FILOSOFANDO EN LAS ALTURAS:  GNOSIS VS NACIONALSOCIALISMO ARIOSÓFICO

por Karl Gottman                                                          

 

Existe en el actual neonazismo una corriente divergente, que en esencia nada tiene que ver con lo fundamental de la cosmovisión nacionalsocialista. Me refiero a cierta gnosis, mezcla de orientalismo y herejía cátara. Me remitiré a señalar ahora, donde surge esta corriente, y cual es esa particular diferencia mística-filosófica que nos separa.  

Según la DATAH (Doctrina Alba Thule de los Arios Hiperbóreos), es decir, la más fiel expresión ariosófica del esoterismo nacionalsocialista a nivel filosófico y místico, existen en el Universo fuerzas ascendentes y descendentes. Las fuerzas ascendentes acercan al Iniciado ario hacia la Esencia y Realidad Espiritual del Cosmos, mientras que las fuerzas descendentes -o de la decadencia- tienden alejar al hombre de estas Esencias y Realidades genuinamente espirituales. Las primeras tienden a llevar al individuo hacia su Centro, siguiendo un impulso centrípeto; mientras que las segundas tienden con un impulso centrífugo a alejar al individuo de su Centro.

Para la ariosofía datahista, la gnosis forma parte del gran arsenal de fuerzas descendentes. Muchas sectas gnósticas profesaban el cristianismo, sin embargo lo hacían de modo diferente a la mayoría de los cristianos católicos. El gnosticismo prometía un conocimiento secreto del reino divino. Como el cristianismo oficial no acepta una visión ocultista del Nuevo Testamento -pues éste representaría la verdad última-, combatió las herejías gnósticas junto a otros paganos que no aceptaron la visión de la Iglesia. Tenían motivos para ello, las doctrinas gnósticas, promovían “interpretaciones” cosmogónicas que se distanciaban demasiado de la línea oficial. Más allá del desastre inquisidor -que no obstante rindió sus frutos- era una lucha por establecer una visión religiosa que impere sobre las demás. Esta rencilla del cristianismo vs paracristianismo, en tiempos donde esta religión Israelí llegaba a Europa, contribuyó a provocar un profuso derramamiento de sangre aria por causas y religiones extrañas. En medio de esta lucha dialéctica, quedó sepultado el paganismo ario, que fue suprimido violentamente como una herejía más.     

La gran diversidad de doctrinas y "escuelas gnósticas" hace imposible hablar de un solo gnosticismo. Mucho más en tanto el significado etimológico del término “gnosis” deriva de la palabra griega “conocimiento”. Todas estas sectas se ufanaban por mostrarse como aquellas que presentaban la “verdad última” a través del pretendido “Conocimiento”. No eran sino, sectas religiosas que pretendían difundir sus respectivas visiones. Todas tienen, sin embargo, un factor común, la visión del mundo dualista. Tanto en lo moral como en lo cosmogónico existía este principio, un dios bueno por un lado, un dios malo por el otro; la gnosis  contraponía el Espíritu contra la materia, atribuyendo al dios bueno relación con el primero y al dios maligno con la segunda. La naturaleza es considerada aquí como esencialmente maligna, pues el mal y la perdición estaban ligados a la materia, a la naturaleza y al cuerpo, mientras que lo divino y la salvación pertenecían a lo “espiritual”. La gnosis se opone a la ciencia, a la Razón y a la Lógica.      

Era tal la aversión al cuerpo, en tanto es materia, que crearon la doctrina del Cuerpo aparente de Cristo, según la cuál era imposible que Jesucristo pudiera ser un ser divino y asociarse a un cuerpo material a la vez. Cristo era un Espíritu puro y no un hombre mortal, negaban por ello la crucifixión y la resurrección, ya que el espíritu sería, según ellos, netamente etéreo. Negaban la Santísima Trinidad. Para los Cátaros María Magdalena fue la mujer de Cristo, éste era un espíritu puro albergado en un cuerpo mortal, por eso Cristo pudo casarse. Siguiendo la idea de la condenación de la materia, algunas corrientes gnósticas afirmaban que era necesario el martirio del cuerpo para contribuir a la liberación del espíritu, a través del padecimiento de la carne, se promovía así un modo de vida ascético. Contradictoriamente otras corrientes afirmaban que, siendo la salvación dependiente únicamente de la gnosis del alma, el comportamiento del cuerpo era irrelevante, disculpándolo de toda atadura moral y librándolo a toda clase de goces. Otras enseñanzas condenaban la multiplicación de la materia, siendo así la procreación un acto reprochable. Los “perfecti” llegaban a considerar como malo el acto de tener hijos, pues con ello contribuían a la multiplicación maligna de la materia, obra del Demiurgo Yahvé. 

