LA FECHA FUNDACIONAL DEL NUEVO MILENIO: 9/11 o 8/8
por Walter Preziosi
El actual presidente ruso Dimitri Medvedev acaba de decirnos que en realidad la fecha clave que iniciara el nuevo milenio no habría sido el fatídico 9/11, sino el más reciente 8/8 que es cuando las fuerzas de la Federación Rusa invadieron Georgia y en un rápido blitzkrieg de apenas dos días lograron prácticamente ocupar el país, salvo -y esto por supuesto no lo dice- obtener el objetivo fundamental que era la destitución del presidente Misha Saakashvili.
Tal como dijéramos en otra nota este último, en tanto atravesaba por una gran crisis interna que ponía en peligro su mandato debido a la incesante oposición de la población que lo acusaba de déspota y corrupto, buscó, a través de la invasión de la provincia separatista de Osetia del Sur, algo de oxígeno para su gobierno; siendo ello una semejanza más con lo que hiciera en 1982 en la Argentina el Gral. Galtieri con Malvinas. Pero también se ha señalado que la torpeza del novato Medvedev consistió en hacer público su objetivo de destituir al presidente del país invadido convirtiendo así lo que fue una victoria militar en una derrota política. Saakashvili, sin habérselo propuesto de esa forma, logró capitalizar para sí el espíritu nacionalista de la población, profundamente anti-ruso, en modo tal que, a pesar de la derrota, ésta terminó encuadrándose a su alrededor, permitiéndole mantenerse en el cargo. Por ello comparamos en su momento tal circunstancia con lo que hubiera sucedido en la Argentina si Margaret Thatcher hubiera manifestado que efectuaba su invasión para destituir a la Junta Militar e instaurar la democracia, lo que efectivamente sucedió luego y a causa de su acción (1).
Pero más allá de los resultados pobres políticamente obtenidos por Rusia en su invasión, a lo cual también se le podría sumar la prescindencia de China y de los países que integran el Acuerdo de Shangai ante tal hecho, cabría preguntarse si, tal como ha manifestado el líder ruso, el pretendido 'Despertar' del 8/8 de aquel país producido a través de tal invasión representa realmente el nuevo hecho fundacional del milenio y no en cambio el 9/11 como siempre se sostuvo. Al respecto digamos que, si bien Rusia logró evitar con su reacción militar la ocupación de las provincias separatistas de Georgia sin que EEUU o la Unión Europea se salieran de un mero reclamo verbal, la pregunta a hacerse sería la inversa. ¿Por qué se animó a invadir un país soberano, miembro de la ONU y aliado de los EEUU y a su vez por qué este último no intervino para evitarlo?
En una nota anterior planteamos la posibilidad no desmentida para nada -y menos aun por los hechos- de que la acción georgiana que determinara la reacción rusa hubiera sido inducida especialmente por los mismos EEUU los cuales habrían pactado con los rusos la entrega de la hegemonía en la zona caucásica en el contexto de una alianza en la lucha en contra del fundamentalismo islámico que hoy se desarrolla justamente en tal región y en cercanas como Afganistán, Pakistán e Irak y en la cual están comprometidas las dos naciones. Al respecto las reacciones sorpresivas de Saakashvili asombrándose por la intervención rusa y su no destrucción del túnel que vinculaba la Osetia georgiana con la de aquel país, así lo atestiguarían. Sin embargo aunque ello no hubiese sido de esta manera, en tanto no existe una documentación al respecto que lo corrobore, lo indudable es que en cualquiera de los dos casos la acción de Medvedev se ha debido, más que a un acrecentamiento de su poderío, en gran medida por el debilitamiento del norteamericano. En efecto, los resultados actuales que EEUU está obteniendo en sus diferentes guerras así lo atestiguan de manera indubitable.
1) Afganistán: A pesar de contar con la colaboración activa de 40 naciones aliadas que han enviado tropas al país; a pesar de haber logrado el envío de armas y ayudas logísticas por parte de Rusia, China e Irán, la situación está mucho peor ahora, luego de siete años, que cuando se lo invadiera en 2001. El talibán y Al Qaeda hoy controlan, según lo reconocido por la misma OTAN, los dos tercios del territorio y EEUU ha debido enviar en la semana pasada un refuerzo de 8.000 hombres para poder sobrellevar una defensa más o menos digna en aquellos que todavía controla.
