Estimados amigos de Tsunami:
En tanto acabo de ser aludido en una reciente nota escrita por el Sr. Denes Martos, solicito derecho a réplica.
RESPUESTA AL
SEÑOR MARTOS
por Marcos Ghio
Luego de dejar pasar unas semanas el sr Martos, quien se había destacado, tal como señaláramos en otras notas, como un exasperado defensor del régimen tiránico del ex KGB Putin, una versión moderna de Stalin, y de su consecuente masacre de ciudadanos chechenos que luchaban por su libertad e independencia, ahora nos acaba de contestar con una larguísima nota repleta de citas cuyo objetivo principal es mostrarnos que, en tanto los chechenos eran todos mafiosos, por lo tanto habían sido muy bien masacrados por Putin y anteriormente por Stalin en sus distintas limpiezas étnicas.
El largo texto escrito despierta una serie de perplejidades. En primer lugar ignoro si esta característica de considerar como mafiosos a los habitantes originarios de un pueblo que lucha por su independencia es solamente atribuible a los chechenos o también lo es a todos los que lo han venido haciendo respecto de la Federación Rusa, heredera de la ex Unión Soviética. Por lo que, de darse esta segunda posibilidad, serían mafiosos también los ucranianos, los armenios, los georgianos, los azeríes, etc. Es decir todos aquellos que se liberaron del yugo de la Unión Soviética. Recordemos que era Fidel Castro el que calificaba a sus opositores como gusanos contrarrevolucionarios.
Es de destacar –y Martos nos lo recuerda- que luego de dos guerras sanguinarias el régimen ruso opresor ha puesto en el poder a un gobierno sobornado que colabora con la ocupación del país, así como el presidente afgano Karzai lo hace con la del propio pueblo. Esto se explica porque Putin, luego de haber fracasado en sus intentos de doblegar al heroico pueblo chechenio que según el Sr Martos se trataría de una comunidad de mafiosos, intentó esta vez conquistarlo a través de un régimen adicto al que le otorgó una serie de concesiones entre ellas el financiamiento de la construcción de una de las mezquitas más grandes del planeta. Sin embargo dicho pueblo, mostrando en esto que es superior a otros que en cambio se dejan sobornar, tal como lo acontecido hace poco en la Argentina, ha replicado con una resistencia mucho mayor que la producida en anteriores guerras con la constitución del Emirato del Cáucaso, el que día a día capta cada vez más simpatías y apoyos de la población habiendo puesto en duro jaque a las fuerzas rusas de ocupación.
Lo lamentable es que Martos avale esta actitud canallesca de Putin y cite con verdadera alabanza la siguiente frase de éste, propia de un chantajista: "Si ustedes (los chechenos) no me estorban en política (es decir se mantienen mansos y sometidos), yo por lo general no hago demasiadas preguntas en materia de negocios. Pero de cualquier manera, tanto en política como en negocios, los límites los pongo yo. Y aténganse a ellos." Por supuesto que el pueblo chechenio no le ha hecho caso a tal rufián y justamente en el día de ayer una acción kamikaze dio cuenta de un destacamento militar en la localidad de Khasavyurt.
Pero quiero llegar a la alusión que Martos hace de mi persona. Dice al respecto al referirse a quienes lo hemos criticado por su exaltación de un asesino.
“Porque – les guste o no les guste a los partidarios de los hampones (es decir de los chechenios), a los ultraliberales aspirantes a plutócratas, a los delirantes de toda laya y a los pequeños enanos intelectuales que vociferan sus opiniones y sus interpretaciones con la enorme ventaja de no tener que gobernar a nadie – el poder real, los intereses de todo el organismo social y la autoridad del Estado están necesariamente por sobre cualquier otro interés particular o sectorial.
Y en cualquier comunidad política medianamente bien organizada, ése interés general es el límite para todos.”
Indudablemente el Sr Martos debe haber escrito esta nota influido por el reciente discurso de Boudou ante los periodistas. Él considera que todos aquellos periodistas que opinan en contra del del gobierno, es decir ‘la autoridad del Estado que está por sobre cualquier otro interés particular’, son mafiosos. Peor todavía, y en forma más extrema que el aludido rockero, él considera que en tanto una persona no gobierna no puede tampoco opinar de política. ¿Opinará así también respecto de otras actividades como el arte y el deporte? ¿Considerará que solamente el que pinta un cuadro puede opinar sobre el mismo? ¿Es decir que para opinar sobre Putin hay que ser Putin, o Boudou si se trata de Kristina?
Atentamente.
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