EL
IMPERIALISMO INTERNACIONAL DEL DINERO por
Alberto
Buela (*) La
fabulosa y enorme crisis de la economía usamericana y su inusitada
proyección mundial con la conmoción de todos los mercados de valores nos
obliga a la siguiente meditación. Los
hechos: A
finales del 2008 la quiebra del banco de los hermanitos Lehmann, uno de
los grupos financieros que fundara el Banco de la Reserva Federal de USA
en 1913, le costó al tesoro
norteamericano 700.000 millones de dólares y otro tanto a los gobiernos
europeos en el auxilio de sus bancos también afectados con la explosión
de la burbuja financiera. Algunas
sotovoces se dejaron oír en el sentido de averiguar hacia que país
fueron derivados parte de semejantes fondos financieros computados como pérdidas,
pero nadie lo firmaba. El hecho que llamaba la atención es que de los
Estados-nación modernos organizados al estilo occidental y con peso
relativo en el orden internacional, el único que no tomó ninguna medida
oficial de auxilio a sus bancos fue el Estado de Israel. El
tema siguió en el más absoluto silencio, pero una vez más la fuerza de
la realidad se impuso sobre el simulacro o el disimulo. Explotó el lunes
15 de diciembre, primero en los diarios de España (había perdido el
Banco Santander 2500 millones de dólares), el fraude por 50.000 mil
millones de dólares realizado por Bernard L. Madoff, un judío
norteamericano a quien le confiaron sus ahorros organizaciones judías y
judíos enriquecidos como Stiven Spielberg, Elie Wiesel, Robert Lappin,
Julian Levitt, Fred Wilpon, Norman Braman, Erza Merkin, Carl Shapiro,
Frank Lautenberg, Benbassat y &, y Reichmuth y &, entre tantos
otros. Hoy
se sabe, en Argentina lo denunció antes que nadie Eduardo Linares
comentando en un estupendo artículo titulado Steven Spielberg y “The
Madoff’s list” by Tim Roth, que “Tan
sólo Lehman Brothers y Berni Madoff, expatriaron, nunca mejor usado el término,
400 mil y 100 mil millones de dólares a bancos del Estado de Israel antes
de declararse en bancarrota los primeros y ser apresado por fraude el
segundo”, esta es la razón profunda de por qué el Estado de Israel
fue el único estado de forma occidental que no se conmovió para nada por
la gran crisis financiera newyorkina. La
teoría: El
imperialismo ha sido caracterizado por el marxismo
desde que Lenín escribió sobre el tema en 1916 en su folleto El imperialismo la fase superior del capitalismo, donde afirma en el
prólogo para franceses y alemanes: “En esta obra hemos
probado que la guerra 1914-1918 ha sido, de ambos lados beligerantes, una
guerra imperialista (esto es, una guerra de conquista, de bandidaje y de
robo), una guerra por el reparto del mundo. Me he apoyado precisamente en
estos datos generales irrefutables al describir el reparto del mundo en
1876 y en 1914 (§ VI) y el reparto de los ferrocarriles en todo el globo
en 1890 y en 1913 (§ VII)… Este
"botín" se reparte entre
dos o tres potencias rapaces de poderío mundial, armadas hasta los
dientes (Estados Unidos, Inglaterra, Japón) que, por el reparto de su botín,
arrastran a su guerra a todo el mundo”. Y termina en el último párrafo
afirmando: “La época del
capitalismo moderno nos
muestra que entre los grupos
capitalistas se están estableciendo determinadas relaciones sobre
le base del reparto territorial del mundo”. Y
es a partir de Lenín que para el marxismo-leninismo el imperialismo se
limita a la dupla Estados Unidos-Inglaterra. No hay en el marxismo, en
general, ni una sola palabra acerca del “imperialismo internacional del
dinero”. Claro está, ello habría significado poner en contradicción
su propia revolución bolchevique que como es sabido fue financiada por el
imperialismo internacional del dinero de las bancas judeo usamericanas
como la Warburg, Khun, Loeb y Cía, la Jacobo Schiff, etc. Ello lo
corrobora el mismísimo León Trotsky, apellidado Bronstein, quien criticó
la exagerada y desproporcionada intervención y preponderancia de los
hebreos en la revolución y el partido bolchevique. Origen
del concepto: Quien
habla por primera vez del imperialismo internacional del dinero fue el
papa Pío XI en su encíclica Quadragesimo Anno en 1939 quien afirma tajantemente: Por
lo que atañe a las naciones en sus relaciones mutuas, de una misma fuente
manan dos ríos diversos: por un lado, el nacionalismo o imperialismo económico(el
mundo liberal); y del otro, el no menos funesto y execrable
internacionalismo o imperialismo internacional del dinero(la finanza
apartida) para el cual, donde esta el bien, allí su patria (ubi bene, ibi
patria est).”
