A continuación publicamos extractos del comunicado realizado por dos líderes anticomunistas rusos desde San Petersburgo. LLAMADO AL PUEBLO ESPAÑOL CON MOTIVO DEL 70 ANIVERSARIO DEL FIN DE LA GUERRA DE 1936-1939 enviado por Nicolás Kasanzew (traducción
del ruso) Desde
el fin de la Guerra civil en España ya pasaron siete décadas. Pero sus
heridas siguen vivas hasta ahora en el corazon de los españoles y de
muchos otros pueblos, cuyos hijos lucharon y murieron en tierra española
en 1936-1939. Esta guerra, que determinó no sólo la suerte de España,
sino la de toda Europa, queda hasta ahora como uno de los eventos más
falsificados del siglo XX: tantas fueron las adulteraciones y
especulaciones políticas a que fue sometida durante el pasado. Desde
el inicio del Levantamiento Nacional en España los adeptos de doctrinas
izquierdistas de todo el mundo desplegaron una calumniosa campaña
propagandística contra el Movimiento Nacional Español, tratando de
representar a sus jefes y partícipes como “insurgentes fascistas”,
oscurantistas rabiosos y “reaccionarios”, y a sus rivales, los
llamados “republicanos” – nacionalseparatistas, estalinistas,
trotskistas, anarquistas, ateos y extremistas izquierdistas de todo pelaje
– como “fuerzas progresivas”. Los
exiliados del Ejército Ruso Blanco lo comprendían como nadie, porque
ellos conocieron por su propia experiencia lo que es el terror rojo, una
sangrienta dictadura antinacional bajo el manto de la “libertad” y la
“democracia”, el desenfreno de la anarquía y del separatismo…
El Movimiento Ruso Blanco fue la primera fuerza organizada que entró en
lucha armada contra la Internacional Comunista que había usurpado el
poder. La Guerra Civil en Rusia de los años 1917-1922 cubrió de gloria
las banderas de los regimientos del Ejército Blanco, pero no les trajo la
victoria militar: tan desiguales resultaron las fuerzas de las partes.
Rusia, esclavizada por la banda bolchevique, fue destruida y en su lugar
se construyó la Unión Soviética – un gigantesco campo de concentración,
donde durante décadas se llevó a cabo el genocidio del pueblo ruso y de
otros pueblos… El
teniente general E. K. Miller, que fue en 1919-1920 uno de los jefes del
Movimiento Ruso Blanco, y que encabezó en el exilio la Unión Militar
Rusa (ROVS), declaró que la Cruzada contra el comunismo empezada en España
era continuación de la Lucha Blanca y llamó a los patriotas rusos a que
se enrolaran como voluntarios en el ejército del Caudillo Francisco
Franco. Los exiliados rusos blancos crearon un comité para prestar ayuda
a los combatientes heridos del Ejercito Nacional español, que fue
encabezado por la baronesa O. M. Wrangel – viuda de otro jefe del
Movimiento Blanco, el teniente general barón P. N. Wrangel. Respondiendo
a la llamada del general Miller y a la de su propio corazón muchos
exiliados rusos, veteranos aguerridos del Movimiento Blanco y sus jóvenes
hijos manifestaron su deseo de militar bajo las banderas del Ejercito
Nacional español. Por desgracia, sólo pocas personas tuvieron la suerte
de concretar su noble impulso: las autoridades francesas que simpatizaban
con los “republicanos” tomaron todas las medidas para no dejar a los
voluntarios Rusos Blancos atravesar la frontera franco-española. No
obstante, unos ochenta miembros de la ROVS y otras organizaciones rusas
– la Unión Imperial Rusa (RIS-O), la Unión Nacional Rusa de
Combatientes de la Guerra (RNSUV) y unos patriotas en forma individual,
corriendo mucho riesgo, lograron entrar en España, donde intergraron un
destacamento ruso que formaba parte del Tercio Doña Maria de Molina. Ellos
volvieron a encontrar en las tierras de España a su antiguo enemigo –
los consejeros militares del Ejército Rojo y verdugos de la NKVD (Comisariado
del Pueblo para Asuntos Internos), mandados por Stalin a guisa de
“voluntarios” para conquistar y sovietizar España. Nuestros
compatriotas en las filas del Ejército Nacional cumplieron honradamente
con su deber de militantes anticomunistas Blancos: la mitad de ellos
cayeron en las batallas o fueron heridos. Entre los que murieron en
combate figura el héroe del Ejército Imperial Ruso y del Movimiento
Blanco, general Anatoly Vladimirovich Fok. Hoy,
70 años después de la gran victoria sobre el comunismo en la península
Ibérica y 18 años después de la caída formal del Partido Comunista en
la Unión Soviética, vemos que el mal rojo mundial no fue exterminado
definitivamente. Va cambiando sus formas, métodos de lucha y propaganda
pero no varía en lo esencial. En particular sus herederos ideológicos,
usando las frases rutinarias de propaganda de los años treinta del siglo
pasado tratan de tomar revancha por la derrota militar del año 1939.