La auto-esterilización por causa de la disciplina “ascética” para honrar a un supuesto “espíritu”, es para nosotros los datahistas, un acto perverso que de ser integrado a una religión masiva, contribuiría al exterminio y/o disminución de la propia raza. 

Para la gnosis, la Divinidad esta aprisionada en el universo material. Se considera este como perverso.  En la  cima de los seres existe un Dios, un ser perfecto e inmanente, su perfección hace que no tenga relación alguna con el resto de seres imperfectos. Es inmutable e inaccesible. El verdadero Dios es un ser de Luz que crea por una causa misteriosa al Demiurgo. En la herejía Cátara descripta por Otto Rahn, el Dios de Luz es Lucifer y el Demiurgo se identifica con el dios creador Yahvé.

Descendiendo gradualmente de seres emanados desde el Dios de la Luz, llegamos finalmente al Demiurgo, que representa el origen del mal, y el extremo de la degeneración progresiva de los seres espirituales. El Demiurgo crea el mundo, la materia, “encadenando” la esencia espiritual de los hombres a la prisión de la carne. En este escenario pesimista, se libra una batalla entre los principios del bien y el mal, la materia (apariencia) y el espíritu (sustancia). Es una creencia dualista: el bien frente al mal, el espíritu frente a la materia, el Ser Supremo frente al Demiurgo. El hombre sería un ser divino, pero no todo el hombre, sino solo su parte conformada por el “espíritu aprisionado”, mientras que el cuerpo sería la fuente de todo mal y desgracia. En un contexto así, nosotros debemos preguntarnos ¿Qué tiene que ver esta visión con nuestra doctrina unitaria de la Raza?. Claramente no existe punto en común de fondo, pues aquí en la gnosis, la naturaleza, el cuerpo y por lo tanto la raza, serían aspectos despreciables que limitan y encarcelan al pretendido espíritu etéreo.

Teniendo esta visión cosmogónica de fondo, es francamente imposible compatibilizarla con nuestra visión unitaria de la Raza, pues nosotros no podríamos JAMAS desmerecer o despreciar la naturaleza y la materia, porque lo haríamos al mismo tiempo con la Raza. Cualquier apología racista que hiciese alguna variante de la gnosis, es solo superficial, un señuelo, una carnada, un elemento para el engaño. Es ésta, una de las últimas grandes trampas que el alma debe superar, si pretende liberarse de la Ilusión.

En nuestra visión Oculta, la DATAH (Doctrina Alba Thule de los Arios Hiperbóreos) revela que el Espíritu yace en la Esencia constitutiva de la Materia. El mal no proviene de la Naturaleza, no proviene de la Materia, sino de la Ignorancia y la Ilusión que provoca el desconocimiento. Para nosotros, la Raza es el reflejo del Espíritu. Por otro lado, el alma (conciencia) corrompida por la Ignorancia, es aquella que puede alejar, la Raza de su Espíritu. La Iniciación Real datahista posibilita la purificación del alma a través del Verdadero Conocimiento, armonizándola con la Esencia: el Espíritu. No existe en nuestra visión esotérica aria ningún enfrentamiento, ni lucha contra la naturaleza del cosmos.  La ariosofía datahista no tiende -como la gnosis- a separar, ni a disgregar, sino que tiende a armonizar, complementar y unir.   

La gnosis es para el cristianismo, lo que la Cábala es para el judaísmo. La gnosis es para el Cosmos lo que el marxismo es para las naciones. Así como el marxismo tiende a crear artificialmente una lucha entre clases para dividir la nación y la raza, la gnosis tiende a crear artificialmente una lucha entre Espíritu y Materia para dividir y alejar al hombre de su Centro y Esencia Real. Por esta razón cumple exactamente lo contrario a lo que promete.

