El Traductor Gráfico

Informe sobre la verdadera realidad nacional e internacional de Movimiento por la Segunda República Argentina (MSRA)

 

Investigación y redacción: Adrian Salbuchi, Héctor Giuliano

No. 44 - 9 de diciembre de 2006

 

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 LA ECONOMÍA POST MEGACANJE KIRCHNER                                     

         La “política secreta” del Gobierno: ¿un Plan de Ajuste al revés?

                                                                Escribe el Lic. Héctor Giuliano (*)

 

La Política Económica del actual Gobierno en materia de Deuda Pública pareciera, en principio, difícil de definir; pero ello no se da tanto por la controversia que susciten sus acciones sino por la falta de acceso a informaciones clave de su Administración.

 

Los hechos concretos permiten plantear tres interpretaciones o hipótesis explicativas de la Política Económica, que se generan en el problema de la Deuda Pública y se proyectan desde allí a toda la Política Nacional:

  1. El Gobierno no tiene Política Económica,
  2. Como un derivado de lo anterior, la Administración no tiene otro remedio que vivir “tapando agujeros”, y
  3. El Gobierno tiene una Política Económica pero no lo dice, porque se trata de una “política secreta”.

En opinión del Autor, la respuesta a este interrogante estaría dada por una combinación de los puntos 2 y 3; y por ello el objeto de este trabajo es tratar de desentrañar cuáles son los lineamientos de esa “política secreta” del presidente Kirchner. 

 

 

Tomando como base los indicadores económicos positivos que se registran en la actualidad, resulta algo complejo deslindar en esto los méritos propios del actual Gobierno y los efectos de una “bonanza general” que se está dando en nuestro país y en gran parte de Iberoamérica.

 

Esto ocurre porque el Mundo se encuentra inmerso hoy en una nueva ola de Petrodólares y porque la presión de tal exceso de Capitales Financieros Internacionales amenaza una nueva o Tercera Ola de Endeudamiento (después de la Deuda Vieja de la década del ´70 y de la Deuda Nueva de la década del ´90).

 

A esta nueva oleada de petrodólares – que va unida al ingreso de fondos tradicionales y crecientes provenientes del narcotráfico, el comercio de armas y otros rubros ilícitos – se la denomina con el eufemismo “alta liquidez mundial”.

 

Uno de los problemas más graves que afronta nuestro país en estos días es precisamente la presión de estos capitales para abrir un nuevo ciclo de endeudamiento público que se agregue al ya insostenible nivel de Deuda que mantiene la Argentina.

 

 

 

LA DEUDA COMO CONDICIONANTE TOTAL.

La Deuda Pública – lo hemos dicho muchas veces – es un condicionante, total y absoluto, de las Finanzas Públicas y de la Política Económica en general.

 

Si no se entiende esto, no se entiende nada de Finanzas, de Economía y de Política, ya que los Ciclos Políticos dependen cada vez más de los Ciclos Financieros vinculados al Endeudamiento del Estado.

 

Dentro de este esquema se habló y se sigue hablando de Crisis en forma genérica, omitiendo precisar que este tipo de Crisis es Financiera antes que Económica; y que a lo que debiéramos referirnos, en realidad, es concretamente a las Crisis de Deuda, que son cíclicas y forman parte del Sistema de la Deuda.

 

Es el Sistema de Deuda Perpetua, que está regido por la Lógica de la Usura, según la cual el Deudor nunca deja de ser Deudor.

 

Por eso, el inicio de nuestro análisis empieza por preguntarnos si realmente la Argentina, después del default de Diciembre de 2001, ha salido o no de su Crisis de Deuda.

 

 

CUADRO DE SITUACIÓN.

 

Según cifras oficiales al 30.6.06 el stock de Deuda Pública es de 156.000 MD. (1)

 

Esta cifra es incompleta, porque no están incluidos aquí los Intereses que se capitalizan por anatocismo durante el primer decenio del Megacanje Kirchner del 2005 – algo más de 12.000 MD – y no está tomada la incidencia de la actualización de los bonos en pesos indexados por Inflación. (2)

 

La Argentina tendría que hacer frente a Intereses Devengados del orden de los 8.000 MD por año (3) pero las previsiones de pago presupuestarias son de aproximadamente la mitad: 3.500 MD en el 2006 (que ya se han incrementado en unos 1.000 MD adicionales) y 4.500 MD para el 2007.

