Casi
el 30 por ciento de los argentinos ha sido víctima de un delito en
el último año, elevando el nivel de inseguridad que se vive en
nuestro país. Los números que muestran el deterioro de la
seguridad en la Argentina y los problemas que llevan a no ser
optimistas al futuro.
EL
MAPA DEL DELITO EN ARGENTINA
por
la agencia de noticias CNA
Los
hechos delictivos que cada vez con mayor violencia y frecuencia se
cometen en nuestro país, abrieron el debate en la sociedad, que
busca soluciones a un problema que se ha visto acrecentado por los
hechos de inseguridad que se viven en forma cotidiana, pusieron como
nunca antes un tema tan delicado como la inseguridad en el tapete de
la discusión política.
Todas
las encuestas que se han realizado respecto a esta problemática,
marcan que casi un tercio de los argentinos ha sido pasible de un
delito o por lo menos algún miembro del grupo familiar fue víctima
de un delito en los últimos 12 meses, registrándose el valor más
elevado de la historia reciente de nuestro país.
En
la Argentina hay un montón de factores que contribuyen a que la
inseguridad continúe en aumento en vez de disminuir, y el principal
de ellos es la pobreza y la miseria que siguen descendiendo a
niveles alarmantes, que es el principal caldo de cultivo para que
las personas salgan a delinquir. Si a una persona, le cierran las
puertas en todas sus posibilidades, es más pasible que esté
inclinado a cometer acciones delictivas, que aquel que tiene todas
las armas para un crecimiento ordenado.
Aumento
de la violencia
Ante
el creciente avance de la inseguridad en nuestro país, y luego de
los hechos delictivos que vienen siendo portada de los principales
medios de la Argentina , las políticas de seguridad encarnada por
el gobierno nacional y los provinciales, ha vuelto a ser puesto en
tela de juicio, reclamándose cambios urgentes que brinden una
solución rápida a tan dramático problema que vive la sociedad.
El
Laboratorio de Investigaciones sobre Crimen, Instituciones y Políticas
de la Universidad Torcuato Di Tella, efectuó un trabajo en el mide
el Índice de Victimización (IVI), que es cuantificar la cantidad
de hogares que sufrieron al menos un delito en los últimos 12
meses, sean estos eventos denunciados o no a una autoridad
competente. La medición de julio indica que el 28.5% de los hogares
encuestados fueron víctimas de algún delito, 3.2 puntos por sobre
el registro de julio de 2008. Es decir, la tasa anual de crecimiento
del IVI fue de un 12.6%. Respecto a la medición de junio el IVI cayó
5.8 puntos porcentuales, lo que implica una reducción del 16.9%.
El
índice de victimización del Gran Buenos Aires (30.6%) superó al
IVI nacional en 2.1 puntos porcentuales, mientras que el promedio
entre las ciudades de Tucumán, Rosario, Córdoba y Mendoza (34 .2%)
lo hizo en 5.7. El IVI de la Ciudad de Buenos Aires (27.5%) y de los
34 centros urbanos restantes se posicionaron con 1.0 y 7.0 puntos
porcentuales por debajo del promedio nacional.
El
informe efectuado por la Universidad Di Tella, señala que el IVI en
centros urbanos con menos de 100 mil habitantes (12.4%) es menor al
valor registrados en ciudades medianas (23.5%) y en ciudades con más
de 500 mil habitantes (29.4%).
Además
de saber si un hogar sufrió un delito en los últimos 12 meses, la
encues ta de victimización permite conocer cual fue el (o los)
delito sufrido por el hogar. De los hogares que sufrieron un delito,
el 41.7% fue víctima de robo con violencia y el 29.4% lo fue de
hurto de objetos personales. El 11.3% y el 3.6% de los hogares
victimizados sufrieron robo de viviendas y de automotores,
respectivamente.
El
IVI asociado al robo con violencia contra las personas alcanzó en
julio de 2009 al 14.0% de los hogares entrevistados, experimentando
un aumento de 0.5 puntos porcentuales respecto del valor registrado
en julio de 2008. Por su parte el hurto de objetos personales, tuvo
un incremento anual de 1.4 puntos porcentuales. Por otro lado, el
robo de viviendas experimentó una caída anual de 1.0 puntos
porcentuales, mientras que no hubo variación en el robo de
automotores, cuando se compara con julio de 2008. En relación a los
registros de junio de 2009, el IVI de robo con violencia cayó en
2.5 puntos porcentuales, el hurto de objetos personales lo hizo en
2.7 puntos porcentuales, el robo de viviendas disminuyó en 2.1
puntos porcentuales. Finalmente, el IVI asociado al robo de
automotores disminuyó 0.8 puntos porcentuales.
