Primero de Mayo. Nada que festejar. Mucho que cambiar

Por Accion Directa

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El 1 de Mayo es el día de los trabajadores. Numerosos sindicatos lo festejan pero cada año menos trabajadores asisten y aprovechan la festividad para irse a la playa o al monte con su familia o amigos.

Los grandes sindicatos hace mucho tiempo que no luchan por los trabajadores, hace tiempo que olvidaron que su fin es -era- la lucha social. Ahora, subvencionados y vendidos, sólo sirven al capital y al gobierno para poder seguir existiendo, recibir cuantiosas ayudas económicas y poder mantener un status que, dicho sea de paso, usan para su beneficio propio. Estos sindicatos se han convertido en los chaperos del sistema, son lobos disfrazados de cordero para manejar a los trabajadores sin que estos se den cuenta. Muy al contrario, engañados pensando que están combatiendo por sus intereses laborales y sociales.

Los sindicatos dignos y honrados, como el TNS, son marginados por las estructuras ministeriales. No interesa que salgan adelante proyectos revolucionarios pues se les acabaría el chollo, el mangoneo y posiblemente la teta de la que maman todos para sobrevivir ¡Parásitos!

Los sindicatos "de clase" hace mucho tiempo que no engañan a casi nadie, pese a sus folklóricas fiestas de puño izquierdo e internacional ¡Arriba, parias de la tierra! ¡En pie, famélica legión! Mientras tanto en nuestra tierra se estienden como una plaga las Empresas de Trabajo Temporal, los empleos precarios para los más jóvenes, el desempleo vitalicio para los desempleados padres de familia. El precio de la vida sube pero los sueldos siguen congelados, entre otras cosas gracias a la masa inmigrante que demanda trabajo que llama a nuestro mercado sedienta de euros. Este es el neoliberalismo disfrazado de izquierdas, el capital disfrazado de rosa. La banca y el gobierno apoyados por los sindicatos han logrado que, pese a aumentar los puestos de trabajo en nuestro país, siga habiendo los mismos parados españoles y sueldos congelados. Mientras las grandes empresas triplican beneficios.

Muchos tratan de poner tiritas a esta situación, a curar con aspirina el cáncer neoliberal. No son capaces de entender que la enfermedad se extirpa, que los miembros gangrenados se amputan. Al capitalismo no se le combate poniendo enmiendas sino que se le destruye.

Izquierdas y derechas, todas bajo diferentes formas y disfraces, son parte de la misma ponzoña, del mismo problema. Los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO, les hacen la cama vendiendo a los trabajadores. Estos, enajenados y drogados intelectualmente, marchan felices de vacaciones mientras sus derechos laborales son literalmente violados. Mientras una gran parte de españoles ni siquiera pueden acceder a un empleo -ya no digamos digno- por culpa de una inmigración que desborda lo que los liberales llaman la reestructuración del
mercado.

Ni una concesión al capitalismo. El problema solo tiene una solución: LA REVOLUCIÓN. Extirpemos y destruyamos el sistema que nos oprime.

¡TRABAJADOR! Abre los ojos
¡LA VIA! ¡ACCIÓN DIRECTA!
¡EL MÉTODO! ¡LA REVOLUCIÓN!
Nuestro fin... ¡El fin del sistema!