El periodismo es uno de los oficios que requieren más
responsabilidad por parte de quienes lo ejercen. Y es que el
hombre de prensa no vende bijouterie ni golosinas, sino que
es un formador de opinión y un comunicador de hechos noticiables,
los cuales deben estar desprovistos de toda subjetividad e
intencionalidad posible.
Hay un debate interminable acerca del "periodismo
independiente" y la "libertad de prensa", dos de
los tópicos en los cuales los colegas no solemos ponernos de
acuerdo. No es algo menor ya que, se suele decir, nunca hay total
independencia para trabajar y la libertad de prensa depende de la
"libertad de empresa".
Más allá de este debate concreto, hay ciertas cuestiones que no
suelen discutirse en el gremio periodístico y que atañen a los
valores éticos del oficio, uno de los ítems más importantes del
trabajo de prensa. Y es que, como en todo ámbito, hay ciertas
cuestiones que ensucian la reputación de no pocos periodistas,
una de ellas es el cobro subrepticio de dinero por parte de la
Secretaría de Inteligencia (ex SIDE, aunque nos referiremos a
ella por esta sigla en adelante) para hacer operaciones de prensa
y desinformar a la sociedad.
Contrariamente a lo que muchos podrían pensar, los periodistas
que cobran dinero del mencionado organismo son demasiados. La
mayoría de ellos ha sabido mantener oculta su condición de
"colaborador" de la SIDE, lo cual dificulta la tarea de
rastrear quiénes son y cómo se mueven.
Hace casi un año y medio dimos inicio a una investigación acerca
de este tema, enviando a principales más conocidos periodistas
del país un cuestionario con cuatro preguntas concretas: ¿Está
usted al tanto de que hay periodistas que cobran por parte de la
SIDE? ¿Conoce usted a alguno? ¿Puede mencionarlo? ¿Le
ofrecieron alguna vez ser parte de esa cadena de dinero?
Más del 90% de esos mails fue respondido con enojo por parte de
los indagados, unos pocos se animaron a responder con sinceridad y
uno solo confesó cobrar por parte de la SIDE. La indignación en
las respuestas recibidas fue algo insólito e injustificado -Olga
Wornat, por caso, respondió que no hacía "periodismo de
periodistas" (1)- y, a la vez, fue la confirmación de que es
un tema real, innegable.
Aunque son reticentes a aportar datos concretos, los funcionarios
que conocen esta realidad no dejan de admitirla y aseguran que el
presupuesto destinado a "adornar" a los periodistas es
cada vez más alto. "Tenés que ver cómo los mismos tipos
que en un principio venían a llorar por la pauta de la SIDE hoy
prepotean para que les aumenten la mensualidad, amenazando e
insultando. Por eso la SIDE está empezando a tener dominio sobre
sus propios medios de comunicación, como sucede con el Canal 5
de Avellaneda que responde a la base Billingursth de la
SIDE", aseguró uno de los entrevistados.
Es dable mencionar que sólo cuatro de las más de veinte fuentes
consultadas se animó a dar testimonio directo, lo cual ha hecho
que la indagación se extendiera más de lo previsto. El resultado
se muestra a continuación.
La felicidad, ah, ah, ah
En marzo del año 2003, en el marco del juicio
oral por la investigación del atentado a la AMIA, Jorge Lanata
acusó a los periodistas Román Lejtman y Gabriel Pasquini -ambos
ex redactores del diario Página/12- de cobrar "dinero
negro" por parte de la SIDE. La mención, que en cualquier
otro país hubiera provocado un gran revuelo y un inevitable
debate, pasó inadvertida por completo en nuestro suelo.
La dádiva mencionada por Lanata tiene un nombre más que
sugestivo: "cadena de la felicidad", y se refiere a los
fondos que salen de dependencias como la SIDE a efectos de
"adornar" a diferentes comunicadores para que operen a
favor de ciertos intereses.
Si bien el listado de los beneficiarios de dicha cadena es
guardado bajo siete llaves y sólo es conocido por tres personas
del estamento gubernamental -uno de ellos, el Presidente de la
Nación-, muchos de los nombres de los que cobran es más que
conocido en el ambiente periodístico.
Jorge Boimvaser, periodista largamente vinculado a los servicios
de Inteligencia, se ha explayado sobre el tema en su libro Los
sospechosos de siempre: "Recién en la década del 90,
algún periodista anónimo la bautizó irónicamente como 'la
cadena de la felicidad' (...) Existió siempre, o casi siempre, en
los últimos veinte años. Se
institucionalizó formalmente cuando, a partir de 1983, en la
Argentina volvieron a imperar las instituciones democráticas.
La 'cadena de la felicidad' fue y es como los platos voladores,
aquello que pocos vieron funcionando pero de lo cual todos hablan.
