LEY
DE MEDIOS
por
Denes Martos
Todo
lo que sé lo que leído en los diarios.
Ésa es la coartada que tengo
para justificar mi ignorancia
Will Rogers
En un siglo donde los medios de publicidad
divulgan infinitas tonterías,
el hombre culto no se define por lo que sabe
sino por lo que ignora .
Nicolás Gómez Dávila
No soy lo que se dice un fanático de los medios de difusión masiva. Para
nada. Pero tampoco soporto estar divorciado de la realidad. No serviría
para ermitaño y, si bien no me creo todo lo que veo y todo lo que me
dicen, regularmente me tomo el trabajo de hacer un paneo por la información
disponible, tanto como para saber qué pasa en el país y en el mundo.
Generalmente, lo que hago es visitar los sitios que los principales medios
tienen en Internet.
Lo decepcionante es que, cada vez que lo hago, me entero de lo mismo. Aquí
han asesinado a alguien, para robarle o por no poder robarle. Allá otro,
desesperado y desesperanzado, puso fin a su vida suicidándose. Un poco más
allá, un grupo que dependiendo de la orientación del medio resulta
calificado de patota, grupo de inadaptados, violentos, o marginados
sociales, ha cometido una salvajada – o una serie de salvajadas – que
aterra a la población de un club, un barrio o todo un pueblo. Que
saquearon una vivienda, que secuestraron a un hombre, que violaron a una
mujer, que mataron a alguien que se resistió o que ni siquiera se resistió
…
Buscando otro tipo de noticias me entero de que el político Fulano volvió
a criticar al político Mengano; Zutano denunció a Perengano; un
ex-funcionario otrora muy famoso está envuelto en un escándalo porque se
descubrió lo que todo el mundo sabe desde hace por lo menos diez años y
otro ex-ministro, o actual ministro, enfrenta un juicio que un juez amigo
posiblemente estirará hasta la prescripción porque resulta que era socio
de un sujeto del que no se sabe si era, o no, dueño de cierta empresa
pero que ocultó sus conexiones con el poder y por eso resulta sospechoso
ya que se supo que le alquilaba un departamento al mismísimo ex-ministro
que ahora avanzó y ya es más que ex-ministro. Porque, como todo el mundo
sabe, los políticos son multifuncionales: tanto les da ser intendentes,
gobernadores, presidentes, diputados o senadores como ministros de educación,
de justicia, de salud pública o directores del Instituto Nacional de Física
Nuclear. Cualquier ómnibus los deja bien con tal de que tenga parada
cerca de un cargo público.
Si voy para atrás en el tiempo, los que dicen saber me recuerdan que hace
unos meses el precio de la soja había alcanzado ciertos niveles, lo cual
es bueno porque esta Argentina retóricamente justa, libre y soberana
resulta que es fácticamente sojadependiente. Y también se ha vuelto
gasoildependiente, gasdependiente, fármacodependiente y hasta
dolardependiente aunque algunos se emperren en no querer admitirlo y crean
que construyendo un "relato" que se da de patadas con la
realidad me van a hacer desaparecer el corralito cambiario y hasta el
bosque de "arbolitos" que veo todos los días por la calle
Florida repitiendo como un mantra: cambio, dólares, reales, euros,
cambio.
Y después vienen las que en la jerga se llaman notas de color. Hay que
mirarlo todo a ver si nos encontramos, por casualidad, con algo que hasta
tenga sentido. Estamos en el Era Audiovisual. Que es bastante más visual
que audio. Lo que no se ve en una pantalla no existe. Pero el verso que
acompaña a la imagen entra por un oído y sale por el otro sin hacer
escala en los cerebros. Así y todo, de pronto me entero que la policía
detuvo a una celebridad. Le encontraron droga encima, o le pegó a su
mujer, o cruzó un semáforo en rojo y puteó al agente de tránsito que
lo detuvo por conducir en estado de ebriedad cataléptica, o se puso a
orinar en público, o se quedó con unas joyas que le habían prestado;
pero está todo bien porque su abogado que cobra 480 dólares la hora ya
prometió lavar hasta la más nívea pulcritud el buen nombre y honor del
imputado o la imputada. Por supuesto que también se puede ver en Internet
el video en donde el metrosexual o la exhibicionista botoxeada balbucea
algunos sonidos parecidos a palabras refiriéndose al hecho, y uno puede
llegar a inferir con un poco de suerte y buena voluntad que es todo
mentira, que es un invento de los medios, que los paparazzi construyeron
todo el asunto y que eso es algo que atenta contra la democracia.
Y también están los noticieros. Generalmente no los miro pero cuando lo
hago me encuentro con que chorrea la sangre, explotan edificios a lo lejos,
los trenes descarrilan y chocan dejando un tendal de muertos y heridos
tras lo cual todos se pelean por echarle la culpa a alguien; los autos se
salen de la autopista y vuelan por los aires, las mujeres lloran a lágrima
tendida y hablan hipando o sollozando, los vecinos protestan, los
piqueteros cortan el tránsito y tocan el bombo, el asesino es metido
dentro de un patrullero con la cabeza tapada por una campera, un
intelectual habla de la pobreza luciendo una camisa Giorgio Armani de 200
dólares tras lo cual la cámara se mete en una villa de emergencia en
donde el entrevistado denuncia la falta de oportunidades y habla pestes de
los ricos que se viven en los countries, con lo cual retorna el
intelectual para culpar de todo a la sociedad – es decir a mí y a todos
ustedes. Excluyéndose implícitamente él mismo, claro. Y todo eso
concentrado, compacto, rápido y casi en simultáneo porque así se
intensifica el efecto dramático.
Pasada la sección de tragedias y denuncias viene la parte
"light". Los bomberos rescatan a un gatito atrapado, una
celebridad ostenta orgullosa su nueva prótesis mamaria y jura que ahora
se siente satisfecha con su cuerpo, viene el blooper del perrito pequinés
que sale corriendo, tropieza y da una vuelta carnero en el aire y el show
se cierra con las ballenas, las focas, y finalmente un osito koala, un
marsupial diprotodonto que el locutor presenta como diplodonto.
Para terminar tengo el informe meteorológico que no se cumplirá mañana
porque el Servicio Meteorológico Nacional no pagó la cuenta del satélite
y el pronóstico lo hizo Pepe subiéndose a la azotea y oteando el cielo o
fijándose en lo que dice el Weather Channel por Internet.
En el medio, avisos del gobierno, deportes que son parte del negocio del
espectáculo (eso si algún barrabrava no mata a otro barrabrava en cuyo
caso la noticia la vimos antes en la sección anterior), más avisos, el
spot publicitario que me quiere convencer que si uso crema de enjuague XY
me va a volver a crecer el pelo, más avisos, más la programación que se
viene, más avisos …
Hago un poco de zapping para ver otro noticiero pero me encuentro con
exactamente lo mismo. Los mismos videos, las mismas fotos, las mismas
noticias, los mismos comentarios, casi los mismos furcios así que, con la
cabeza hecha un bombo, apago el aparato y por un buen rato gozo de ese
silencio que se ha convertido en algo tan raro que dentro de poco vamos a
tener que pagar para obtenerlo.
El gobierno está impulsando a toda máquina su nueva Ley de Medios.
¿Cree alguno de ustedes que cambiará algo en todo esto?
Yo no.
La mediocridad no se elimina por ley.
|