CIENTOS
DE TONELADAS DE PECES MUERTOS MUY CERCA DE LA COSTA
por
Eduardo Jara
Por
negligencia de las autoridades argentinas, se les permite a las
empresas pesqueras arrojar al mar todo aquel pescado que no le sirve
para la venta, provocando grandes inconvenientes ecológicos y
echando a perder valioso alimento...
¿Es
la contaminación?
¿Es un fenómeno natural?
No, es simplemente Argentina...
En el primer mandato de Carlos Menem como presidente, un joven
secretario de agricultura, ganadería y pesca de la Nación , muy
promisorio, muy prometedor, tuvo una desastrosa idea:
retirar los inspectores que iban a bordo de los pesqueros y los
fresqueros que buscaban langostinos, cambiándolos por meros
'observadores' , con un casi nulo poder de policía...
*(FELIPE SOLA, luego gobernador de prov.Bs As y ahora será diputado
¡¡¡que vergüenza!!!que impunidad!!!)
Este
hecho coincidió casualmente (o no tanto) con otras dos situaciones
desgraciadas....
1) La Comunidad Económica Europea expulsó de sus mares a los
buques congeladores que eran altamente depredadores.
Ante
la imposibilidad de trabajar en el viejo continente, las grandes
empresas españolas emigraron hacia Argentina, donde la depredación
es una palabra desconocida, casi sin uso.
2)
Las autoridades provinciales de Santa cruz y Chubut en los noventa
completaron el círculo permitiendo a las naves factorías foráneas
a tirar (sí, a tirar por la borda) aquel pescado que no les
conviniera...
Desde entonces, los buques que buscan langostinos sólo se interesan
por esta especie, que cuesta en el mercado internacional 18 dólares
el kilo.
Escuchó bien, casi 60 pesos el kilo...
Por ello, arrojan al mar la merluza, el cazón, el abadejo, las
rayas y hasta el salmón que caen en sus redes.
Como la merluza es un predador del langostino, ejemplares de muchísimo
kilaje quedan atrapados, son llevados a la cubierta y luego
arrojados al mar...
Como estos peces viven a 80 o 90 metros bajo la superficie, una vez
subidos al barco mueren por una normal diferencia de presión...
Aunque
sean devueltos al océano, ya están muertos.
¿Quién se los come? Acertó...los albatros y las gaviotas...
¿Sabe cuántas toneladas de merluza tira al mar cada uno de estos
barcos de 40 o 50 metros de eslora? 10 toneladas diarias...10.000 kilos...
Siga sumando con nosotros...10.000 kilos por día, sólo de merluza (no estamos contando
centolla, ni abadejo, ni cazón, ni salmón, ni nada de eso) hay que
multiplicarlos por la cantidad de barcos que salen a buscar
langostinos...
¿Sabe cuántos son, cada día, sólo en esa zona?
Nunca menos de cien...Multiplique, cien barcos, que tiran diez mil kilos de merluza, son
un millón de kilos de pescado arrojados al mar cada vez que sale el
sol....
¿Sabe cuántos argentinos podrían comer estos manjares gratis cada
día?
Un millón de compatriotas, que dejarían de tener hambre, porque un
kilo de excelente pescado es un regalo de los dioses...
¿Sabe cuál es el país que tiene la mejor educación y la tecnología
más avanzada del mundo?
¿Sabe cuál es la base de la comida nipona?
No es el arroz, como nos hacen creer....es el pescado.
¿Hace falta detallar las virtudes que les traería a nuestros
chicos alimentar sus cerebros con fósforo de nuestros mejores
ejemplares marinos?
Estos números que causan vergüenza fueron denunciados una y otra
vez por los marineros no nucleados en el SOMU, el sindicato que
dirige el impresentable 'Caballo' Suárez, ese irresponsable titular
del gremio marino que se emborrachó en medio de una gira de
Cristina Kirchner por Europa, generando un escándalo que motivó
que lo sacaran de la delegación...
La oposición a Suárez les ha implorado a los empresarios, a los
gobernadores patagónicos y a las autoridades nacionales, que
terminen con esta depredación del recurso y que alimenten a la
gente pobre, que también existe en el sur de nuestro país.
¿Saben cuál fue la respuesta de los dueños de las pesqueras españolas?
Tratan de no contratar personal de a bordo argentino, optando por
peruanos y bolivianos que no se quejan de la depredación, porque,
total, la plataforma continental no la sienten como propia.
¿Saben qué contestan los políticos argentinos?
Les bajan los impuestos a las ganancias para que ganen más y no
sigan protestando.
Hace pocas semanas, los marineros opositores se rebelaron y quemaron
varias plantas de procesamiento en Puerto Deseado.
Uno de los pedidos, además del salarial, era que dejen de tirar
pescados muertos al mar.
Los
científicos extranjeros que analizan la multiplicación de gaviotas
y albatros señalan con resignación:
'La causa de semejante mutación en la población de aves no es
otra que la enorme riqueza de los argentinos, casi tan grande como
su propia estupidez'.
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