EXCLUSIVO:
EL CLAN DE LOS PANAS - TODAS LAS CONEXIONES ALREDEDOR DE LA
MALETA
por
Carlos Machado - karlos_585@hotmail.com
En las últimas horas se han precipitado de tal manera los
acontecimientos en torno al caso de la maleta dolarizada de Guido
Antonini Wilson y hemos accedido a un cúmulo tal de información,
que apenas procesada la mayor parte de la misma ya encaramos esta
nota, a riesgo de que cuando esté publicada nuevos acontecimientos
e informaciones la hayan vuelto poco menos que obsoleta.
Ya resultaría redundante ocuparnos de la vergonzosa forma de salir
al paso de la investigación encarada por la Justicia estadounidense
-la más independiente e incorruptible del mundo- por parte de la
flamante presidenta argentina y sus habituales voceros, los
ministros Fernández (Alberto y Aníbal), quienes prefirieron optar
por el recurso habitual de los que se saben culpables e imitaron en
ese sentido al "hermano bolivariano", Hugo Chávez,
lanzando histéricos graznidos referidos a una "conspiración
del Imperio" en su contra.
A Cristina Fernández de Kirchner le respondió muy duramente el ex
subsecretario de Estado para Asuntos Latinoamericanos, Roger Noriega
-casualmente ambos estuvieron reunidos compartiendo sonrisas cuando
el matrimonio Kirchner concurrió a la última Asamblea de las
Naciones Unidas-, quien en una columna en el diario La Nación
del domingo 16 de diciembre se refirió precisamente a la extemporánea
reacción presidencial ante la imputación de que el dinero portado
por Antonini Wilson estaba destinado a la campaña del oficialismo.
A continuación reproducimos los párrafos más salientes:
"Por supuesto que la presidenta Kirchner inmediatamente emitió
una respuesta enojada contra tal acusación. Fue una respuesta
predecible. Lo que es bastante inusual es que, en vez de meramente
negar la acusación, la presidenta Kirchner impugnó ferozmente las
motivaciones de los investigadores estadounidenses, sosteniendo que
la querella penal buscaba 'cubrir de basura' su presidencia
('operaciones basura'). Y rechazó las 'presiones' para que
terminara su amistad con el incendiario antiestadounidense Hugo Chávez.
"Uno podría haber pensado que la líder electa para defender
el imperio de la ley en su país hubiera jurado llegar al fondo del
escándalo, aunque más no fuera para limpiar su nombre. Al fin de
cuentas, ¿no es posible que una contribución ilícita fuera
ofrecida por Chávez o solicitada por un funcionario de la campaña
de Kirchner sin su consentimiento?
"¿No debiera sentir más curiosidad la nueva presidenta de por
qué no hubo investigación por las autoridades argentinas del
incidente del 4 de agosto en el que agentes aduaneros argentinos
descubrieron a Guido Alejandro Antonini Wilson llegando al
aeroparque Jorge Newbery, en Buenos Aires, trayendo U$S 800.000 no
declarados? ¿Es tan común que los extranjeros lleguen a la
Argentina con U$S 800.000 y huyan del país cuando se descubre el
dinero, como para que este incidente no generara sospechas?
"El hecho de que el fiscal del Distrito Sur de Florida basó su
caso en una cuestión técnica -que los cinco individuos acusados
trabajaban para el gobierno venezolano sin registrarse como 'agentes
extranjeros'- demuestra que las autoridades de Estados Unidos
tuvieron que armar el caso sin la plena cooperación de las
autoridades argentinas. La idea presentada por algunos altos
funcionarios de Kirchner de que ésta es una 'operación de
inteligencia' sugiere una falta de conocimiento preocupante de la
independencia de los organismos encargados de aplicar la ley y del
sistema judicial.
"Uno pensaría que las autoridades argentinas tendrían alguna
curiosidad acerca de un aparente crimen cometido en su territorio, o
que las autoridades argentinas querrían saber si sus amigos en
Caracas son responsables de un plan para amenazar los hijos
inocentes de un individuo para encubrir un crimen. En vez de eso, la
presidenta y sus ministros instantáneamente defienden a Hugo Chávez
y rechazan las acusaciones como si ya supieran más que todos
nosotros".
Como puede apreciarse, conceptos contundentes que además nos hacen
avergonzarnos ante la carencia absoluta de diplomacia y el
"irrespeto" hacia las buenas costumbres que deben regir en
todas las relaciones internacionales, y no sólo en las que se
mantienen con la alicaída "revolución bolivariana" que
con tanto empeño pretende exportar desde Venezuela el presidente Chávez.
Dejando de lado este nuevo papelón internacional de la Argentina
-por obra y gracia de sus gobernantes- pasaremos a revelar detalles
del fabuloso entramado de conexiones que rodea a muchos personajes
estrechamente ligados al gobierno venezolano y al tema del delivery
de dólares que salen a chorros desde la tierra de Bolívar hacia el
resto del continente americano.
