Rocas que miran al cielo
con fe y esperanza.
Rocas que miran al tiempo
de los hombres.
Rocas que hablan,
que gritan e imploran ,
para que oidos se abran
y nuestros ojos vean.
Y los hombres entiendan
que el tiempo ya llegó.
Y los hombres comprendan
que no hay más oportunidad.
Porque en un suave latido
las piedras nos señalan
el aire y el fuego y el agua
que lavarán nuestra tierra.
¡ Ay de los ciegos !
¡ Ay de los sordos !
Que no pueden recibir
el anuncio del desierto.
Gloria a los héroes
que supieron esperar.
Gloria a los héroes
que supieron accionar
aún en medio del temor.
Y cubriendo el temblor
de su inmenso dolor
con auténtico valor.
Pues el Sol que ya impera
y disipa las sombras
del abismo tenebroso
nos promete el calor
y la luz de la Vida
en Su infinito Amor.
Fernando M. Fluguerto Martí