Hacia una sociedad controlada por las corporaciones Marcados como bestias por Susana Iaschuk La
capacidad de ejercer control social y político sobre el individuo
aumentará de manera enorme. Pronto, resultará factible ejercer una
supervisión casi permanente de cada ciudadano. Se podrán mantener
archivos actualizados y completos que contendrán aún la información más
personal sobre la salud o el comportamiento privado de cada uno, junto a
los datos más usuales. Tales archivos podrán ser recuperados en
forma instantánea por las autoridades. (Zbigniew
Brzezinski
"Between Two Ages: America's Role in the Technetronic Age", The
Viking Press, New York, 1970); Miembro
fundador de
En
países donde se hace un culto de la libertad individual (al menos, de la
de sus ciudadanos), se encuentran en marcha iniciativas para obligar a la
población a tener documentos de identidad o ID Cards que funcionan con
esta tecnología. En otras naciones, donde ya existe la práctica de
documentar a la gente, se impulsa la renovación y modernización del
sistema. Y al mismo tiempo, en una avanzada tecnológica sobre las
libertades individuales, aduciendo que es más práctico e inviolable, se
propicia el reemplazo de los documentos, la tarjeta de crédito y las
credenciales de la seguridad social por un chip implantable bajo la piel,
rastreable vía satélite, fabricado y administrado por las gigantes
armamentistas y sus socios, las grandes corporaciones informáticas. Esta
embestida contra la privacidad y la libertad no atañe sólo a los
norteamericanos o a los europeos, ya que estas empresas han extendido sus
tentáculos a velocidad luz al resto del mundo, comenzando por América
Latina, por lo cual, el resto del planeta se ha visto involuntariamente
metido en medio de este guerra, en la cual, de acuerdo con las nuevas
doctrinas emanadas de la coalición entre los fabricantes de armas, las
agencias de seguridad, los gobiernos y los círculos de poder, que se
autodenominan globales (antes Nuevo Orden Mundial) cualquiera puede ser
terrorista y tanto para estas corporaciones como para los eternos adictos
al poder, más seguridad se paga con libertad.
Una pelea a dos rounds contra la privacidad. El
11 de Septiembre a las Torres Gemelas dejó un saldo victorioso que, por
supuesto, no estuvo con la, hasta entonces desconocida Al Qaeda, ni con la
población civil de ningún país, sino que vino a engrosar los bolsillos
de la industria norteamericana y dotar de mayor poder a las elites
gobernantes de turno, lo que es hablar de la misma gente. Hasta ese
momento, la idea de tener un medio de identificación válido, exclusivo,
y por sobre todo, masivo, que permitiera recaudar la mayor cantidad de
datos sobre un individuo, priorizando la ecuación Información = Poder,
era sólo un proyecto esbozado en algunos libros, papers de los círculos
de espías y sueños orwellianos de más de un dirigente político.
Era también, una embestida fuertemente resistida por las violaciones a
las libertades individuales que implicaba pero, atentado mediante, muchos
opinaron que era posible conseguir el ansiado cambio. Junto
con las torres, cayeron los últimos escrúpulos para poner en marcha la
maquinaria que buscaría convertir en realidad tangible estos planes y, a
través de eso, acumular poder en los organismos de inteligencia por medio
de la información acumulada y en las corporaciones globales dada su íntima
conexión con éstos y por el dinero que devengaría el negocio más que
redondo de las ID Cards en primera instancia y de los chips subdermales
después. Rápido de reflejos,
pocos días después del 11S, Larry Ellison, fundador y CEO de
Oracle se reunió con el flamante titular de la recién creada Department
of Homeland Security de EEUU, Tom Ridge, para plantearle la necesidad de
que cada ciudadano norteamericano fuera obligado a tener su ID Card
(tarjeta de identificación) en base a código de barras, chip con medidas
biométricas y otras especificaciones[1]. El
creador de Oracle no estuvo solo. Contó con el apoyo de otros grandes de
la informática, como Sun Systems cuyo CEO Scott MacNealy defendió
calurosamente la idea de su colega, y de las gigantescas
corporaciones dedicadas a la fabricación y venta de armamentos que vieron
en la vigilancia y seguridad un nuevo nicho de excelentes negocios.
Raytheon, por ejemplo, fundó su propio departamento de Homeland Security
para contratar con el gobierno en el 2002. Todo esto, claro, para
combatir el terrorismo. Ellison ofreció que el sistema de identificación
y colecta de datos fuera realizado por software de su empresa, el cual,
Oracle donaría al gobierno. Claro que la manutención de los aparatos,
del sistema y el tráfico de datos no iba a ser gratuita.[2] Allí
residía el negocio para Ellison. Este émulo de Bill Gates (a quien odia
y no tiene inconvenientes en decirlo) inició su empresa de una forma
extrañamente casual. Siendo muy joven, cuando trabaja para Ampex, en
Silicon Valley, se le asignó el diseño de una enorme base de datos para Ellison
no sólo vio allí la posibilidad de desarrollar su propia empresa, sino
que también encontró los amigos y el apoyo para hacerlo. El resto, es
historia. Sin embargo, Ellison no propuso nada que otros no estuvieran
llevando adelante, apenas acaecido el atentado a las Torres. Su idea
tampoco era la primera en orden a identificar personas por medio de
dispositivos operables por radio frecuencia. Richard Sullivan, CEO
de Applied Digital Solutions un año antes, en marzo de 2000, instaba
a utilizar chips subdermales con estos fines ya que son superiores a todos
los sistemas de identificación por radiofrecuencia existentes, son más
seguros, imposibles de replicar y de perder y mejor aún que lo
identificación por parámetros biométricos (huella dactilar,
reconocimiento de voz, iris)[4]. Sullivan
presentó el chip implantable en humanos el 30 de octubre del 2000 en un
exclusivísimo evento en Cirpianis, en New York.
