ROCKEFELLER: OPINIONES DE AYER Y DE HOY

por Enrique Oliva

 

David Rockefeller ha sido noticia días atrás por la difusión en el diario “La Nación” del 13 de este mes de octubre, de un largo reportaje donde opina de nuestro país y sus personalidades políticas y económicas. Se trata de una entrevista efectuada por la periodista Juana Libedinsky con el título gancho de “Rockefeller: ‘Perón les hizo muchísimo daño a los argentinos’. Esas únicas ocho palabras nombran al General Perón, sin entrar en detalles que fundamenten su opinión.

En las bases militantes peronistas sus conceptos han generado justificado asombro. Por ello, diremos algo sobre este clan de banqueros. 

El clan Rockefeller

John Rockefeller I (1839-1937). Empezando de muy abajo creó una colosal fortuna sin reparar en medios, al punto de conquistarse un merecido pésimo concepto en la aristocracia yanqui y el pueblo en general. A los 16 años trabaja de bibliotecario en Cleveland y en 1862, a los 23, aparece asociándose con un tal Samuel Andrews, descubridor de un nuevo sistema de destilación de petróleo.

Diez y seis años después controlaba el 90 % de las refinerías de petróleo y sus derivados en EE.UU. En 1911, concentrados sus negocios en la Standard Oil Company, se retira cuando la justicia lo obliga a dividir sus empresas monopólicas. Muere a los 98 años.

Tuvo fama de haber acumulado mucho dinero comerciando con China. Si viviera hoy sería bueno preguntarle si sigue sosteniendo su refrán de “es más fácil de engañar que a un chino”. También inventó la frase “filantrópica” de “petróleo para las lámparas de China”.

Allí regalaba rústicas y muy baratas lámparas de metal con la venta de una lata de 20 litros de kerosén, obteniendo de entrada una buena ganancia y la vulgarización de esos aparatitos para iluminación le significaba otra fuente de consumo para vender más combustible como monopolista de ese producto.

De su tacañería hay muchas anécdotas. Se cuenta que al preguntársele cómo hizo su fortuna, respondió: ”Como todos, no pagando impuestos”. Cierta vez en un lujoso restaurante neoyorkino se quejó un camarero de la poca propina que dejaba y le señaló que su nieto Nelson era muy generoso en ese sentido, contestando: “Si, pero mi nieto tiene un abuelo millonario”.

John Rockefeller II (“Junior” – 1874-1960), hijo del anterior, fue un agresivo financista e industrial con gran manejo político. Aumentó considerablemente la fortuna heredada.

Para mejorar la imagen familiar, se hizo fama de filántropo, un filántropo muy particular, pues calculaba bien el provecho de esas inversiones, atadas a negocios rendidores. Entre 1930 y 1939 edificó el famoso Rockefeller Center, o Radio City, en el corazón financiero mundial.

“Junior” debió hacer muchos esfuerzos, sin llegar a convencer a la opinión pública, para sortear una gravísima acusación. Sucedió que las potencias occidentales confiaban en que Hitler abandonaría a corto plazo la ya iniciada Segunda Guerra Mundial por falta de caucho, cuya materia prima provenía de colonias europeas del Sureste de Extremo Oriente; que si bien habían caído en manos de Japón, no tenía posibilidades de transportarla por la inseguridad de los mares. Los norteamericanos, con similares carencias de caucho, racionaron el consumo particular y los yanquis debían recauchutar viejas cubiertas.

Pero a Hitler no le faltó caucho. ¿Porqué? Porque tenían la fórmula del sintético y lo producían. Con el tiempo, pasado el conflicto, alguien descubrió y denunció que la famosa fórmula estaba patentada en los Estados Unidos y pocos años atrás, en pleno nazismo, los Rockefeller la habían vendido a los alemanes.

Ese “negocio” prolongó la guerra costando varios de los 50 millones de muertos entre ambos bandos. Si la derrota nazi se hubiera acelerado, obligando a Japón a rendirse antes, quizás se evitaban las dos bombas atómicas padecidas por la población civil nipona en Hiroshima y Nagasaki y sus secuelas en las siguientes generaciones.

Razones de prestigio nacional ante el bochorno, y poderosas influencias en juego, dieron por terminado el tema, pero afectó  la imagen del clan. Fue en ese tiempo que se incrementaron las actividades filantrópicas de la familia banquera, pero la Universidad de Columbia rechazó una donación millonaria por venir de la Fundación Rockefeller.