Amigos son los amigos
Para ayudar un poco al gobierno venezolano a
recuperar su memoria respecto de los empresarios arrestados por el
FBI en Miami -acusados de coaccionar y amenazar a Guido Antonini
Wilson para que no abra la boca sobre el origen y destino de la
famosa maleta de los 800.000 dólares-, ya que diversos voceros
aseguraban no conocerlos (como también habían afirmado en su
momento desconocer a Antonini Wilson), aunque luego cambiaron el
concepto por el de "son empresarios que no tienen relación
con el gobierno", gastaremos a continuación varios párrafos
en refrescarle a Hugo Chávez y su numerosa cuadrilla algunos datos
sobre los venezolanos detenidos. Creemos que así podrán los
chavistas recordar que estos buenos muchachos forman parte
efectivamente del empresariado venezolano asociado en varios
negocios compartidos con diversos funcionarios bolivarianos.
No nos ocuparemos aquí de banalidades publicadas en la "gran
prensa" argentina, como la amistad desde la infancia que
profesan Antonini y los ahora presos Carlos Kaufmann y Franklin Durán
o su gusto por los automóviles caros y por participar en carreras
con ellos. Suficientemente tendenciosos además fueron los artículos
en los que el diario "Clarín" -siempre listo a defender
al gobierno kirchnerista disimulando o desinformando- hizo hincapié
en reiteradas oportunidades en la "traición" de
Antonini a sus amigos de la infancia, al hacerlos caer en la trampa
de las grabaciones que condujeron a su arresto. Conceptos que el
"gran diario argentino" parecía colocar oportunamente
para darle fuerza a la delirante teoría del kirchnerismo de que
Antonini es un "agente de la CIA". Reflejaremos, en
cambio, detalles que consideramos más interesantes para la
consideración del público lector.
Kaufmann y Durán no son conocidos en Venezuela sólo por sus lazos
de amistad y su afición por el dinero, la participación en
carreras de autos y las aventuras. Ambos son directores de
Industrias Venoco, cuyo rubro principal son los productos petroquímicos,
aditivos y aceites y grasas lubricantes. Por lo tanto, la empresa
mantiene una estrecha relación con la petrolera estatal venezolana
Petróleos de Venezuela S.A., conocida por sus siglas: PDVSA. Es
decir, con la principal espada -y prácticamente la única- de la
economía del país, la cual ha sido dirigida en los últimos nueve
años por personeros de la más absoluta confianza del presidente Chávez.
Mientras Durán proviene de un origen humilde, Kaufmann creció en
una familia de clase alta, pero ambos son considerados empresarios
lo suficientemente astutos como para haber sacado un gran provecho a
sus relaciones con el gobierno y con el sector privado de Venezuela.
Además de su sociedad en Industrias Venoco, ambos participan por su
cuenta en otras empresas.
Durán es propietario, junto a su hermano Pedro, de la firma Ruibal
y Durán, que en el año 2002 se convirtió en la proveedora oficial
de equipamiento policial y antimotines del gobierno venezolano, además
de importar armas. Un rubro llamativo para una empresa que
inicialmente se había inscripto como "constructora".
Los equipos son importados de Europa y Estados Unidos con el
consenso oficial de una licencia otorgada por la Dirección de
Armamento de las Fuerzas Armadas (DARFA) de la República
Bolivariana de Venezuela, y por el Departamento de Estado de los
Estados Unidos, siendo éste el país de origen de todos los equipos
manufacturados por la firma Armor Holding Inc., con sede en Miami y
de la que casualmente formaba parte Antonini Wilson.
Es que este obeso maletero -que no es un muchacho inocente aunque
ahora se haya prestado a colaborar con la Justicia norteamericana,
bien que "en defensa propia"- además de conocer de petróleo,
construcción de viviendas económicas y mensajería y transporte de
valijas dolarizadas, también sabe del negocio de la compra y venta
de armas. Lo demostró al constituir una empresa venezolana
denominada Defensa y Tecnología, destinada precisamente a ese
rubro: la compra y venta de armamento.
El primer negocio armamentista de Ruibal y Durán ya comenzó con
irregularidades. A través de esta firma, el gobernador del estado
venezolano de Cojedes, Johnny Yáñez Rangel -quien se mantiene en
ese cargo desde hace ocho años-, solicitó la importación desde
Israel de 115 subametralladoras Uzi. Dado su alto poder de fuego, su
ingreso debió ser certificado por la Dirección de Seguridad y
Defensa de Cojedes. Según los documentos enviados a Israel, Cojedes
solicitó 115 subametralladoras y son las que se envían a Venezuela
según la guía aérea sellada en Tel Aviv. Sin embargo, aquí sólo
se declaran 60, estampando una aclaratoria en la factura.
Las irregularidades continuaron. Según los agentes aduaneros israelíes
efectivamente se embarcaron 115 subametralladoras con un peso de 412
kilos. Ese mismo peso se reflejó en todas las guías aéreas que se
redactaron en Caracas, desde el día que la mercancía llegó -el 14
de febrero de 2002- y durante todo el tiempo que permaneció dentro
de la aduana del aeropuerto de Maiquetía. Sin embargo el armamento
es trasladado a un almacén in-bond, que se supone funciona
como un apéndice de la Aduana. Ya de por sí eso constituye una
violación al artículo 80 de la ley de Aduanas, pues ese tipo de
mercancía, de alto riesgo, no debe trasladarse sin control previo.