El dispositivo recibió el nombre de Digital Angel porque, según
el Dr. Peter Zhou, Jefe Científico del desarrollo y titular en ese
momento de la subsidiaria encargada del proyecto, llamada también Digital
Angel, el chip será su guardia, su protector. El traerá cosas buenas
para usted.[5] Pero no era ésta
la única apreciación que Zhou tenía. En tono eufórico, al momento de
dirigirse a los presentes, agregó seremos un híbrido de la inteligencia
electrónica y nuestra propia alma.[6] Sullivan
incluso, llegó a proponer, luego del 11 S que se implantara un chip a los
inmigrantes en lugar de darles la Green Card, para poder monitorearlos
mejor.[7] Ellison,
Sullivan, y Zhou fueron las caras visibles iniciales de una batalla que
busca que cada ser humano en el planeta lleve un número de identificación
para fines de reconocimiento, transacción comercial, historia clínica,
estados bancarios y todo otro dato que el gobierno global, o Nuevo
Orden Mundial como se animaban a autodenominarse antes, considere
necesario adosar a sus ya gruesas bases de datos. El primer round busca
que el chip identificatorio esté fuera del cuerpo, en una tarjeta, en su
reloj, en un pager, en algún producto que Ud. compre; en el segundo
round, el chip directamente pasa a formar parte del ser humano, quien
puede ser rastreado vía satélite, a través del sistema GPS. ¿Ciencia
ficción?? Lamentablemente no. Los rounds uno y dos están desarrollándose
ahora. Dependiendo de cada país, prima una u otra operatoria, pero el fin
es el mismo. Que llevemos el chip numerado. Que seamos rastreables,
coercibles, numerables, ordenables, reprimibles, vulnerables…. Cuentos
de El
negocio de la cyberseguridad históricamente perteneció a las grandes
corporaciones fabricantes de armamentos y las gigantes de la informática,
pero estaba restringido a sectores sociales que demandaban medidas de
extremas en esta área, ya sea por el material con el que se trabaja, el
tipo de personas, cuestiones estratégicas. La identificación y
autorización por medio de la utilización de radio frecuencias y
dispositivos que emplearan esta tecnología (RFID) estaba limitada a los
gobiernos y sus dependencias, empresas de seguridad, militares, plantas
nucleares, laboratorios, algunas cárceles, etc. Por esto, la
identificación por medio de tarjetas con chips legibles y activables por
frecuencias de radio no es algo nuevo, como tampoco lo es la inserción de
estos dispositivos en mercaderías y aún en animales para consumo, como
una forma de controlar al animal, uso que también se aplica a las
mascotas. No hay gran diferencia entre las ID Cards, las etiquetas o
Tags y el Verichip. En los dos primeros casos, el RFID está embutido en
una tarjeta plástica o en un brazalete y además de tener el número que
permite ingresar a la base de datos de su persona, suele contener
información biométrica (iris, voz, huella dactilar).
En el segundo el RFID está contenido en un minúsculo envase de
vidrio inyectable, contiene un código alfanumérico de 16 dígitos (en
algunos países son más) y se activa también al pasarlo por una lectora,
lo que permite ingresar a su historia personal ya que el chip revela
este código al ser despertado por la frecuencia que emite la lectora.
Son
superiores al viejo código de barras en el sentido que permiten la
identificación por unidad y no por especie, es decir, mientras el código
de barras sólo lee, por ejemplo paquete de galletitas, el chip permite
identificar cada uno de los paquetes de galletitas. Este es uno de los
argumentos más firmemente esgrimido por las asociaciones que combaten el
uso de esta tecnología, ya que permitiría seguir todo el recorrido de
una determinada unidad de un producto en forma permanente, y por lo
tanto, seguir también a quien lo haya adquirido. Las empresas aseguran
estar trabajando en chips que se destruyen apenas pasaron la caja de pagos
en el supermercado, pero hasta ahora, no han dado mayores novedades al
respecto. El seguimiento puede arrojar datos como los hábitos de consumo
del comprador en el más inocente de los casos, o su localización en un
uso más preocupante de esta tecnología.