(1) Esta
clara distinción ubica a la sana doctrina social católica como término
medio entre dos extremos opuestos: capitalismo y marxismo; liberalismo y
socialismo; nacionalismo e internacionalismo. En
nuestros días se debe a ese buen pensador nacional Santiago Alonso el
rescate de este tema tan actual, quien en el anexo de libro de Alan Jones Cómo
funciona el mundo presenta su excelente trabajo El
imperialismo internacional del dinero. Y así afirma: “Llama
la atención que se haya extendido un manto de silencio o del olvido
respecto de las enseñanzas sobre el imperialismo internacional del
dinero, así como la poca o ninguna apelación que se hace de
ella…tantas omisiones, olvidos e ignorancia nos hace sospechar de la
existencia de alguna voluntad oculta que obstinadamente ignora o no quiere
saber o no desea que se difunda sobre la importancia ni el rol específico
que tiene el citado imperialismo en el destino de los pueblos"
(2) En
el orden político Este
imperialismo internacional del dinero tuvo su mejor caracterización
politológica en la idea de sinarquía lanzada y utilizada por el General
Perón allá por los años setenta. El
término sinarquía es una palabra griega compuesta por el prefijo
“syn” que significa con, lo que da idea de convergencia y “arjé”
que significa principio. El sentido etimológico menta la convergencia de
profunda de de principios de poder, en apariencia contrapuesto, que
gobiernan el mundo (3) Con
motivo de la entrevista que le realizara el coronel Cornicielli como
enviado del General Lanusse en España a Perón este respondió sobre el
tema afirmando: “El
problema es liberar al país para seguir libres. Es decir, que nosotros
debemos enfrentar a la sinarquía internacional manejada desde las
Naciones Unidas, donde están el comunismo, el capitalismo, la masonería,
el judaísmo y la Iglesia Católica – que también cuando la pagan
entra-. Todas estas fuerzas que tienen miles de colaterales en todo el
mundo son las que empiezan a actuar” (diario La Razón, 4/7/72). En
su momento esta idea de sinarquía dio mucha tela para cortar. La
izquierda marxista a través de sus múltiples voceros siempre la catalogó
como una idea trasnochada de Perón, quien en el atardecer de su vida
comenzaba a divagar. El mundo liberal la cuestionó como una versión más
de la idea del complot político típica del mundo militar de donde provenía
Perón. La Iglesia católica hizo mutis por el foro sabiendo que cualquier
cuestionamiento del peronismo la ponía contra la gran masa del pueblo
argentino. Y lo más grave que dentro del universo peronista no fue tomada
seriamente en cuenta. Se bastardeó su uso y se abusó de un concepto político
poco desarrollado. Esto último lo hace notar el historiador
norteamericano, especialista en peronismo,
Joseph Page quien afirma: “El
tema está tratado con humor en la revista Cuestionario. Existe una
descripción aparentemente seria de la sinarquía en A. Buela"
(4) No
podemos olvidar acá que quien trabajó con mayor asiduidad el tema desde
el orden intelectual fue nuestro maestro José Luís Torres (1901-1965),el
fiscal de la década infame, y en ese sentido tenemos que recordar su
extraordinario trabajo Nos acechan
desde Bolivia (1952) donde denuncia, según sus palabras, las andanzas
y mutaciones de los “cuervos de las finanzas internacionales” y la
intervención de la ONU, como organismo clave de dominación mundial, para
invalidar las elecciones del 6 de mayo de 1951 que otorgaron en Bolivia el
triunfo al Movimiento Nacionalista Revolucionario de Paz Estensoro. Es
interesante notar como en Iberoamérica luego del triunfo de la revolución
cubana, el marxismo se apodera del monopolio del antiimperialismo al menos
en su aspecto mediático y propagandístico, mientras que el nacionalismo
popular se refugia más bien en la batalla por la restauración cultural
de nuestros pueblos. Triunfa
así la versión marxista del imperialismo como etapa superior del
capitalismo, la del imperialismo como una categoría universal plasmado en
una sola nación: los Estados Unidos. Se
abandona, entonces, la idea del nacionalismo hispanoamericano del
