NOSOTROS
CONTRA NUESTRA ÉPOCA - MITOLOGÍA Y REALIDAD
por
Mario Di Spalatro
Somos hijos de nuestra época, y como tales debemos
superarla, pues esa es la misión que la naturaleza nos tiene encomendada.
Nuestro fin es superar en nosotros mismos nuestra época, convirtiéndonos en
"intemporales. Y nuestra lucha debe dirigirse hacía aquello que constituye
nuestra época. Estas palabras no son mías, son de una mente que ha
trascendido milenios y decidió instalarse en el cerebro de un hombre cuyo
nombre era Federico Nietzsche (1844 - 1900).
Mi fin en este mensaje no es hablar sobre Él (pues palabras me sobran), sino
más bien sobre un tema cuya importancia es suprema. El tema es archí
conocidísimo por nosotros, pues es por lo que, al menos yo, escribo a esta
página. Escribiré sobre nuestra época, sobre esta época de la cual nosotros
somos sus hijos.
A mí me gusta presentar las cosas desde el principio, para luego llegar bien
al fin, con todos los argumentos e hipótesis bien acomodadas, para que a
nadie se le escape nada y puedan hablar o cuestionarse de manera segura.
Quien sabe empezar desde el principio, me permitirá
empezar por la mitología griega: La cuna de la cultura de occidente (que ya
casi no existe). Se puede ir más al principio, tal vez a la mitología
nórdica o hindú o egipcia... pero elijo la griega (seré sincero) por una
cuestión de afecto.
Supondré que todos más o menos tenemos idea de la
genealogía de los dioses griegos (Hesiodo, Teogonía; en su defecto), por
ello iré hablando de manera resumida:
Bien sabido es que al principio todo era Caos, y que de
él emergieron Gea (Tierra), junto con Tártaro (Tinieblas), Eros (Amor),
Érebo (Oscuridad), Nix (Noche). De la Noche surgieron Éter (cielo superior,
aire claro). Y Hémera (luz) como fruto de sus amores con Érebo.
Gea de sí misma dio a luz a Urano (Cielo), para que la
protegiera por todas partes y ser asiento seguro de todos los dioses.
También dio a luz al Ponto (Mar) y a las Montañas.
Acostándose con Urano engendró a Océano, a Ceo, a Crio, a Hiperión , a
Jápeto, a Tea, a Rea, a Temis (Ley), a Mnemósine (Memoria), a Febe y a Tetis
(Fecundidad femenina). Después de estos nació Crono (Tiempo) el más temible
de los hijos y se llenó de odio hacia su vigoroso padre.
Cuantos nacieron de Gea y Urano, los más terribles de los hijos estaban
irritados con su padre, puesto que en cuento nacían él los ocultaba en el
seno de Gea, sin dejarlos salir.
Gea sufría por los actos de Urano, y tramó una malvada artimaña. Fabricó una
gran hoz y explicó el plan a sus hijos. Todos se atemorizaron al escuchar el
plan, pues requería enfrentarse con el vigoroso Urano. Mas Crono, como el
más astuto, cobró animo y aceptó ejecutar el plan.
Gea se alegró al escucharlo. Tras ocultarlo, lo colocó para la emboscada y
puso en su mano la gran y afilada hoz y le enseñó todo el engaño.
Cuando vino Urano trayendo la noche y deseoso de amor se echó sobre Gea y se
extendió por todas partes. Crono, aprovechando el momento, salió de su
emboscada y lo alcanzó con la mano izquierda, a la vez que con la derecha
tomó la larga hoz y enseguida segó los genitales de su padre y los
arrojó hacía atrás.
De esos genitales, que los recogió el Ponto y fueron llevados a través del
mar mientras se formaba espuma que salía del inmortal miembro, una muchacha
se formó: Afrodita (Amor sexual y Seducción). Luego navegó hacia Citera y de
allí se fue a Chipre.
Urano quedó estéril, y solía llamar despectivamente a sus hijos Titanes (del
griego "tisis", venganza), puesto que al intentar vengarse con insensatez,
habían realizado una terrible acción por la que después obtendrían venganza.
De Crono y Rea nacieron Hestia (diosa del hogar),
Deméter (diosa del cultivo), Hera (diosa del matrimonio), Hades (dios de los
muertos), Poseidón, (dios de los mares) y el prudente Zeus (padre de los
dioses y los hombres).
A ellos los devoraba Crono cuando nacían, pues habían sido enterados por Gea
y Urano que tenía como destino perecer a manos de uno de sus hijos, aunque
fuera fuerte. Por estas acciones de Crono, Rea sufría terriblemente.
Pero cuando iba a dar a luz a Zeus, suplicaba a sus padres, (Gea y Urano)
que la ayudaran en su plan, para que sin que se de cuenta Crono, pariera a
su hijo y éste lo vengué por lo que hizo y hacía.
Ellos obedecieron a su hija y la enviaron a Licto, un rico pueblo de Creta.
Donde dio a luz a Zeus y Gea lo tomó y ocultó para educarlo y alimentarlo.
Rea por su parte envolvió una gran roca en pañales y se la entregó a Crono,
este se la comió inmediatamente sin darse cuenta del engaño.