Los animales no escapan a la fiebre de la cyberseguridad y
fueron el puntapié inicial del desarrollo de esta tecnología. Una
de las grandes corporaciones encargadas de la identificación de ganado en
pie, Destron Fearing, viene utilizando diferentes métodos de seguimiento
e identificación de los lotes de ganado desde 1948 según asegura en sus
propios folletos[8]. La experiencia de chips implantables en animales, por
su parte, comenzó su desarrollo el año 1982 cuando el médico
veterinario Hans Stoddard consiguió miniaturizar y encapsular un
transponder[9]. Este invento es adquirido en 1983 por Destron Fearing, la
que continúa desarrollándolo, al igual que el Dr. Stoddard, que inventa
el chip encriptado y con más dígitos para el uso veterinario. Destron
Fearing fue adquirida poco después de comprar las patentes del chip
para ser usado en animales por Applied Digital Solutions (ADS) una empresa
norteamericana dedicada a la tecnología de identificación y seguridad. En
estos días, Destron Fearing puede convertirse en una subsidiaria muy
rentable habida cuenta que no hace mucho presentó un nuevo chip capaz de
identificar la presencia de gripe aviar en animales en horas [10], y más
aún si tenemos en cuenta las recientes normativas internas de los
Estados Unidos que demandan que se implanten chips de control y censo
en el ganado vivo [11]. Del
chip en animales, que se alimenta con la energía térmica producida por
el organismo del portador, al dispositivo para humanos, fue sólo cuestión
de meses. ADS anunció
en diciembre de 1999 la compra de otro brillante invento: el de un
transceptor en miniatura que podía ser implantado en humanos, es decir,
lo que después se conocería como Digital Angel en sus primeros pasos (cuando
se lo comercializaba alternativamente como un chip que se transportaba en
el pager o el reloj o que le era implantado) o como Verichip
últimamente. En julio del 2000 ADS dio a conocer su acuerdo con El
primer campo de acción donde se presentó Verichip, sin siquiera
tener la aprobación de Obviamente
que las vías seguras de tráfico de datos serían provista por
empresas como Digital Angel, Oracle, Verisign (cuyo CEO, Stratton Sclavos
fue invitado a formar parte del National Security Telecommunications
Advisory Committee de De
ángeles y demonios Recientemente
e insistiendo en el área médica, Verichip Corp. redobló los esfuerzos
por posicionar a su subsidiaria encargada de esta franja del negocio, Veri
Med, la que anuncia en su página web el obsequio de un kit de inicio
gratis para los médicos que se inscriban en el sistema. Se
le entregan chips para insertar en sus pacientes y una lectora de
mano, más los folletos que pudiera necesitar para poner en su sala de
espera. El médico debe
suscribirse a De
la misma forma, se presentaron las bondades del pequeño artefacto para
controlar personas con movilidad reducida y gente mayor con problemas de
desplazamiento y/o estabilidad, toda vez que el chip puede enviar datos
sobre el cambio de temperatura ambiente y de la persona, cambios bruscos
de posición física, desplazamientos, etc.[15]
Pero,
empresa al fin, ADS no sólo se preocupa por la salud de los
ciudadanos comunes. También por otras áreas muy productivas de la vida. El
8 de abril de 2002, ADS presentó en sociedad el Global Verichip
Subscriber Registry que le permitiría a los usuarios guardar información
sensible en el banco de datos de la empresa y tenerla a disposición vía
Internet o teléfono utilizando las vías seguras provistas por Digital
Angel, su subsidiaria. Ese año
los directivos apostaban a un rápido crecimiento de la empresa en un
mercado estimado en 15 mil millones de dólares.[16]
A los fines comerciales y con vista de captar el mercado de
dinero plástico, ya en marzo del 2003 el actual CEO de ADS Scott
Silverman, en el ID World en París, Francia, anunció el lanzamiento
del VeriPay, que no es otra cosa que el uso del Verichip como forma de
pago segura en reemplazo del dinero en efectivo y de la tarjeta de crédito.