Lo peor no es ese traslado irregular sino que al salir, el SENIAT
(Servicio nacional Integrado de Administración Aduanera y
Tributaria) expide una guía de traslado que especifica que la
mercancía pesa 412 kilos (los mismos que partieron de Tel Aviv) y
al llegar al almacén número 16 ubicado en el barrio Montesano,
cerca de Maiquetía y perteneciente a la empresa América Pak
Services, el peso se redujo a 275 kilos.
La historia de las subametralladoras importadas por Ruibal y Durán
continúa con otro hecho insólito. En marzo descubren que el
armamento está siendo robado por "delincuentes comunes".
Al almacén supuestamente habían entrado sólo 85 de las 115
subametralladoras provenientes de Israel, y el "hampa" se
había llevado algunas. En definitiva, en total, entre los robos y
el raro adelgazamiento de la mercancía, desaparecieron 38
subametralladoras.
Pero Ruibal y Durán vuelve a aparecer poco después en otro insólito
caso, esta vez con pistolas que también desaparecen y terminan
parcialmente en manos de supuestos ladrones comunes después de ser
trasladadas, a pesar de la oposición de la aduana, al mismo almacén
in bond del barrio Montesano.
El 26 de julio de 2002 ingresaron al país 1.200 pistolas semiautomáticas
croatas, calibre 9 mm y capaces de disparar ráfagas de 19 tiros
seguidos. El comprador es el mismo gobierno de Cojedes, y el
intermediario Ruibal y Durán. Las pistolas, que debían ser
trasladadas directamente a Cojedes por tratarse de una compra
gubernamental de armas de guerra, se llevaron al almacén de
Montesano. Eran 60 bultos. Al día siguiente, la gobernación retira
30 bultos.
Durante los cinco meses siguientes comienza la desaparición del
resto en cuentagotas: el 2 de agosto se llevan tres cajas; el 29 de
ese mismo mes, tres más; el 30 de septiembre, siete, y el 11 de
diciembre, dos. Los quince bultos restantes fueron víctimas de un
supuesto grupo de delincuentes que se llevó 13 cajas. Las dos últimas
cajas quedaron tiradas dentro del almacén y fueron retiradas, una
semana más tarde, por Pedro Durán, el hermano del hoy presidiario
Franklin.
En una tercera operación comercial, Armor Holding Inc. volvió a
vender a la gobernación de Cojedes, con intermediación de Ruibal
& Durán, 10.000 unidades de gases lacrimógenos, que partieron
desde Miami en febrero de 2003, con permiso escrito del Departamento
de Estado para Asuntos Militares. Aparentemente, a esta mercadería
no la robó nadie.
A pesar de los pedidos de investigación de Pedro Castillo, entonces
diputado del estado Vargas, y de Manuel Carpio, coronel retirado de
la Guardia Nacional y ex director de Investigaciones Penales, la
Fiscalía actuante sólo realizó en marzo del 2002 una inspección
ocular en el almacén que recibió el armamento, y eso fue todo. Allí
quedaron las investigaciones. Obviamente jamás se supo del destino
de las armas que se esfumaron. ¿Dónde fueron a parar?, ¿a las
FARC?, ¿a los narcotraficantes?, ¿a las "milicias
populares" de Chávez?, ¿a negocios privados?
¿Delincuencia común? Uhm... difícil.
Cabe señalar que quien había autorizado a los hermanos Durán a
importar esas armas fue el entonces Director de Armamentos de las
Fueras Armadas -y ex comandante de las "milicias
bolivarianas"-, el general Gustavo Rangel Briceño, actualmente
ministro de Defensa de la República Bolivariana de Venezuela.
Primer recordatorio, entonces, para el presidente Hugo Chávez y
todos los funcionarios que afirman que los empresarios detenidos en
Miami "no tienen ninguna relación con el gobierno".
Respecto de Franklin Durán, o si lo prefieren con su nombre
completo, Franklin Deivis Durán Guerrero, es ampliamente conocido
en los círculos gubernamentales de Venezuela por ser su empresa
Ruibal y Durán proveedora oficial del gobierno de equipos
policiales y antimotines, además de haber importado armas para el
estado Cojedes, gobernado desde hace seis años por Johnny Yáñez
Rangel (de quien, dicho sea de paso, nos ocuparemos más adelante),
y haber sido autorizado para ingresar las armas al país por el
general Gustavo Rangel Briceño, el actual ministro de Defensa.
Además, aunque el gobierno de Chávez persista en su mala memoria o
en sus olvidos, "Frankie", como lo llaman sus
amigos más cercanos como Carlos Kaufmann y Guido Antonini Wilson,
es un empresario bastante público. Incluso en Miami, donde se
asientan la mayor parte de sus empresas. Una ciudad que en estos días
está haciendo de "Frankie" un hombre mucho más público
aún, a pesar suyo y del gobierno chavista.
Carlitos
multirrubro
Carlos Kaufmann, el otro "pana" (*)
de Durán y Antonini Wilson arrestado en Miami por el FBI, es otro
de los venezolanos que en sólo diez años -coincidentemente con los
que lleva Hugo Chávez en el poder- hizo crecer su fortuna en forma
meteórica.