 

Hoy nuestro país estaría teniendo así un aumento “inercial” de casi 10.000 MD anuales en el stock de su Deuda Pública: 5.500 MD por ajuste según CER (producto de un saldo de Deuda emitido en Pesos por un equivalente a 54.500 MD, indexado por Inflación del 10 %) y aproximadamente otros 4.000 MD de intereses capitalizados por anatocismo (la diferencia correspondiente a Intereses Devengados menos Intereses Pagados).

 

Paralelamente, está el problema que nuestro país no Amortiza Capital, sino que renueva continuamente los vencimientos que se producen del Principal de la Deuda, salvo una mínima parte que se está pagando de bonos en pesos.

 

Esto significa que la Argentina no sólo no está bajando su stock de Deuda sino que, por el contrario, la viene incrementando.

 

El Ministerio de Economía estima los vencimientos de Capital - en forma bajista - en el orden de los 10.000 MD anuales, pero la cifra real estaría entre 13 y 15.000 MD. Y con un saldo de Deuda que no desciende, porque no está previsto amortizar.

 

ESTO QUIERE DECIR, ENTONCES, QUE SI UN DEUDOR – EN ESTE CASO, EL GOBIERNO ARGENTINO – NO PUEDE AMORTIZAR CAPITAL Y SÓLO PAGA APROXIMADAMENTE LA MITAD DE LOS INTERESES, ESE DEUDOR SE ENCUENTRA EN VIRTUAL DEFAULT.

 

Una situación así sólo puede sostenerse mientras medie el roll over o renovación permanente de las obligaciones; y ello se hace a costa de tomar nueva Deuda a tasa más cara.

 

El piso del actual endeudamiento público argentino estaría en el nivel de los 170.000 MD reales, y no de los 156.000 MD consignados por el Ministerio de Economía, porque al saldo declarado oficialmente hay que sumarle los intereses capitalizados y las indexaciones de Deuda citadas.

 

Con el agravante que debiéramos contemplar aquí, además, la Deuda Cuasifiscal del Banco Central (BCRA) – en Letras y Notas – que suma el equivalente a otros 13.000 MD (unos 40.000 M$), por tratarse de un endeudamiento a través de una “ventanilla lateral” del Estado.

 

El piso de endeudamiento pasa así los 180.000 MD – un valor cercano al PBI, que para fin de este año se prevé del orden de los 200.000 MD – y ello, sin contar la valorización de las Unidades Ligadas al Crecimiento (ULPBI), cuyo monto ha sido estimado por Javier Llorens y Mario Cafiero en el orden de los 30.000 MD más.

 

No están incluídas en este total las Deudas Consolidadas de las Provincias y Municipios, ni la de los Fondos Fiduciarios y las Empresas del Estado.

 

El punto de situación actual de la Argentina, por lo tanto, más allá de los resultados positivos inmediatos que muestran los indicadores económicos, desde el punto de vista financiero es de virtual default frente a una Deuda que sigue siendo Impagable.

 

 

EL ORIGEN DE LA CRISIS.

 

Para entender cómo y por qué se ha llegado a esta situación después de la declaración de cesación de pagos y de la salida de la Convertibilidad, es necesario hacer unas breves reflexiones sobre la génesis de la Crisis de Deuda del 2001 y su modo de resolución hasta la fecha. (4)

 

EL PLAN DE CONVERTIBILIDAD FRACASÓ y este fracaso se produjo pese a su sostenimiento artificial durante una década a través del ingreso regular de una masa de Capitales Financieros que cubrían los déficit de Balanza de Pagos.

 

Pero la Causa de tal fracaso estuvo ligada más al Sistema de la Deuda que a la Convertibilidad en sí misma, que era sólo un instrumento o herramienta para facilitar la Política de Endeudamiento Público.

 

La esencia de este Plan era la instauración de una Economía Dolarizada, con la fijación de un Tipo de Cambio fijo y Peso sobrevaluado.

 

Esta “receta” tenía por finalidad que la Argentina – al convertir su recaudación fiscal obtenida en pesos a dólares según una paridad convencionalmente baja de 1 a 1 – estuviera en condiciones de transferir al Exterior mayores fondos para pago de los Servicios de Intereses de la Deuda Pública.

 

Por regla general, en efecto, un Tipo de Cambio bajo conviene al Sector Financiero Externo Acreedor y a las Empresas – extranjeras y argentinas – que remiten Utilidades fuera del país.