imperialismo como un “internacionalismo situado”, el imperialismo con
pelos y señales, donde, si bien existe una primacía indudable de la
banca judía, convergen regímenes comunistas, liberales y dictatoriales. Esta
primacía del marxismo sobre el nacionalismo hispanoamericano, incluso a
pesar que éste último se adelantó en el tiempo con las denuncias
pormenorizadas que realizaron Torres y tantos otros autores, y a pesar de
la firme, decidida y clara definición de Perón del imperialismo como
sinarquía. A pesar de todo ello el peronismo o mejor aún los peronistas
vergonzantes que hacen de ideólogos, buscan en el movimiento radical de
Forja el semental ideológico del peronismo. Olvidando o peor aun
desconociendo o tergiversando la verdad indudable que el peronismo como
nacionalismo antiimperialista de carácter hispanoamericano tiene su
fuente en la profundidad de dicho nacionalismo. Y
así, y esto es significativo a tener en cuenta, mientras el nacionalismo
europeo se identifica con la idea de Estado-nación, el nacionalismo
popular hispanoamericano tiende a identificarse con la idea de nación-pueblo.,
identificación que obedece a una doble exigencia histórica: a) a la
integración étnica y cultural en la formación de nuestra identidad a
través del mestizaje y b) el carácter revolucionario de nuestros propios
pueblos expresado en la movilidad social y política que se da en Iberoamérica
a diferencia de Europa. (5) Algunas
conclusiones Hoy
asistimos luego de la debacle financiera internacional a una avalancha
inconmensurable de artículos y libros, publicaciones y videos de todo
tipo, pelo y señal que nos quieren explicar qué es lo que sucede en el
mundo. De esta avalancha se destacan como es natural y habitual los
intelectuales de la izquierda progresista como Noam Chomsky, James Petras,
Samir Amin, Antonio Negri, Slavoj Zizek et
alii quienes se desgañitan denunciado las mil tropelías del
imperialismo usamericano pero sin decir no pío acerca de quienes son los
gerentes responsables, ciertos y reales, de tamaño desastre financiero
internacional. En una palabra, por los prejuicios de su formación
marxista denuncian al imperialismo “sobre
la base del reparto territorial del mundo” según
afirmaba Lenín, pero no al “imperialismo internacional del dinero”
que es la causa última de la gigantesca estafa internacional a todos los
pueblos de la tierra, salvo a uno. Es
extraordinario ver y leer las mil y una explicaciones que nos brindan
estos esforzados teóricos de lo políticamente correcto a quienes se les
puede aplicar el viejo verso criollo: Que
gente que sabe cosas, la gente de este albardón. Que gente que saber
cosas, pero cosas que no son. Si
alguna enseñanza puede dejar semejante descalabro financiero y económico
internacional es que la economía es algo demasiado serio para dejarla en
manos de economistas y especuladores y que a los dueños del mundo, a
aquellos que manejan los piolines detrás de los batidores, les importan
un bledo los pueblos y sus padecimientos, salvo uno. Un
obrero metalúrgico como Lula, que no es un genio pero que prefiere antes
que nada a su Brasil natal, lo acaba de denunciar en términos simples
ante la presencia del premier inglés Brown: “La descomunal crisis actual fue causada por comportamientos irracionales
de gente blanca de ojos azules, que antes parecía saber todo y ahora
demostró no saber nada. No es responsabilidad de ningún negro, indio o
pobre” (diario La Nación 27/3/09). (1)
Pío XI: Encíclica Quadragesimo anno, parágrafo 110 (2) Alonso, Santiago: en Como funciona realmente el mundo, de Alan Jones, Buenos Aires, Ed. Segunda Independencia, 2004, pp.330 y 331 (3) Cfr. Buela, Alberto: La sinarquía y lo nacional, Buenos Aires, Ed. Marcos, 1983 (4) Page, Joseph: Perón( segunda parte), Buenos Aires, Ed. Javier Vergara, 1984, p. 327 (5) Quien más en profundidad ha trabajado esta idea en América ha sido uno de los padres de la sociología indiana don Julio Ycaza Tigerino en su libro Perfil político y cultural de Hispanoamérica, Madrid, Ed. Cultura Hispánica, 1971
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