Hacia fines del siglo XX, Kaufmann era propietario de un restaurante
llamado "Mostaza", ubicado en la caraqueña avenida
Francisco de Miranda. Desde hace varios años cambió de rubro y hoy
dirige la petroquímica Industrias Venoco junto a Franklin Durán,
empresa que según dicen algunas fuentes venezolanas fue comprada en
38 millones de dólares. Parte de los cuales muy probablemente no
hayan provenido solamente de los ingresos de un restaurante bien
administrado. También es accionista de la proveedora de taladros
petroleros Perforaciones Alborz C.A., empresa que al igual que
Industrias Venoco está estrechamente relacionada a la petrolera
estatal PDVSA.
Para seguir colaborando a que el gobierno venezolano recupere su
perdida memoria sobre estos empresarios con los que niega
tajantemente estar relacionado, pasaremos a revelar otros detalles
que demuestran lo contrario.
Comenzaremos diciendo que Carlos Kaufmann es concuñado de Diosdado
Cabello, ex militar que desde hace años es "mano derecha"
de Chávez -incluso era su vicepresidente cuando el golpe de Estado
que en abril del año 2002 lo sacó brevemente del poder- y hoy es
gobernador del estado Miranda. Se dice que Cabello habría sido
quien le consiguió a Kaufmann la concesión, de parte del ejecutivo
nacional, para la cremación de la poca droga que incautan los
organismos policiales y de seguridad venezolanos. Concesión que en
los hechos no llevaría a la práctica ya que, según nuestras
fuentes, Kaufmann recicla esa droga. Y si algún distraído comenta
esto en voz alta, puede llegar a ocupar el lugar que no ocupa esa
droga en los hornos donde debería ser cremada, que serían los del
Cementerio del Este, en Caracas, propiedad de la familia de
Kaufmann.
Otra de las vinculaciones oficiales del empresario surge de la
investigación que está llevando a cabo en Venezuela un periodista
norteamericano, según la cual Kaufmann es conocido en el estado
Vargas como un potentado de medios de comunicación chavistas y
socio de José Gregorio Vielma Mora, superintendente del SENIAT, y
de Antonio Rodríguez San Juan, gobernador del estado Vargas, en
oscuros negocios vinculados con radio, televisión, aduanas y
construcción de obras públicas.
De acuerdo a esa investigación, en el año 2005 Carlos Kauffman
adquirió junto con Vielma Mora y Rodríguez San Juan la emisora de
radio Viva 96.6 FM Stereo y el Canal 33 de televisión, único canal
de televisión regional del estado Vargas, en una transacción
financiera con el grupo dirigido por José Fernández, empresario
con negocios de construcción en Vargas. El grupo dirigido por
Kauffman pagó con dinero obtenido en negociados de armas en el
estado Cojedes -¿ése habrá sido el destino de aquellas armas
supuestamente robadas por "delincuentes comunes"?- y la
construcción de varios estadios para los Juegos Deportivos
Nacionales Cojedes 2003 por un monto equivalente a unos 1.000
millones de dólares, ambos negocios hechos con el gobernador de
Cojedes, Johnny Yáñez Rangel. Kauffman, Vielma Mora y Rodríguez
San Juan pagaron tres millones y medio de dólares en efectivo, además
de varios vehículos y de un helicóptero ruso, por las estaciones
de radio y televisión.
El objetivo de adquirir los medios de comunicación era el de ayudar
a los mencionados funcionarios públicos a hacer propaganda política,
y a Kaufmann a blanquear sus negocios en Vargas. Desde el año 2005
el emporio comunicacional ubicado en el Centro Comercial Lucymar de
la Avenida Atlántida, en Catia La Mar, ha estado al servicio de las
campañas propagandísticas de Antonio Rodríguez San Juan y de José
Gregorio Vielma Mora, quien utiliza los fondos del SENIAT para su
promoción personal en la región varguense, en las emisoras Viva
96.6 FM y el Canal 33. Kauffman también adquirió terrenos en
Caruao para la construcción de desarrollos turísticos con Vielma y
Rodríguez en terrenos propiedad del Instituto Nacional de Tierras
(INTI).
Tal es el nivel de complicidad entre el empresario ahora preso en
Miami, el gobernador y el superintendente, que los programas
semanales de propaganda "Habla el Gobernador" se graban en
los estudios del Canal 33 y se transmiten desde allí por audio y
video a los otros medios de comunicación del estado Vargas, con el
exclusivo fin de ayudar a la campaña de promoción política del
superintendente del SENIAT, José Gregorio Vielma Mora, quien por su
parte también es ex militar y compañero de promoción de Diosdado
Cabello.
Un político de la oposición denunció que en la pasada campaña
del referéndum sobre la reforma a la Constitución del presidente
Hugo Chávez, la FM Viva y Canal 33 se negaron a transmitir
publicidad pagada de la oposición en favor del "No" a la
reforma, porque según dijo el director: "Estas
emisoras son de Vielma, Rodríguez y Kaufmann y no van a transmitir
propaganda antichavista. Punto".