 

Al disponer de más divisas – fundamentalmente dólares – las posibilidades de un Endeudamiento Público adicional crecían también, con la supuesta ventaja de aumentar artificiosamente la capacidad de pago de la Argentina gracias a la política de dólar barato.

 

En este sentido EL PLAN DE CONVERTIBILIDAD (1991) FUE UN PRE-REQUISITO DEL PLAN BRADY (1992/93), porque sirvió para contratar la reestructuración de Deuda y las nuevas operaciones de Endeudamiento Público: la DEUDA NUEVA de la Década del ´90.

 

Pero este Plan fracasó, y lo hizo estrepitosamente aunque las causales de tal fracaso no han sido todavía suficientemente estudiadas, analizadas y - mucho menos - difundidas.

 

Como en tantos otros hechos concretos de nuestra Historia Contemporánea, también en el caso de la Crisis de Deuda del 2001 se soslaya profundizar las causas de la debacle y se pone más énfasis en los Efectos de la misma que en sus orígenes o Causas.

 

La razón  fundamental de la Crisis del 2001 fue la Deuda: el endeudamiento irresponsable sin capacidad de repago de la Argentina sostenido, en principio, bajo la “ilusión óptica” de la Política de Dólar Barato.

 

 

LA SALIDA DE LA CRISIS.

 

La causa inmediata o detonante de la Crisis del 2001 fue la imposibilidad de seguir afrontando el pago de los Intereses de la Deuda Pública (que en ese ejercicio sumaban más de 11.000 MD).

 

Esto ocurría porque nuestro país no sólo no podía reciclar mas Deuda - cuyos vencimientos por Capital pasaban los 20.000 MD anuales – sino que no podía siquiera cumplir con la tercera parte de sus Intereses.

 

Es decir – y esto es importante repetirlo - que el default sobrevino (como una suerte de “muerte anunciada” y conocida como tal por los grandes acreedores) cuando ya no pudo enmascararse más la insolvencia fiscal de la Argentina para responder a los compromisos tomados con total irresponsabilidad y sin capacidad de repago.

 

El problema que se planteaba – no ya a nuestro país sino a sus acreedores – era cómo podía restablecerse, a mediano plazo, la Política de Endeudamiento después del crack inevitable, que se avizoraba desde Abril de 2001, según lo demuestra la evolución de la salida de divisas entre esa fecha y la instauración del Corralito, a principios de Diciembre de ese año. (5)

 

La Argentina ya estaba en virtual default, un default que era perceptible desde el fracaso del Blindaje del año 2000, el incumplimiento reiterado con los Organismos Multilaterales de Crédito y el negociado de divisas producido con el último reembolso del FMI en Setiembre de 2001.

 

Cuando el régimen de Convertibilidad ya no podía ser usado más para soportar el sobreendeudamiento externo, vino entonces el inexorable “blanqueo” de la realidad y la preparación de la salida del esquema fracasado.

 

En ese momento se presentaban básicamente tres tipos de alternativas para el Gobierno: Dolarización, Devaluación y Moneda Paralela.

 

La Dolarización – sostenida por el ex presidente Menem – no era “solución” para los Acreedores Externos porque, con o sin dolarización, el país no tenía capacidad de pago para cubrir los servicios de la Deuda.

 

La Devaluación implicaba el riesgo de proyección a los precios internos, desatando una espiral hiperinflacionaria.

 

La utilización de una moneda paralela o “moneda-muleto” – planteada bajo el efímero gobierno Rodríguez Saá con la idea del “Argentino” - cualquiera sea el grado de desprolijidad con que pudiera haber sido llevada a cabo en esas circunstancias estaba, sin embargo, en la dirección correcta porque consistía en no salir, por lo menos en forma inmediata, de la paridad 1 a 1 y mediatizaba esa salida mientras se re-estabilizaba la Economía con grandes emprendimientos públicos y se investigaba la Ilegitimidad de la Deuda Externa; y todo ello se hacía con la puesta en circulación de una segunda o tercera moneda (según se la mida con respecto al peso o con respecto al dólar).

 

En opinión del Autor de este Trabajo el Golpe de Estado Institucional que se movió entonces contra el presidente Rodríguez Saá estuvo directamente relacionado con frustrar este intento de utilizar una moneda paralela para salir de la Convertibilidad e imponer, en cambio, una devaluación que llevara a una nueva paridad ajustada del tipo de cambio, a un compás de espera en el default y a la preparación de un nuevo ciclo futuro de Endeudamiento.

