BICENTENARIO DEL PRIMER GOBIERNO ARGENTINO Y LA REALIDAD DE LA HORA ACTUAL

por el prof. Jorge E. Camacho Ruiz

 

Historiadores nos han manifestado que la Revolución de Mayo fue motorizada por un proceso largo de diversas causas, en apretada síntesis podremos mencionar algunas: el monopolio comercial que asfixiaba todo intento de progreso en el Río de la Plata ; en ocasiones la eximición de los criollos de los puestos públicos; las invasiones inglesas que habían puesto a prueba el temple criollo; las arbitrariedades de las autoridades de la corona, como consecuencia del cambio político que inicio la nueva dinastía Borbónica, aquí reside el fundamental obstáculo de desinteligencia entre sus “colonias” y la metrópolis. La política centralista que aplicara Francia en sus colonias, traída ahora por la flamante dinastía de los Borbones, pero nefasta para Hispanoamérica, fue finalmente lo que impulso la guerra civil y la fragmentación del Imperio. De manera que podemos fácilmente advertir que los síntomas de disgregación habían sido introducidos por la decadente dinastía Borbónica. Es por ello que con toda razón supo decir el historiador Anzoátegui: “No fue América la que renegó de España. Fue la metrópolis la que renegó del Imperio”.

Además entre otros antecedentes cabe mencionar también: la Independencia de los Estados Unidos, la Revolución Francesa , la sublevación de Tupac Amarú, la expulsión de los jesuitas y la invasión napoleónica a España como hecho culminante, y todo ello acompañado por un lado de la influencia de los teólogos jesuitas, sobre sus discípulos en la universidades de América, que serán más tarde muchos de ellos los hombres de la Revolución y la Guerra de la Independencia , y por otro lado de los pensadores iluministas que a través de publicaciones, textos, obras y agentes liberales, hacían llegar a América, su ideario revolucionario, pese a todos los impedimentos realistas. Tampoco podemos darnos el lujo de olvidarnos de los agentes al servicio de la corona Británica la cual pretendía por una parte desquitarse de España su ancestral enemiga, por el servicio logístico que ésta le prestara a las colonias norteamericanas que se revelaran contra Inglaterra, y por otra parte porque su ambición imperialista ya había puesto desde hace tiempo sus ojos en las riveras del Plata. De modo tal que nuestros preclaros hombres de la independencia, tendrán que transitar con inteligencia estratégica, un peligroso camino frente a dos enemigos.

Por un lado tenían: el intento de recuperar sus colonias de ultramar por parte de la corona española, un imperio en franca decadencia y contaminado por ideas afrancesadas que colocaban en jaque a su propia concepción imperial; y por otro lado, otro imperio pirata, esclavista y materialista como Inglaterra, que acechaba ofreciendo apoyatura logística a los revolucionarios y solapadamente esperaba el momento propicio para suplantar al imperio Borbónico que se desplomaba progresivamente.

¿Pero qué celebramos el 25 de Mayo? ¿Cuál es su significado trascendente? El 25 de Mayo que hoy, en este Bicentenario celebramos no es un nuevo aniversario más de aquel histórico día del año de 1810; en el cual se constituyo el Primer Gobierno Patrio, dando origen al proceso de Independencia que legalmente se concretizaba el 9 de julio de 1816 en la ciudad de San Miguel de Tucumán. Este aniversario se trata nada menos que de 200 años de historia de los argentinos y es bueno por ello detenernos a reflexionar sobre nuestros aciertos y desaciertos, superando desencuentros para finalmente construir la gran Patria Indo-Hispanoamericana que soñaron nuestros mayores.