Ahora, las investigaciones de los fiscales de Miami también están
apuntando a establecer las relaciones comerciales y políticas de
Kauffman y sus socios Antonini Wilson, Durán y otro de los
detenidos, Moisés Maiónica. con altos funcionarios y potentados
del gobierno venezolano, incluyendo al vicepresidente de la República,
Jorge Rodríguez, además de José Gregorio Vielma Mora y Antonio
Rodríguez San Juan. Otro motivo más para exacerbar los nervios del
gobierno chavista. En tanto, circulan comentarios sobre otros dos
testaferros que actualmente estarían escondidos en Aruba,
concretamente en el lado norte de la isla, acompañados por un
familiar de un alto oficial de la aviación bolivariana.
Pero hay más contactos oficiales de Kaufmann y Durán. Muchos en el
estado Anzoátegui saben que ambos empresarios manejan algunas
propiedades e inversiones, dentro y fuera del país, del gobernador
de ese estado, Tarek William Saab, a quien Chávez llama cariñosamente
"el poeta de la revolución". Un hombre a quien
Estados Unidos le ha negado la visa de entrada por considerarlo
ligado a fundamentalistas islámicos y a tráfico de armas hacia
Medio Oriente.
De acuerdo a algunas fuentes, el avión privado de los empresarios
suele estar a disposición del gobernador de Anzoátegui para su uso
en el aeropuerto de la capital del estado, Barcelona. Asimismo,
Kaufmann y Durán -por lo visto grandes y generosos inversores-
estarían interesados en adquirir para Saab algunos equipos
deportivos de la zona, canales de televisión y hasta un importante
diario. Lo cierto es que una empresa constructora de ambos "panas"
está desarrollando importantes obras en la región, algunas de las
cuales tienen que ver con infraestructura, vialidad, complejos
habitacionales y puentes, previo pago, por supuesto, de jugosas
comisiones al gobernador Saab.
¿Ustedes creían que los Julio De Vido eran patrimonio exclusivo de
la Argentina kirchnerista? Nada más lejos, por lo que parece.
Kaufmann también tiene que ver con Perfoalca, la empresa que habría
encargado a Antonini Wilson un supuesto negocio con taladros para
perforación petrolera. Ya se ha hablado suficientemente, por lo demás,
de las relaciones de Kaufmann y Durán con otras empresas asentadas
en Miami en las que participaba, como "asesor", Antonini
Wilson, hasta que estalló el escándalo de su llegada a Buenos
Aires en agosto con la famosa maleta y desapareció de los
"staff" de las mismas. Esas empresas son Foxdelta
Investments Inc., Techmilk Inc. e Intertel Telecom. Actualmente las
dos primeras se encontrarían inactivas.
Otro contacto de los empresarios ahora detenidos en Miami, es Thais
Bracho, vicepresidenta de Crédito del Banco Industrial de Venezuela
(BIV), y socia de Durán, Kauffman y Antonini Wilson en obras de la
gobernación de Cojedes. Supuestamente habría ingresado a la alta
gerencia del BIV con propósitos predeterminados de direccionar créditos
hacia empresas asociadas a ciertos intereses de la llamada "Boliburguesía".
Según informaciones del propio personal del área de Crédito, la
Licenciada Thais Bracho otorgaría créditos a la Constructora 2306,
propiedad de los ciudadanos Franklin Durán, Carlos Kaufmann, Pedro
Durán, Guido Antonini Wilson y... la propia Thais Bracho.
En las últimas horas pudimos saber que al menos un organismo
oficial del gobierno venezolano había encarado -desprendiéndose
aparentemente del probable impedimento emanado del mismo- una
investigación sobre los movimientos financieros de Carlos Kaufmann,
Franklin y Pedro Durán y las empresas Industrias Venoco y Ruibal y
Durán. Se trata de la Superintendencia de Bancos (SUDEBAN), que el
27 de agosto último, días después que llegara a Buenos Aires la
maleta con los 800.000 dólares, envió una circular a todas las
entidades bancarias del país solicitando esa información.
No sabemos si esas investigaciones lograron seguir su curso -es muy
probable que no haya sido así-, pero de todas formas las mismas, o
el intento de hacerlas, echaron por tierra las teorías del
canciller Nicolás Maduro y del ministro de Comunicación, William
Lara, de que la investigación de la Justicia norteamericana contra
Kaufmann y Durán es un "montaje del Imperio".
Para ir concluyendo con las múltiples relaciones de Carlos Kaufmann
con personajes del chavismo que éste insiste en desconocer, nos
referiremos a la generosidad evidenciada por el empresario cuando
pagó con su propia tarjeta de crédito American Express (la negra)
el alojamiento en el exclusivo Hotel Llao-Llao, en la turística
ciudad argentina de Bariloche, del perenne gobernador del estado
Cojedes, Johnny Yáñez Rangel. Algo justo si tenemos en cuenta los
negocios realizados con Johnny, otro que ahora pretende desconocer
esos vínculos.