Unos son los privilegiados que la integran, otros quisieran llegar
a ella y no saben cómo hacerlo, los más la repudian o dicen
hacerlo, pero nadie la ha visto funcionar, aunque se intuye su
existencia por razones obvias (...) Por ley, la SIDE y el
Ministerio del Interior cuentan con partidas de fondos reservados,
manejados a voluntad por los responsables de esos organismos. El
parlamento tiene facultades para conocer conocer en parte la forma
en que se distribuyen las partidas de dinero secreto. Los
laberintos contables de ambas dependencias permiten escabullirle,
aun a los mismos legisladores, el misterio insondable acerca del
destino final de esas partidas. La cadena de la felicidad pasó a
ser casi una institución más en el devenir de las relaciones políticas
contemporáneas. Una institución aceptada casi en silencio o
resignadamente por el establishment de los factores de
poder político y periodístico de la Argentina".
Alimentando las sospechas mencionadas por Boimvaser, en el año
2004, el ex jefe de Gabinete de un gobierno peronista admitió a
diario La Nación que "ninguno de los aumentos
presupuestarios para la SIDE que se firmaban por decreto
autorizando reasignación o transferencias de partidas se supieron
para qué objetivo específico se hicieron".
Dos años más tarde, el 9 de mayo de 2006, en el marco de la investigación
del pago de sobornos en el Senado para aprobar la ley de reforma laboral,
Mattie Lolavar, ex asesora de comunicación del gobierno de la Alianza,
sería la primera en admitir que desde la SIDE de Fernando de Santibañez
fue contratada para pagar a periodistas y organizar operaciones de
prensa contra el ex presidente Carlos Menem.
Sobres nada más, entre tu vida y la mía
Para poder comprender este sistema de prebendas,
hay que interiorizarse en cómo funciona la SIDE. En la cima encontramos
las pertinentes "direcciones generales" (2), luego están
la "subdirecciones" y más abajo las "jefaturas de
departamento" y "jefaturas de división". Finalmente,
existen dos categorías de agentes: "orgánicos" e
"inorgánicos", estos últimos funcionales al aparato de
Inteligencia pero sin figurar en la plantilla oficial de la SIDE.
En el marco descripto funcionan una serie de estructuras denominadas
"redes", las cuales son comandadas en general por un agente
"orgánico" que comanda a varios "inorgánicos"
de diversa índole: civiles, militares, periodistas, etc. Cada una
de esas redes depende de la dirección que está relacionada a su
ámbito específico de acción.
Por ejemplo, para todo lo ateniente a la labor periodística existe
una Dirección General de Comunicación Social, encargada de efectuar
"operaciones de prensa" de todo tipo y a través de la cual
cobran varios de los periodistas más conocidos de la radio, televisión
y diario vernáculos.
Las pocas fuentes que se han animado a hablar al respecto, coinciden
en señalar a media docena de medios de información como los
"predilectos" a la hora de cobrar "pauta" de la
SIDE. Allí, a la cabeza de las preferencias aparecen periodistas
de grupo "Clarín" y multimedios "Hadad", los
cuales suelen ser "retribuidos" en dinero contante y sonante
en discretas confiterías alejadas de la periferia de 25 de Mayo 11,
domicilio formal de la SIDE.
Uno de los tantos lugares donde se entregan los suculentos sobres
es la célebre confitería Tonón, ubicada en la intersección
de las avenidas Santa Fé y Coronel Díaz. Allí, los espías de turno
entregan a sus "colaboradores" las pertinentes "retribuciones",
las cuales oscilan entre $5.000 y $15.000 de acuerdo a la importancia
del comunicador. A cambio, el periodista debe operar de acuerdo a
los pedidos del Gobierno.
El sistema preferido es a través de engañosos cables de noticias
publicados por la siempre oficiosa agencia Télam, los cuales
deberán ser desparramados a diestra y siniestra por los selectos
"colaboradores", no importa si estos contienen información
real o falsa.
El mejor ejemplo de esto ha podido verse en el año 2005, en ocasión
de haber sido acusado el dirigente Enrique Olivera de poseer una cuenta
bancaria no declarada en el exterior del país. La información se
supo falsa poco después de las elecciones legislativas de ese año,
lo cual no pudo evitar el daño ocasionado. La operación fue tan
burda que el propio denunciador, Daniel Bravo, confesó posteriormente
que él mismo fue parte de una "operación del Gobierno"
para ensuciar a Carrió a través de la falaz denuncia contra
Olivera.
Baste ver cuáles fueron los medios que reprodujeron el cable de Télam
que inició la "opereta" de prensa para intuir quiénes
son los que cobran "pauta" del Gobierno a la hora de desinformar
(3).
La lista maldita
"No preguntes quiénes cobran de la SIDE,
lo que tenés que preguntar es quiénes NO cobran, ya que son los
menos", aseguró oportunamente una importante fuente gubernamental
consultada para este artículo. Los nombres mencionados por el informante
son numerosos y coinciden con las afirmaciones de otros consultados:
Mónica Gutiérrez, Marcelo Bonelli, Gustavo Silvestre, Eduardo Feinman,
María Laura Avignolo, Daniel Santoro (4), Luis Majul, Raúl Kollman,
Guillermo Cherasny y Oscar González Oro son sólo una parte de la
extensa lista admitida por las cuatro fuentes consultadas. A los mencionados
hay que agregar varias docenas de periodistas pertenecientes a diarios
Clarín, La Nación y Página/12. También Infobae,
Revista 7 Días, Veintitres y los canales de cable TN
y C5N. La lista no para de crecer y el presupuesto destinado
a esos efectos tampoco: por caso, Cristina Kirchner no acaba de asumir
y ya está intentando duplicar el presupuesto de la SIDE.