La influencia de la gnosis en el ámbito NS, nace con los escritos de Otto Rahn, quien es temporalmente admitido en la SS, y luego obligado a desertar.  

Existe el grave error de considerar sus obras “La Corte de Lucifer” o “Cruzada contra el Grial” como la representante del “ocultismo nazi”.

En rigor de verdad, su visión se apartaba de la línea verdaderamente esotérica que seguía el nacionalsocialismo, es decir la línea mística-filosófica tradicional de Guido von List. Quizás por este motivo fue obligado a desertar. Pero existen otras especulaciones menos creíbles y no probadas aún, que señalan un posible origen judío de Rahn, así como su inclinación sexual degenerada. Estas son solo especulaciones, que se barajan desde hace muchas décadas.

Otto Rahn expone su visión de la herejía Cátara, haciendo apología de la misma, presentando a estos “cristianos” como mártires de la arianidad. En su libro “La corte de Lucifer” mezcla conceptos claramente arios con creencias netamente semíticas, en el marco general de la herejía medieval. Los pocos aduladores de esta visión, parecen no advertir la flagrante contradicción existente entre esta herejía gnóstica y el nacionalsocialismo, no lo descubren siquiera en su aspecto más visible. No se pretenda que adviertan en su sentido más profundo estas diferencias. Luego el efecto dominó se esparce por un conjunto de charlatanes más o menos serios y “eruditos” que en el mejor de los casos, tocan el tema “de oído” y en el peor de los casos se convierten en ciegos “creyentes”. No es otra cosa que un conjunto mitológico convertido en una  nueva religión adoradora de Lucifer.

El hombre pensante se debe preguntar ¿Por qué llamar Lucifer al dios de los arios?. Desde un principio todo nacionalsocialista suele elegir a Jesús, Wotan, Odín, Thor o ninguno de estos.

Curiosamente contradictoria, la gnosis, emprende una lucha contra la “fe” prometiendo “conocimiento”, sin embargo también exige fe. Fe en este credo metafísico.

Muchas mentes estrechas, no llegan a advertir estas contradicciones. Simplemente, al oponerse a la religión  establecida en su cultura ambiente, abrazan la primera visión metafísica que encuentran a mano y que no es otra cosa, que una religión sectaria que degrada al individuo por el supuesto camino de la “espiritualidad”.  Nuevamente las ideas fantasmagóricas de más allá del  mundo, cautivan a los hijos de la Tierra y la Raza alejándolos del Ser inmanente.  

Otto Rahn al igual que muchos nacionalsocialistas se oponía al Dios judío Yahvé,  pero éste autor pretende oponerse a este dios haciendo apología de Lucifer!. Lo que hace en realidad, es facilitar por un lado un motivo de discordia entre las filas NS, y por el otro un argumento extra para que el mundo opuesto al nazismo, encuentre una explicación “cosmogónica y metafísica” de la “maldad intrínseca de los nazis”; resultado éste que debe llamarnos a la reflexión.

El solo hecho de haber presentado a Yahvé como un dios falso (solo de los judíos) y a Lucifer como el “lucero” de los arios, haciendo primero la distinción entre “Satán malo y lucifer bueno”, ha sido suficiente para que algunos NS con tendencia pagana, abracen esta herejía. La pretensión de introducir el arianismo en la cultura bíblica, tiene cierto merito en tanto se opone a la oficialidad instituida de la cultura judeocristiana de tinte semita, buscando lo rescatablemente ario de ella. No obstante acarrea algunos problemas referidos a su forma, su sentido y su esencia cosmogónica-filosófica.   

Rahn nos explica:

“Los cátaros interpretaron la "caída" de Lucifer como la "suplantación” ilegítima del hijo primogénito, Lucifer, por el Nazareno".

Varios de ellos -que constituían la excepción- creían que, en efecto, Lucifer hubiera sido por arrogancia y orgullo apartado del camino por el Dios Padre, al igual que el hijo perdido del Evangelio, y creyeron que el Día del Juicio caería de rodillas ante el Todopoderoso para pedir perdón. Este mito cosmogónico (no podría ser de otra manera) se basaba en que el mundo sería un lugar apartado de Dios y un lugar de sufrimientos, que solamente podría ser perfecto Cuándo el Dios-Espíritu eterno hubiera espiritualizado, divinizado y redimido al mundo, materia perecedera y sin espíritu.”

