Jueves
26 de agosto, 19.15 Hs.
Reconquista
y Defensa de Buenos Aires
(1806/7 -
2010)
Bicentenario del fusilamiento de Santiago de Liniers
La
auténtica “memoria” se moviliza en búsqueda de la “verdadera
historia de la Patria”, para “Reconquistar la
Argentina” del espíritu entregador de los gobiernos, de la
basura cultural que nos oprime y del olvido, desinterés,
indiferencia e, inclusive, de la complicidad de muchos argentinos.
Patria
Argentina y los Centros Cívicos Patrióticos
se
suman a este esfuerzo de rescate de la Nación Argentina.
Misa
por el eterno descanso de Santiago de Liniers (fusilado el 26 de
agosto de1810) y de todos los combatientes de las gestas de la
Reconquista y Defensa de Buenos Aires.
Iglesia
San Juan Bautista (Alsina y Piedras).
En
su patio descansan los restos de los argentinos muertos en esos
gloriosos combates.
Es
hora de volver a ser lo que debíamos y debemos ser.
Si
la Argentina quiere “ser lo que debe ser” y no lo que
los demás desean que sea, es preciso reconocer, en principio,
que su primer y verdadero “acto o hecho fundacional” lo
constituye el “Triunfo Argentino” (Poema de Vicente López
y Planes-1806) en la Invasiones Inglesas.
La
eliminación física de Santiago de Liniers, artífice,
conductor, caudillo y jefe de ese “Triunfo Argentino”,
implicó y continúa significando la destrucción de la “memoria
colectiva” de los argentinos, así como la simultánea
falsificación de la “verdadera historia de la Patria”.
Anular
el recuerdo y el homenaje al “Triunfo Argentino” en las
dos Invasiones Inglesas y, consecuentemente, de sendas
derrotas británicas, representa un hecho deliberado y perverso. Por
eso es que, desde hace décadas, no hay festejos ni honores
oficiales ni privados para honrar la Reconquista ni la Defensa,
y mucho menos para quien fue su Jefe. A tal punto esto es así,
que ni siquiera en la actualidad se argumenta su conmemoración para
justificar un día feriado y, con ello, un día más para hacer
turismo.
En
este contexto, las auténticas fuerzas de la tradición y del
nacionalismo argentino son casi inexistentes, en parte por
sus propios errores, su debilidad, defección y decadencia; y en
parte, también, por la acción disolvente de la confusión; por la
destrucción intelectual y moral promovida por los vientos
triunfantes del modernismo religioso y cultural; las perversas ideas
liberal-masónicas; el progresismo en todas sus manifestaciones; la
imposición del engañoso internacionalismo o mundialismo, de la
globalización, del nuevo orden y del gobierno mundial; etc., todas
ellas emanaciones del inicuo poder del imperialismo internacional
del dinero.
Recordar,
rendir homenaje y reivindicar la memoria del héroe de la Reconquista
y Defensa de Buenos Aires don Santiago de Liniers - en
el Bicentenario de su asesinato - y a todos los argentinos
que murieron, derramaron su sangre y combatieron en esas gestas, no
es otra cosa que la expresión más pura y genuina del amor a la
Patria, de justicia y piedad hacia esos acontecimientos y
personas gloriosas de nuestro pasado.
En
consecuencia, la causa de esta celebración es más que fundada y
propicia para constituirse en un motivo, en un punto de
referencia y de encuentro, de todos los que aún
intentamos batallar en la lucha por la Reconquista definitiva de
la Nación Argentina.
De
esta manera, a través de este gesto grande y piadoso que se
pretende realizar, respecto a Dios y a nuestro pasado, otros
compatriotas podrán comprobar que la verdadera Argentina todavía
existe, que vive en la voluntad e inteligencia de por lo menos un puñado,
que resistir es posible y que ese propósito puede ser acompañado
también por ellos.
Y
esta finalidad es especialmente válida, particularmente para
quienes aún no están quebrados ni quieren rendirse; para los
que todavía no se entregaron y mantienen alto el espíritu de lucha
y de sacrificio; para los que no se venden ni se dejan comprar y
para todos los que son conscientes de que en esta hora aciaga para
el mundo y especialmente para la Argentina, tienen obligaciones que
cumplir, resistiendo dónde y cómo se pueda, a pesar de la carencia
de los más elementales recursos materiales y de medios de
comunicación.
Sabemos
que la tarea será extremadamente difícil. Los obstáculos y
dificultades a enfrentar serán tremendos y mucho más, si a ello le
sumamos el miedo que inspira el “enemigo de la humanidad y de
la Patria”. Con nuestras solas fuerzas humanas, la victoria no
será posible. Únicamente podremos alcanzarla a través de Dios y
con Dios, si es que somos dóciles a su voluntad, dado que ¡para
Él nada es imposible! Para ello es imperioso reavivar y
mantener la Fe, poner nuestras intenciones y esfuerzos en las
manos de Dios, abrazarnos a la Cruz de Cristo, Rey y Señor
de la Historia, y confiar en el auxilio e intercesión de María
Santísima, sabiendo que, finalmente, la victoria no será
nuestra sino de Dios.
Los
que así pensamos, los que vivimos conforme a lo que pensamos, los
que queremos Reconquistar la Argentina definitivamente para los
argentinos, a pesar del festín de corruptos y traidores, junto
con la multitud de confundidos que nos rodea, tenemos la oportunidad
de ponernos de pie, reunirnos e iniciar la larga marcha con la reivindicación
de la memoria del héroe de la Reconquista y Defensa de Buenos
Aires, don Santiago de Liniers -paradigma del hombre
ejemplar y del héroe - y de todos los argentinos que murieron,
derramaron su sangre y combatieron en esas gestas en las que se fundó
la Nación Argentina.
Es
la hora de
volver a ser lo que debíamos y debemos ser, no nos queda mucho
tiempo ni oportunidades para reaccionar y despertar. Tal vez mañana,
o dentro de unos meses o el año que viene sea demasiado tarde. En
caso contrario, seremos los que otros poderes quieren que seamos.
Usted
decide.
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