 

La diferencia fundamental entre las dos alternativas planteadas – Moneda Paralela versus Devaluación - residía en que la opción devaluatoria implicaba desatar una alta inflación interna que debía ser controlada a través de la caída del Salario Real (para frenar, en la medida de lo posible, su traslado a Precios) y que la nueva paridad futura del peso con respecto al dólar tenía que ser sostenida con un “salvataje” externo post-default (se hablaba entonces de un paquete de créditos por unos 25.000 MD, que supuestamente actuarían como reconstitución de Reservas de respaldo a la Base Monetaria).

 

La imposición de la Devaluación frente a la alternativa de emitir moneda paralela significaba, en la práctica, absorber las cuasi-monedas (LECOP nacional y bonos provinciales) transformándolas en Deuda Pública, “nacionalizar” las Deudas Públicas Provinciales (la mayoría de ellas, tanto o más ilegitimas que las del Estado Central)  y buscar una estabilización bajo nueva paridad monetaria, para volver así al Mercado de Capitales a los fines de reestructuración de la Deuda., sin cuestionamientos de ningún tipo.

 

Esta forma de salida constituía y configuró LA PARADOJA DE SALIR DE UNA CRISIS DE DEUDA PRECISAMENTE CON MÁS ENDEUDAMIENTO.

 

 

EL “ÉXITO” DE LAVAGNA.

 

El hombre que “piloteó” esta forma de salida de la Convertibilidad a través de la alternativa Devaluación – inmediatamente después del “trabajo sucio” de la renuncia a la paridad 1 a 1 por Remes-Lenicov y la consiguiente disparada inflacionaria – fue el Dr. Roberto Lavagna, Ministro de Economía de las administraciones Duhalde y Kirchner.

 

EL GRAN “ÉXITO” DEL DR. LAVAGNA FUE HABER LOGRADO QUE LA MACRO-DEVALUACIÓN DEL PESO NO SE TRANSFORMARA EN UNA HIPERINFLACIÓN INTERNA.

 

Y eso se consiguió, bajo su gestión, con un altísimo costo financiero, económico y social: el Corralón de los Depósitos, el subsidio al Sistema Bancario a través de Redescuentos del Banco Central, la caída más grande de la Historia Argentina en materia de Salarios Reales y Jubilaciones, el aumento brutal de la Pobreza y la Indigencia Social; y la instauración de regímenes asistenciales masivos para hacer frente a un nuevo estamento poblacional en la Sociedad Argentina: el de la Pobreza Estructural. Y, lo más importante, sin cuestionar el problema de la Deuda, que era y es la Causa de la Crisis Argentina.

 

Funcionalmente hablando, este esquema de salida de la Convertibilidad fue exitoso, en el sentido de haber logrado los fines de Estabilización buscados, a costa de los efectos citados, pero sin “estallidos sociales” y sin cambios sustanciales en la Clase Política.

 

Los resultados obtenidos en la Argentina fueron así comparativamente mejores y de mayor magnitud que los producidos con los ajustes post-default de Rusia en Agosto de 1998 y de Brasil en Enero de 1999.

 

Ambos antecedentes confirmaron ante los Acreedores Externos que era posible proceder a una macro-devaluación controlando los efectos hiperinflacionarios internos a través de una política de gobierno que soportase la fortísima regresión económica y social derivada de la Crisis de la Deuda.

 

La finalidad última de tal esquema de salida de la Convertibilidad -  tal como fue utilizado en la Argentina – era garantizar ante el Exterior una estabilización a mediano plazo que permitiese retornar lo más pronto posible al Mercado de Capitales lo que, en buen romance, significaba volver a endeudarse.

 

 

LA POLÍTICA PRESUNTA DEL GOBIERNO.

 

El dilema principal en la salida de la Convertibilidad era básicamente cómo superar el problema de los déficit gemelos – fiscal y de balanza de pagos – provocados por el Endeudamiento Público.

 

Durante la década del ´90, la Política de Dólar Barato favorecía la Transferencia de Capitales - a través del libre movimiento de entrada y salida de divisas con un “seguro de cambio gratuito” y avalado por Ley  - especialmente para colocaciones financieras locales a tasas de interés diferenciales mucho más altas que los niveles internacionales.

 

El stock de Reservas del BCRA se mantenía elevado gracias al ingreso de Capitales Financieros más que al de Inversiones Extranjeras Directas (IED) y descansaba sobre la paridad artificial de un peso sobrevaluado.