2) Pakistán: Este país que en el 2001 tenía un gobierno militar favorable a los norteamericanos actualmente se halla sumido en el caos. La región del Noroeste que limita con Afganistán (FATA) hoy se encuentra bajo el dominio de los talibanes y Al Qaeda habiéndose establecido en la provincia de Bajaur (es una hipótesis pero con bastante fundamento) la sede directiva de esta organización. El gobierno militar ha ya cesado en sus funciones y actualmente se encuentra al frente del Estado Asif Zardari, el viudo de la recientemente ajusticiada Benazir Bhutto, más conocido como Mr. 10% pues cuando su mujer era primer ministro ése era el porcentaje con el que se quedaba de todas las licitaciones. Actualmente, el mismo, a pesar de ser un incondicional de Bush quien le obtuvo la liberación de la cárcel cuando estaban los militares en el poder, reina pero no gobierna. EEUU ha debido desarrollar en los últimos meses una guerra no declarada en contra del fundamentalismo en la región de FATA con incesantes bombardeos 'inteligentes', lo cual es un arma de doble filo en tanto que ha generado airadas protestas por parte del jefe de la fuerzas armadas pakistaníes y de la población en general por violación de la soberanía nacional. El problema se agrava pues Pakistán, a diferencia de Irán, ya tiene la bomba atómica.
3) Irak: En este país las cosas les han ido un poco mejor a los norteamericanos. Luego de un período desastroso en el cual se tuvo que hacer frente a la sublevación sunita en el norte del país, dirigida por Al Qaeda y en el sur por la milicia chiíta de Al Sadr, la situación ha podido revertirse porque se logró, gracias a la intervención de Irán, desarticular a esta última fortaleciendo así al régimen también chiíta de Maliki que cuenta con el aval del Consejo Islámico de Alí Sistani, estrecho aliado del régimen de los ayatollah. En el norte ha primado allí la larga influencia laica del partido baathista de Saddam Hussein. A cambio de dinero y de poder se logró constituir una milicia anti-fundamentalista de origen sunita, el Movimiento de los Despertados, los cuales son mercenarios que luchan por un sueldo de 300 dólares mensuales que les pagan los norteamericanos. De este modo, si bien no se ha logrado terminar con Al Qaeda, el cual, de acuerdo a lo recientemente manifestado por el Gral. Petraeus, sigue siendo el principal enemigo, al menos se ha conseguido distraerlo en una guerra civil. Es decir EEUU ha logrado aquí con relativo éxito que sean otros los que combatan por su causa. Pero la situación no es duradera, sino que es apenas una pausa en la que se dista enormemente de haber 'pacificado' el país que es el objetivo principal.
4) Somalia: En esta estratégica región del Cuerno del África, de cuyo dominio depende el flujo petrolero por el Mar Rojo y los sistemas de irrigación del Nilo en Egipto, gran aliado de los EEUU, este último había logrado desplazar del poder a las Cortes Islámicas a través de la invasión del país por parte de un aliado, Etiopía, en enero de 2007. Luego de un año y medio de ocupación la situación del país es hoy la siguiente: las antiguas Cortes Islámicas, de carácter moderado y con posibilidades de acordar con EEUU en alguno de sus sectores, han sido sustituidas por las milicias de As Sahab vinculadas con Al Qaeda. Las mismas han rechazado los acuerdos de Djibuti efectuados entre el actual gobierno títere de los etíopes y norteamericanos con sectores moderados de las Cortes y se han lanzado abiertamente a la reconquista del país. En la actualidad toda la zona centro y sur con el estratégico puerto de Kismayo se encuentran en su poder y en estos días se proclamará el Emirato de Somalia. Las ciudades de Mogadiscio y Baidoa, únicos centros en donde aun se encuentran los etíopes, están sometidas a incesantes bombardeos.
