El
deseo de Pound Por: José Luis Ontiveros Uno de los temas fundamentales que acostumbra soslayarse es si la civilización occidentafílica tiene aún valores que merezcan rescatarse, en lo que se define como una postura anti-sistémica, que en expresión de Ezra Pound, el maestro más significativo del recientemente fallecido el gran escritor Salvador Elizondo, se expresa en la reflexión del más grande poeta vigesémico, Pound, quien manifestaba a Louis Zukofsky: El periodo durante el que la civilización capitalista podía cooperar con las artes se está hundiendo definitivamente en su último pozzo nero. Este es un asunto esencial: definir lo que representa el sistema y lo contrario a lo sistémico, comprendido éste como un conjunto de significados, que han erigido los falsos paradigmas de la subversión moderna como inmortales, en el proceso indetenible de gangrenación de los principios obsoletos de la Ilustración, de la democracia y del mercado. Lo que René Guénon califica del dominio de la masa, la materia y el número. En el fondo de esta cuestión, que muy pocos se atreven a cuestionar, dado que ello produce de inmediato la diabolización de quien asuma el riesgo de un compromiso superior, es analizar hasta qué punto la secularización del judeo-cristianismo mediante el trastocamiento que implica la hegemonía de lo que el insigne y lúcido profesor hebreo J.L. Talmon llama acertadamente Los orígenes de la democracia totalitaria. En este sentido, el totalitarismo ya no reside ni en el comunismo ni en el fascismo, que son fantasmas que se agitan para espantar a los burgueses, el totalitarismo cool consiste en la uniformización etnocida de las culturas y el arrasamiento del rostro de los pueblos, que ejerce la americanósfera, que proclama la falsa libertad cuando su propósito es el liberticidio de la diferencia. Resulta evidente que el nihilismo crece, en la expresión de Nietzsche: el desierto crece, ¡ay de aquél que lleve el desierto en su corazón! y ello es evidente en la actual civilización occidental que no tiene respuestas ante la vida y la muerte, sino la idolatrización del consumo y el hedonismo, de ahí la proclama de Pound: Simplemente, quiero una nueva civilización. |