecho contradictorio
estas declaraciones del primer ministro israelí, que fue la
responsable de la construcción de un muro de “seguridad”, la misma
persona que es acusada por masacres, torturas, violaciones y
desapariciones, una de ellas la de más de 3 mil civiles (entre niños,
ancianos y mujeres) que se realizaron entre el 16 y 18 de septiembre
de 1982 , en los campamentos de refugiados palestinos de Sabra y
Chatila?
“Aquí
moriremos. Aquí, en el último pasaje. Aquí o ahí...nuestra sangre
plantará sus olivos”
(Mahmud Darwish, poeta palestino)
En la actualidad, el Estado de Israel es reconocido por muchos países,
organizaciones y figuras públicas. Por el otro lado, los palestinos,
despojados de sus tierras y también cada vez más despojados de su
identidad, son aglomerados bajo el término “terroristas” por el solo
hecho de usar sus escasos y pobres métodos de defensa de su pueblo (inmolaciones,
piedras pequeñas, huelgas de hambre, Intifadas y demás), mientras que
el Estado Israelí con sus tanques y aviones de guerra asesinos ya por
su magnitud son vistos a nivel mundial como “el pueblo judío siempre
oprimido y víctima del antisemitismo”. Este último término es usado en
demasía por parte del pueblo judío, quien acusa de “antisemita” a
cualquier persona que se proclame a favor de la lucha del pueblo
palestino, como dueño de la tierra donde hoy se alza el Estado de
Israel.
Resulta además paradójico, ya que la resolución 3070 de la ONU, del 30
de noviembre de 1973 reafirmaba igualmente la legitimidad de la lucha
de los pueblos por liberarse de la dominación colonial extranjera y de
la subyugación foránea por todos los medios posibles incluida la lucha
armada.. No hay ejemplo que ilustre más esta situación que lo que
expresó el embajador palestino en Argentina Suhail Hani Daher Akel:
“(...) un pueblo palestino resistiendo con piedras contra helicópteros
Apache, contra aviones de guerra F-16”.
A su vez, este caso sirve de ejemplo para ver como una potencia como
Estados Unidos usa el conflicto Israel –Palestino (entre otros tantos,
junto con la invasión de Irak, y demás) para obtener de él beneficios,
como el control de la nación árabe obteniendo así recursos minerales y
energéticos como el petróleo, que le son vitales para sí.
Los medios de comunicación apoyando a esta idea, intentan alertar del
“terrorismo global” que azota el mundo entero, cuando se podrían
transmitir documentales e informes que expliquen en que circunstancias
están las naciones en conflicto y explicar el origen de cada una de
las posturas.
"Tengo
un ramo de olivo en una mano y un fusil de combatiente en la otra; no
permitan que se caiga el ramo de olivo".
(Yasser Arafat)