EL
NACIONALISMO ANTE LAS ELECCIONES DEL 23 DE OCTUBRE: POR UNA NUEVA
RECONQUISTA
El circo electoral ha vomitado su veredicto.
Todos los que participan del “reparto” callan las miserias de un
sistema inmoral porque se benefician del mismo. Los que hoy no han sido
beneficiados por el sufragio hacen silencio, a la espera de su turno, en
la próxima oportunidad electoral. Oficialismo y oposición cuentan sus
votos obtenidos mediante la manipulación y la mentira, la hipocresía y
el engaño, las promesas electorales y el soborno mediático. Unos y otros
aspiran a su parte del botín.
El sistema demoliberal está basado en una triple mentira: la
mentira de la soberanía popular, por la cual se le hace creer al
electorado que puede otorgar o transmitir un poder del que carece; la
mentira de la representatividad de los partidos políticos, transformados
por la fuerza en únicos y obligatorios vehículos de representación política,
y la mentira de que la mayoría de electores es infalible.
Nunca hemos creído en el régimen liberal partidocrático. Nunca
hemos aceptado sus reglas de juego. Ni por convicción ni por conveniencia.
No convalidamos la pantomima partidocrática.
No nos resignamos a ver nuestra nación postrada a merced de una
banda de facinerosos que se enriquecen a costa del esfuerzo general,
mientras declaman la existencia de un “modelo nacional y popular”, máscara
bajo la cual ocultan sus inconfesables intenciones. No permaneceremos inmóviles
a la espera de otro turno presidencial que será más de lo mismo, pues un
sistema corrupto y corruptor sólo engendra gobiernos corruptos. Nosotros
eliminaremos el botín. No nos quedaremos maniatados a la espera de que un
nuevo corrupto sustituya a la corrupta actual. Nosotros reivindicaremos
los puestos de gobierno como sitios de servicio a la comunidad, y no de
turno para el latrocinio.
No nos resignamos a una seguidilla de turnos electorales en la que
se alternen los que más prometan, más subsidien, y más roben.
No nos resignamos a pensar desde el egoísmo personal del que
quiere seguir disfrutando de su puesto público; de su “plan”; de
comprarse en cuotas el más moderno artefacto electrónico; del
asistencialismo o del clientelismo más desvergonzado. Queremos argentinos
dignos en una Patria digna. No meros “clientes” del gobierno de turno.
No nos importa la suma de votos que refleja el cambiante
sentimiento de la multitud, exteriorizada cobardemente en el sufragio anónimo.
Nos importan aquellos capaces de dar testimonio, hasta con su propia vida,
de lo que piensan, creen y defienden.
Lucharemos contra la “amnesia” oportunista de los jueces dóciles
a los mandatos de la neoguerrilla enquistada en el poder, que han decidido
olvidar el ataque sufrido por
Reivindicaremos el orden natural frente a tanta degeneración y
escarnio de la familia argentina: El matrimonio entre un hombre y una
mujer; el respeto de la vida desde la concepción hasta la muerte natural;
el derecho de los padres a elegir la educación para sus hijos.
Nos opondremos a la tergiversación de la historia reciente; al
encumbramiento político de los dirigentes terroristas de ayer; a la
inmoralidad de los funcionarios enriquecidos por medio de la coima y el
soborno, y al desfile obsceno de todas las perversiones.
A la fuerza del voto pusilánime le opondremos el ímpetu de la
militancia valerosa, para disputarle la calle al kirchnerismo, al
progresismo en cualquiera de sus múltiples disfraces, a la izquierda en
todos sus matices, al liberalismo ciego y cobarde, a las huestes de los
diversos caudillejos provinciales que dominan a sus votantes con el dinero
público.
Hasta que ARGENTINO:
NO TE RINDAS VANGUARDIA DE
vanguardia1@argentina.com
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