Quedaría aun por exponer la situación de otras dos zonas de alta conflictividad como la guerra que hoy se desarrolla en las repúblicas de Ingushetia, Chechenia y Daguestán, ocupadas por los rusos y que forman parte del paralelo y ya proclamado Emirato del Cáucaso, pero ello será tema de otra nota; lo mismo que lo relativo a la situación de la región del Magreb en el Norte del África (Argelia, Marruecos, Túnez, Libia y Mauritania) en donde también se está llevando a cabo una rebelión fundamentalista. Ello será tema también de otro informe.
En realidad, volviendo a la problemática central, hay que decir que todo lo que relatamos aquí e incluso el mismo 8/8 han sido una consecuencia del 9/11. Al Qaeda lo que buscó con tal acción fue provocar una reacción de los norteamericanos y obligarlos a participar de varios frentes de combate simultáneamente (de manera meramente comparativa se podría decir que se aplicó aunque con otros objetivos la doctrina de los mil Vietnam) para así debilitarlos, como efectivamente lo logró. Aquellos que dicen, a pesar de todas las evidencias en contrario, que dicha organización ha operado al servicio de Bush, a la luz de los resultados obtenidos deberían modificar las causas por los efectos. Ha sido este último aquel que ha actuado, en gran parte por necesidad y en otra por engaño, como el mejor agente que ha tenido la organización de Bin Laden para alcanzar sus objetivos. Tal como ha dicho recientemente Marcos Ghio, antes del 9/11 el mundo se encontraba pacificado, habíamos llegado al Fin de la Historia de Fukuyama, pero luego de tal fecha han estallado al menos cuatro guerras de alta intensidad por lo que a partir de esa fecha se ha dado lugar al surgimiento de otra historia. Es lo que nuestra Agencia califica como Guerra de Civilizaciones, lo cual, una vez más lo decimos, no tiene nada que ver con la parodia inventada por Samuel Huntington para corregir la doctrina de Fukuyama, en tanto que aquel comprende por tales a conjuntos de naciones. Civilización, desde el punto de vista de Evola y Guénon, es en cambio la manifestación de una concepción del mundo, basada en principios y no en intereses como expresa en vez el concepto de Huntington.
Estas guerras han demostrado, en sus siete años de duración, que EEUU no es, tal como decía Fukuyama, el Imperio universal sino simplemente un poder que necesita de aliados para llevar a cabo sus contiendas. Por ello la invasión a Georgia por parte de Rusia es el pase de factura que le emite uno de estos aliados. Y una misma situación la tenemos hoy en día en Sudamérica con Chávez, su gran surtidor de petróleo, materia prima indispensable para llevar a cabo sus guerras y por lo tanto también su aliado. Si este último se atreve a expulsar a su embajador y a calificar a Norteamérica como una 'm....a' sin recibir a cambio ninguna represalia, es porque está reconociendo una situación de hecho: que el mundo ya no es el mismo de antes del 2001, que EEUU no es más el 'imperio', que el poder por lo tanto debe ser compartido.
Ante ello la alternativa que nos queda es la siguiente: o conformarnos con el mundo de siempre con la diferencia de que son más de uno los que lo rigen, tal como nos proponen Chávez y Medvediev y que en los hechos, a regañadientes, termina siendo aceptado por Bush, en tanto comparte sus mismos principios modernos, o por el contrario sostener, tal como lo hace actualmente el fundamentalismo, otro mundo, otra civilización que no sea la moderna. Por lo tanto lo que Medvediev formulara de manera unívoca, para nosotros no lo es. Se trata aquí verdaderamente de una disyuntiva. Los que quieren seguir formando parte de este mundo y de esta civilización, pero con un poder que sea plural tienen por supuesto como fecha propia el 8/8. En cambio los que queremos otro mundo, otra civilización y que en función de ello queremos derrotar a los EEUU y a la modernidad en su conjunto, seguimos considerando al 9/11 como la gran bisagra de la historia.
(1) En realidad esto fue reconocido luego por la Sra. Thatcher cuando en plena democracia declaró, sin que obviamente nadie le dijera nada en contrario, que gracias a ella la Argentina gozaba de tal forma de vida. Obviamente que un demócrata, en tanto carece de cualquier tipo de dignidad y en última instancia sólo piensa en su estómago y en otras funciones similares, jamás iba a estar sintiéndose afectado por tal aserto. Por ello la astuta Dama de Hierro pudo decirlo sin tapujos en el momento más adecuado para ello.
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