Este último se encontraba allí en compañía de Alex del Nogal
cuando arribaba al Aeroparque de la ciudad de Buenos Aires, el 4 de
agosto último, el avión que conducía a funcionarios argentinos,
venezolanos y la famosa maleta. Del Nogal es también un funcionario
venezolano, además de narcotraficante, actualmente detenido en
Italia, con varios viajes efectuados a la Argentina aunque no se
sabe bajo qué nombre, ya que desde hace al menos tres años estaba
requerido a través de Interpol por la justicia de Suiza, de donde
se fugó cuando estaba en la cárcel. Salvo que las autoridades
migratorias argentinas -las fronteras gauchas son un verdadero
colador- le hayan, por algún extraño conjuro, permitido el libre
tránsito. Pero de este personaje nos ocuparemos extensamente en una
próxima nota.
Lo cierto es que no bien estalló el escándalo del arribo a Buenos
Aires de Antonini Wilson con su maleta rellena de dólares, Johnny Yáñez
Rangel y su amigo Alex del Nogal salieron como estampida de regreso
a Venezuela, interrumpiendo misteriosa y abruptamente sus placeres
barilochenses generosamente abonados por Carlos Kaufmann, el
empresario multirrubro.
Como corolario de estas vinculaciones del dúo Kaufmann-Durán con
la élite bolivariana -que ésta se empeña en olvidar-
mostramos a continuación la participación de ambos en un aviso fúnebre
por el fallecimiento del padre del general Jorge Luis García
Carneiro, otro militar "ultrachavista", a quien llaman "entrañable
amigo, forjador de tantos sueños y esperanzas", publicado
el 31 de enero de 2006.
Los
otros implicados
Respecto del tercer venezolano detenido por el
FBI, Moisés Román Maionica Pajovic, nacido en 1971, se trata de un
abogado egresado de la Universidad Santa María, de Caracas, miembro
del Colegio de Abogados del Distrito Federal, y su padre preside la
Sociedad Italia-Venezuela.
Integra el bufete de abogados Di Vénere, Maionica, Rossini Jelambi,
Balestrini y Ribeiro, donde también trabaja su esposa, Gilet
Jelambi, y que habría contratado al abogado y ex camarista
argentino Guillermo Ledesma.
Pero Maionica también es -o lo fue hasta hace poco tiempo-
apoderado de la empresa Cogent Communications (capta-huellas
electorales) y Smartmatic (máquinas para votación), ambas
colocadoras de sus productos en el gobierno venezolano, utilizados
por éste en las últimas votaciones y referéndums realizados en el
país.
De allí su estrecha relación con Jorge Rodríguez, ex presidente
del Consejo Nacional Electoral (CNE) y actual vicepresidente de la
República. Una relación directa y pública que fue más allá y
desembocó en amistad. La vía de comunicación y de conexión entre
ambos es el mencionado bufete de abogados.
Por ello es que los fiscales de Miami sostienen que la maraña en
torno a la maleta "alcanza a los más altos niveles del
gobierno". Antonini, sus amigos empresarios detenidos y el
abogado Maionica están implicando no sólo al vicepresidente Rodríguez,
sino también al propio Hugo Chávez.
El cuarto detenido, el uruguayo Rodolfo Wanseele Paciello, no es muy
conocido en su propio país. Tiene cuatro hermanos, dos de los
cuales fueron a residir al exterior. Reside en Miami, donde tiene
una empresa denominada Wanpac Inc. (se desconoce por ahora el
rubro), que no tiene empleados y ya cambió tres veces de domicilio.
El actual es un piso en Brickell, un barrio de Miami. Wanceele posee
además un departamento en una de las zonas más caras de
Miami-Dade.
Un primo suyo, Walter Paciello Wanseele, es funcionario de la
presidencia uruguaya y se desempeña en un departamento dedicado a
mantener el sitio web que coloca noticias del gobierno.
Rodolfo Wanseele Paciello fue sindicado como "chofer",
pero algunas fuentes aseguran que en realidad efectúa tareas de
inteligencia, como lo hizo durante el encuentro de Antonini Wilson
con los otros imputados, vigilando el lugar de la reunión.
En cuanto al restante individuo involucrado que se encuentra prófugo,
Antonio José Canchica Gómez, sólo se tienen los datos de que es
venezolano y tiene 37 años de edad, y que llegó a Miami el pasado
28 de octubre, enviado por la inteligencia de su país,
concretamente por la DISIP. Es maestro técnico del Ejército y
trabaja en el área de comunicaciones electrónicas de ese organismo
de inteligencia.
De acuerdo a las grabaciones del FBI, Canchica Gómez se presentó a
Antonini Wilson en un encuentro en Miami como "el último
eslabón". Su misión era asegurarse de que el obeso
portador de la maleta no implicaría al gobierno venezolano en el
caso. Según consignó recientemente el diario argentino "La
Nación", frente al hecho de que detrás de Canchica Gómez están
las autoridades judiciales norteamericanas, el gobierno de Hugo Chávez
lo habría refugiado en estos días en la embajada venezolana en
Cuba.