 

Esto se interrumpió con la Crisis de Deuda del 2001, después que la fuga masiva de Capitales blanqueó la incapacidad de pago del país y que el corte de la renovación de vencimientos llevó al default de Diciembre.

 

Viendo las cosas “desde el otro lado del mostrador” – esto es, en la visión de nuestros Acreedores – el problema era como restablecer en la Argentina, a mediano plazo, la estabilización monetaria quebrada, el mayor recupero posible de los valores de Deuda y como normalizar el Tipo de Cambio para que el país pudiera encarar un nuevo ciclo de endeudamiento.

 

La nueva experiencia – en la Argentina y en parte de Iberoamérica – era así re-estabilizar la situación con una nueva paridad monetaria, más alta que la anterior – la Política de Dólar Alto – pero revirtiendo los déficits gemelos para normalizar los pagos de la Deuda.

 

Es decir, resolver el problema de pasar de una Política de Endeudamiento con Dólar Barato a una  Política de Endeudamiento con Dólar Caro.

 

Para ello, el Gobierno Argentino debía producir una suerte de “Plan de Ajuste al revés”, en el sentido de pivotear fuertemente sobre el aumento de los Recursos mientras se lograba un retraso relativo en los niveles de Gasto Público.

 

La macrodevaluación de comienzos del 2002 – que eliminó la alternativa de moneda paralela pensada bajo Rodríguez Saá - reemplazó las cuasi-monedas existentes por más Deuda y provocó la más grande redistribución de ingresos regresiva de la Historia Argentina; y fue manejada en un marco de importantes cambios en las Finanzas Públicas.

 

Bajo un régimen de Emergencia Económica que continúa hasta nuestros días, el Estado pasó a tener una enorme masa de Recursos Extra-ordinarios, producto de varias fuentes principales:

1. Las Retenciones a las Exportaciones,

2. El Impuesto al Cheque,

3. El atraso de la actualización del Mínimo no Imponible en el Impuesto a las Ganancias,

4. El mantenimiento igualmente bajo del mínimo para el Impuesto a los Bienes Personales, y también

5. El IVA, que como Impuesto al Consumo en época de alta Inflación, sigue generando altos ingresos al Estado.

 

Paralelamente, el retraso salarial frente a la Inflación derivada de la Devaluación provocó la mayor caída en los ingresos reales de los asalariados y jubilados que se tenga memoria, licuando las Remuneraciones de la Administración Pública y del Sistema Previsional medidos en términos de dólar; el Desempleo y la Pobreza generalizados – inicio masivo de una nueva era de Pobreza Estructural en la Argentina – neutralizó en forma determinante las presiones de recupero salarial; y el Ajuste de Gastos Públicos sólo fue mitigado, parcialmente, con el aumento de los Planes Asistenciales paliativos de la pobreza generalizada que se había producido por la Crisis de la Deuda.

 

Con el agravante que gran parte de estos Programas de Asistencia Social fueron y son financiados con Deuda Externa tomada con los Organismos Multilaterales de Crédito – Banco Mundial (BM) y Banco Interamericano de Desarrollo (BID) – préstamos éstos que no tienen, por definición, capacidad de repago, porque constituye un despropósito tomar deuda en moneda extranjera para financiar planes sociales que se pagan en pesos.

 

Los elevados excedentes fiscales que se están registrando en la Argentina tienen esta explicación de base y constituyen la batería de herramientas excepcionales de cuya duración depende la continuidad del nuevo Modelo de Tipo de Cambio Alto dentro del Sistema de la Deuda Pública.

 

El proceso de normalización se afianzó finalmente, luego del desequilibrio inicial,  con la estabilidad del tipo de cambio a una “nueva paridad fija” de 3 a 1 – sostenida de hecho por el BCRA (6) – con la recuperación de los niveles de Reservas en divisas (cuestión vinculada a lo anterior) y, por último, con la vuelta al Mercado de Capitales, cuyo punto de nuevo arranque a nivel internacional fue el Megacanje Kirchner de 2005: el nuevo Plan Brady de la Argentina.

 

 

MEGACANJE SIN CAPACIDAD DE REPAGO.

 

En el trabajo antes citado sobre el Megacanje Kirchner de Junio de 2005 (2), el problema de esta nueva reestructuración de Deuda ha sido tratado en forma más pormenorizada.

 

Aquí sólo nos interesa destacar los compromisos y efectos principales derivados de dicha operación en lo tocante a la falta de capacidad de pago demostrada por parte del Gobierno.

