Revista Siempre!, 2 de abril de 2006 Desafío
creciente Por: José Luis Ontiveros La prueba concluyente de que el irredentismo es visto por los anglosajones como un serio riesgo está en las elucubraciones de Samuel Huntington. El irredentismo como doctrina de reivindicación permanente de los territorios ocupados por una potencia extranjera, usurpándolos a sus raíces identitarias culturales y étnicas tiene su punto de inflexión político, el marco de la Primera Guerra y la profunda decepción que ésta provocó en Italia. Su manifestación más clara fue la aventura legionaria del esteta Gabriele D'Annunzio de liberar Fiume, puerto estratégico y con un 49 por ciento de población italiana. D'Annunzio luego de su heroica participación en la guerra, donde perdió un ojo, y su presentación como voluntario en primera línea a sus 52 años, así como sus legendarios vuelos, como el que hizo sobre Austria, donde dejó caer miles de hojas de propaganda y algunas bacinicas, quien fuese llamado il deputatto della belleza, marca con su gesto épico el sentido irrenunciable de las tierras ancestrales invadidas por el ocupante extranjero. Ciertamente, en las manifestaciones gigantescas que se han producido en Estados Unidos en contra de criminalizar la inmigración y que se debaten ante la paranoia gringa del 11-S, se ha manifestado la enorme fuerza de la migración mexicana, documentada o no, y se ha tratado de restringir esta afirmación del inconsciente colectivo sobre las tierras de Aztlán símbolo hiperborio del origen azteca a un movimiento de respeto a los derechos sociales, que son hollados por el poder del ocupante yanqui desde 1847. Sin embargo, a falta de un D'Annunzio criollo, existe en germen un principio irredentista, que habría que sujetar a un plebiscito en base al principio de la autodeterminación de los pueblos. No se trata en el fondo de discutir sobre derechos que serían otorgados por el invasor, sino de recuperar la inalienable soberanía nacional en lo que ahora conforma por despojo el sur de Estados Unidos. El irredentismo mexicano tiene como base una cultura ancestral y comunitaria, el lenguaje castellano, la religiosidad romana y el conjunto de tradiciones que marcan el ethos de una cultura, esto es, los valores que definen su ética. La prueba concluyente de que el irredentismo es visto por los anglosajones como un serio riesgo está en las elucubraciones de Samuel Huntington, quien escribió su Choque de las civilizaciones. Dice en Quiénes somos que la inmigración mexicana constituye un desafío creciente a nuestra soberanía e identidad nacional y al futuro de EU. No se equivoca el Fiume mexicano es la recuperación del sur de Estados Unidos. D'Annunzio es actual. |