LA FIESTA DE LA DEMOCRACIA ES UN PUTICLUB DE ALTO STANDING

por Diego Urioste

http://urioste.wordpress.com/

 

La democracia española es como un lupanar -una casa de putas, vamos- de alto standing. Entras, porque eres hombre, y las mujeres se pasean ante tí con sus pechos operados, sus labios inflados, sus pocas costillas, su frente tersa y su mirada vacía. Es un puticlub que ya conoces, vas cada cierto tiempo y siempre te han engañado, robado, estafado o simplemente pasado de tí. Sin embargo como eres hombre vas de putas, al igual que como eres ciudadano vas a votar.

Cada vez que vas sientes una curiosa ilusión. Ahí están las de siempre, las barbies vestidas con todo tipo de lujos, trajes elegantes, piel tersa y fresca y olor a eau de algo caro. Todos los clientes las eligen, no porque sean más guapas que las mujeres normales, sino porque son las mejores del local. Obviamente, porque eres hombre, no te vas a ligar a un bar, te vas de lumis porque no quieres perder el tiempo, al igual que votas cada X tiempo en vez de implicarte y luchar diariamente. Para ti ligar y echarse novia es como implicarse en los problemas sociales, una pérdida de tiempo y dinero… Pudiendo votar, pudiendo pagar.

Y ahí están las mujeres, en ese club tan moderno y elegante -cada año cambia de decoración y siguen las mismas mujeres, aunque no lo parezca por el nuevo look de cada año-. Sabes que te van a engañar como siempre pero no te importa, sientes la misma ilusión que el primer día. Además, sientes el poder de elegir entre tanta mujer ¡Qué sensación de libertad! Pobre de tí que en la calle ni te mira la menos pintada. En cambio aquí, en tu club, eres el rey y tú eliges entre tanta variedad -recuerda solo en el mismo club y las mismas de siempre-. Eliges la muchacha y todo lo demás dentro de la habitación no interesa.

Sales a la calle y no sabes muy bien como sentirte. Has elegido entre todas las chicas del local, y si bien no te han hecho lo que te hubiese gustado -y es que en el fondo quieres que te quieran y sentirte escuchado- sabes que has elegido. Pero miras a tu alrededor y ves muchas mujeres, no tan espléndidas ni tan divinas aparentemente como las del local, pero en el fondo te gustan más… Pero eres un hombre, y en vez de perder el tiempo conociéndolas, conversando, luchando por la relación o conquistarla con tu ingenio, prefieres ir, pagar e irte. Ir, votar e irte. Y luego te desentiendes.

Un vacío se apodera de ti. Has perdido dinero y te sientes sucio, y lo que has conseguido a cambio no eran más de 10 minutos de placer superficial. Piensas, y te das cuenta que la libertad no está en elegir las que te presentan en el local, sino en elegir no ir al local. No yendo, tienes muchas más posibilidades y aunque pueda salir mal, habrás elegido libremente, luchado e intentado. Eso sí que te habría hecho sentir hombre; más aun, humano. Podrás sufrir, reír, llorar… Pero sabrás que eso es la libertad, que eso es vivir. Lo otro era algo mecánico y encima por eso de la modernidad te habían dado hasta por detrás sin tú pedirlo, pero claro como eres hombre y los hombres tiene que ir al club…

Este fin de semana un 63% de hombres han ido al club y han pagado su precio. Menos que otros años -un 4% menos-, debe ser que ya están cansados de tanto mamoneo, aunque algunos aun entrando eligen algo decente, los menos. Ese 4% se ha unido a 36% de los que se han abstenido, que se han quedado viviendo su vida más allá del club. Es seguro que ese 36% no esté conquistando y luchando por alguna mujer, de hecho los datos dicen que los hombres están bastante cansados de las mujeres, sin embargo algunos hay que siguen en ese romántico camino. Romántico y obligado si uno tiene corazón. Un 1,9% fue al club, pagó, pero no entró en ninguna habitación con ninguna muchacha, como símbolo de protesta ante el club. Curiosa forma de quejarse de un club, pagando y alimentando al personal.

Lo peor de todo es que la recaudación va para la Madame y su sistema. Siempre.

¡Sal a la calle y conquista el amor!