El horizonte de muchos pilotos de las Fuerzas Armadas conduce a la actividad privada y esa proyección amenaza con profundizarse en 2011 si se cumplen las previsiones presupuestarias oficiales.
En los últimos tres años, 105 pilotos de la Fuerza Aérea y de la Armada pidieron la baja, derrotados por el desaliento que produce la combinación de escasos recursos, bajos sueldos y pocas perspectivas de una buena jubilación en el momento del retiro, admitieron a La Nacion fuentes militares.
Esa cifra equivale casi al 20% de los 540 pilotos que hoy realizan las prácticas de entrenamiento intensivo en la Fuerza Aérea (unos 370) y en la Aviación Naval (170). Todos ellos, incluso, verán reducidas las horas de vuelo, según lo previó el Gobierno en el proyecto de presupuesto para 2011, que ahora quedará librado a una distribución más discrecional.
“El pase de pilotos a líneas comerciales es una tendencia internacional. Se hace difícil competir por las diferencias salariales, pero es un problema que no viene de ahora”, explicó el secretario de Planeamiento del Ministerio de Defensa, Oscar J. Cuattromo, al confirmar la tendencia, en diálogo con La Nacion.
El funcionario estimó que los sueldos en la actividad privada duplican la remuneración de los pilotos en el Estado, a pesar de lasmejoras salariales que el Gobierno aplicó desde 2005. Más allá de eso, las limitaciones de un presupuesto que casi en un 80% se agota en el pago de sueldos se extiende a todas las fuerzas.
Si bien el presupuesto que el Gobierno elaboró para 2011 abarca un aumento de recursos del 8,9% para el área de defensa ($ 15.162 millones, de los cuales $ 12.000 millones se van en salarios), hay consenso en que ese incremento quedará rápidamente consumido por la inflación, que ronda el 25% anual según cálculos más confiables que el oficial.
El presupuesto representa el 0,9% del PBI, cuando en 1983, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, superaba el 2,5%. “Es el más bajo de la historia, desde mediados del siglo XIX”, afirmó el analista Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Nueva Mayoría, al ser consultado por La Nacion sobre los recursos asignados a las Fuerzas Armadas. La estrechez de los fondos afecta, principalmente, el adiestramiento, el funcionamiento y el reequipamiento de las tres fuerzas, lo que se contrapone con las tendencias registradas en otros países de la región. “Brasil, por ejemplo, acaba de anunciar la incorporación de seis submarinos nucleares y 20 convencionales para defender el litoral marítimo”, comentó. Cada uno costará 550 millones de euros.
Este cuadro se da en un contexto complejo: la ministra de Defensa, Nilda Garré, no autorizó a los jefes del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea a concurrir a la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados para explicar las necesidades de las fuerzas. Así lo advirtió a La Nacion el legislador Julio Martínez (UCR-La Rioja), presidente de la comisión.
No fue esa la primera vez. Una negativa similar se registró en septiembre, cuando la ministra impidió a los jefes militares concurrir al Senado, cuando la Comisión de Defensa trataba los ascensos militares y pases a retiro.
Los números de los gastos para Defensa se pueden consultar en la página web del Ministerio de Economía. Según se detalla, al Ejército se asignarán $ 5133 millones (el 85% se irá en sueldos); $ 3141 millones a la Armada, y $ 2628 millones, a la Fuerza Aérea. Para sus gastos operativos, de inversión y mantenimiento, al Ejército le quedan $ 740 millones, menos recursos que los $ 829 millones otorgados fijados por el Gobierno a la publicidad de este año. Además, los recursos pedidos por las fuerzas para gastos operativos no fueron tenidos en cuenta por Defensa, que disminuyó esos requerimientos en un 30%, aunque eso fue relativizado por Cuattromo: “No hubo pedidos específicos de cada fuerza, sino ejercicios presupuestarios en distintas hipótesis de máxima, mínima e intermedia”.
A las restricciones presupuestarias se suman las distorsiones por la composición de los salarios: un 60% son sumas no remunerativas, a través de suplementos por cargo, función, vivienda, vestimenta y adquisición de textos, entre otras compensaciones. Son sumas no bonificables, que no se computan en el cálculo de los haberes del personal retirado, que al dejar la actividad pasan a cobrar un 60% menos.
En el plan de gastos para 2011 se redujeron un 38% las horas de vuelo programadas para el entrenamiento de los pilotos de la Fuerza Aérea. Así se desprende de las previsiones que difundió el Ministerio de Economía, donde surge que de las 35.896 horas previstas en 2010 para la Fuerza Aérea se pasará el año próximo a 22.155 horas de vuelo, lo que reducirá la cantidad de pilotos que podrá realizar las 12 horas de vuelo requeridas por mes.
Según dichas estimaciones, casi un centenar de hombres formados en la fuerza podrían tener que esperar tiempos mejores para subirse a un avión. Pero Cuattromo, mano derecha de la ministra Garré en cuestiones de presupuesto, descartó esa posibilidad. “Vamos a mantener los niveles operativos en torno de las 30.000 horas de vuelo, aunque tengamos que reasignar partidas”, prometió.
Según explicaron fuentes oficiales a La Nacion, las compañías aéreas comerciales suelen incorporar personal para conducir sus naves cada dos años y se llevan pilotos experimentados con ofertas que triplican los sueldos que reciben. Como referencia, un mayor del Ejército o de la Fuerza Aérea y un capitán de corbeta, en la Armada, cobran un sueldo de $ 4600 por mes, aunque los montos difieren según los suplementos que perciben (vivienda, función, vestimenta).