Nuestro enfrentamiento y rechazo al régimen kirchnerista desde su asunción y hasta el presente, no implica trasladar esa posición a cuestiones de odios o revanchismos personales. En tal sentido, hago votos por un pronto restablecimiento de la salud de la Sra. Presidente de la Nación.

Lamentablemente, el riesgo institucional es cierto e inminente, considero que el gobierno sigue acéfalo aún cuando el Vicepresidente Amado Boudou haya asumido temporalmente el Ejecutivo Nacional. Y realizo esta afirmación porque cuando el político con peor imagen de la Argentina, cuando el funcionario que acumula causas gravísimas de corrupción en su contra, cuando alguien sumido en el más absoluto descrédito social y público, pretende representar al Estado y a sus ciudadanos, tenemos un problema mayúsculo en puerta. Si no viviéramos tiempos de tamaña impunidad, en realidad Boudou debería estar preso o encausado en un ejemplar juicio político y no sentado en el sillón presidencial.

La eventual línea sucesoria con la cuestionada Rojkés de Alperovich y el ignoto Domínguez no soluciona sino que complica aún más el panorama.

Espero entonces que la Sra. Presidente recupere su salud, reasuma sus responsabilidades, y esté también en plenas facultades para que en un próximo futuro pueda responder cabalmente ante la Justicia por todos los eventuales delitos que se habrían cometido en el curso de su gobierno.