El
IVI por nivel educativo revela que los hogares en donde los
encuestados reportaron educación universitaria son más propensos a
sufrir algún delito (38.2%), seguidos por los hogares en donde el
nivel de e ducación reportado por el encuestado fue secundaria
(35.2%) y primaria (16.6%). Cabe aclarar que la categoría
“Primaria” incluye primaria incompleta y completa, lo mismo es válido
para “Secundaria” y “Terciaria/Universitaria”.
Durante
el mes de mayo del año 2009, el LICIP llevó a cabo una encuesta
semestral de victimización donde hogares residentes en la Ciudad de
Buenos Aires, Gran Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Tucumán y
Rosario respondieron preguntas relacionadas con el problema del
crimen y la inseguridad. La encuesta se realizó sobre un total de
1000 hogares a los cuales se les preguntó sobre la gravedad del
problema de la inseguridad y sobre la evolución de la misma.
De
los hogares encuestados, el 74.2% considera que el problema del
delito es muy grave, el 18.9% lo considera algo grave, mientras que
solo el 6% lo considera poco o nada grave . Por otro lado, cuando se
interroga sobre la evolución del delito, el 95.1 % de los hogares
considera que la cantidad de delitos en los centros urbanos donde
reside ha aumentado o no ha variado respecto a un año atrás.
Adicionalmente,
la encuesta semestral indaga sobre como valúan los hogares
encuestados el desempeño de la policía. El 52.6% de los
encuestados declara que la policía pasa por la puerta de su casa
(ya se a a pie o en auto) todos los días, mientras que 8.6% declara
que lo hace 1 vez por semana. El 6.7% declara que la policía
patrulla la puerta de su casa con una frecuencia menor a una vez por
semana, finalmente el 7.9% afirma que la policía nunca pasa por su
casa. El 35.4 % de los hogares encuestados declara que la policía
realiza un trabajo bueno o muy bueno para controlar los delitos en
su barrio, mientras que el 53.6% considera que la policía hace un
trabajo regular o malo. El 11% restante no supo o pudo contestar.
Desde
el Ejecutivo, se señala que se vienen llevando adelante políticas
para bajar el delito, y que estas políticas han tenido relativo éxito
en los últimos tiempos. Para ellos remarcan que ya no hay tantos
secues tros como antes y que los asaltos a bancos han disminuido en
el último año. Pero en las calles, donde la gente anda gran parte
del día, en vez de sentir seguridad y tranquilidad, lo que se
siente es cierta paranoia de las personas hacia quienes las rodean
en determinados lugares, por miedo a que sean posibles ladrones que
puedan atentar contra sus vidas y las de sus seres más queridos.
El
gobierno está desplegando agentes que estaban en la tarea burocrática
al patrullaje de las calles, y ha invertido una fuerte suma de
dinero para la capacitación de los uniformados. Además, se han
comprado gran cantidad de patrulleros, chalecos anti-ba la y armas
de fuego, para dotar a las fuerzas de seguridad de mayor material y
posibilidades de cumplir con solvencia su actividad.
Pero
esto solo no alcanza, si no se previene el delito, si no se hace la
tarea sana de investigación y una inteligencia seria por parte de
la policía sobre las bandas delictivas que sirvan para prevenir
futuros hechos delictivos, así como llevar a delante un cambio en
las leyes que sirva para imponer penas más duras y mayores
restricciones para los delincuentes que vuelven a reincidir en el
delito.
Un
problema complejo el de la inseguridad, que requiere de soluciones
concretas y rápidas, para poder acabar de esa manera con uno de los
flagelos que socavan a la sociedad argentina. La inseguridad no
es un tema que pueda resolverse en el corto plazo o
mediano plazo, sino que llevará varios años, pero el gobierno sí puede
llevar adelante políticas que sirvan para prevenir los
delitos. Si se escuchan a todas las voces especializadas en el tema
y no sólo la de los amigos, la inseguridad que se vive en el
país se puede llegar a contrarrestar con políticas públicas que
tiendan a la disminución de los delitos en las calles.
Una
cuestión complicada que divide las aguas en la sociedad
argentina, y el gobierno no se ha mantenido al margen de este
tema, por lo cual lo que se implemente de cara al futuro, tendrá
injerencia en la seguridad y la vida de millones de argentinos,
que esperan vivir en paz y sin problemas su vida en nuestro país.
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