CONTRA
LA AUTORIZACIÓN POR PARTE DEL GOBIERNO CANADIENSE DE CAZAR EN FORMA CRUEL
E INDISCRIMINADA A 270 MIL FOCAS
Los pinnípedos (focas, leones marinos, otarias, elefantes marinos y
morsas) han sufrido una grave presión debido a la explotación comercial
a la que han sido sometidas por sus pieles, su carne y su grasa.
Debido a que se trata de mamiferos lentos en desplazamientos terrestres y
que sus zonas de reproducción son tierra o hielo, son especies muy
visibles para el ojo humano y presa fácil para los cazadores que, para no
estropear las pieles, matan a golpes a los animales.
Según la regulación de mamíferos marinos del departamento de justicia
de Canadá los utensilios reglamentarios para cazar focas son:
Pero sólo
cuando los cazadores están cansados y cuando, bajo su criterio, han
conseguido suficientes pieles, matan a los animales con rifle, y como las
pieles pierden valor en función de los agujeros de bala que tengan, los
cazadores se resisten a disparar más de una vez, dejando a los animales
agonizantes.
Las focas cazadas son esencialmente las crias de hasta 3 semanas
de edad ya que después mudan el pelo blanco por otro de color.
La manera habitual de matar a las focas bebe es darle golpes en la cabeza
hasta aplastarles el cráneo. Los cazadores están obligados por ley a
verificar la muerte de las focas antes de arrancarles la piel, pero es
habitual que para conseguir la piel de las focas con mayor facilidad se
les arranque mientras aún están vivas.
El Plan de Gestión de caza de focas desarrollado por el Gobierno de Canadá
autorizó la caza de 975.000 ejemplares en el periodo 2003-2005 (cifra que
no se había alcanzado en los últimos 50 años).En el año 2005, la cuota
autorizada fue de 319.000 ejemplares. En 2006 la cuota ascendió a 335.000
focas. y en 2007 la cifra es de 270.000 individuos. Es decir, en cinco años,
los cazadores canadienses han matado cruelmente a más de 2 millones de
focas.
El Gobierno de Canadá no ha podido determinar el número exacto de focas
matadas por los cazadores. La captura total admisible para el periodo
2003-2005 no tiene en cuenta que se está produciendo caza ilegal de
focas, que son matadas y desechadas debido a los daños en sus pieles (a
pesar de que alegan que la caza de focas busca el equilibrio de las
poblaciones marinas, acusando a los pinnípedos de la disminución y
posible extinción de la población de bacalao). Tampoco son
contabilizadas las focas matadas para aprovechar sus órganos.
Las cuotas de caza se basan en censos de focas realizados a intervalos de
cinco años. Pero debido a que las cacerías se centran en crías que no
alcanzan la edad reproductora hasta los cinco años de edad, los impactos
en la población pueden tardar más de 10 años en conocerse y son
necesarios 15 años para determinar la evolución de la población. Por
tanto, los censos realizados por el Gobierno canadiense no reflejan la
realidad del estado de estas poblaciones.
La continuación de la caza comercial no puede reconciliarse con la
conservación de las poblaciones de focas de Groenlandia a largo plazo,
cada vez más amenazadas por los impactos derivados del cambio climático
en los hielos árticos.
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