FRANCISCO
DE PAULA CASTAÑEDA
El Padre
Castañeda, alias “Carancho”, luchó incansablemente con su pluma
filosa en los periódicos que el mismo fundaba, entre otros:
“El Lobera”
“La Verdad Desnuda”
“Vete Portugués que aquí no es”.
"Eu no me meto con ninguem"
"ven portugués que aquí es"
"Buenos Aires cautiva"
"Nación Argentina decapitada por el nuevo catilina Juan
Lavalle."
“El Doña María Retazos”
“El despertador Teofilantrópico Misticopolítico”
“El Doña Matrona Comendadora de los cuatro periodistas”
“El desengañador gauchi-político, fedeimontonero, chacuacoriental,
chotiprotector, putripublicador de todos los hombres que viven y mueren
descuidados en el siglo diez y nueve de nuestra era cristiana”.
Desde sus periódicos descargó sus dardos y su artillería verbal
contra sus enemigos políticos, a quien no dudó en ridiculizar y poner
originales apodos, utilizando seudónimos que el mismo se atribuía.
Tuvo la predilección por los seudónimos con “Doña”. En el “Desengañador
Gauchipolitico” del 5 de agosto de 1820 firmaba un Comunicado como “Doña
viuda de la Patria” y en distintas oportunidades lo hizo con “”Doña
Aburrida de Ingratos”, “Doña a Veces me Falta la Paciencia”, “Doña
Detesta Niños”, “Doña Honesta Recreación, “Doña Lección no
Interrumpida”, “Doña Estense los Cristos Quedos” o “Doña
Mejor Jugador no Debe Quedar sin Cartas”.
Ofendido por los apodos que el Padre Castañeda le endilgaba, el general
Hilarión de la Quintana lo llamó “Fraile Bigardo” (Fraile
desenvuelto y de vida libre) y lo amenazó con hacerle dar “cincuenta
azotes borneados por un negro” . Lejos de amedrentarse, el fraile le
respondió al militar: “Mientras el general con su espada ande
buscando el corazón de Fray Francisco, entre tanto sayal y tanta jerga,
el Padre Fray Francisco le encontrará la boca y no le dejará diente a
vida ni para comer mazamorra”
A Bernardo González Rivadavia, más conocido como Bernardino Rivadavia le
dedcó estos versos:
"No hay provenir maravilloso
ni otro contenido más delicado
que librarse del Sapo del Diluvio
El Sapo es Rivadavia o Rivaduvio
o el Robespierre el renegado".
También lo apodó “Crispinillo el Trompudo”, en su canción
“El Teruleque”, “Escriba”, “Doctor Bernardino Garrapata”
y “Don Bernardote Riobombo” en el periódico “Vete Portugués
que aquí no es”
También se refiriéndose a Rivadavia “Del nuevo Don Quijote de La
Mancha, de la trompa grandísima, del inflado con antiparras, del sapo
diluviano, del escuerzo de Buenos Aires, del Rey loco, del Ombú empapado
en aguardiente, del Doctor en Ignorancia, de la Sota de Bastos (…) ¡Libera
nos Domine!”
Mientras las provincias luchaban con los españoles por al independencia,
los emisarios de Buenos Aires Rivadavia y Valentín Gómez recorrían las
cortes de Europa en busca un príncipe para coronar en el Río de la
Plata.
Pueyredón ofrecía la corona a algún príncipe de Francia …” a la
familia tan querida de nuestros corazones”…(la de Borbón-Orleans).
Los ingleses no querían la coronación de un francés que compensaría la
balanza (hasta ese entonces totalmente favorable al comercio ingles), y
preferían la dependencia de España y la libertad del comercio ingles.
Como no pudieron conseguir un príncipe de “pais de primer orden”
para gobernarnos, a Valentín Gómez le ofrecieron un “premio
consuelo” para que se corone a Carlos Luis de Borbón, Príncipe de Luca
...”un joven, casi un niño, del que solo puede enterarse que tocaba
el violín y era soberano de un pequeño Estado Italiano”...Se
negoció en forma reservada y se aprobó en forma secreta por el Congreso.
Como Valentín Gómez (preparándose para la próxima ceremonia) trajo un
peluquín de Europa para tapar su pelada, el siempre original padre Castañeda
le diría en verso:
"Mama Valentina.
se puso peluca,
cuando fue a traernos,
al duque de Luca."
Fuente: Cutolo-Ibarguren (h). Apodos y denominativos en la historia
argentina.
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