Cuando Zeus ya estaba maduro, y al llegar el momento oportuno, Crono fue
vencido por él e hizo que vomite a la gran roca primero, y luego a sus hijos.
Luego libero a los hermanos de su padre (los gigantes Brontes, Estéreopes y
Arges) que en su locura los encadenó. Éstos les guardaron reconocimiento por
sus buenas acciones y le concedieron el trueno, el llameante rayo y el
relámpago.
Luego se disputó una batalla por el poder del universo,
los doce titanes por un lado y los seis hijos de Crono junto con los tres
cíclopes y los tres Hecantoquiros (Coto, Briareo y Giges), comandados por
Zeus. La batalla la ganaron luego de duras y largas batallas el bando de
Zeus, éste los mandó al Tártaro, en las oscuras profundidades de la Tierra.
A pesar de todo lo que se puede aprender de este
pequeño relato, yo destacaré solamente el hecho que nos compete en esta
ocasión: el Tiempo vencido por su más joven hijo.
Yo decía que somos hijos de esta época, y que vemos
ante nuestros ojos como todo los valores, tradiciones, almas, mentes, razas,
se destruyen y se disuelven mientras pasa el tiempo ante nuestros ojos. El
Tiempo, es decir, el devenir, nos guste o no, siempre se come las cosas si
uno no las protege, como hizo Rea; nada perdura, mas todo es restituible en
su esencia. ¿Y quién es aquel que restituye las cosas? Pues el hijo de ese
tiempo que logre tener la suficiente fuerza y astucia para devolverle el
esplendor y el orden a la vida, aquel que sea enemigo de su propia época,
aquel que asesine a golpes a lo perjudicial y oscuro de su tiempo y haga que
devuelva todo lo noble y hermoso que antes existía, como cuando Cronos
vomitó a sus hijos por los golpes de su poderoso hijo. Uno no tiene por qué
dejarse comer (dominar) por su tiempo, como hace la mayoría, sino redimirlo,
como hizo Zeus. Y tal vez ese alguien, como Zeus, reine entre los mortales y
ponga un Nuevo y Mejor Orden para la posteridad.
Algunos dirán que mi hipótesis es simple y rebuscada,
pues yo creo que no tiene por qué ser difícil, pues no hay necesidad de
andar con rodeos y menos cuando se trata de algo más espiritual que
intelectual. Les digo también que de lo simple es de lo que más cuesta
aprender; y que lo difícil y entramado es, por lo general, engañoso.
En cuanto al rebusque, no lo niego. Quién sabe, tal vez la mitología son
cuentos para unos y soluciones en códigos para otros. O tal vez era algo muy
íntimo de los griegos que solo ellos podrían interpretar de cierta manera...
vuelvo a preguntar: ¿Quién sabe? Tal vez otros tengan otra explicación, pero
solo hay UNA explicación.
Otros dirán que bromeo con esto, que son solo mitos, mitos que pertenecían a
una civilización que ha dejado de existir en el mundo y que no se acoplan
para nada con nuestra realidad y época. Pues bien, a estos le digo que para
nada comprendieron la enseñanza de la Historia. Pues hay algo que otras
civilizaciones tenían que nosotros no: la inclinación hacia lo ETERNO.
Quiero aclararle a las gentes pequeñas y cálidas, que
no ven más allá de lo que "ven" sus ojos, que piensan que en este relato se
encuentra agresividad y promiscuidad entre familiares divinos y que por ende
corrompen la juventud, el orden, la paz, etc, etc... Que esta manera de ver
la realidad, por medio de mitos, fue formulada por los griegos y luego
adoptada por los romanos, pueblos e imperios que fueron la cuna de la
civilización y el progreso positivo de la humanidad hacia un tipo de hombre
superior. Estas civilizaciones, con sus hombres y pensadores, han dejado de
existir y no volverán a existir físicamente... mas la esencia, el espíritu,
que a través de sus legados se puede apreciar, aun puede resurgir: pues eso
será lo último que se comerá el Tiempo si él sale triunfante.
Por ello no hay que obedecer religiones de sumisión
ante el devenir, como el cristianismo, pues como verán, favorecen a que el
Tiempo se coma más rápido lo que nace; es más, favoreció a que el Tiempo
destruya todo lo que iba encaminado perfecta y derechamente hacia lo Eterno
y perfecto. Hay que seguir los mitos griegos y filosofías que partan de
filósofos presocráticos y romanos; hay que seguir el ejemplo que nos dejaron
esas razas de hombres tan superiores a nosotros, que lamentablemente hoy ya
no existen, pues se las ha comido el Tiempo; Hay que seguir el ejemplo de
Zeus y rebelarnos con astucia y violencia contra nuestro Tiempo y redimirlo,
pues aunque seamos hijos de él, a él no le importará en lo más mínimo. Nos
comerá vivos.
A parte, dije que esto era solo el principio de mi
mensaje hacia ustedes. Quiero que por ahora ustedes sepan que desde los
dioses este mismo hecho se da: en la mitología es Zeus contra su padre,
Crono (Tiempo); en nuestra realidad es, pues, nosotros contra nuestro padre,
el Tiempo, nuestra época.
Por lo tanto, mi mensaje continuará.
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