 

Es el día de hoy que, pese a la buena cotización de los nuevos títulos del Megacanje, el Ministerio de Economía todavía sigue sin demostrar la Solvencia Fiscal a Mediano y Largo Plazo que debiera respaldar las expresiones de optimismo de sus funcionarios: la página web del Ministerio, en el rubro Ejercicio de Sustentabilidad de la Deuda Pública, sigue mostrando una leyenda que dice “página en construcción”.

 

La Economía Argentina post-Megacanje está signada por tres “agujeros negros” financieros de muy difícil resolución fiscal: 1. El aumento inercial de la Deuda Pública en pesos indexados por Inflación (unos 5.500 MD anuales), 2. La existencia de Tasas de Interés crecientes y la toma de nueva Deuda a tasas más caras (con un piso del 8 % para los Bonos del Estado y otro entre 6/7 y 12 % para Letras y Notas del BCRA, respectivamente), y 3. La capitalización de gran parte de los Intereses (aproximadamente la mitad de los 8.000 MD devengados por año).

 

Por eso – como se explicó más arriba – LA DEUDA PÚBLICA ESTÁ CRECIENDO HOY “INERCIALMENTE” AL RITMO DE UNOS 10.000 MD ANUALES.

 

Y a ello debe sumársele el “cheque en blanco” constituido por los cupones ligados al Crecimiento (UL PBI) – que Cafiero y Llorens estiman en el orden de los 30.000 MD a valores constantes - y por los compromisos de Recompra anticipada de Deuda (por el equivalente a otro 5 % sobre la diferencia entre las tasas de crecimiento económico reales y presupuestadas).

 

Estos conceptos – que se abonan, por primera vez, en Diciembre de este año – suponen un importe a pagar de unos 800 MD para ambos ítems; y en el año 2007 pudieran elevarse a más de 1.000 MD.

 

De hecho, el Gobierno Kirchner está destinando hoy gran parte de los excedentes de la recaudación fiscal – más de una tercera parte (unos 1.000 MD) – a reforzar los pagos por Intereses de la Deuda.

 

Los vencimientos de imposible cumplimiento en concepto de Capital, la potenciación de los Intereses (por tasas de interés crecientes, por capitalización de intereses y por indexación de bonos en pesos) y los adicionales a pagar por Unidades ligadas al PBI y por Recompra anticipada de Deuda constituyen una combinación financiera “explosiva” cuya magnitud aumenta como “bola de nieve” imparable para la Argentina.

 

Este tema – la Deuda sin Capacidad de Repago y el crecimiento de los compromisos a pagar por encima de las posibilidades fiscales – configura un cuadro gravísimo dentro de la Política de Estado de Endeudamiento Público que han venido siguiendo los distintos gobiernos de nuestro país y que ahora, bajo la Administración Kirchner, está dando un nuevo “salto cualitativo” que conlleva una Tercera Ola de Endeudamiento.

 

Y todo este esquema, que es vendido a la Opinión Pública como producto de una renegociación supuestamente exitosa, descansa en UN MEGACANJE QUE NO CIERRA. 

 

 

CRISIS DE DEUDA Y PERSPECTIVAS.

 

La Argentina no ha salido de su virtual default: el país no puede Amortizar Capital y sólo está pagando poco más de la mitad de los Intereses Devengados de su Deuda Pública.

 

Esta Deuda es superior a la declarada por el Gobierno Kirchner y está creciendo – como en la década del ´90 – a un ritmo de aproximadamente 10.000 MD anuales. 

La actual Administración está volviendo al Mercado de Capitales colocando Deuda nuevamente sin demostrar su capacidad de repago, mientras los sectores vinculados a la Banca Acreedora nos prodigan elogios y nos “fabrican” buenas notas.

 

Este proceso está ocultado a la Opinión Pública siguiendo una regla tradicional: la complicidad entre las Administraciones Gubernamentales de turno y los Medios de Comunicación masivos que dependen de las grandes Estructuras de Poder Económico-Financiero.

 

Pero, más tarde o más temprano, las inconsistencias de este “nuevo Modelo internacional” que se está ensayando hoy en la Argentina, después del fracaso del modelo de la Convertibilidad, van a terminar mostrando inexorablemente sus efectos.

 

La experiencia internacional parece indicar que los grandes Países Deudores, como la Argentina, no pueden sostener el cumplimiento de sus planes económicos y financieros sin caer en reestructuraciones de Deuda que tienen un ciclo de tiempo entre tres y cinco años.