Silverman hizo hincapié en la seguridad que ofrecía el VeriPay, por el
formato RFID y por la dificultad para perderlo o ser robado (después de
todo, el portador lo lleva bajo su piel). Los directivos más entusiastas
aseguran que en el futuro, gracias al chip, se prescindirá del dinero y
las tarjetas[17]. Algo muy conveniente en una economía global recalentada
y sustentada por países en bancarrota, como Estados Unidos, salvados del
abismo sólo porque son de los pocos que conservaron para sí mismos la
facultad de emitir dinero. El
mismo invento, el chip implantable, también puede tener otras
utilidades según las empresas que lo desarrollan, como el habilitar o no
el uso de armas de fuego (en el caso de las fuerzas de seguridad)[18] o
funcionar como password personal seguro para evitar el hackeo de casillas
de correo electrónico y computadoras.[19] Applied
Digital Solutions (ADS) y sus subsidiarias Digital Angel, Thermo Life,
Verichip (junto a su subsidiaria VeriMed) y Government
Telecomunications Inc. trabajan en forma mancomunada con el Departamento
de Defensa norteamericano y las agencias de inteligencia (externa e
interna) de aquél país. En este caso la oferta del Verichip es para un
control más estricto pero sencillo de las áreas de seguridad, detección
inmediata de personal extraviado (nada dicen de la posibilidad que los
chips puedan ser usados por sus enemigos, por ejemplo, para ayudar a
localizar sus tropas y así dirigir mejor los misiles), seguimiento de
naves en vuelo o en mar, etc. En
el área de defensa, ADS combina el Verichip con el uso de otros
dispositivos de identificación por radio frecuencia, como las ID Cards
y/o las tags (etiquetas con el RFID embutido). Y es, justamente una de las
empresas más fuertes en este sector del mercado, la encargada de
fabricarle los chips, en forma exclusiva, a ADS. Se trata de
Raytheon, el contratista militar de capital norteamericano más grande
[20]. Entre otras iniciativas, suyos son los discutidos misiles Patriot y
Tomahawk, también está a cargo de la escandalosa radarización de la
selva amazónica brasilera que se le adjudicara en épocas de Fernando
Enrique Cardoso (estaba programado que los datos obtenidos fueran primero
a los Estados Unidos y luego éste se los entregaría a Brasil pese a los
1.400 millones de dólares asignados al contrato, más las coimas que se
descubrieron y que motivaron renuncias en el gabinete del presidente
Cardoso)[21]. y que puja por el suspendido Plan Nacional de Radarización
argentino . Tiene
ganancias anuales de 22 mil millones de dólares y 80 mil empleados a
lo largo del mundo, en sus diferentes filiales. Entre sus directivos se
encuentran ex miembros de Conejitos
de Indias latinos Mucho
antes de la aprobación por parte de En
noviembre de 2003 se colocaron los primeros chips
subdermales en personas en el territorio de México (en forma
oficial), según lo informado por Antonio Aceves, de la empresa
Solusat que es la distribuidora mexicana[26]. El 14 de julio de
2004, la implantación del dispositivo en el fiscal general Rafael Macedo
de Más
allá de los operativos de prensa, México y Colombia fueron los primeros
países en los cuales, promocionándolo como un medio de evitar los
secuestros, se vendió el Verichip y se implantó a personas, aún cuando
no estaba suficientemente probada su inocuidad ni su utilidad y sin
tener la aprobación de De
todas maneras, no hay noticias de que alguno de los implantados iniciara
acciones legales contra la empresa por estafa o mala información, tal
vez, porque igualmente se sentían seguros con el chip. O porque saben
algo que el resto no. Desde febrero de 2004, la empresa
trata, con poco éxito, de vender un nuevo dispositivo, el Personal
Location Device, que, asegura, cuenta con tecnología rastreable por GPS,
y que también podría implantarse en el cuerpo humano. Con el
nombre que fuera, antes que Unos
pocos meses después de la aprobación de En
estos días y en Estados Unidos, una empresa dedicada a la
vigilancia y contratista del gobierno, dio un paso más al demandar
a dos de sus empleados que se injertaran el chip para acceder a áreas de
mayor seguridad. CityWatcher, de Cincinnati tomó la medida en los
primeros días del mes de febrero de 2006. Toda la operación se llevó a
cabo a través de una de las empresas controladas por ADS, Actualmente,
además de la central y subsidiarias en territorio americano y europeo,
Digital Angel tiene oficinas en Brasil y Argentina (llamativamente las dos
únicas filiales que figuran en su página web), y empresas que se
encargan de la distribución, venta y seguimiento de su producto en el
resto del mundo: SII Korea Scientific Innovation & Integration
para China, Malasia, Taiwán; Biometrix en Alemania; Glezer
Technology en Israel, Solusat y Cía en México, Metro Risk
Management Group en Ecuador, entre otras. El 12 de diciembre de 2005
anunció además que cuenta con la aprobación de los
correspondientes gobiernos para operar en Uruguay, Paraguay, Chile y
Bolivia.[32] Amigos,
por siempre amigos ADS
y sus subsidiarias (Digital Angel, ThermoLife, Government
Telecommunications, Verichip Corp, VeriMed,) desde su fundación, allá
por el Por
ejemplo, uno de los más entusiastas precursores del Verichip resultó ser
Norman Mineta, quien fuera Secretario de Comercio del presidente Clinton y
posteriormente Secretario de Transportes de George W. Bush Richard
Sullivan (ADS) lo calificó como un campeón de (la promoción) de
las inclusiones digitales[33] . Mineta estuvo presente en la exclusiva
fiesta neoyorquina donde se presentó el Digital Angel /Verichip. No sólo
eso, fue el orador estrella de esa noche del 30 de octubre del 2000 en el
exclusivo reducto de la calle 42 en Nueva York, ante unos 300 invitados de
primer nivel. Entre las empresas que contribuyeron a solventar su campaña
están Lockheed Martin (una de las gigantes en el área de defensa),
Northwest Airlines, Greyhound , United Airlines, Union Pacific y
Boeing. Todas estas empresas
pueden hacer enormes negocios con ADS dadas las normas de seguridad que se
les impusieron después del 11-S, las cuales, en muchos casos, pusieron en
riesgo la estabilidad económica de las mismas. Mineta,
por otra parte, ha sido el lobbysta de Silicon Valley en De
estas empresas, ninguna se queda afuera del negocio del tráfico seguro de
datos, la venta de chips, las transacciones comerciales vía Internet, los
satélites necesarios para el seguimiento de las personas y las mercaderías
y la provisión de sistemas de seguridad, de una u otra forma.