Quieren escribir de nuevo la historia y “censurar al franquismo” a
posteriori. La
esencia antihumana del comunismo hoy día es evidente para la gente
honesta de todo el mundo. El ejemplo trágico de Rusia demostró a las
claras qué suerte habría
esperado a España en caso de la victoria de los rojos: el terror de los
ateos contra el cristianismo, la desmembración del estado unico, el
genocidio de la población autóctona, la pérdida de la cultura
tradicional y, finalmente, una esclavitud total y la humillación infinita
de la nación bajo el poder de los fanáticos del marxismo-leninsmo… Es
imposible también olvidar que en caso de victoria de las fuerzas
antinacionales en España hubiera cambiado radicalmente la situación
geopolítica en Europa. La Internacional Comunista nunca ocultaba sus
planes de lograr la dominación mundial – la consigna de la “Revolución
mundial” era proclamada abiertamente por los rojos, e inevitablemente
España se hubiera convertido en su nueva plaza de armas para un nuevo
asalto a Europa. Tarde
o temprano, las guerras terminan en la paz. Incluso una tan horrible como
la Segunda Guerra mundial. Hoy estamos acostumbrados a ver a los
ex-soldados de los ejércitos antiguamente enemigos – alemanes y rusos,
japoneses y norteamericanos – estrecharse las manos y recordar juntos
las antiguas batallas y a los compañeros caídos. Es normal: los soldados
no pueden ser responsables por los crímenes de los jefes políticos y los
pueblos no pueden vivir en el odio eterno. Hoy,
como 70 años atras, el deber religioso y patriótico de toda la gente
honesta es seguir luchando contra el comunismo y su herencia. Los pueblos
de Rusia y España que experimentaron todos los horrores de la dictadura
comunista deben cumplir un papel especial en esta lucha. Estamos
obligados a ser incansables testigos de los crímenes del comunismo y
seguir llevando adelante la lucha ideológica contra él, hasta que su
teoría y práctica antihumanas sean condenadas oficialmente en todo el
mundo, hasta que los jefes y verdugos directamente culpables de los crímenes
contra la humanidad caigan en el banquillo de los acusados y los que ya no
están vivos sean condenados moralmente; hasta que los partidos comunistas
y sus órganos represivos – ante todo, el Partido Comunista de la Unión
Soviética y la Checa-KGB – sean proclamados como organizaciones
criminales y tanto su propaganda, como cualquier tentativa de su absolución
queden prohibidos bajo amenaza de persecución judicial. Sólo
entonces la humanidad podrá liberarse definitivamente del terror rojo y
en pos del generalísimo Francisco Franco podrá repetir: “¡La guerra
ha terminado!” I.
B. Ivanov,
Presidente de la Unión Militar Rusa (ROVS) G.
A. Fiodorov,
Jefe de la la Unión Imperial Rusa (RIS-O) San Petersburgo, Rusia, Mayo de 2009 ------ Lectura relacionada a este artículo y recomendada por Tsunami Político:
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