¡Fuera las tropas de ocupación de
Palestina!
Es difícil explicar en pocas palabras la magnitud de la tragedia que está
ocurriendo en Palestina. Mientras la prensa progresista, tipo El País,
dedica páginas a la polémica sobre lo que supuestamente
ocurrió en los campos de concentración de Auschwichtz, sólo
refleja tímidamente el horror de lo que sí
le pasa actualmente
al pueblo palestino en Cisjordania y Gaza. |
El ejército
israelí, el más moderno de Oriente Próximo, la única potencia nuclear
de la zona, utiliza su arrolladora fuerza para destruir todas las
infraestructuras palestinas (edificios, hospitales, carreteras, campos de
cultivo, escuelas...) y asesinar impunemente a centenares de hombres,
mujeres y niños, detener a cientos de miles y confinar a la población en
el gran campo de concentración en que han transformado los territorios
ocupados.
Israel es considerado, entre los Gobiernos de los países capitalistas
avanzados (y en la UE), un Estado democrático. Al parecer, lo que está
haciendo en Cisjordania y Gaza no es terrorismo, ni racismo, ni ocupación
de un país entero. Algunos ministros israelíes defienden públicamente
ideas como cortar la luz a las localidades de las que sean originarios los
hombres-bomba, matar a sus familiares, expulsar a todos los palestinos de
su país, bombardear mercados y comercios palestinos, pero a ningún
diplomático europeo o norteamericano se les ocurre llamarles terroristas.
En estos momentos, los tanques y los soldados de Israel ocupan las principales ciudades
palestinas de Cisjordania y el que se atreve a
salir arriesga su vida. En Ramala, ha sido ocupado y posteriormente
destruido el Centro Médico de Socorro, sede de la principal ONG
palestina; los médicos, enfermeros y enfermos fueron obligados a
postrarse con las manos atadas durante seis horas. Poblaciones enteras están
cerradas, ni siquieran pueden entrar las ambulancias, que también se
arriesgan a ser tiroteadas. Una manifestación de oponentes a la ocupación,
en su mayoría europeos, también ha sido tiroteada, con el resultado de
varios heridos de bala, sin que la UE y su presidente de turno, Aznar (el
Gran Antiterrorista) tomase en aquella oportunidad la más mínima medida. El sábado 30 de marzo,
los soldados entraron con perros en el Hospital Rahaie al Arabi, en Ramala.
Durante toda la Intifada, los sionistas han arrancado el 50% de los olivos.
Los muertos y heridos superan los 47.000. La mitad de la población vive
en la pobreza. Así podríamos continuar y continuar...
La excusa de toda esta destrucción son los hombres-bomba. ¡Qué poca
memoria se creen que tenemos! ¿Acaso no llevamos 35 años de ocupación,
de represión militar, de expropiación de los mejores terrenos para
construir asentamientos, etc.? ¿Acaso no empezó esta Intifada con la
provocación de Sharon? Que sepan los ocupantes que por cada palestino asesinado
surgirán decenas de potenciales suicidas.
La continuación de esta dinámica infernal puede llevar incluso a una
guerra en toda la zona, con las gravísimas implicaciones mundiales que
tendría. Según un diario saudí, varios cazabombarderos nucleares en la
frontera con Siria están en situación de alerta. Los reaccionarios
dirigentes árabes quieren evitar esta guerra por todos los medios, pero
en determinado momento su poder podría tambalearse, si la situación
continúa empeorando y las masas árabes saltan a la lucha de forma
generalizada. En estos momentos se suceden las manifestaciones, de Sudán
a Kuwait y de Egipto a Bangladesh; las más importantes, con cientos de
miles de personas, fueron en Beirut, durante la fracasada reunión de la
Liga Árabe y en Rabat durante la visita de Colin Powell a Marruecos.
A los que gobiernan Israel, tanto los que estan en el poder como en la
oposición no les interesa la paz. Todos sus sectores
(desde Sharon hasta Simón Peres, pasando por el dirigente de la izquierda
laborista Slomo ben Ami)
están de acuerdo en lo fundamental: mantener el régimen sionista. En lo
que difieren es cómo: ¿no es mejor continuar esta guerra unilateral y
la ocupación militar, para desviar la atención de los problemas económicos
y sociales de la sociedad israelí (la peor crisis económica desde 1953,
recortes en los gastos públicos, paro del 10%)? ¿O es preferible aceptar
un Estado Palestino, siempre y cuando dependa económica y militarmente de
Israel, continúe la mayoría de los asentamientos
en Cisjordania, no puedan volver los
refugiados, etc.? La mayoría de los políticos burgueses están de
acuerdo en combinar ambas cosas: se trata de machacar lo suficiente al
pueblo palestino como para que acepte una negociación a la baja; las
diferencias las marcan los métodos y el ritmo.
Si los
israelíes piensan que porque se retiraron de Gaza, los palestinos ya no
van a reclamar por el retiro de Cisjordania, estan equivocados. La lucha
continuará hasta retirarse de todo Cisjordania y de la Jerusalen
Oriental. Ademas, si los israelíes se retiraron de Gaza, es porque
reconocen que ocuparon ilegalmente esas tierras. Y si reconocen que
estuvieron ilegalmente 35 años ocupando tierras que no le correspondian,
cuando van a comenzar a indemnizar a los palestinos por el "alquiler"
de Gaza durante esas tres décadas y media ? Mejor no hablar de ciertos
temas.....
Los activistas palestinos están dando muestras de enorme heroísmo,
sacrificando sus vidas por defender a su pueblo. Ese enorme esfuerzo debe
servir para sentar las bases de una Palestina con todos sus derechos
nacionales reconocidos, próspera y sin opresión de ningún tipo, tampoco
social. Desgraciadamente, ninguna de las direcciones tradicionales de la
Intifada explica cómo llegar a ello. Resistir es necesario, pero no
suficiente.
Desde el punto de vista capitalista, una paz justa es imposible. La armonía
entre pueblos, las relaciones económicas fraternas, chocan con la
existencia del imperialismo, del capitalismo en su fase de podredumbre.
A la burguesía de los países árabes la población
palestina le tiene sin cuidado. Intentarán por todos los medios evitar un
conflicto abierto con Israel, lo único que le importa son sus privilegios
y en todo caso utilizar la cuestión palestina como una forma de desviar
la atención de sus problemas internos.
Sin embargo, estos regímenes son débiles, podrían ser derrocados por la
oposición fundamentalista,
lo que daría una perspectiva totalmente distinta al conflicto.
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