Pero no era Mineta el único amigo que ADS y sus subsidiarias
tenían en los pasillos de Washington. Al momento de aprobarse el uso del
Verichip en humanos el Secretario de Salud era Tommy Thompson, quien
estuvo en ese cargo hasta el 26 de enero de 2005. Thompson fue uno de los
más fervientes defensores del chip subdermal hasta tal punto que llegó a
asegurar en varias entrevistas radiales que él se haría implantar para
demostrar que es seguro y confiable. Hasta la fecha, no lo ha hecho, pese
a que ya pasó un largo medio año desde que efectuara estas
declaraciones.[35] Alguien
que tan fervientemente impulsó el Verichip, que propició su uso en
pacientes hospitalarios y que además estaba en un lugar clave para
su aprobación al momento de tener que dar el visto bueno En
septiembre de 2003 y siempre con la mira puesta en los jugosos contratos
de defensa y los billetes de las agencias federales, ADS sumó a sus filas
de empleados top a un viejo conocido de los círculos de poder
norteamericanos: Stanley L. Reid, quien fuera director del Programa de
Defensa del Departamento de Energía durante la presidencia de Ronald
Reagan (lo que le dejó buenos contactos tanto en Caballo de Troya La
historia de las ID Cards pareciera, a simple vista, más sencilla.
Desarrollada para permitir el acceso a ciertas áreas de personal
calificado, como una forma de agilizar los trámites, muy parecidas a las
tarjetas de crédito, siempre fueron de uso común entre los miembros de
las oficinas gubernamentales, del ejército y en los últimos años se habían
extendido a las empresas privadas en general, como una forma de controlar
los horarios del personal y de permitir su identificación.
Para los latinoamericanos, acostumbrados a ser anotados, numerados,
censados, impresos, fotografiados y asentados desde el momento de nacer
(es común que al nacer se tome una impresión de la planta del pie bebe,
antes de cortar el cordón umbilical que lo une a su madre) el tener que
llevar en la billetera una nuevo documento para identificarnos, no
representaría mayores problemas, salvo, claro, por el hecho que jamás
son económicos. En
Argentina uno puede llevar en la cartera el DNI, En
los Estados Unidos, el Real ID Act abre una nueva instancia que fue muy
resistida en años anteriores, pero que, violando incluso las regulaciones
establecidas para el área de ingerencia del Departament of
Homeland Security (DHS), ya está en marcha. La norma, promulgada en una
extraña forma (en el mismo paquete que los 82 mil millones de dólares
destinados a las tropas en Irak, Afganistán y las víctimas del
tsunami de Asia en el ejercicio fiscal 2005)[40] establece, más
allá de la licencia de conducir como un documento de identidad, cambios
en los requisitos para pedir asilo político, autoriza a empresas privadas
a detener inmigrantes con pedido de captura a cambio de cierta suma de
dinero, y la construcción de una banda fronteriza.[41] El
riesgo a las libertades individuales que significa Desde
noviembre del año pasado, y por disposición legal, el Departamento
de Defensa de Estados Unidos ha ordenado a todos sus proveedores que usen tecnología
RFID para marcar todos los productos y servicios que comercializan con esa
repartición.[44] El
desarrollo y venta de esta tecnología (la de identificación por radio
frecuencia) es un negocio multimillonario.
Sólo en los Estados Unidos, y en un solo estado, la inversión que
demanda el otorgar ID Cards a los poseedores de vehículos significa
gastar cerca de 200 millones de dólares . En Gran Bretaña, los primeros
cálculos monetarios se vieron rápidamente rebasados. Hoy se calcula que
cada ID Card necesitará de un desembolso para el Estado de entre 23
y ADS
por ejemplo, planea ganar 100 mil millones de dólares anuales con el
Verichip, la infraestructura informática que éste necesita y sus
aplicaciones. Las ID
Cards están en el centro de la controversia, pero sin embargo, parecen
ser sólo el Caballo de Troya que va a permitir el ingreso del Verichip
como medio de identificación y control, ya que una vez acostumbrados a
que los gobiernos y las corporaciones tengan nuestros datos, muchos no verán
la diferencia entre llevar el chip en el documento, que siempre puede
perderse, o llevarlo bajo la piel. En medio de la tormenta desatada por la
avanzada tecnológica, detenerse a observar quién se lleva el dinero y el
poder en este caso, puede despejar algunas incógnitas. Nosotros te protegeremos Si
bien el sistema presenta variaciones de acuerdo al país que lo usa o
donde se lo implementa, quienes se llevan el grueso del dinero son siempre
los mismos. Junto con las Torres Gemelas cayó toda una concepción de la
guerra y de la forma de desarrollarla. El nuevo teatro de batalla, más
informatizado, con más control hacia los civiles, y montado sobre las
nuevas tecnologías tiene como objetivo el control y seguimiento de la
población, busca restringir las libertades de los ciudadanos comunes,
sospechados de actividades terroristas, aduciendo que se los protege. Tal
vez si nos preguntamos de qué se nos protege, la respuesta nos lleve
bastante luz acerca de los motivos ocultos detrás de estas iniciativas de
identificación y seguimiento masivo. Las empresas que durante años se
llenaron los bolsillos fabricando misiles, aviones y bombas, ahora
encontraron una nueva veta en diseñar, fabricar, vender y gerenciar
sistemas de identificación y seguridad interna y externa. En esta barca