Antes que se destapara el escándalo, otra hazaña de “Junior” consistió en convencer al presidente Truman de incluir, en las condiciones de paz con el rendido Imperio Japonés, la creación de un organismo que legalizara el control de la natalidad en ese país, recurriendo al estímulo de esterilizaciones pagas de mujeres. ¿Y quién dirigió ese programa con gran despliegue publicitario para atraer voluntarias? Pues el propio “Junior”.  

David Rockefeller: algunos antecedentes

David Rockefeller tiene 6 hijos y 10 nietos. Hoy muy cerca de cumplir los 90 años, presidió el clan desde el Chase Manhattan Bank.

“Le Matin” (diario de París del 19/XI/79) escribió sobre él: “David Rockefeller y Henry Kissinger presionaron a la Casa Blanca para que el Cha de Irán ingresara a EE.UU. para tratarse en un hospital. Kissinger participa dos veces por año del seminario organizado por el Chase Manhattan Bank, cobrando cada conferencia 30.000 dólares...

Hasta la revolución, el Cha tenía el 35 % del capital de Irán en esa firma financiera creada en 1974. Y la sociedad nacional petrolera iraní (NIOC) tenía un numero importante de cuentas en el Chase y en su filial londinense...”. 

Esta imprudencia política por razones de negocios, le costó a Estados Unidos que en Teherán le tomaran de rehenes a las 150 personas de la embajada yanqui y el sangriento fallido intento de rescatar con helicópteros a los diplomáticos. Finalmente, las cuentas de los Pahlevi debieron ser entregadas al Banco Central de Irán.

“Le Monde”, también de París, del 21-XII-79, dijo: “Rockefeller es conocido por haber fundado, en 1973, con  Zbigniew Brzezinski (luego consejero de política extranjera de Carter) la Comisión Trilateral, una especie de sinarquía o gobierno financiero universal, aunque oficialmente “tiene por objetivo acercar los puntos de vista de los tres 'aliados' del mundo desarrollado: EE.UU., Europa y Japón”. (Por supuesto, este último país, ahora poderoso socio occidental, no debe olvidar el programa dirigido por John Rockefeller II (“Junior”) de esterilización de jóvenes niponas).

“Le Figaro Magazine” – París del 8/IV/89 expresa: “En efecto, mantiene (Rockefeller) también a su favor el sostenimiento de capacidades universitarias como Henry Kissinger, Zbigniew Brzezinski y otros, en la cumbre del poder y de la política nacional”.

“La Nación” de Buenos Aires del  23-II-01 informa sobre declaraciones de Rockefeller: “Visité a Fidel Castro en Cuba, donde estuve el fin de semana pasado... Los bloqueos nunca han sido exitosos”. Desde entonces, no volvió a opinar sobre el bloqueo.

Revista “Somos”, de Buenos Aires, en nota de Ana Barón (1992) opina Rockefeller sobre distintas personalidades.

 “Cavallo es un hombre extraordinario... Domingo Cavallo es una figura clave no solo en Argentina sino también en el hemisferio... De todos modos, su país tuvo problemas durante los últimos 45 años... ahora el sector privado tiene que aceptar la competencia”.

“Menem, un hombre fascinante... Evidentemente tiene un estilo muy distinto de los demás candidatos... de hecho, su popularidad aumentó. Es el primer presidente que ganó una elección en plena implementación del ajuste. Lo más sorprendente es que tradicionalmente la columna vertebral del peronismo fueron los sindicatos.

Y sin embargo, cuando Menem comenzó a adoptar medidas contrarias a los intereses de los sindicatos, fue capaz de controlarlos y de persuadirlos de que, al final, el poder salarial de los trabajadores se verá incrementado gracias a lo que está haciendo. Eso implicó tanta sabiduría política como fuerza y determinación”.

“A Amalita Fortabat la conozco desde hace muchos años”.

“Martínez de Hoz es un viejo amigo... el precursor de todo en la Argentina fue Martínez de Hoz... Es un viejo amigo mío. Yo realmente creo que él es un verdadero patriota argentino que no pudo poner en práctica sus ideas... Muchas de las ideas de Cavallo son iguales a las de Martínez de Hoz... ahora el sector privado tiene que aceptar la competencia”. (Este último y repetido renglón es la clave de la receta liberal de exportación).

Carlos Andrés Pérez: “Es un líder fuerte”. (Hoy tiene múltiples procesos).

Fujimori: “Tengo esperanzas en él”. (También tiene captura recomendada).