Para esta versión gnóstica, el mundo es imperfecto, sin espíritu, Dios se encontraría apartado. Es decir, materia mala por un lado, Espíritu bueno por el otro. A esto se suma otro problema, la creación del mundo es atribuida a Yahvé, un demiurgo que aprisiona las almas en los cuerpos y el mundo de la materia, mientras que el estandarte del Espíritu y la Luz sería Lucifer. Esta suerte de inversión llega a parecer atractiva para algunos. No es que yo pretenda resguardar la originalidad tradicional Bíblica, pero esta distorsión en nada beneficia nuestra causa aria. Sino que al contrario, la peligrosa idea de que el mundo y la naturaleza son creaciones del dios Judío y por ello “la creación” sería mala, o carente de valor frente a el Espíritu, puede llevar al novato nacionalsocialista a menospreciar (o incluso a despreciar) el Mundo y la Naturaleza, debido a esta fantasía metafísica (que intenta amoldarse a la visión antijudía). Esto puede verse reforzado cuando se menosprecia el cuerpo como una prisión del espíritu.

Despreciar el cuerpo es despreciar también la raza y la Esencia biológica-genética.

Curiosamente hay quienes pueden profesar esta herejía y al mismo tiempo creerse “racitas”, sin ver contradicción alguna en sus ideas. Esto no debe sorprendernos pues cuando vemos a un cristiano nacionalsocialista nos sucede lo mismo. Ellos no ven ninguna contradicción entre la religión de la piedad y la cosmovisión heroica, que no es sino un canto al zarathustra nietzscheano. Sin duda alguna aquella personas se encuentran todavía muy lejos del Conocimiento Real del mundo y las leyes secretas que lo rigen.    

Como exponente de la ariosofía datahista puedo afirmar que las ideas gnósticas en si mismas, están alejadas de lo que podríamos concebir como una genuina doctrina esotérica aria y no representa en absoluto la faceta oculta del NS. No obstante las ideas fantasmagóricas de más allá del mundo siempre han cautivado aquellas mentes afiebradas, deseosas de un escapismo por las vías de la falsa espiritualidad.

Siempre he criticado desde la DATAH (Doctrina Alba Thule de los Arios Hiperbóreos) todas aquellas concepciones esotéricas que no aportan un valor pragmático en la lucha para evitar el exterminio de la Raza Blanca, así como también aquellas que no aspiran a alcanzar la Gloria de la Sacra Estirpe y el supremo conocimiento de Si mismo, (lo que conduce al Superhombre ario).

Todas las doctrinas que tiendan a la esterilidad de la acción y lleven la mente del guerrero ario hacia fantasías alejadas de la realidad natural y racial, deben ser desalentadas y combatidas con vigor, aún si presentan bellos ropajes supuestamente “espirituales”, “tradicionales”, “místicos”, “esotéricos”.

El gnosticismo que presenta Rahn no solo es una herejía contra el cristianismo, sino contra el paganismo genuinamente ario. Esto podemos descubrirlo advirtiendo la esencia subyacente en la mitología gnóstica. La misma gnosis va en contra de los fundamentos del nacionalsocialismo, pues menosprecia la naturaleza y en última instancia el cuerpo, y la raza biológica. Si Rahn hubiese presentado el culto solar bajo un contexto no-gnóstico o no-dual, sería otra nuestra postura.

En la rama gnóstica del catarísmo, el dualismo es levemente atenuado al afirmar que la naturaleza permanece ligada a dios. Sin embargo el mundo sigue siendo una prisión, un estadio tortuoso, un lugar de sufrimiento. Es una Weltanschauung netamente pesimista del cosmos. Pero en virtud y honor a la verdad, debo aclarar que en tal visión presentada por Rahn, existen interpretaciones del culto solar dignas de admiración. Se desconocen las intenciones ocultas de Rahn en intentar mezclar todo en una misma bolsa, aún siendo posturas contradictorias.  