 

En este sentido, los Ciclos Financieros se corresponden, cada vez más, con los Ciclos Políticos; y no es casual que pesados escalones de compromisos se agraven con los cambios de períodos de Gobierno (como, en nuestro caso, el 2008-2010).

 

Embarcado, forzosamente, en la navegación por las azarosas aguas de la Política de Endeudamiento, la Administración Kirchner estaría apelando a varios distractivos de la Opinión Pública que, mientras los indicadores macroeconómicos sigan dando positivos, le sirven para “patear hacia adelante”, una vez más, la problemática de la Deuda. (7)

 

Pese a que las autoridades de Economía muestran serenidad frente al grave panorama financiero de aumento del Endeudamiento Argentino y sus Servicios, los hechos concretos avanzan sin pausa dentro del nuevo esquema de Dólar Alto y toma de Deuda a tasa más cara.

 

El Gobierno Kirchner, en este aspecto, básicamente no ha hecho sino lo que las administraciones anteriores: entrar y tratar de mantenerse en un régimen de Patrón Dólar a Paridad Fija sostenida con Deuda Pública.

 

Y el “nuevo modelo” – en este caso, con la variante Tipo de Cambio Alto  en lugar de Bajo - resistirá mientras los Capitales Financieros sostengan ese Tipo de Cambio con endeudamiento a corto plazo a través del Banco Central y con endeudamiento a mediano y eventualmente largo plazo vía Tesoro Nacional. 

 

La diferencia - que pese a su importancia sigue siendo de forma más que de fondo - reside en el nivel de la paridad pero no en la lógica del Endeudamiento.

 

Estamos entonces frente a una reformulación parcial y, en cierto sentido, “cosmética” del problema de la Deuda, de un cambio aparente pero no de un replanteo verdadero de la cuestión en  función de los Intereses Nacionales, de una ficción en la capacidad de pago del país y, en definitiva, de un engaño a la Opinión Pública y a la Ciudadanía Argentina.

 

ES EL ERROR Y LA MENTIRA DE QUERER LIBERARSE DEL PROBLEMA DE LA DEUDA SIN SALIR DEL SISTEMA DE LA DEUDA.-

 

 

(*)  Hector Giluano - Licenciado en Administración (egresado de la Facultad de Ciencias Económicas, UBA, en 1964); especialista en la problemática de la Deuda Externa y su relación con las Finanzas Públicas y la Política Económica Argentina.  Miembro del Proyecto PAD (Programa Argentino de Desarrollo), de la Academia Argentina de Asuntos Internacionales (AAAI); y de CREAR - Consejo Regional Estratégico Argentino.  Autor del libro “Problemática de la Deuda Pública Argentina” (Tomo I: La Dueda bajo la Administración Kirchner – Grupo Editor del Encuentro, Buenos Aires, 2006, 347 págs.)

 

 

NOTAS:

 

1)       MD es abreviatura de Millones de Dólares, así como M$ lo es de Millones de Pesos.

2)       El tema de la Capitalización de Intereses está tratado dentro del trabajo “El Megacanje Kirchner”, publicado en El Traductor 39, del 1.6.06.

3)       El asunto de los Intereses está tratado en detalle en el trabajo “El Quantum de los Intereses de la Deuda”, publicado en El Traductor 31, del 18.11.05.

4)       El saldo oficial de la Deuda Pública a Diciembre de 2001 era de 145.000 MD mientras que el saldo después del Megacanje 2005 era de unos 163.000 MD y hoy, como dijimos, está en el orden de los 170/180.000 MD. De hecho, SALIMOS DEL DEFAULT CON MÁS STOCK DE DEUDA QUE CUANDO ENTRAMOS.

5)       Para la cronología de la salida de divisas véase el libro “Argentina robada” de Mario Cafiero y Javier Llorens (Ed. Machi, Buenos Aires, 2002).

6)       El Banco Central emite dinero sin respaldo para comprar dólares, que aumentan las Reservas Internacionales. Pero luego, el mismo BCRA sale al Mercado a colocar (entre el reducido grupo de los principales grandes Bancos que operan en la Argentina) LEBAC y NOBAC para “esterilizar” la liquidez producida por esa emisión de pesos. Y como por esta emisión de Letras y Notas a corto y mediano plazo – que son Deuda Cuasifiscal – paga elevadas tasas de interés, resulta así que, en forma indirecta, NOS ESTAMOS ENDEUDANDO TAMBIÉN POR ESTA “VENTANILLA LATERAL”, PARA COMPRAR RESERVAS (una gran parte de las cuales, como en el caso del FMI, se utilizan para pagar más Deuda Externa).