Desde luego 200 años no es poca cosa. Este tiempo de Bicentenario nos está indicando el tiempo de formación de nuestro Estado Argentino, de nuestra Patria Argentina, pero también es relativamente corto si lo comparamos con la historia de otras naciones milenarias, pero no se piense por ello como lo repiten algunos espíritus mezquinos sin detenerse a reflexionar cabalmente, producto de una educación reduccionista, que somos un pueblo adolescente, joven, casi se diría que vivimos en la edad del pavo; de ningún modo podemos aceptarlo, ya que nuestro origen como unidad nacional, lingüística y cultural es milenaria si nos remontamos a los orígenes de nuestra tradición hispánica, porque no nacimos de un repollo, venimos de un común origen, con un sello identitario, de nuestra lengua, sangre, religión y cultura. Si nos atenemos a aquello de que la Patria es la tierra del padre y en ese caso entendemos a nuestro espacio americano, como el lugar del encuentro de nuestros padres, del linaje hispano con los pueblos del linaje de la América indígena; en muchos casos ese encuentro sirvió como fusión de una América irrita, indómita y fecunda. El gaucho es la representación más simbólica del ser argentino, del ser americano, porque es la fusión del español con el indígena y al mismo tiempo es la unión, el compromiso y la resolución de caminar hermanados en el espacio americano, el gaucho es el nuevo hijo que ha parido la América Indo-Hispanica y cuyo derecho y pertenencia a esta tierra no podrá ya ser sanamente cuestionado.

Es por ello que desde este Bicentenario proclamamos el encuentro con la América toda, la América Indo-Hispanica y el compromiso pendiente de nuestros grandes próceres y héroes de la guerra de la Independencia ; el de construir finalmente la Gran Patria Hispano-Indoamericana. Donde estén incluidos todos los hombres y mujeres de buena voluntad de América. Donde se terminen los excluidos en la Patria Grande que soñaran San Martín, Bolívar, Saavedra, Güemes, Belgrano y tantos más, y se deje de  condenar a los Iberoamericanos a ser parias en su propia Patria.

La constante de la historia nos ha demostrado que desde aquel lejano día del año de 1810 hasta la fecha hubo hombres abnegados que han entregado lo mejor de sus vidas, para que enmarcado en letra de molde la palabra INDEPENDENCIA en el Congreso de Tucumán se hiciere una realidad tangible.

Sin embargo existieron los imperialismos, enemigos de la Nación (y cuando digo Nación hago referencia además de Argentina a la Gran Nación Hispano-Indoamericana). Aquellos poderes imperialistas que trataban de colocarnos nuevas cadenas, eran los nuevos enemigos a enfrentar, y por supuesto estaban también sus sirvientes o cipayos, los judas de la historia o de todo tiempo histórico; que al servicio de los primeros pretendieron y pretenden, y en parte lo consiguen dejar en letra muerta la resolución del 9 de Julio que establece la INDEPENDENCIA DE ESPAÑA Y DE CUALQUIER OTRA NACIÓN EXTRANJERA”.

Pero como en todo tiempo histórico es preciso llegar al fondo del abismo para nuevamente empezar a resurgir; teniendo en cuenta que nuestro País atraviesa hoy ese tránsito tormentoso y oscuro de la historia, con una crisis que amenaza arrollar los cimientos más firmes de la Nación , una crisis que ya no es sólo económica y política, porque además, podemos afirmarlo es moral. En la hora actual no sólo se conquista a las naciones mediante fuerzas invasoras militares, también se invaden a las naciones mediante fuerzas mafiosas, económicas-financieras, culturales, religiosas, políticas, mediáticas, o ONG disociadoras, entre otras tantas formas de dominio.