navegan Alien Technology, Matrics Force, Texas Instruments, Phillips,
Raytheon, Auto ID, Lockheed Martin, Sun MicroSystems, Northrop Grumman, por
mencionar algunas, de las que operan, además en sociedad con las grandes
corporaciones informáticas, como Oracle, IBM, Microsoft, entre otras. Así
encontramos, a Alien Techonolgy, líder en la provisión de dispositivos
de identificación por radio frecuencia (RFID, la base del desarrollo del
chip subdermal, sólo que en otra presentación que sirve para hacer las
ID Cards, por ejemplo o para marcar y seguir mercaderías, objetos, vehículos,
etc.). Esta empresa, dedicada exclusivamente al área de defensa hasta
hace poco, cuando decidió incursionar el campo de las prestaciones médicas,
brindando sus dispositivos para hospitales, compañías farmacéuticas,
grandes proveedores de sanatorios, etc.[45]
Ahora está desarrollando la fabricación en serie de chips de 350
x 350 micrones (un micrón es la milésima parte de un milímetro) que
trabajan en la banda de los 900 MHerz y que son legibles a una distancia
superior a los La
empresa fue fundada en diciembre de 1994 por el Dr. John Stephen Smith.
Con estrechos vínculos con el Departamento de Defensa norteamericano y
las agencias de seguridad de donde obtiene las dos terceras de sus
ganancias, vende sus artículos a varios países del mundo, por cifras
varias veces millonarias. Sus directivos se han desempeñado en
otras empresas del sector, tal el caso de Stravro Prodomou, actual CEO,
quien trabajó en Texas Instruments y en En
el 2002, Alien Technology y su competidora más fuerte, Matrics Force,
tuvieron que mejorar su servicio ante la oferta de Auto ID, una fusión
entre investigadores científicos y empresarios que comenzó a ofrecer
RFID a menor precio y con mayor capacidad de almacenamiento de datos.
Alien Technology tiene programado fabricar 10 mil millones de dispositivos
en el 2006 basándose en el Fluidic Self Assembly Process de su
propiedad, que convierte a los dispositivos en muy económicos, seguros y
fáciles de usar, embebiéndolos en tarjetas magnéticas, ropa, mercadería,
brazaletes, etc. [46] Respecto
de Matrics Force, que asegura ser la que tiene la mejor tecnología en
estos sistemas de identificación, cuenta entre sus principales
inversionistas al tristemente célebre Grupo Carlyle, encargado de la
reconstrucción de Irak y acusado de haber presionado para que la invasión
a ése país pasara de ser un simple ejercicio en los papeles a un hecho
que aún hoy continúa.[47] El
Grupo Carlyle tuvo entre sus socios, juntos hasta el 11S, a las
familias Bush y Bin Laden, y por su directorio pasaron James Baker III
(Secretario del Tesoro durante la presidencia de Reagan y Secretario de
Estado de George H.W. Bush) y Frank Carlucci, ex Director de Raytheon,
además de fabricar los chips subdermales de Empresa
con fuertes contactos políticos, tiene directivos suyos en áreas de la
administración Bush. Condoleeza
Rice actual secretaria de Estado, nombró al Director de Servicios
Globales de seguridad de Raytheon, Daniel Schlehr, para integrarse al
Consejo de Asesores en Seguridad Externa en el Departamento de Estado.
[52] En absoluta sintonía
con la nueva forma de llevar adelante una guerra que propone el Secretario
de Defensa, Donald Rumsfeld, Raytheon, o El Rayo de Dios (tal el
significado de su nombre) fue de las primeras en reaccionar al cambio de
escenario, adquiriendo varias compañías pequeñas dedicadas al área de
la informática para abocarse a la seguridad y vigilancia, además de la
fabricación de los estratégicos RFID. De hecho, su última presentación
en el mercado fue la del Knowledge Mining & Vistualization
System, un desarrollo por cierto avanzado que permite filtrar,
traducir automáticamente y reconocer la eventual peligrosidad del
material circulante por Internet, bases de datos, textos, televisión por
cable, comunicaciones telefónicas, mensajes de texto, etc. Se basa
fuertemente en el uso de computadoras, dejando el último examen en manos
de expertos para determinar la peligrosidad o no de algún material. Tal
vez, una de las mayores aplicaciones que se le puedan dar a este sistema
sea la modernización del accionar de las Fuerzas Armadas norteamericanas
en el sector informático propuesto
por el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld, el 17 de febrero de 2006 en
una entrevista con Kenneth Chenault, Chairman & CEO de American
Express, publicada en la página web del Council on Foreign Relations y
reproducida posteriormente por CNN ese mismo día.[53] Texas
Instruments, otra de las empresas fabricantes de armas metida en el
negocio de la seguridad y vigilancia, está controlada por Raytheon,
y más de una vez ambas han debido enfrentar cargos por monopolizar el
desarrollo de determinadas tecnologías consideradas vitales para la
defensa, como por ejemplo, los sistemas de radares móviles. Lockheed
Martin es otra de las corporaciones de armamentos que en los últimos años
se lanzó en una suerte de loca carrera por adquirir pequeñas compañías
dedicadas a la informática, para entrar en el negocio Históricamente
dedicada a la fabricación de aviones como el Hércules C-130 y misiles
como el Trident, en los últimos años desarrolló el área de Integrated
System & Solutions para cobijar los nuevos proyectos de seguridad y
vigilancia, interna y externa . Fue Lockheed Martin una de las empresas
que más presionó para la invasión a Irak, en tiempos en que Bruce P.