7)       El viejo tema de los “distractivos” puede tener, obviamente, muchas ramas pero, en lo concreto e inmediato, pudiera estar bastante focalizado hoy en la Argentina. Sin negar con ello la entidad de los problemas planteados, el manejo de la cuestión de las pasteras del Bajo Uruguay pudiera constituir uno de los ejemplos en este sentido, ya que cumple el doble papel funcional de apartar la atención pública de los serios temas internos de la administración Kirchner en la Argentina y de la coalición política de Tabaré Vázquez en el Uruguay. De la misma manera, en el caso argentino, la irrupción de la eventual candidatura a presidente del ex ministro Lavagna también puede resultar sospechosa, dado que su postulación prematura sirve para dividir la oposición política y parece estimulada por la sobre-reacción del Gobierno que, al darle importancia, es como si lo promoviera en calidad de candidato más fácilmente derrotable en las elecciones. En este sentido, Lavagna pudiera jugar un rol parecido al de Bordón frente a la reelección de Menem en el ´95.

 

 

APÉNDICE

 

En la página web del Ministerio de Economía hay un espacio que dice: “Escríbale a la Ministra (Lic. Felisa J. MICELI): Consultas, Sugerencias, Inquietudes.”

 

Con fecha 21.3.06 el Autor de este Trabajo se dirigió por esa vía para formular cinco preguntas específicas relacionadas con la Deuda Pública Argentina que no aparecen en la información oficial:

    1. Cuál es el total de los Intereses Devengados - no pagados - por año (dado que el suscripto lo estimaba en unos 8.000 MD),
    2. Cuánto suman los Intereses Capitalizados por Anatocismo en el decenio 2005-2014 (que se entiende son más de 12.000 MD),
    3. Cuál es la estimación de crecimiento anual de la Deuda por Indexación (que se sabe es superior a los 5.000 MD),
    4. Cuál es la Tasa de Interés Promedio Ponderada de la Deuda con incidencia de la actualización por CER en la base de Capital (que al Autor le da más del 5 % anual, como “piso”), y
    5. Cuál es la Tasa de Interés Promedio de los Bonos Hold Outs (los títulos no ingresados en el Megacanje del 2005) y su monto acumulado hasta la fecha (que pasaría los 27.000 MD mientras que, para el Ministerio de Economía, entre Capital e Intereses no llegaría a los 25.000 MD).

 

Se aclaraba en la nota que todos esos datos y/o estimaciones – que, por otra parte, constituyen informaciones elementales e indispensables que ya tienen que obrar en la Secretaría de Finanzas -  se solicitaban aunque sea en forma aproximada, como proyecciones según la última información disponible.

 

Este pedido de información fue reiterado a mediados de Abril y luego, por mensaje del 8.5.06.

 

Con fecha 29.8.06 (cinco meses después del pedido de información formulado originariamente) el Autor recibió una respuesta del Ministerio de Economía cuyo texto decía lo siguiente:

 

 

“Con relación a obtener información sobre el presupuesto y el gasto público puede consultar la web de este Ministerio en la parte de Secretaría de Hacienda. Ingresando ahí, luego en la Oficina Nacional de Presupuesto, en la parte señalada como Administración y Gastos por Finalidad. Atentamente.”

 

 

Nota del Autor: Al contrario de lo indicado por la oficina ministerial, las informaciones solicitadas no figuran en los sitios indicados en el mensaje, ni en ninguna otra parte de la página web del MECON, y tampoco están incluídas en el contenido del Presupuesto.

 

Lo notable es que con fecha 10.10.06 (es decir, casi siete meses después de la consulta original) el Autor de este Trabajo recibió otra respuesta del Ministerio de Economía, que decía textualmente lo siguiente:

 

“Respuesta: Estimado Héctor Giuliano:

 

Este espacio es superado por el carácter de su consulta. Las mismas podrá

contemplarlas tanto en los documentos que este Gobierno viene elaborando, las entrevistas, resoluciones y actividades públicas. Atentamente.”

 

Cabe destacar que después de remitir cada mensaje a la Ministra de Economía, en la pantalla aparece una leyenda que dice: “Su consulta ha sido enviada exitosamente. A la brevedad recibirá la respuesta.”