No deja de resultar llamativa la imposibilidad hasta el momento de
lograr una fotografía de los empresarios Carlos Kaufmann y Franklin
Durán. Además, como en el tribunal donde se desarrolló la
audiencia preliminar, previa al inicio del juicio que se llevaría a
cabo en marzo próximo (por lo que estos canarios tienen aún mucho
por cantar si no quieren como "alpiste" una condena
superior a los diez años y embargos millonarios en dólares), no se
permite la toma de fotografías, por ahora debemos contentarnos con
el dibujo oficial de ese tribunal.
Detalles
finales
En esta trama de la maleta dolarizada, que se
extendió hacia otras cuestiones como el tráfico de armas y otros
oscuros negocios y a los contactos de los empresarios detenidos en
Miami con varios personeros del gobierno venezolano -aunque éste
persista en negarlos- no puede estar ausente la petrolera estatal
PDVSA. Esta empresa no sólo representa el máximo ingreso de la
economía del país, sino que a la vez es el continuo surtidor del
que emergen los miles de millones de dólares que Hugo Chávez
destina a financiar su "revolución socialista" en el
continente, campañas presidenciales de políticos afines a él y
otros emprendimientos. Una dilapidación de dinero hacia fuera del
país cuando su delirante presidente no contempla en absoluto las múltiples
necesidades por las que está atravesando su población: falta de
productos básicos en la mesa familiar que ya no logran abastecer ni
la cadena de "Mercal" creada para ello; acelerada inflación
y aumento de la pobreza; desastroso estado del transporte, caminos,
calles y rutas; tremenda inseguridad diaria -días pasados en una
sola jornada asesinaron a 68 personas en Venezuela- que no envidia a
la que padece la Argentina; etc.
De PDVSA salieron los 800.000 dólares portados por Antonini Wilson
hacia Buenos Aires, una noche en que el vuelo con ocho pasajeros que
partía de Maiquetía se demoró porque debió esperar o más dinero
o posiblemente a otro pasajero agregado a último momento. ¿Era ese
posible noveno pasajero el teniente coronel de la Guardia Nacional
Julio César Avilán Díaz, hombre de máxima confianza del
presidente Chávez? Es algo que obviamente aún está por
confirmarse ante el despliegue de encubrimiento hecho por el
chavismo en torno a este tema.
Pero PDVSA va mucho más allá de las funciones para las que fue
creada y de su otro rubro como surtidor de dinero chavista para sus
simpatizantes continentales. Hay muchos que aseguran que por la
empresa estatal venezolana entran y salen millones de dólares
manejados por el narcotráfico a gran escala, principalmente el
derivado por las FARC y el ELN, los dos grupos guerrilleros
colombianos que hace de ello su máximo objetivo económico, y que
tendría a Venezuela como cabeza de puente para el envío de la
droga hacia Estados Unidos y Europa. Otro tema que motivará
un próximo artículo aparte. También circulan afirmaciones de
otras fuentes en el sentido de que el 9º piso del edificio caraqueño
de PDVSA es un verdadero búnker, custodiado por cubanos del G2, la
inteligencia castrista, donde se depositan y emergen cantidades
enormes de dólares y se guardan modernas armas, muchas de ellas las
que hace poco tiempo comprara Chávez a Rusia.
Por PDVSA han transitado también personajes de la máxima confianza
del gobierno bolivariano, entre ellos Asdrúbal Chávez, un primo
hermano del presidente que llegó a ostentar once cargos simultáneos
en la empresa. Allí también era uno de sus máximos ejecutivos
Diego Uzcátegui Matheus, cuando su hijo de 19 años, Daniel Uzcátegui
Spetch, viajó en el avión que trajo la famosa maleta a Buenos
Aires. Como afirmando el concepto de que todo va mejor si se hace en
familia. Dos semanas después de ese incidente, Uzcátegui padre fue
obligado a jubilarse como prenda de intercambio con el gobierno
argentino, que por su parte había renunciado a Claudio Uberti, el
importante director de un área del Ministerio de Planificación que
comanda el incombustible Julio De Vido y hombre encargado de las
transacciones -de toda índole- entre la Casa Rosada y PDVSA.
Por último, recordaremos la nómina de los pasajeros del vuelo
Maiquetía-Buenos Aires que arribó aquella madrugada del pasado 4
de agosto, desatando una tormenta que por un tiempo los gobiernos
argentino y venezolano pensaron haber detenido, pero que en estos días
se ha transformado en un verdadero huracán. Fue el vuelo particular
PRV-N5113S, con ocho pasajeros a bordo y dos tripulantes.
Estos últimos fueron Gerardo Sánchez y Daniel Pucciarelli.
Pasajeros: Victoria Bereziuk, argentina, pasaporte oficial 73.987;
Claudio Uberti, argentino, pasaporte oficial 74.431; Ezequiel Omar
Espinosa, argentino, pasaporte oficial 74.313; Guido Alejandro
Antonini Wilson, venezolano, pasaporte 8.579.325; Wilfredo José
Avila Driet, venezolano, pasaporte DO 212.093; Ruth Beherends Ramírez,
venezolana, pasaporte DO 388.927; Nelly Esperanza Cardozo Sánchez,
venezolana, pasaporte 1.392.959; y Daniel Uzcátegui Spetch,
venezolano, pasaporte C 1.588.138.