Jackson (un ex oficial de Northrop
Grumman es la tercera fabricante de armas en los Estados Unidos y entre
sus especializaciones están los desarrollos logísticos de telemetría,
seguimiento por GPS, radares, localización rápida, análisis de tráfico
de datos, etc. Y también la fabricación de dispositivos RFID.
Muchos miembros del directorio, asesores de primera línea, jefes de áreas
estratégicas de NG formaron o forman parte de la administración Bush:
James Roche (durante dos años) quien enfatizó la necesidad de contar con
más radares y sistemas de vigilancia de avanzada (y caros) después del
11S; Paul Wolfowitz actual presidente del Banco Mundial y hasta hace poco
subsecretario de Defensa; el ex jefe de gabinete de asesores del
vicepresidente Dick Cheney, Lewis Scooter Libby; Dov Zhakien (Pentágono)
y Sean OKeefe (director de Pero
la relación entre esta empresa y las esferas políticas no termina aquí.
Una de las subsidiarias de Northrop Grumman, Vinell Corporation, que sirve
como una máscara para aquéllas operaciones que aparecen como riesgosas o
políticamente incorrectas, ha estado manejada por James Baker y Frank
Carlucci (ambos del Grupo Carlyle devenidos a funcionarios después) en
los últimos años.[57] Sabemos
lo que estás haciendo En
medio de este intricando ajedrez de intereses económicos y, en muchos
casos, personales, la dilucidación de dónde van a parar y quién maneja
los datos personales de los ciudadanos obtenidos por medio de las ID
Cards, los chips y demás medidas de identificación y rastreo se
transforma en un punto central de la discusión. No
sólo atañe a los norteamericanos o a los británicos, habida cuenta que
el gobierno de George Dabya Bush ha extendido su vigilancia a todos los
americanos tomando por primera vez, lamentablemente, como americanos a los
latinos. México, Costa Rica, Brasil, Argentina, Nicaragua, Guatemala, El
Salvador, Venezuela y Colombia todavía recuerdan el accionar en sus
territorios de la empresa norteamericana Choice Point, la que en el
2002 proveyó de información a Entre
el 2001 y el 2002, Choice Point sustrajo datos de diferente organismos
oficiales de estos países latinoamericanos y posteriormente los vendió a
dependencias de los Estados Unidos para ser utilizados con fines policíacos.
Así, Choice
Point es una empresa creada por el otrora piloto de vuelos de narcotráfico,
Hank Asher, a la sombra de las ideas del almirante John Poindexter
(condenado por cinco felonías por mentir al Congreso durante el escándalo
Irán-Contras en los años 80) mientras se desempeñó en la secreta
DARPA, que busca crear un registro de todos los americanos (incluidos,
parece, los que no viven en los Estados Unidos ni han nacido allí) para
evitar futuros ataques terroristas. Esta empresa, Choice Point, ha
realizado otros trabajos poco menos que sospechosos para la administración
Bush, como la depuración de los padrones del Estado de Florida para las
últimas elecciones, donde resultó notoriamente perjudicada por la
maniobra la población afroamericana, que en gran número no pudo votar al
haber sido sus nombres borrados del padrón, con lo cual quedaron abiertas
las puertas para el cuestionado triunfo de George W. Bush. Choice
Point, además, ostenta el extraño privilegio de ser la compañía de tráfico
seguro y recolección de datos que más robos, a manos de hackers,
sufrió en los últimos cuatro años. Dos exactamente que perjudicaron a más
de 170 mil personas sólo en territorio norteamericano. Asher también
es el creador de una base de datos de vehículos y personas que vende a
las policías estatales en su país, a la sombra de las nuevas normas de
identificación de personas que impulsa el gobierno de Bush. La criatura,
que recibió el ingenioso nombre de MATRIX ya ha tenido los primeros
tropezones, habida cuenta que varias personas descubrieron que una vez que
eran asentados en el MATRIX, sus datos pasaban a compañías gerenciadoras
de tarjetas de crédito o a marketers directamente que inundaron los
buzones de los desafortunados con ofertas no pedidas ni deseadas[60].