Es sabido que la Secretaría de Inteligencia maneja un presupuesto
reservado que asciende a varios millones de pesos anuales, parte del
cual se destina a la compra de las mencionadas voluntades. Es dinero
que no necesita ser rendido, lo cual hace que toda "repartija"
que se haga de él sea aún más discrecional.
Recordemos que a finales del menemismo su presupuesto anual llegó
a superar los 271 millones de pesos y posteriormente sufrió una serie
de incrementos y disminuciones relacionadas al humor político de
turno.
Según cuenta Gerardo Young -presumiblemente uno de los beneficiarios
de la "cadena de la felicidad"-, autor de un libro sobre
la SIDE, cuando la Alianza llegó al poder, los gastos del organismo
de Inteligencia "se redujeron a la mitad. Fernando de la Rúa,
en una de sus entrevistas televisivas dio una explicación sobre cómo
lo hizo: 'Dejamos de pagar sobres a jueces y periodistas', dijo. (...)
El gobierno de Kirchner decidió aumentar el presupuesto para el 2004
-será de 240 millones- pero prometió que era un blanqueo de caja
y que no se harán más giros a destiempo".
La irrefutable realidad indica que esos 240 millones, merced al kirchnerismo,
se han ido incrementando a través de los años llegando a niveles
nunca antes vistos. Como bien aseguró el informante, en el proyecto
de Presupuesto 2008 que presentó Miguel Peirano ante el Congreso
de la Nación -denominado "Presupuesto Cristina"- se prevé
para el próximo año un aumento del 35 por ciento la partida que
se destina para "espionaje" elevando sus arcas anuales a
600 millones de pesos (5).
Para entender la importancia de semejante número, hay que hacer un
breve repaso de la "evolución presupuestaria" de la SIDE
en los últimos años. Para el 2001 la misma alcanzaba los casi 140
millones de pesos, sin modificación respecto al año anterior. En
2002, con Eduardo Duhalde en el poder, la SIDE culminó su ejercicio
anual con la friolera presupuestaria de 191 millones de pesos, llegando
al año 2004 a los 238 millones.
Finalmente, hay que tener en claro que existe una relación directa
entre el incesante incremento del presupuesto de la SIDE y la cooptación
político-periodística del kirchnerismo.
Concluyendo
A lo largo de la historia, han existido diversos
proyectos de ley para transparentar los gastos de la SIDE y hacer
que éstos sean dados a publicidad, pero el poder político -especialmente
el Partido Justicialista- siempre ha puesto reparos a la hora de
concretarlo.
La "cadena de la felicidad" es una realidad que muchos conocen
y pocos se atreven a mencionar. Divulgarlo pondría meter en serios
problemas, no sólo a hombres de prensa y funcionarios, sino que dejaría
en evidencia un sistema perverso de prebendas políticas.
La utilización de la "cadena de la felicidad" es el mejor
mecanismo para callar al periodismo y forzar temas que no son de interés
público en la agenda diaria de los medios. Es el modo de lograr que
un periodista no sea periodista.
Sería productivo que este tema fuera un disparador y generara un
oportuno debate acerca de la ética periodística y los intereses
que se mueven detrás de las noticias que leemos y vemos cada día.
No sólo existen "sobre" de la SIDE, sino también de otros
organismos del Estado y firmas privadas. El aporte que estos hacen
a los hombres de prensa, sin contraprestación publicitaria, no es
desinteresado. Por ende, la información publicada tampoco lo es.
Para que el gremio periodístico vuelva a ser creíble hay que pelear
contra estos tabúes. Es lo único que devolverá a esta hermosa profesión
al lugar de privilegio que supo ocupar en su momento.
(1)
"Yo no soy perro que come perro", aseguro Wornat en una
parte de su respuesta. Alguien debería decirle a la conocida periodista
que aquellos que no respetan los principios de este hermoso oficio
automáticamente dejan de ser periodistas.
(2)
Las "direcciones generales" existentes hoy en día son la
de "Reunión exterior", "Reunión interior" y
de "Operaciones".
(3)
Clarín, Página/12, Radio10 y Revista Veintitres
han sido algunos de los medios que fogonearon la falsa denuncia.
Sólo unos pocos medios independientes desconfiaron de la información
y no la publicaron.
(4)
Tanto Daniel Santoro como María Laura Avignolo quedaron al descubierto
cuando un agente de la SIDE hackeó sus mails y publicó el contenido
de ellos en Internet. Avignolo llega a exigir a un agente del organismo
que le "regularicen su dieta".
(5)
El crecimiento de los fondos reservados supera al promedio de la suba
del global del Presupuesto, que se acerca al 16 por ciento. Y es más
importante que los aumentos en otras áreas más sensibles, como educación
(17,5 por ciento) o salud (26,6 por ciento).