INFORME DE LA AGENCIA KALI-YUGA (15 DE OCTUBRE 2009) LOS INSTRUMENTOS PSICOLÓGICOS DE LA GUERRA DE CIVILIZACIONES por Walter Preziosi
En varias oportunidades, sea el suscripto como nuestro colega Marcos Ghio, nos hemos ocupado de las teorías montajistas, es decir aquellas que, motorizadas especialmente desde el magnicidio de 2001, intentaban explicar aquellos acontecimientos como la realización de un hábil montaje efectuado por norteamericanos y judíos con la finalidad de hacerse con el dominio del mundo. Estas teorías estuvieron abonadas por un conjunto de ‘investigaciones’ que pretendían explicarnos cómo fue que la CIA y el presidente Bush destruyeron las Torres y el Pentágono, pusieron en conmoción a la sociedad norteamericana hundiéndola en la crisis más grave de toda su historia con la única finalidad de invadir la zona sur y oeste de Afganistán en manos de los talibanes (pues el norte y el este estaban ocupadas por un aliado simultáneo de EEUU y Rusia, la Alianza del Norte) y de acuerdo a lo que sostenían otros ‘geopolíticos’ más avezados, en el fondo todo habría sido para sentar una base operativa con la finalidad de combatir a sus dos grandes enemigos, Rusia, Irán y China. Ha sido llamativa al respecto la insistencia con la cual autores como el radical antifascista Thierry Meyssan en diferentes obras y en una página especial de internet nos han inundado de ‘pruebas irrefutables’ para abonarnos tal teoría por lo que sería muy largo reseñarlas y contestarlas todas y de lo cual se ocupara especialmente nuestro aludido colaborador en diferentes artículos publicados en El Fortín a los que nos remitimos. Digamos de manera sintética que todas ellas, a pesar de presentársenos como opuestas a los intereses del enemigo norteamericano sionista, en el fondo obedecen a un mismo fin que por el contrario lo favorece sobremanera. Se vincula a una estrategia de guerra psicológica ya empleada en otras oportunidades, como por ejemplo en los casos de los atentados acontecidos en la Argentina (Embajada de Israel y AMIA), consistentes en cubrir a tal enemigo con un manto de invulnerabilidad por lo que se le hace creer a cierta opinión pública a la que se sabe hostil a tales intereses que si algo exitoso se les puede efectuar en su contra solamente han podido producírselo ellos mismos. Y esto en el fondo resulta implementado por ellos mismos por la sencilla razón de que lo que más los puede dañar no es aparecer como cínicos e inhumanos ante la opinión pública, tal como pretenden demostrar las aludidas teorías montajistas, sino por el contrario mostrarse como vulnerables a los ataques efectuados por su enemigo. La reciente guerra de Gaza ha sido una clara indicación de tal estrategia de guerra psicológica. A Israel no le ha preocupado, sino por el contrario se ha regocijado, en señalar que ante unas eventuales bajas de apenas 11 colonos muertos durante dos años de bombardeos palestinos sobre su territorio, en apenas unos días pudo eliminar a más de 2000 personas de tal comunidad. Nosotros señalamos que indudablemente las víctimas judías fueron muchas más y que por el contrario lo que se trataba de mostrar en cualquier caso era su gran capacidad bélica y su carácter implacable en las represiones, así como la ineficacia de los ataques efectuados en su contra, por lo cual siempre, como en los casos Embajada y Amia, se vería beneficiado por aquellos que los señalasen a ellos mismos como los ejecutores. A Israel en el fondo los reclamos por los derechos humanos lo tienen totalmente sin cuidado pues sabe que es el poder militar lo que termina primando y su énfasis, lo mismo que en el caso norteamericano, está puesto en mostrarse como invulnerable, implacable y sin ningún enemigo que lo pueda detener ni dañar. Ahora bien, volviendo al tema del 11S, ante la insistencia utilizada por los montajistas en su teoría del autoatentado y a pesar de todas las evidencias en contrario, en algún momento en el debate que sostuviéramos con los mismos en distintos foros se les contestó que aun aceptándose tal hipótesis tan descabellada, en la práctica, debido a las evidentes derrotas padecidas por los EEUU en Afganistán, Irak y ahora también Pakistán, en todo caso se podría decir que se trató de una estrategia equivocada y que ahora ha quedado puesta en evidencia debido a los fracasos militares antes aludidos, que lo que no se había demostrado un 11S en cambio se lo ha hecho ahora con los mismos. Pero hemos aquí que los montajistas no cesan en sus intenciones ya a todas luces evidentes de continuar sembrando entre aquellos sectores que son contrarios a la política de Israel y los EEUU una sensación de impotencia ante el poder de éstos el que siempre y en todos los casos estaría ganando aun cuando los hechos nos estén demostrando lo contrario. Así pues de la misma manera que antes nos intentaron mostrar que el 11S no fue un fracaso norteamericano sino una exitosa maniobra para invadir el mundo, hoy en día las derrotas padecidas de manos de los talibanes en Afganistán y Pakistán serían producidas a propósito a fin de poder justificar de tal modo una permanencia en tales países que no se obtendría si no existiese en los mismos una situación bélica. Vemos así como en la página Red Voltaire de Thierry Meyssan, tras haberse manifestado que detrás de los talibanes se encuentran actuando agentes de la CIA, se nos dice textualmente: El espectro talibán no es más que un pretexto. Es otro el objetivo de los estadounidenses. Prueba de ello es que, durante los últimos días de su gobierno, el general Musharraf se quejó de que el ISI (servicios secretos pakistaníes. NdT.) había informado a Estados Unidos sobre los diversos lugares donde se encontraba Baitullah Mehsud, el jefe de los talibanes, sin que los estadounidenses hicieran nada contra él. (La administración estadounidense quiere convertir a Pakistán en un Estado deficiente y caótico por Rashid Zubair) Acotemos al respecto que justamente la prueba que se ha querido dar es a todas luces falsa, Baitullah Mehsud fue muerto por los norteamericanos en un bombardeo en el mes de agosto pasado por lo que no se entendería por qué antes no se atentó en su contra en tanto habría sido agente de la CIA y ahora sí. Según la página, EEUU estaría en Pakistán para quedarse con su arsenal nuclear y sólo ello explicaría por qué un ejército de 12.000 hombres no puede doblegar una banda de 2000 talibanes en Swat. Ello no sería ni por el espíritu kamikaze ni por el valor y valentía de lo combatientes talibanes, sino porque entre éstos habría muchos agentes extranjeros de la CIA. Una vez más la hipótesis Rambo de que sólo EEUU puede ganar una guerra. Y en Afganistán estarían allí gracias también a los talibanes para tener una base operativa con la finalidad de invadir Rusia, Irán y China. Pero los hechos terminan desmintiendo una vez más las fantasiosas y capciosas teorías montajistas. Tales países lejos de contraponerse a la política norteamericana en Afganistán hoy en día son en cambio los principales sostenes que ésta tiene en su guerra contra el talibán. Rusia ha proporcionado sus territorios para que por el mismo transiten los pertrechos para las fuerzas de la Otan que luchan allí. Junto con Irán, China y por supuesto los EEUU han reconocido la victoria electoral del corrupto régimen de Karzai, títere abierto de los norteamericanos. Y podríamos extendernos en más ejemplos. Es decir, a pesar de todos los esfuerzos efectuados por los montajistas, muchos de ellos agentes a sueldo y otros idiotas útiles, existe hoy en día una fuerza militar y espiritual con la capacidad suficiente de derrotar a las fuerzas de la modernidad capitalista, comunista y sionista.
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