Los ciudadanos venezolanos Avila Driet, Beherends Ramírez y Cardozo
Sánchez revistaban como miembros de PDVSA. En cuanto al probable
"noveno pasajero", si realmente existió, pudo tratarse
como señalamos anteriormente del teniente coronel (GN) Julio César
Avilán Díaz, nacido el 10 de septiembre de 1964. Su esposa es
Marianela Martínez Yegres, quien fue -casualmente- gerente de la
Aduana Principal Aérea de Maiquetía y luego fue transferida como
nueva Jefa de División de Asistencia Técnica de la Gerencia de
Fiscalización en el SENIAT (Servicio Nacional Integrado de
Administración Aduanera y Tributaria). En este organismo fue
condecorada, no sabemos si por su contracción al trabajo, por su
rotunda profesión de fe como una de las más duras y radicalizadas
chavistas, o por ambas cosas a la vez. Para completar el panorama,
el actual superintendente del SENIAT, José Gregorio Vielma Mora, es
también militar -ahora retirado- y compañero de promoción de Avilán
Díaz.
También cabría la posibilidad de que si este último viajó en el
vuelo dolarizado, lo haya hecho bajo la identidad del mencionado
pasajero Wilfredo José Avila Driet, de quien dicho sea de paso no
volvió a saberse nada más. Es que muchos servicios de
inteligencia, en especial los latinoamericanos, cuando
"fabrican" documentos e identidades para sus miembros con
otros nombres, acostumbran a hacer coincidir las iniciales de los
apellidos reales con los ficticios. Y así coinciden en este caso
las iniciales de Avila Driet y Avilán Díaz. Pero por el momento
dejaremos esto en el terreno de las especulaciones. Sólo por el
momento.
El párrafo final queda para mencionar la increíble falta de
criterio y ubicación en el contexto internacional del gobierno
argentino, cuya conductora se encontró con una seguidilla de
dificultades a las 48 horas de asumir, rematadas con la detención
de los implicados en el caso de la maleta, y desde entonces, en
lugar de afrontar esta ríspida cuestión asumiendo la postura de
"estadista" que sus adulones dicen que tiene, se ha
dedicado -en medio de sus ataques de histeria y bipolaridad- a
avergonzar a la Argentina ante el mundo.
No de otra manera puede calificarse su reacción ante lo actuado por
una Justicia norteamericana que, como se señaló al comienzo, es la
más independiente e incorruptible del planeta -bien lejos
obviamente de la argentina-, y ahora respaldada por su esposo
prosigue vociferando, tanto en escenarios locales como
internacionales, que todo es una "conspiración" del
Imperio -palabra tan utilizada por su amigo Hugo Chávez- destinada
según su (escaso) criterio a interrumpir el "crecimiento"
y la hermandad de las naciones latinoamericanas. Esta es la
presidenta que asumió el poder hace pocos días afirmando que su
modelo sería Alemania, uno de los países más poderosos del
planeta. Mal camino ha elegido para comenzar si pretende llegar a
asimilarse a ese modelo. Como ridícula es la actitud de la pareja
presidencial en reclamar ahora la extradición de Antonini Wilson
cuando en su momento lo dejaron salir tranquilamente del país -pese
a que no fue su única visita al mismo-, pensando seguramente que
con su partida y las renuncias de Uberti en la Argentina y de Uzcátegui
en Venezuela finalizaba todo.
No menos vergonzosa es la actitud asumida por Hugo Chávez y su
banda de "robolucionarios", extraños exponentes de un
socialismo -¿así será el del siglo XXI que tanto predican? -
quienes señalan admonitoriamente que "ser rico es
malo", mientras los jerarcas poseen lujosas mansiones
dentro y fuera de Venezuela, manejan automóviles de último modelo
y marca y visten y calzan productos tipo Gucci, Armani, Vuitton,
etc. Algo que también los hermana con la presidenta argentina. Pero
claro, hay que acordarse de atacar diariamente al
"Imperio", en especial frente a las presuntas
"conspiraciones" que elabora en los cuarteles de Langley,
sin desmedro de consumir también algunos productos provenientes del
mismo o adquirir casas o departamentos en los sitios más caros de
Miami.
Chávez y sus esbirros persistieron estos días en despegarse de los
empresarios venezolanos detenidos por el FBI, repitiendo
constantemente la frase "no tenemos ninguna relación con
ellos". Este artículo pretendió demostrar, entre otras
cosas, esa falacia. Y queda aún mucho más material que no ha sido
volcado en el mismo.
Las jornadas que vienen amenazan con complicarles aún más la vida
tanto a ellos como al gobierno argentino. Si Carlos Kaufmann,
Franklin Durán, Moisés Maionica y Rodolfo Wanseele Paciello se
deciden, como se espera, a ventilar en los tribunales de Miami
varias verdades incómodas -para evitar largas condenas y
millonarios embargos-, los despachos presidenciales del Palacio
Miraflores y de la Casa Rosada pueden llegar a convertirse en
islitas demasiado inhóspitas para sus habitantes.
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Pana: en Venezuela y otros países latinoamericanos significa
"amigo, compañero, compinche".
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