La guerra social que internamente ahora nos está haciendo el enemigo, pretende atomizar a nuestra sociedad y enfrentarnos los unos contra los otros, siguiendo el viejo adagio del imperialismo inglés “divide y reinaras”, para mejor dominarnos y lo lograran si nos quedamos dormidos, con la complicidad de ciertos gobernantes sátrapas y manipulación mediática mediante, nos están enfrentando, pobres contra ricos, pobres contra pobres, desocupados contra trabajadores, “originarios” contra criollos, civiles contra militares o clérigos, ciudadanos contra funcionarios, y así…, y están arrasando no solo con nuestras riquezas naturales, sino también con nuestras fuentes laborales, con nuestras instituciones, con nuestras fuentes de defensa, con nuestra historia, tradiciones y cultura, y lo que es peor con nuestras propias vidas, con nuestras familias, a tal punto de sentirnos indefensos, vulnerables e impotentes, y la guerra que ahora están empleando mediante las mafias locales y trasnacionales parapetadas en los sitios del poder, económico, político, mediático o de otra índole, lo hacen con las armas de la usura, la corrupción, la droga, la prostitución, no sólo del cuerpo sino del alma, de la indignidad, y de cuanta forma de delincuencia y aberración exista, esa es la nueva guerra cobarde, no declarada, a la que estamos sometidos y que debemos librar si queremos liberarnos. Y nada mejor para hacer frente al enemigo que volver sobre nuestra identidad y posesionarnos en el ejemplo de nuestros grandes próceres, allí es entonces cuando podemos afirmar que hubieron voluntades y ejemplos de nuestros antepasados que nos trasmitieron el orgullo de ser Argentinos, y esa fe, ese ejemplo nos lo dan los próceres y héroes, los arquetipos del ayer, que fundaron nuestra nacionalidad y ahí está la historia nuevamente, “testigo de los tiempos” al decir de Cicerón para constatar sobre sus preclaras existencias que nos indique el rumbo a seguir para un mejor destino Nacional.

Hoy nos preguntamos ¿estaremos en el fondo del abismo? ¿Habrá llegado entonces la hora de nuestro asenso a la superficie?, es muy probable de todas manera eso dependerá de nuestra Voluntad y Entereza para reconquistar una vez más nuestra Libertad de los poderes que ahora nos oprimen y nos combaten; mientras tanto sepamos escuchar en el horizonte de un mañana no muy lejano los clarines que anuncian los fragores de una nueva guerra por la INDEPENDENCIA. Ya nuestros antepasados nos lo han demostrado, no hay Victoria sin Sacrificio y obviamente sin Guerra, y la primera guerra que debemos llevar a cabo es contra las tentaciones que nos ofrece el enemigo. Compatriotas imploremos a Dios Nuestro Señor, fuente de toda Razón y Justicia, que el materialismo consumista no nos convierta en mercenarios, por el contrario, imitemos a nuestro máximo héroe norteño el Gral. Don Martín Miguel de Güemes, quien pudiendo salvar su vida ante el ofrecimiento del realista Olañeta, de darle curaciones, títulos y bienes, prefirió la muerte, e hizo jurar a sus fieles que debían seguir  Luchando hasta que no quedara ningún invasor en el norte de la Patria.

La consigna presente en la constante histórica de la lucha por quienes controlan el poder será siempre, NOSOTROS o ellos, ellos o NOSOTROS, no busquemos más alternativas, seremos libres o sino seremos muertos o esclavos, quienes abrazamos los principios de la Dignidad , preferimos en todo momento la muerte digna, heroica, a una vida de esclavo sin honor, sin patria y sin sentido, “serás lo que debas ser o sino no serás nada” resuena en nuestra alma la máxima sanmartiniana. En la historia hay tres clases de pueblos los que Luchan por ser Libres, los conquistadores,  o los dominados o esclavos, optemos por ser los primeros, o sino estamos condenados a desaparecer de la historia. No hay INDEPENDENCIA posible sin Lucha.

Centremos nuestra mirada en la antigua y perenne pedagogía, como Nuestro Seños Jesucristo con el testimonio de su Vida nos lo ha enseñado no hay Redención sin derramamiento de sangre, no hay Salvación sin sacrificio y si la Argentina e Iberoamérica quieren salvarse es requerible su Unidad y un tremendo Sacrificio. En este tiempo de Bicentenario ha llegado la hora de decir basta a los desencuentro que venimos sufriendo los argentinos,  de superar viejas antinomias que nos permita finalmente el reencuentro para un mejor destino nacional.