Bush (padre) – “Su política sobrevivirá”.

Terence Todman: Al preguntarle la periodista su opinión sobre los modales agresivos del diplomático yanqui en Argentina, solo respondió: “Lo conozco muy bien. Es un embajador muy profesional y muy capaz.”

Salinas de Gortari: “Desde que asumiera, la corrupción tan notoria en gobiernos anteriores comenzó a disminuir y ser eliminada”. (Sin embargo, resultó su mandato en México el más corrupto de la historia).

Alfonsín: “Era un presidente más populista e izquierdista que defendía teóricamente algunas de las políticas correctas pero no llegó a ponerlas en práctica realmente”.

Rockefeller, también se dice “amante de la austeridad y de la fe religiosa”.

David Rockefeller: Sus opiniones hoy

Diario La Nación del 13/X/2004 en el citado reportaje de Juana Libedinsky, ahora David Rockefeller dice: “No tengo graves arrepentimientos”. Y lanza más opiniones.

Década del 90: “Una década de enorme prosperidad, en la cual alguna gente se dejó llevar y permitió que la ambición y el egoísmo fuese una parte demasiado importante de su vida. Creo que la década de los 20 fue   similar.” (¿recordará que ese decenio fue la antesala de la crisis del 30?).

Kirchner: “Lo conocí hace poco, y superficialmente, y no tengo una noción clara de cómo le está yendo. De cualquier manera, me parece que hace tiempo que la Argentina no tiene un líder democrático fuerte que a la vez sea bueno manejando la economía y los problemas económicos”.

Deuda Externa: “Si tuvieran un líder fuerte que entendiese los problemas económicos, estaría tomando más medidas para enderezar la economía y manejar la deuda. Entiendo que era muy difícil pagar cuando les iba tan mal, pero negociar con el Fondo y resolver el problema sigue siendo la mejor idea...

Yo tiendo a pensar que un gobierno democrático con un equipo económico sólido, que maneja las cuentas de manera prolija y que toma obligaciones y luego las paga, es infinitamente superior a cualquier otra cosa...”.  (Luego, debe entenderse que supone nos va bien y es primordial pagar la deuda, sin mirar en su legalidad ni su factibilidad).

Cavallo: “Siempre me sentí más cercano a Cavallo... A Cavallo lo sigo viendo cada tanto acá en EE.UU.... probablemente haya sido la mejor persona que ustedes hayan tenido en el gobierno en mucho tiempo y todavía le tengo respeto...”.

Menem: “Era más un político”.

Ricos y Empresarios: “Los empresarios toman decisiones no solo para maximizar ingresos, sino para servir a las necesidades de los trabajadores y de la comunidad en general... Ser rico trae una obligación, que es hacer cosas que beneficien al resto... Hay dos mil millones de personas viviendo en la pobreza...”. (¿Se compadece?).

Bush (h) y política internacional: “Estados Unidos se ha convertido de forma indiscutida en el país más poderoso del mundo... Si Bush fuera reelegido yo me sentiría cómodo con el resultado... Con Bush EE.UU. es más odiado que nunca en su historia... Con demasiada frecuencia los norteamericanos hacemos lo nuestro sin consultar, como sería sensato, a nuestros compañeros europeos... Cuanto más sólido es un país, más fuerte es su obligación de involucrarse, de tener una función moral”.

(¿Afganos e iraquíes, pensarán lo mismo?)                  

Nota: Los Rockefeller, pese a llamarse “muy guardianes de su privacidad”, como ocurre en las mejores familias, también han  tenido sonados escándalos bancarios y familiares en especial en disputas por herencias.  Pero cabe recordar una trágica ironía del destino. Uno de los sobrinos de John Rockefeller II, estudiante universitario de antropología,  en compañía de profesores, financió una expedición a la selva de Borneo (Indonesia) en cercanías de zonas petroleras, para estudiar la vida de una tribu de antropófagos.

Pronto se perdió contacto con todos sus integrantes y, no obstante el envío de otras  expediciones dispuestas por los Rockefeller, nunca pudieron encontrarse ni siquiera los rastros. Eso ocurrió en la entonces colonia holandesa de Indonesia, tierra ocupada (mejor dicho ferozmente explotada) durante más de tres siglos por la corona de los Países Bajos. Al retirarse estos, no dejaron nada de su cultura occidental y cristiana, ni la religión ni el idioma. Ahora es el país con más islámicos en el mundo, en una población de 200 millones de habitantes y, con memoria.

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