EN RELACIÓN A UNA ‘POLÉMICA’ PUBLICADA POR EL SR. ALCÁNTARA por Marcos Ghio
En el día de ayer en su página se publicó una nota en el contexto de un debate que vengo sosteniendo en el foro Traditio et Revolutio con un grupo de españoles de origen catalán, entre los cuales se encuentran Enrique Ravello, David Juliá y especialmente Eduardo Alcántara. La publicación de la misma, desgajada del contexto en el cual se viene desarrollando el intercambio de opiniones aun no concluido, genera una serie de confusiones que trataré seguidamente de aclarar. Remitiéndonos al protagonista principal y redactor del texto aludido queremos decir un par de cosas referidas a su persona. Alcántara es quien de mejor manera ha venido desarrollando en España, y quizás también en Europa, la doctrina de Julius Evola manteniendo claramente la difusión de su más estricta ortodoxia doctrinaria. Lamentablemente a nuestro entender su gran falla estriba en el momento de la aplicación fáctica de tales principios compartidos y aquí es donde constatamos cómo se deja influir por la situación de su propio país cayendo por lo tanto en los mismos errores en que incurren los grupos identitarios europeos que son la versión actual de aquel nacionalismo europeo que tanto criticara Julius Evola especialmente en su esencial texto Los hombres y las ruinas. En tal aspecto Evola era sumamente claro y preciso. No es acudiendo a posturas de neto corte moderno, tal como las sustentadas entre otros ‘identitarios’ por Marine Le Pen en Francia quien levanta la totalidad de las banderas de la Revolución Francesa, entre ellas el mismo nacionalismo, que Europa podrá salir de la crisis en la cual se encuentra, sino volviendo lisa y llanamente a la Tradición tal como la formulara brillantemente Evola en su desarrollo doctrinario. Así pues no es proclamando la mera ‘identidad cultural’, (influjo éste proveniente de la escuela de la Nueva Derecha de Benoist y Tarchi), como se contrasta en nombre de tal ideario en contra del mundo moderno, sino por el contrario se termina así confluyendo en una de sus principales facetas cual es el relativismo y el culto por lo propio con independencia de cualquier valor. Por ello es que, en el caso preciso de la francesa, ella contrasta con el Islam sea en su país como en el mundo en nombre del laicismo y del Estado indiferente y ajeno al hecho religioso y sagrado, cosa que en cambio desde una perspectiva propia de la más alta tradición europea es absolutamente contraria pues Europa, lo mismo que América hispana en sus mejores momentos siempre asoció la religión con la política. El nacionalismo que sustenta Alcántara en neto contraste aquí con el pensamiento evoliano consiste en considerar que su pretendida etnía, que él califica como indodeuropea, tendría características raciales innatas y superiores respecto de las otras, como por ejemplo la semítica a varios de cuyos representantes califica como subhumanos, tal el término empleado al referirse al combatiente islámico Merah que muriera luchando por 32 horas en contra de las principales fuerzas de élite francesas. De acuerdo a su criterio, falso totalmente, los indoeuropeos serían los únicos que pueden manifestar una forma religiosa activa, solar y no lunar como en cambio sería propio de los semitas, entre ellos principalmente el Islam. Y llega a extremos tan grandes su nacionalismo, que insistimos es moderno y encuentra su antecedente en el idealismo alemán de Fichte para quien lo alemán era sinónimo de verdad y justicia, que manifiesta en el escrito publicado en el día de ayer que si en el Islam hubo alguna expresión de religiosidad solar, como en el caso del sufismo, ello habría sido por obra de indoeuropeos infiltrados en tal religión. Lo cual nos recuerda también a Gobineau cuando nos decía que todas las grandes civilizaciones tuvieron a los blancos como a sus fundadores, o a Mahieu para el cual todo lo grande que hubo en la América precolombina fue creado por los vikingos. Llega incluso más lejos y hasta se la agarra con los habitantes de este continente que serían muy poco indoeuropeos en tanto se caracterizarían, a diferencia de los suyos iluminados por una prodigiosa Luz del Norte, ‘por una verborrea insustancial y empalagosa y un psicologismo torturador de conciencias tan propios de muchas gentes en esas latitudes americanas’. Ravello opinaba igual en un escrito que fuera refutado por nosotros en donde ponía el acento en las cosas absurdas que había encontrado en nuestro país aun no suficientemente poblado por indoeuropeos. Y esto se asocia también con el rechazo que han tenido siempre hacia la inmigración extranjera, entre ellas la nuestra a la que calificaron despectivamente como ‘sudaca’. Sólo faltaría que se nos queje por la expropiación de YPF. Ellos falsamente dicen que el problema de Europa son los inmigrantes que los estarían explotando, cuando lo contrario exacto es lo verdadero, la prosperidad vivida por el continente europeo se ha debido a la explotación ilimitada a la cual se ha sometido al inmigrante al que se ha condenado a vivir en condiciones subhumanas. Es dentro de este contexto cerradamente nacionalista y burgués que tales personas hoy sostienen, en clara inteligencia con los EEUU y el sionismo, que como decimos es el único semitismo que no combaten, su intención de luchar en contra del fundamentalismo islámico al que califican, del mismo modo que George Bush y Netanyahu, como ‘terrorismo internacional’ contra el cual convocan a luchar. Y es de destacar que el partido Plataforma por Cataluña del que forman parte o como dirigentes o simpatizantes no sostiene a diferencia de los restantes, desde Izquierda Unida hasta el Partido Popular, el retiro de España de la guerra infame de Afganistán. Y esto es lo que explica el alto apoyo que hayan recibido de los sionistas que así como han llamado a votar por identitarios europeos en tanto eran los que mejor contrastaban con el Islam radical, su inclaudicable enemigo, hoy en Francia ante el ballotage convocan a hacerlo por Sarkozy quien, a diferencia de Hollande, no sostiene el inmediato retiro de esa guerra. En fin, éste es el telón de fondo subsistente detrás del debate con Alcántara: o sostener una Tradición que como tal se encuentra por encima de razas y de naciones y de la cual todos participan en grados distintos y en donde hallamos más manifestaciones de la misma en el fundamentalismo islámico a través de sus ideales del héroe, del califato y de la subordinación de lo profano a lo sagrado o el aludido nacionalismo europeo hoy en severa crisis debido a las grandes derrotas que les ha propinado el fundamentalismo, cosa que no pueden perdonar. Pero en fin quien quiera leer más detalles de este debate aun no concluido lo invitamos a que lea los textos aparecidos en el Foro Traditio et Revolutio.
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