Otro aspecto reprensible es el mitológico, pues la herejía cátara presentada por Rahn hace apología a Lucifer, intentando por todos los medios vincularlo a dioses atractivos para los arianistas, como ser Wotan o Apolo. Otto Rahn pretendía ver en el culto de cada Dios de la antigüedad aria, un culto a Lucifer.

La apología a Lucifer permite a los enemigos del Nacionalsocialismo inventar toda clase de propaganda contraria cuando se hace referencia al “ocultismo nazi”. El enemigo sionista ya nos ha vinculado –frente a los profanos- a la “conspiración Illuminati” debido a esta apología luciférica. La gnosis cátara de Rahn es un elemento que permite satanizar el NS con fundamentos “directos”. Esto es lamentable en tanto no representa la esencia esotérica ariosófica presente en la DATAH y sirve para ocultar la Verdad.

Si bien la gnosis bebe de fuentes diversas, de la india, de Irán, o Grecia, también bebe de la pócima venenosa del judaísmo. La raíz semítica y disolvente de esta creencia, en tanto funciona como trampa para segar las almas, podemos advertirla al descubrir que la gnosis pretende llevar a cabo una lucha contra la naturaleza, el gran engaño se produce en nombre de la lucha anti-materialista. Aquí, la polisemia del último vocablo, es la que propicia la confusión. Con la DATAH aprendemos a leer entre líneas para no caer en sofismos.

La gnosis, tal como se presenta, no aporta un verdadero “Conocimiento”. Esto es parte de la Gran Ilusión y queda demostrado cuando profesa el dualismo. Sigue siendo, a pesar de su apariencia ocultista, una visión exotérica, profana y antitradicional. Es parte del GLAB (Gran Laberinto de las Ilusiones).

Advertid, que nuestra cosmovisión tanto exotérica como esotérica, no hace dualismos de tal tipo, sino que tiende a la Unidad del Ser, la Unidad Armónica de la Materia y el Espíritu. Es por eso que la cosmovisión nacionalsocialista en su raíz exotérica, es en esencia, un portal iniciático de carácter secular. La más increíble de las creaciones arias hecha hasta el momento. Es por eso que amamos la Naturaleza y también la Ciencia (sin descartar por ello, todos los aspectos irracionales que sostienen nuestra Vida). Pues son estas tendencias -netamente arias-, las que han traído luz en épocas de oscurantismo. 

En la DATAH se accede a la Iluminación por medio del Conocimiento Real del Mundo y su Esencia Oculta. Siempre veremos en las fuerzas de la decadencia, portar el estandarte de aquellas tendencias que se esfuerzan por reprimir y condenar el valor de la ciencia, la raza biológica, el amor a la naturaleza y sus leyes. Sus armas predilectas son La Fe ciega (que se opone a la Razón, la ciencia y el sentido común); y/o en otro extremo, la promoción del “conocimiento” (falso o irrelevante), fruto de una invención sofística, producto de especulaciones metafísicas delirantes, que en última instancia constituyen ideas subversivas.      

Para abrazar un pensamiento religioso alternativo, éste no debe partir de un culto cristiano judaizado, ni siquiera de su rechazo (por más tentador que fuera), pues entraríamos en la dialéctica cristianismo vs para-cristianismo.

Debemos por el contrario emprender la vía totalitariamente independiente, autónoma y autárquica del Espíritu. Una herejía cristiana sigue teniendo en el fondo toda la mitología bíblico-semítica-israelí. Por más que se coloque a Yahvé como enemigo y se exalte a Lucifer, no se escapa por ello de la red judaica de fondo. Es como elegir entre el capitalismo liberal o el marxismo. Es un falso dualismo que para ser superado debe ser trascendido.

Las mayorías ciegas, caen en esas redes, mientras que los verdaderos puros, se apartan sobre ellas, manteniendo la visión amplia, indómita y altiva del Águila, cuyo vuelo elevado sobrepasa las montañas más altas y las hondonadas más peligrosas.

Así somos nosotros los Hiperbóreos, sabemos cuan aparte vivimos.    

--------

Artículos relacionados con este texto:

# Ocultismo nacionalsocialista

# Otto Rahn

# Ariosofía

# Karl Gottman