Las compañías de tarjetas de crédito, en tanto,
esperan obtener algún beneficio de la situación. Apenas el Center
for Information Policy Leadership invitó a Experian, Visa, Fidelity
y otras 13 empresas del sector a discutir cómo las bases de datos del
dinero plástico puede ser empleadas para combatir el terrorismo, todas al
unísono aseguraron que la iniciativa sólo puede funcionar si se relajan
las leyes sobre privacidad de la información. Otros
directamente salieron a pedir la modificación del Fair Credit
Reporting Act de Si
la mayor parte de los datos operativos para este programa (del cual los
funcionarios son poco afectos a hablar) serán tomados de Internet (que es
controlada por los Estados Unidos) las fronteras serán sólo una línea
de tinta en el mapa escolar. Una vez más el Nuevo Orden Mundial,
camuflado bajo su nueva terminología, la globalización, se hace
presente.
La
idea de llevar una etiqueta electrónica legible a distancia, que pueda
ser activada sin que lo sepamos, tener un documento de las mismas características
que además habilite el ingreso a nuestros datos más privados o llevar
implantado un chip de dimensiones infrahumanas que permita el
trackeo (seguimiento) de su portador por medio de satélites donde sea que
él vaya o se esconda, sabiendo lo que está haciendo, dónde, y con quién
(el para qué, queda liberado a la imaginación de los analistas de las
data base de las corporaciones político militares), desde el nacimiento
hasta la muerte, no parece ser la idea más acaba de una sociedad basada
en el respeto a las libertades individuales. Tal vez, la idea de
libertad y privacidad sea la clave. Algunos tienen una al menos, llamativa
forma de ver estos términos. Refiriéndose al hecho que las empresas
privadas llevan años recolectando datos de ciudadanos para aplicarlos
luego a sus negocios, una vez más Larry Ellison sostuvo que la privacidad
de la que están hablando, es una ilusión allá por septiembre de 2002,
tras lo que aseguró que todo lo que deben resignar son sus ilusiones, no
su privacidad en una frase más que esclarecedora.[63]. Pero
en el Mundo Feliz que avizoran las gigantes de la informática de la mano
de las empresas contratistas militares hay algunas nubes, no
convenientemente informadas, o deliberadamente omitidas. Al momento de
aprobar el Verichip para su uso en humanos, Obviamente,
Verichip Corporation no se hace responsable de ninguna contingencia
derivada del uso de sus productos. Así lo especifica en el contrato que
el cliente firma al momento de adquirir su chip. A pesar de las cláusulas
leoninas y de saber que es probable que en la emergencia la
información (es decir, lo más importante) no esté disponible, al
momento de presentar sus balances y papeles en Por
su parte, los militares son, tal vez, el grupo que más avanzado tiene el
estudio de las aplicaciones del chip. En una publicación especializada de
Es,
tal parece, el poder de saber dónde está Ud. con quién, haciendo qué,
comprando qué, a qué precio, para qué… en resumen saberlo todo sobre
una persona sin que nosotros sepamos quién, cuándo, dónde,
porqué, con qué fin es utilizada esa información. Y es también el
poder de obligarlo a ingresar en el sistema del chip implantado si esto es
conveniente para la globalización. Verichip
Corporation, al igual que otros fabricantes de dispositivos de
identificación por radio frecuencia, siempre enfatizan en la libre elección
del dispositivo. ¿Tiene uno libre elección si obedece órdenes, como en
el caso de los soldados? ¿La
tiene si mantener el trabajo depende de dejarse o no inyectar el chip? ¿Uno
es libre de elegir si al no aceptar una ID Card o el chip queda fuera
del sistema de seguridad social? ¿Existe elección genuina si no podemos
comprar alimentos a menos que tengamos un chip implantado?
¿Podremos comprar con dinero en efectivo o se retirará el dinero
de circulación, como muchos fanáticos del Verichip anuncian, en una
magistral jugada para salvar economías gigantescas quebradas, como la
norteamericana, haciéndose a la vez con el control de las cuentas de los
países que se avengan a utilizar el sistema?
¿Somos realmente libres de decir que no si el ingreso o
egreso de un país, el nuestro tal vez, va a estar supeditado a que
tengamos una ID Card o un chip bajo nuestra piel? ¿Podemos
esgrimir como argumentos los riesgos que implica la inserción del chip si
la misma empresa que los comercializa se deslinda de toda responsabilidad?
¿Qué pasa si mañana, porque a alguien le guste la cultura de
medio oriente y del resumen de tarjeta de crédito surge que esta persona
compró música de esa región del mundo, se la considera terrorista? La
lista de preguntas sin respuesta (o con respuestas poco amables) puede
seguir hasta el infinito. Los
mismos de siempre, que en la época de Bush padre no tenían empacho en
hablar de un Nuevo Orden Mundial, ahora se camuflan bajo la piel de una
seguridad global para seguir generando guerras, algunas más virtuales que
otras, pero en las cuales el enemigo no es ni Al Qaeda, ni Osama Bin
Laden, ni Hamas, sino, la ciudadanía en general; la cual, en su calidad
de Public Enemy debe ser vigilada, constreñida, controlada, seguida vía
satélite, espiada y marcada como bestia.
Susana
Iaschuk
es periodista, locutora e investigadora. Columnista y conductora de radio. ___________________________________________
Notas: |